Capitulo 2.- Aprendiendo
El fresco aire era perfecto, el clima era agradable y Bobby realmente esperaba que la cuidad Sharon fuera como en el top de las mejores ciudades para vivir, porque correría sangre, pero por el momento, la vista de verano era impresionante, llenando sus expectativas.
Habían iniciado el plan de desaparecer del plano paranormal lo más pronto que se pudiera y lo más discreto, Bobby busco un lugar lo más decente que pudo encontrar en internet, y utilizando ahorros de por aquí y por allá se compro una casa, Castiel aporto simplemente al hacer puf.
De su antigua casa, simplemente había salvado fotos personales, algunos libros que podría tener al alcance, y por supuesto, el Impala, puede que Dean ya no se acuerde de ella, pero no podían dejar el coche.
Bobby internamente se felicito por su trabajo al hacer bibliotecas privadas y seguras con copias de los libros de su casa, ya que todo ardió en el incendio provocado por el ángel. Y también se pregunto si la policía se asustaría mucho si encontrara el gran número de cuerpos de su patio trasero.
Restándole importancia, se concentro de nuevo en la agente inmobiliaria de la empresa donde había comprado su casa, Castiel se concentraba mirando a todos lados y los niños, era un poco divertido, ya que la mujer trataba de llamar su atención, claramente sin éxito.
- Aquí entrego las llaves - dijo la mujer, dando un juego de llaves a Bobby.
- Gracias - murmuró el cazador mientras trataba de no burlarse de la situación.
- Fue un placer, me despido Señor Singer, que su hijo y sus nietos estén bien también - se despidió aun echándole ojitos al ángel, pero este ni en cuenta, simplemente tomo a Adam y Sam, quien andaban despiertos, Dean estaba con Bobby.
- ¿Hijo y nietos? - pregunto Castiel mientras entraba en la casa, casi sin muebles.
- Es nuestra coartada, diría que los niños son míos sino fuera muy viejo, además, te dieron la responsabilidad a ti, así que, le dije a la señorita que venimos de Texas, porque mi hijo, en este caso tú, acababa de perder a su esposa hace tres meses, y te dejo con tus tres hijos, debido a la tristeza que te ocasionaba, decidimos mudarnos a otro lugar muy lejos para empezar de nuevo - terminó de explicar el cazador, mientras creía que era demasiada blanca la casa.
- Bien - murmuró Castiel, que a estas alturas ya estaba a las mentiras.
Sin embargo, el pequeño cuadro familiar fue roto por el llanto de Adam, quien asusto a Sam, y también empezó a llorar, Dean parecía solamente nervioso mientras trataba de alcanzar a sus hermanos.
- ¿Qué le pasa? - pregunto Castiel desconcertado tratando de buscar la causa del llanto del infante.
- Debe tener hambre o esta sucio - sugirió el cazador mientras se acercaba al bebé rubio, quien se tranquilizo un poco al ser cargado, pero no dejo de llorar - no hemos comprado nada para los niños, voy a tener que ir al supermercado - murmuró Bobby, Castiel no podía ir debido a que no sabia que comprar para los niños.
- Entiendo - murmuró el ángel.
- Ahora, aquí tienes a Adam, trata de calmarlo, volveré tan pronto como me sea posible - dijo Bobby mientras tomaba las llaves del Impala y salía a toda velocidad.
El ángel cargaba sin delicadeza alguna a Adam, pero sin riesgo de provocarle una lesión, mientras Dean, caminando como pudo, alcanzo a Sam y pudo calmarlo.
Y como si hubieran puesto de acuerdo, los tres Winchester le observaron, Castiel sintió un pequeño piquete de maravilla, ya que los tres pares de ojos eran tan claros y puros, llenos de inocencia, inocencia que habían perdido a tan corta edad.
Sin mucho conocimiento de como cuidarlos, Cas se sentó en el sofá donde se encontraban los otros niños.
- ¿Casa? - preguntó Dean mientras miraba de reojo la habitación.
- Si, esta ahora es tú casa - contestó el ángel, esperando que Bobby regresará.
Bobby regresó en una hora, trayendo consigo todos los materiales infantiles que necesitarían de ahora en adelante.
Él ángel de encontraba esperando en el sillón, cargando en un brazo a Adam, mientras Dean y Sam de encontraban dormidos al lado del ángel, cualquier otro humano estaría ahora muy entumido por tener la posición mucho tiempo, como seguramente Cas estuvo desde que se fue.
- Muchacho, ya llegue, es hora de aprender - fue lo que dijo el cazador mientras se acercaba con las bolsas, que dejo en el suelo.
- ¿Aprender? - preguntó en ángel.
- Así es, vamos, que los niños de esta edad no se cuidan solos, necesitan cuidado - murmuró el cazador, empezando a sacar pañales - primera lección, como cambiar pañales, estos niños aun lo necesitan.
Castiel miro los pequeños rectángulos blancos, analizo uno con cuidado.
- Cas - murmuró el cazador quitándole a Adam, mientras le empezaba a quitar la ropita, y acercaba talco, papel y el pañal - Se limpia con cuidado Cas, tratando de no lastimarlo, una vez hecho, extiendes el pañal y lo pones abajo del niño, es más fácil manejarlo así, antes de fijar, ponemos un poco de talco, y cierras, a cada lado, hay una cinta, para que quede fijo, solo asegúrate de no usar demasiada fuerza, debe ser cómodo para el bebé, y tienes que asegurarte de cambiarlo con regularidad, si no, puede sufrir alguna infección o sarpullido - terminó de decir Bobby, enseñando su trabajo final.
Cas se aseguró de observar todo con detenimiento.
- ¿Lo entendiste? - preguntó Bobby.
- Si - dijo él ángel.
- Entonces hazlo con Sam y Dean - fue lo único que dijo para desparecer en la cocina, llevándose otra bolsa.
El ángel vio a los niños, quienes estaban dormidos en el sofá, tomó con cuidado al menor, y siguiendo los mismos pasos trato de ponerle un pañal. Pero Cas estaba seguro que algo no encajaba.
- Esta al revés - dijo Bobby en la esquina de la habitación.
- ¿Qué? - preguntó Castiel.
- Esta al revés el pañal muchacho, inténtalo de nuevo - dijo regresando a la cocina.
Castiel se puso a trabajar de nuevo, esta vez lo consiguió. Cuando acabo, Dean ya se había despertado, debido a no sentir a nadie a su lado.
- Tengo hambre - murmuró el niño, sobándose los ojos, el ángel asintió mientras cargaba en un brazo a Sam, quien aun estaba dormido, y con el otro cargó a Dean, llevándolos a la cocina.
Ahí se encontraba Bobby, preparando un líquido blanco.
- ¿Qué estas haciendo? - preguntó con curiosidad.
- Los bebés comen leche, que debemos preparar nosotros, en caso de Sam y Dean, ellos comen papillas, jugos y cualquier cosa mientras sea sana y este en pedazos cortos.
- ¿Y las hamburguesas? - preguntó inocentemente.
- …. - Bobby levantó una ceja - sin hamburguesas por el momento - contestó el mayor de los humanos mientras revisaba la leche.
- ¿Y el alcohol? - volvió a preguntar el ángel.
- Cas, nada de alcohol, son niños - volvió a murmurar el cazador mirando fijamente al ángel.
- ¿Y si…?
- Sabes que, mejor pregúntame antes de que mates a alguno, ¿entendido? - preguntó el cazador.
- Esta bien - murmuró el ángel, empezando a ver el asunto cada vez más difícil.
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