This chapter is so fuuucking long
i´m really really sorry T.T
Antes que nada me disculpo enooormemente!! TTOTT por haber tardado tanto en atcualizar!!
Este capítulo creo que me salió super largo ._. pero como es el final ya no quise dividirlo o alargarlo más.
Siento que me salió horrible pero la decisión final es de ustedes!
Muchas gracias a quienes leen y comentan. Los amo <3
CAPITULO 3
Los ataques habían disminuido notablemente desde ese día. Chinen pensó que simplemente los demás se iban aburriendo de molestarlos o que estaban olvidando la principal razón del porqué, sea como fuere, estaba aliviado y mantenía una sonrisa tranquilizadora hacia Yamada, insistiéndole en que todo terminaría pronto. Aunque Yamada no había querido tomar las palabras del joven Nakajima en serio, al ser atacado con menos frecuencia en la escuela, pensó que él definitivamente tenía algo que ver.
…………………………………………
Las clases transcurrieron normalmente hasta la hora de deportes.
Al terminar, Yamada se dirigió al baño pero no por el camino que siempre tomaba.
Una silueta se acerca lentamente hacia Yamada, levanta un brazo que sostenía un objeto pequeño y ovalado. Se prepara para lanzarlo en dirección a la espalda de Yamada pero al instante; ese brazo es detenido en el aire por la muñeca de otro chico de mayor estatura.
-Esstoy seguro de que no quieres hacer eso- El joven alto era nada más y nada menos que Yuto quien torcía sin piedad el brazo del otro hasta que éste dejó caer el objeto que resultó ser un huevo que se rompió al estrellarse contra el piso.
Yamada escuchó unos gemidos a sus espaldas, seguido de el sonido de unos botes de basura cayendo.
Al acercarse a la fuente del ruido presenció la figura de un pobre chico siendo golpeado por uno más alto y ágil.
A medida que se acercaba, escuchó el interrogatorio al que era sometido el más débil, al principio pensó que sería algún abusador como los que lo molestaban, pero estaba equivocado.
-¿Quién te pidió que lo hicieras?
-No lo sé, so-sólo me lo ordenaron en una carta que recibí…decía que si no obedecía todo lo que me pedían, lo que no hiciera…me lo harían a mi…
-Más vale que dejes de molestar a Yamada o de lo contrario, las falsas amenazas no serán nada en comparación con lo que puedo hacer.-Amenazó por última vez levantando al chico por el cuello de su camisa.
Yuto le dio un último golpe al chico en estómago dejándolo inconsciente.
Lanzó un suspiro desalentador y levantó la mirada para encontrarse con esos brillantes orbes que lo miraban asombrados.
Yamada estaba de pie frente a él, mirándolo con decepción e incredulidad, no sabía, hasta ese momento, la razón por la cual los ataques hacia él habían disminuido. Así que esa era la razón.
-Yamada- Pronunció el mayor, a decir verdad, no esperaba ser descubierto.
-Deja de hacer esto…. Con violencia no se resuelve nada.-Ordenó Yamada sin pensar.
-Ellos comenzaron- Respondió indiferente, intentando defenderse.
-No, ya es suficiente, sólo quiero que dejes de atacar a los demás, desde ahora.- Suplicó Yamada.
-No lo entiendes, quiero protegerte y descubrir al culpable…
-Si continúas haciéndolo…entonces, no eres diferente de ellos.-Intervino Yamada.-
Esas palabras le dolieron, pero no podían causarle más daño que el que Yamda había sufrido.
Intentando ignorar esas palabras y esquivando su mirada, dio media vuelta y pronunció unas palabras:
-Cuando encuentre al culpable, te lo haré saber.
Yamada observó la espalda de Yuto alejarse y perderse entre los pasillos de la escuela.
……………………………………………….
Yuto se dirige a su salón cuando escucha unos pasos detrás de él y se voltea a instante.
-Ah… eres tú.- Responde aliviado.
-Lo siento, sin querer escuché lo que tú y Yamada decían.-El rostro de Chinen estaba un poco apenado.
-¿También vienes a regañarme?- Yuto forzó una sonrisa.
-No. La verdad es que yo también quisiera que todo esto terminara, aun si tus métodos no me convencen. Yamada no sólo es parte de mi familia, también es mi mejor amigo. Por eso quiero hace algo pero quiero saber ¿Por qué te empeñas tanto en encontrar al culpable?
