Au entre los AU + Lemon

Jul 30, 2006 17:43

Fastidio. Esa era la única palabra que podía describirlo en ese momento.

Tan bien que estaba a punto de irse a dormir cuando le avisan que uno de los estudiantes especiales caía a los brazos de Madame Pompfrey durante la muerte del día.

Y para colmo de males…

Es uno de los gemelos Director Snape… Aunque sus bromas no nos dejaron saber cuál de los dos era…

Paso rápido y silencioso. Solo haría el protocolo de ver cómo estaba -ojalá muriéndose y sufriendo mucho -, si necesitaba algo -un pasaje de vuelta a su casa en un féretro -, etc, etc…

-Justo uno de los Weas… de los Hitachiin…

Darse cuenta que los anteriores gemelos Gryffindor no habían terminado de abandonar su cabeza no ayudó mucho a mejorar su humor.

Abrió la puerta de la enfermería con sigilo -supuso que a medianoche el muchacho estaría durmiendo y la enfermera cuidándolo - y caminó hasta la mitad de la sala, lugar en donde pudo escuchar claramente aquellas voces.

-Vete ya Kaoru…
-No me iré. Le dije a Madame Pompy que te cuidaría.
-Madame Pompfrey Kaoru…
-Pues le hizo gracia que le dijera Pompy…

Snape solo se tomó la cabeza con ambas manos antes de querer dar el siguiente paso.

-Anda a dormir.
-Que no lo voy a hacer. -una risa corta y sonido de sábanas moviéndose y camas crujiendo llamó la atención del profesor, quién se sorprendió a sí mismo escondiéndose en un biombo contiguo (aprovechando la separación nocturna con cortinas) para ver y oír claramente -Voy a convencerte de que la mejor idea es que me quede aquí…

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Entró a su sala con tres cuartos de hora de anticipación. Tenía que hacer la lista de ingredientes para las pociones que utilizaría con los chicos de séptimo y con todo el trabajo que tenía como director y profesor de demasiadas materias, aún no acababa con ninguno de sus deberes.

Pero oh~sorpresa…

…el aula no estaba vacía.

Durmiendo profundamente sobre su pupitre -tercero de adelante hacia atrás en la segunda fila desde la puerta hacia la pared -Hitachiin Kaoru recuperaba las horas de sueño que Snape sabía no había tenido durante la noche recién pasada.

-Mocoso irresponsable…

Al acercarse a él notó que todos sus libros estaban en el asiento del lado, incluyendo el kilométrico pergamino que les había hecho escribir sobre pociones relacionadas con el movimiento de fotografías, pinturas o estatuas.

Lo tomó del hombro para despertarlo, pero solo logró que el muchacho cambiara de posición, durmiendo ahora sobre su silla, con la cabeza ligeramente inclinada sobre su hombro y los labios entreabiertos. Iba despeinado y llevaba bajo la túnica negra abierta, la misma ropa del día anterior, a excepción de la camiseta, que la había cambiado por la que su hermano lucía ayer.

-Kaoru, ya vete, tienes que hacer el pergamino que Snapy pidió. Yo tengo excusa para no ir y entregarlo después, pero tú no.
-No te preocupes por eso. Tú solo tienes que ocuparte de recuperarte y tomar la poción que Madame Pompey dejó para ti. Ya te dije, te convenceré de que es lo mejor que me quede.
-¿Y cómo se supone que harás  eso?

Las mejillas del profesor se tiñeron levemente de carmín al recordar la determinación del durmiente muchacho a la hora de levantar las sábanas y enterrar la cabeza entre las piernas de su hermano…

Así cubiertos por las cobijas solo se perdía los detalles, pero el movimiento era claramente visible -e identificable- desde su posición, y para los menos duchos de mente, pues los gemidos de Hikaru y sus palabras eran pista más que suficiente.

Kaoru salió de entre las sábanas con una sonrisa y tragando lo que había recibido. Sonrió a su hermano mientras este negaba divertido. El menor de los gemelos se limpió la comisura de los labios y lamió sus dedos de todo resto que hubiera quedado. Luego dio un largo beso a su hermano y se recostó junto a él unos momentos.

-Tómate la poción Hikaru.
-De acuerdo, de acuerdo, tú ganas…

El mayor pronto se quedó dormido, aprovechando el otro para sacar algunos libros y sus pergaminos. Para sorpresa de Snape, comenzó ahí mismo a hacer los deberes que le había enviado ese día en la tarde.