-Eso es porque….a pesar de que no puedo probar que soy inocente ante sus ojos… quiero protegerlo.- Los puños de Yuto se cierran y su mirada refleja angustia.
Esta intensa declaración hace que hasta las mejillas de Chinen se sonrojen por un momento pero en seguida se recupera para hacerle preguntas.
-¿Y puedo saber…qué has descubierto hasta ahora? ¿Tienes alguna idea o pista de quién puede ser “el” o “los” culpables?
-Hasta ahora sólo sé que son varias personas las que atacaron la primera vez a Yamada.
Ese día yo pude ver cómo un grupo de chicos con máscaras de doraemon y demás personajes, huían de los vestidores.
Y las demás personas que realizan los ataques en el campus sólo son cebos, son chicos que han sido amenazados para hacerlo, están siendo obligados, pero los métodos para informar sobre nuevos ataques siempre son distintos.
Las personas que dan las órdenes nunca tienen contacto con los atacantes, siempre es diferente, a veces es a través de notas o mensajes de texto, incluso llamadas al celular.
Yuto miraba pensativo a la nada mientras Chinen escuchaba con atención.
-Toma, este es mi número de teléfono. Llámame si sabes algo.-El más alto le tendió la mano a Chinen sosteniendo un pequeño papel.
-¿Por qué me lo das a mi?
-Es probable que aunque se lo diera a él, sólo lo tiraría.-Termina con una dolorosa sonrisa antes de irse.
-Chinen acepta el número y se dirige a su salón en Busca de Yamada.
…………………………………………………………..
Las clases han terminado e inician las horas de los clubes de la escuela.
Yamada camina hacia su casillero y al abrirlo una pequeña carta cae al piso.
Es de Yuto. Dice que quiere verlo en el salón de cocina al término de clases.
Yamada, pensando en que tal vez Yuto ha descubierto algo, al principio duda si debería ir o no pero luego de unos minutos, se dirige al salón de cocina.
……………………………………..
Chinen recorre los pasillos de la escuela cuando siente un choque en su hombro que hace que aun a un chico se le caiga la mochila, se disculpa y se agacha para ayudar a recoger las pertenencias del otro, de repente; se paraliza al ver un pedazo de plástico azul brillante salir de la mochila del joven, éste mete todo a su mochila y se aleja.
No pudo verlo bien, pero si ha visto tantos capítulos de doraemon como su infancia se lo permitió, está seguro de lo que vio.
Chinen decide seguir al chico sin que éste se dé cuenta.
Han llegado hasta los vestidores del equipo de fútbol.
Chinen se esconde detrás de un gran casillero y al escuchar unas voces mencionando el nombre de Yamada y el de Yuto, mete su mano en su pantalón buscando su celular y escucha atentamente como los jóvenes dicen que un tal Yamaguchi se encargó de mandarles cartas falsas a ambos para emboscarlos y hacer que dejen de jugar al “valeroso caballero” y a “la princesa en apuros”.
Los chicos salen del lugar entre risotadas. Chinen asustado, intenta llamar a Yamada cuando escucha que los chicos se van.
………………………………..
El teléfono de Yamada suena antes de llegar al salón de cocina pero justo antes de que pudiera contestar siente como un par de figuras lo toman de los brazos inmovilizándolo, le cubren la boca y se lo llevan haciendo que se le caiga el teléfono.
…….
Yamada no contesta, Chinen está cada vez más preocupado y no encuentra otra solución más que llamar al número que recibió de Yuto.
-Moshi moshi?
-¡Yuto! ¡Dios! ¡Qué bueno que contestas! ¿Has visto a Yamada?-Chinen prácticamente gritaba.
-¿Qué sucede?-Sin darse cuenta el mismo Yuto levantó la voz también.
-¿De casualidad recibiste una carta o nota de él?-Chinen no tenía tiempo para detalles.
-Sí, me dijo que me vería en al campo de fut-
-¡Es una trampa! ¡No vayas!! ¡A Yamada también le enviaron una supuestamente de ti! ¡No sé dónde está! Pero no contesta su teléfono. Tiene que estar aun en la escuela.
-Entiendo, vamos a buscarlo antes de que sea demasiado tarde.
Yuto tampoco necesita saber más. Lo único que importa ahora son dos cosas; número uno: Yamada está perdido y número dos: está en peligro.
Yuto cuelga su teléfono. De pronto escucha el pasto crujir a sus espaldas.
-Parece que…ustedes sólo me van a retrasar un poco…-Yuto desenvaina su espada de kendo lentamente y da la media vuelta para encontrase con las sombras que se aceraban a él.
……….
Chinen está corriendo, subiendo y bajando escaleras, recorriendo las instalaciones en busca de Yamada.
Finalmente llega al salón de cocina. Traspasa las puertas sólo para encontrar a Yamada hecho un ovillo en el piso inconsciente.
Chinen se acercó rápidamente hacia donde estaba Yamada, se arrodilló comenzó a tocar su manos y rostro para asegurarse de que no estuviera herido.
-Miren a quién tenemos aquí.-Una voz a sus espaldas lo distrajo. Lo siguiente para Chinen fue sentir un fuerte golpe en su espalda y todo de oscureció.
Cuando Chinen abrió los ojos se encontraba sentado junto a Yamada en una esquina de la cafetería, ambos tenían las manos atadas a la espalda. Un grupo de 12 chicos con máscaras de doreamon y Mickey mouse los rodeaban.
Chinen intenta forcejear para zafarse ante la mirada de culpabilidad que le lanza Yamada.
-Es inútil- Dice uno de los chicos enmascarados.- Así que ahora tenemos al primo también, bueno esta fiesta se hace cada vez más grande.
-¿Por qué hacen esto? ¿Qué es lo que ganan ustedes molestándonos? Nosotros no hemos hecho nada contra ustedes.-Chinen lanza las preguntas sin importarle el hecho de que los superan en número.
-Es porque es divertido.-responde uno.
-Es porque son escoria y una vergüenza para esta escuela.-responde otro.
-¿No creen que se están tomando muchas molestias por nosotros?-En el rostro de Chinen una media sonrisa cruza sus labios.
-Esto ya no se trata sólo de Yamada-kun. Su gran amiguito Yuto, cree que puede burlarse de nosotros, sus acciones son una amenaza, nos ha retado.-Habla el joven del centro.
Chinen sigue moviendo las cuerdas detrás de su espalda mientras habla con los chicos, aunque Yamada no ve el punto de lo que está haciendo, tampoco puede ver que las manos de chinen estan buscando en sus bolsillos su celular..
-¿Pero él no está aquí, no debería ser él entonces quien reciba su castigo también?-Pregunta de nuevo.
-Ohh, claro que recibirá lo suyo, en estos momentos mis amigos deben estar divirtiéndose con él.-Le contesta el enmascarado.
-¿Qué le hiciste?- Pregunta de repente Yamada, sin darse cuenta de cuándo o cómo abrió la boca. La sorpresa en el rostro de Chinen también fue evidente. En el momento que lanzó esa pregunta, se arrepintió de haberla hecho pues sus mejillas -las cuales maldijo en su mente- se colorearon al instante.
-Eso no te importa, no te preocupes, me aseguraré de darte un trato más especial.
Un par de chicos ríen al unísono a causa de una broma incomprensible y privada que flota en el ambiente.
-¿Acaso haces esto sólo por ser un sádico pervertido? ¿Estás aburrido?
O ¿será que sólo tienes envidia?-Chinen lanzó esas acusaciones callando las risas de los demás.
“¿Pero qué maldita mosca le había picado a Chinen?” Pensaba Yamada mientras le lanzaba miradas para que se callara. Estaba más hablador de lo usual y eso no era nada bueno considerando la situación.
Las manos de Chinen se movieron sutilmente la bolsa de su pantalón.
-¿Envidia dices?-Preguntó el joven del centro.
Fue entonces cuando un escalofrío recorrió la espalda de Yamada al darse cuenta de que los chicos tenían bates de béisbol. Cada vez le gustaba menos el panorama.
-Ustedes son del equipo de béisbol de la escuela, como Yamada es el jugador estrella del equipo de fútbol y Yuto es el único miembro del club Kendo que ha llevado a las competencias nacionales a esta escuela, el equipo de béisbol ni siquiera tiene posibilidades de participar en un torneo al no poseer ningún talento especial ¿o me equivoco?-Añadió mordaz.