Pensar que ese muchachito quinceañero que tenía durmiendo pesadamente frente a él era un gemelo incestuoso y homosexual… Supuso que todo era parte del paquete de extravagancia caminante que eran esos dos -incluso el muchacho rubio que venía con ellos -Cabellos de vivo color, esos ojos relucientes, pieles suaves y tersas, cuerpos bien moldeados y personalidades extrovertidas.

Snape extendió una mano y acarició de forma un tanto ruda los labios entreabiertos del gemelo.

Treinta y cinco minutos para que los demás comenzaran a llegar.

-Imperius… -murmuró, sintiendo un súbito movimiento por parte del muchacho. -Kaoru…

Los ojos dorados, completamente idos de toda realidad, se abrieron lentamente y le observaron con una devoción digna de los sirvientes leales que le hizo temblar la espina.

Juntos caminaron hacia la pared que seguía a la puerta. En esa posición al menos tenían algunos segundos extras en caso de que alguien tuviera la pésima ocurrencia de llegar más temprano.

-Te quedarás dormido y no alcanzarás a llegar… Snapy te castigará…
-De eso me encargo yo Hikaru… ahora duerme…

La espalda pegada a la pared y el muchacho de rodillas frente a él, tragando con la misma facilidad que lo hacía con su hermano.

Dato útil… Hitachiin Kaoru no tenía sexo SOLO con Hikaru… La profundidad de su garganta así lo indicaba.

El orgasmo llegó un poco apresurado por el recuerdo de la noche anterior y el tiempo que había pasado desde que había tenido relaciones con un alumno. Entonces ordenó a Kaoru levantarse para abrazarlo por su estrecha cintura y besarlo mientras ambas manos se apoderaban de sus nalgas firmes, apretando y arrancando un gemido ahogado al muchacho. Snape deslizó su lengua por la garganta de Kaoru, saboreándose a sí mismo y disfrutando de paso esa pequeña venganza contra el gemelo altanero y bocón que era Hikaru.

Ya con la capa negra retirada, los pantalones no fueron mayor problema. Masturbarlo mientras movía sus dedos dentro de él fue un preludio delicioso y grato, más bajo la orden de silencio absoluto, disfrutando como el joven se mordía los labios hasta hacerlos sangrar, lamiéndolos después para degustar el dulce sabor de la sangre que bajaba por su barbilla.

El mayor entonces le tomó la cadera con ambas manos y comenzó a entrar lentamente, al principio, aunque la estrechez y calidez pronto le hicieron perder la calma, empalando a Kaoru con prisa y profundidad.

-Sensei…

La palabra sorprendió a Snape, quién no se había dado cuenta del momento en que la maldición prohibida se había roto, pero lo cierto era que el placer tomaba el lugar del hechizo, manteniendo a Kaoru bajo su absoluto control.

El Hitachiin por su parte se hallaba en otro mundo. No sabía en qué momento había comenzado a tener sexo con Snape, y lo cierto era que en ese momento no le importaba en lo absoluto. Su escasa concentración y atención estaban puestas en las caricias ásperas del profesor sobre su pene y sus tetillas, disfrutando de las embestidas de un miembro más ancho de lo que estaba acostumbrado y de un placer más rudo que le gustaba de sobremanera.

El orgasmo los pilló a ambos con un quejido conjunto que intentaron ahogar contra la pared. Quedaban ocho minutos para que comenzaran a llegar los demás y tenían que reubicarse con rapidez.

Kaoru estaba agotado, y se dejó caer por la pared, sin atreverse a mirar hacia atrás y conformar que era nada menos que Severus Snape con quien se había mandado el revolcón más exquisito en lo que iba del año…

-Obliviate…

________

-Kaoru-kun…
-¿…Eh?

El pelirrojo abrió los ojos. Estaba dormido sobre su pupitre. Al darse cuenta se levantó rápidamente, pasando a llevar a Snape que estaba a su lado.

-Yo… estaba dormido… lo siento…
-Supe que estuviste cuidando a tu hermano durante la noche. -dijo el adulto con su severidad de siempre -Ve a tu torre y tómate la mañana. En la tarde retomarás tus clases.
-…¿En serio?
-Leí tu tarea -indicando el largo pergamino sobre el escritorio del profesor, mientras los primeros alumnos comenzaban a entrar al aula -Está correcta y te valdrá algunos puntos extras. Ahora vete que debo comenzar la clase.

Lentamente Kaoru recogió sus cosas, notando un punzante dolor en su trasero que evitaba que se moviera con libertad.

Considerando sus confusos recuerdos desde la noche anterior, supuso que Hikaru había sido más rudo de lo normal…

Snape no lo siguió con la mirada cuando salió, pero sonrió casi imperceptiblemente.

Quizás no sería tan malo tener a esos gemelos del mal después de todo…
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