-¡Maldito yo te cerraré esa boca!-Exclamó uno de los jóvenes levantando en alto su bate en dirección a Chinen.
Tanto Chinen como Yamada cerraron los ojos esperando lo peor.
Para su sorpresa y la de todos los presentes, el golpe nunca llegó a su destino. Yamada abrió los ojos lentamente y se quedó anonadado cuando esa figura esbelta y fornida que reconocería en cualquier lugar, estaba justo frente a ellos dándoles la espalda. Deteniendo el bate con su espada.
De un movimiento mandó a volar al chico que se estrelló contra otros tres tirándolos al piso. Yuto adopotó una postura de defensa y les lanzó una mirada retadora.
Chinen soltó la respiración que no sabía que se estaba aguantando.
-Tardaste demasiado- Se quejó.
¿Que tardó demasiado? Pensó Yamada. ¿Eso significa que Chinen sabía que Yuto aparecería? Era por eso que hacía tantas preguntas…estaba ganando tiempo.
-Desatémonos rápido- Ordenó chinen en voz baja mientras luchaba con el nudo de sus muñecas.
Pero Yamada no tenía tiempo de sorprenderse por la increíble y - vista sólo en los doramas que le gustan- sincronizada maniobra que habían hecho.
Pues frente a él estaba Yuto, solo, luchando contra esos chicos ferozmente. Yamada nunca antes lo había visto manejar la espada pero al verlo en esos momentos se quedó embelesado, perdido en su propio mundo.
La imponente figura de Yuto que rompía con todo a su paso, veloz, fuerte y seguro de sus movimientos dejando a sus oponentes fuera de combate uno a uno.
En contraste con su impecable porte, sus ropas se veían sucias. ¿Acaso había estado peleando antes de llegar aquí? La preocupación surcó el rostro de Yamada y lo mantuvo distraído, tanto que no se percató en qué momento uno de los chicos enmascarados lo tomó por el cuello de la camisa y lo levantó lejos de chinen directo a una de las mesas de la cocina.
Uno de los chicos sostuvo a Yamada contra la mesa y otro se acercó con un gran y humeante recipiente de agua hirviendo.
-¡Ryosuke!!-Gritó su primo con horror al percatarse de lo que sucedería.
El joven enmascarado vertió el contenido directo al rostro de Yamada quien escuchó el sonido del agua contra el piso, sin embargo el agua no lo tocó. Yamada sintió unos brazos rodearlo fuertemente y apretarlo contra su pecho. Ese aroma…Yuto.
Levantó la mirada y se encontró con el rostro de su salvador que lo miraba con una dolorosa sonrisa.
Los chicos que quedaban, desconcertados, salieron corriendo del lugar al darse cuenta de que no ganarían.
Finalmente Chinen se soltó del agarre de las cuerdas y corrió a desatar a su primo que estaba en estado de shock, completamente absorbido por la intensa mirada de Yuto.
Nadie decía una palabra. Yamada miraba confundido y asustado a Yuto, éste parecía leerlo lo todo en sus ojos, pues lo admiraba con tranquilidad.
Yuto acunó el rostro de Yamada entre las enormes palmas de sus manos, mirándolo como si fuera la joya más preciosa de todas.
-A…al fin…pude protegerte.-Pronunció en un susurro. Yuto sonrió y sus ojos se convirtieron en un par de medias lunas brillantes, su sonrisa era infantil y triunfante.
-Esas palabras estremecieron a Yamada. Un dolor dentro de su pecho lo atacó, una mezcla de dolor y felicidad infinita. Sintió sus manos libres y rodeó la figura del más alto. Su espalda estaba mojada y muy caliente.
El cuerpo de Yuto se volvió pesado y cayó en sus brazos.
-¡Yutooo!!- Gritó mientras caía de rodillas al piso con él otro entre sus brazos.
-Rápido, tenemos que llevarlo a que curen sus heridas.-Exclamó Chinen.
-No podemos ir a un hospital ahora porque nos harán preguntas.-Lo último que Yamada quería era dar explicaciones a un doctor que seguramente sólo creería que eran un par de chicos vándalos metidos en problemas.
-No te preocupes, recuerda que mi hermana mayor es enfermera, llevémoslo a mi casa- sugirió apresuradamente Chinen mientras tomaba un brazo del joven Yuto y lo pasaba detrás de su nuca y le indicaba a Yamada que hiciera lo mismo, fue algo difícil transportar a un malherido y casi inconsciente chico siseando de dolor incapaz de pronunciar una palabra.
En el autobús a casa de chinen, las miradas curiosas de algunos pasajeros los observan extrañados, pero al final logran llegar a su destino.
Atropellando las palabras, chinen le pidió ayuda desesperadamente a su hermana que se encontraba en la cocina, ésta corrió sin pensarlo en su auxilio mientras Yamada llevaba a Yuto a la habitación de huéspedes y lo dejaba sobre la cama.
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La puerta de la habitación se abrió después de unos minutos dejando salir a una joven alta y muy parecida a chinen.
-¿Cómo esta?-Preguntó Yamada con la preocupación dibujada en su rostro, mas presente que nunca.
La joven le dedicó una dulce mirada.
-Él está bien, se sentirá mejor por la mañana, aunque temo que tardará un par de días en recobrarse por completo y desafortunadamente es muy probable que le quede una cicatriz.-Terminó con un gesto de pena.
-Entiendo…-Su voz se apagó.
-Yama-chan, ¿Por qué no vas a verlo? ¿Puede hacerlo, cierto hermana?- Intervino Chinen.
-Claro, pero está dormido ahora.
-¿Eh? Ah…no yo ya debo irme, es muy tarde y-Yamada no pudo terminar debido a la enfermera de fuerte carácter.
-¡Nada de eso! Ya es muy tarde como para dejarte ir sólo a estas horas de la noche, llamaré a tus padres y te quedarás a dormir aquí, ya sabes que esta es tu casa-Exclamó la joven y se alejó hacia el comedor a buscar el teléfono.
-Sabes que cuando mi hermana dice algo debemos obedecerle.- Un avergonzado chinen puso su mano detrás de su cuello apenado.
-Está bien, muchas gracias…yo…-Yamada bajó su rostro para ocultar sus ojos llorosos.
-¡No digas nada y entra!-Dijo empujándolo al interior de la habitación.
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Dentro de la cocina la joven colgó el teléfono. Chinen estaba sentado en la mesa mirando la espalda de su hermana.
-Yuri…-Pronunció en casi un susurro la chica después de haber mantenido una alegre y despreocupada conversación con los padres de Yamada. El aludido que se encontraba detrás de ella con una mirada y movimientos cautelosos la escuchó atentamente.
-Sabes que confió en ti pero…quiero que sepas que si hay algo que pueda hacer por ti, sólo tienes de decírmelo, no le diré ni a nuestros padres ni a nadie…- La joven encontró la mirada de su hermano menor.
-Descuida hermana, todo está bajo con-
-¡No me digas eso cuando acabo de curar las heridas de ese chico!
Hubo un silencio un par de segundos y luego la chica continuó mirando a su hermano menor con preocupación.
-Cuando pienso en que pudo haber sido Ryosuke o peor aún, tú…en lugar de ese chico, yo…-la chica bajó su mirada y apretó los puños.
-Nee, todo está bien, en serio. -Chinen puso ambos brazos sobre los hombros de su hermana y la miró a los ojos lleno de seguridad, su hermana le sostuvo la mirada.-Arreglaré esto, lo prometo, no tendrás que preocuparte porque nos metamos en problemas o algo, no somos unos niños y sabemos cómo manejarlos, confía en mí cuando te digo que todo saldrá bien porque no creo que así sea, sino porque sé que así será. ¿De acuerdo?
Su hermana le dedicó una sonrisa y aliviada agarró a su hermano por el cuello.
-¡Ayyy nuestro pequeño Yuri luce tan confiable!! ¿Qué voy a hacer con este joven que se ha llevado a mi hermano menor eh?-Bromeó mientras despeinaba los cabellos del menor
-¡Suéltame! ¡Nee-chan! ¡Duele!!
-¡Eso es! ¡Ese ya suena como mi hermanito bebé! ¡Mejor ayúdame a preparar la cena!
-¡No quiero ayudarte! ¡Tú hazla sola!!
-¡Me ayudas o no comes!
-¡Ah! ¡Es cierto! ¡Debemos avisar a los padres de Nakajima-kun también! Seguro estarán preocupados.- Exclamó Chinen.
El semblante de su hermana cambió a uno serio de nuevo. -Ah, eso… no será necesario.
-¿Por qué?
-Veras….-La joven descompuso su rostro en una expresión de incomodidad.
……………………………………
Dentro de la habitación de huéspedes que amablemente le habían brindado a Yuto para que descansara, se encontraba éste sumido en un profundo sueño, entumecido por los sedantes para no desmayarse del dolor, arropado y boca abajo.La cicatriz de la quemadura en su espalda tal vez sería permanente, pero estaría allí para recordarle lo mucho que significaba Yamada para él.
Yamada estaba sentado en una silla junto a él; con los puños humedecidos y apretados que temblaban sobre sus rodillas. Por sus mejillas se deslizaban brillantes hilos plateados mientras mordía su labio para callar sus sollozos.
-Idiota…. -Susurró -Eres el idiota más grande de todos por haberme salvado, ojalá yo estuviera en tu lugar…
Por unos instantes hubo un silencio y después se rompió.
-Si estuvieras en mi lugar, entonces yo desearía estar en el tuyo y jamás terminaríamos.-Una voz somnolienta y débil habló, Yamada levantó su mirada asombrado y encontró los ojos de Yuto, abiertos y dedicándole una cálida expresión como la de hace momentos antes de desmayarse.
-Yuto…tú ¡dime! ¿Por qué hiciste todo esto? ¿Fue por culpabilidad? ¿Arrepentimiento? Porque si es así tú no tienes la culp-
-Me gustas, me gustaste desde que platicamos de los pasteles ese día, no he dejado de pensar en ti, y no importa lo que digas no cambiaré de opinión, estoy seguro de mis sentimientos porque me he jurado protegerte.-La mirada de Yuto se intensificó y se clavó en Yamada.
El rostro de Yamada se enrojeció al escuchar esa confesión y se quedó sin habla unos instantes asimilándolo todo.
-No tienes que responderme o corresponderme, sólo…sólo déjame estar a tu lado y protegerte hasta que encuentres a alguien.- Yuto miró hacia un punto perdido en el piso de la habitación.
-¿Por qué yo?- Preguntó Yamada -aun sonrojado- luego de un par de segundos.
-Porque así lo he decidido y una vez que tomo una decisión no hay manera de echarme para atrás.-Afirmó muy seguro de sí mismo.
-Estas muy cansado, no deberías de decir tonterías ahora, descansa y mañana platicaremos- Yamada estaba visiblemente sonrojado evitando la mirada de Yuto que sabría que no podría aguantar, su corazón palpitaba muy rápido y podía escucharlo en sus oídos.
-Está bien, estoy de acuerdo contigo en lo de estar cansado. -Yuto lanzó un bostezo.
-Duerme, debemos avisarle a tu familia que estás a salvo.-Recordó Yamada.
-No necesito eso.
-Pero estarán preocupados.- Insistió.
-No te preocupes, en serio.-Terminó cerrando los ojos.
-Pero…-Yamda estaba a punto de alegar de nuevo cuando Yuto habló primero.
-Yo…no tengo padres.
Yamada se quedó sin palabras cuando Yuto bostezó de nuevo y hablando somnoliento dijo:
Soy huérfano, tengo un tutor pero él está fuera de la cuidad ahora así que…no…-Poco a poco se quedó dormido hasta que empezó a roncar suavemente,un sonido tan arrullador como una canción de cuna.
Yamada admiró ese apacible rostro que no conocía ni el odio ni el rencor, era como un niño pequeño.
El pecho de Yamada se encogió un poco al pensar que probablemente esa expresión solitaria la había tenido este niño pequeño durante toda su vida.
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La puerta de la sala del director se abre dejando entrar a un joven que entra con demasiada confianza en sí mismo.
-Me alegra que haya llegado Yamaguchi-kun, se preguntará para que lo llamé hoy. -Comienza el maestro sentado en su silla de cuero mirando fijamente al menor.
El joven, sólo se sienta, expectante en uno de los sillones frente al hombre.
-Me parece que está al tanto de los constantes casos de acoso escolar que se han dado últimamente en el campus,-continuó el maestro detrás de su gran escritorio.
Sin embargo a pesar de las constantes indirectas por parte del docente, el joven dice no saber nada sosteniendo un rostro con una perfecta indiferencia.
El director hace notar la importancia de la reputación e influencia de los padres del chico en la vida política y lo triste y poco ventajoso en su carrera que sería que se descubriera que su hijo cometía actos de acoso.
-El acoso escolar es serenamente castigado en nuestra instrucción- dice el joven hipócrita- y a pesar de sus suposiciones, usted no posee pruebas de que yo sea uno de los que están propagando estos actos en su escuela, podría ser cualquiera, seguramente, es más de una persona.
-Me alegra que el que lo mencione sea usted, Yamaguchi-kun -Termina el director.
En ese momento, el maestro le muestra un celular, presiona el botón de play y ambos escuchan la grabación en donde mencionan su nombre, su voz, la voz y nombres de otros chicos que solo él reconoce.
El maestro ve el perfecto rostro de indiferencia del joven descompuesto en una terrible mueca de vergüenza y odio.
Mientras tanto Chinen se encuentra en la habitación contigua escuchando todo con una sonrisa en su rostro.
Al lejos se ve como un maestro que cumple con su deber y un joven de estatura baja intercambian reverencias de agradecimiento y sonrisas para luego despedirse.
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Dentro de una pequeña habitación, un par de chicos conversan.
-Ahora que esos chicos han sido expulsados ya no tendrás que preocuparte de nada. Debo admitir que la idea de grabar todo lo que sucedió en la cocina fue muy buena, ese Chinen siempre va dos pasos adelante.-Yuto hablaba sin preocupaciones como la calma después de la tormenta .
-Aun no te he agradecido apropiadamente…por…salvarme.- Yamada bajó la voz un poco pero Yuto lo escuchó claramente.
-Si en verdad quieres hacerlo entonces prepárame algo. ¡Ya sé! ¿Qué te parece si me cocinas un pastel?
-¿Un pastel?-Yamada parecía feliz con la propuesta.
-¡Claro! Realmente quiero probar algo hecho por ti- Yuto le lanzó una dulce sonrisa con la que casi le detuvo el corazón.
-¡Se-seguro!-Se limitó a decir muy nervioso.
Luego de unos momentos Yamada comenzó a preguntarle cosas a Yuto:
-¿Te gusto aun con mi manía por la repostería?-Preguntó con una voz temerosa.
-Claro, podremos comer tus ricos pasteles.-Respondió sonriendo.
-Eso suena a que me tendrás se tu esclavo en la cocina- Yamada hizo un puchero-
A yuto le gustó demasiado ese pensamiento que aunque apartó de su mente en ese momento, no lo olvidó.
-¿Te gusto a pesar de mi gusto por los peluches?- Volvió a preguntar con inseguridad.
-Claro, me gusta ver tu rostro y tu reacción al mirarlos.
-Ah. Oye, espera, ¿cuándo me has visto?- Yamada abrió sus ojos y lo miró extrañado.
-Ah…puedes preguntárselo a ichigo-chan-Respondió Yuto con mirada traviesa y divertida.
-¡Eh!? O sea que ichigo-chan…es tu…tú fuiste quien… ¡Ah!! ¡Qué vergonzoso!!- Yamda intentó ocultar su rostro enrojecido pero fue atrapado por las manos de yuto quien gentilmente depositó un beso en su nariz, seguro de que su Yamada era la cosa más adorable que jamás haya visto en su vida. Desde ahora no se apartaría de su lado y siempre lo protegería.
-¿Y te gusto a pesar de que me gusta ver el canal de cocina?-Continuó.
-Sí.
-¿Y que mi debilidad son las fresas?
-Sí, eso me encanta.
- ¿Y a pesar de que me gusta hacer manualidades y los deberes del hogar?
-Sí, sí.
-¿YaPesarDeQueMeGustanLosGruposDeChicasPeroNoTengoElValorDeIrAuNcOnciertoPorMiMismoYmEvIstoDeMujer
ParaQueNadieSeDeCuenta
y a pesar de que me gusta que los demás me consientan?
-Ya te dije quessspera! ¿Qué dijiste?-el semblante de yuto pasó de “tranquilidad” a “modo de alerta”.
-Que me cons-
-¡No, no, no! ¡Antes!-Interrumpió Yuto.
-¿Ahmm... las fresas?- inquirió Yamada fingiendo inocencia.
-Un momento… ¡o sea que la chica del pañuelo!! … ¡Tú pañuelo! ...-Pronunció Yuto abriendo los ojos como platos.
-¡Ah! ¡Tengo que ir a preparar la cena!! ¡Jaja que tarde es!- Yamada rió de forma nerviosa y se alejó del mayor- Bueno tú descansa Yut- pero fue jalado de vuelta a su lado por su fuerte agarre, entonces miró al más alto.
-¿Podrías ponerte esas ropas de nuevo?- Los ojos negros de Yuto se calvaron en los del menor estremeciéndolo.
-p-p-p-pepe pero ¿Qué estás diciendo? ¡Eres un pervertido! ¡Suéltame! ¡Eso no es algo que alguien convaleciente debería decir!- Yamada gritó y forcejeó mas rojo que los tomates que tanto odia.
-Perdona, sólo bromeo- Lo jaló consigo a la orilla de la cama, dejó descansar su pecho en la espalda de Yamada mientras puso su mentón en el hombro de éste y sostuvo su mano
-Más que verte usar esa ropa…preferiría quitártela.- Susurró en su oído haciendo que todo el color del rostro de Yamada lo abandonara de repente.
-¿¡Eh!!?-Exclamó antes de caer directo a la cama, espaldas sobre el colchón. Yuto se levantó y se puso sobre el muchacho apoyando ambos brazos a cada lado de la cabeza de Yamada y sus piernas entre las suyas.
-E-e- ¡Estás loco! ¡Bájate!- Yamada lloriqueó asustado.
-Así es, estoy loco…y es por tu culpa…espero que te hagas responsable…-Pronunció en una grave y sensual voz besando su cuello. Esa voz resonó en sus oídos y se quedó dentro de él causando un doloroso mar de sensaciones.
-¡Ah!-gimió desprevenido al sentir los labios de yuto contra su piel que ardía, la voz de Yamada sólo iba aumentando el deseo y la ansiedad dentro de yuto.
-¡¿Responsable de que!? ¿Cómo!?-Gritó aferrándose a los brazos del yuto mientras sus mejillas se tornaban de un sutil carmesí.
-Sólo hay una forma de curarme...-Yuto susurró de nuevo con su ronca voz. Enchinando la piel del otro.
-¿Cu-cual?-preguntó Yamada entre lágrimas temiendo la respuesta, pero era peor la curiosidad en él.
Sus miradas se encontraron, intensas, temerosas y deseosas.
-Que te quedes a mi lado, pronunció antes de besarlo. Los labios de Yamada acogieron a los de yuto dentro de su boca dándole una cálida, tímida y apasionada bienvenida, Yamada rodeó con sus brazos en cuello de yuto y se separó del beso para hablar.
-Yuto…te quiero-Pronunció en un susurro y volvió a besarlo. Ese nombre que desde ahora repetiría en momentos de alegría, enojo, tristeza, diversión, desenfreno y felicidad.
FIN
¡n.nU perdón! Les debo el hard para otra ocasión jeje. No tenía intención de escribir hard en esta historia. Pero espero que les haya gustado a pesar de que hice este capítulo suuper largo y fluffy
Acepto sugerencias, quejas, opiniones y que me digan en dónde cometí errores, siempre se me ocurre escribir a partir de las 2am y ya mi cerebro no funciona bien tan tarde T.T
Últimamente disfruto más de leer fics en lugar de hacerlos pero si a alguien le gusta lo que hago, ¡que me lo haga saber! No tengan miedo o pereza de hablarme!
siempre es un gusto leer lo que piensan!
Si no, se me va la motivación, (tanto hermoso y prefecto fic de EXO que he estado leyendo me ha bajado los ánimos y la seguridad para seguir con mis proyectos, los demás fics son tan bellos que no creo poder hacer algo similar y me deprimo, ah..sin contar los bloqueos mentales que me dan! >,<)
¡Pero si cuento con su apoyo puedo seguir! ^o^
Muchisisimas gracias por leer! Denme su opinión y digan si les gustó o no dejándome un comment onegaii!! <3