¡Eso es Mentira!

Jun 30, 2014 03:11


12. Mentir.
Alice nunca había sido amiga de las mentiras, ni siquiera de las piadosas o las dichas “por su bien”, fuera el que fuera. Una mentira no llevaba más que a otra mentira, y ésta a otra, luego a otra y, cuando te dabas cuenta, estabas metido hasta el cuello en una red de mentiras y falsas verdades de las que era imposible salir sin meter la pata.  Y hasta el fondo.

Pero mientras miraba a Frank, pensó que, a lo mejor, una mentirijilla, podría ayudarle a saber qué pensaba realmente el chico de ella. Eran muy buenos amigos pese a que nunca se habían llamado por el nombre y eran simplemente Morgan y Longbottom. Nunca habían llegado al punto de confesarse sus sueños, aspiraciones o secretos, pero si era cierto que confiaban el uno en el otro como pueden confiar dos amigos y compañeros. A Alice le gustaba de él, su sinceridad y buen humor,  ese afán de superación que tenía y lo mucho que se preocupaba por sus amigos. Era tremendamente leal y eso, en los tiempos que corrían, era algo que había que tener mucho en cuenta. Un punto a favor para cualquier persona. Pero Alice quería saber que veía Frank en ella… o mejor dicho, cómo la veía. Y eso no podía simplemente ir y preguntárselo porque, conociéndole, se pondría rojo como un tomate y eludiría la pregunta. Le había visto hacerlo cuando alguna chica se acercaba a preguntarle si quería salir con él y él, de repente, vergonzoso, respondía con monosílabos.

Así era Frank Longbottom, lleno de contradicciones, capaz de sonrojarse por una chica pero, al mismo tiempo, audaz y valiente cuando tenía que enfrentarse a un reto.

-¿Crees que esto funcionará?

Alice apartó la mirada de Frank y la posó sobre John Roberts, su primer amor o, mejor dicho, el primer chico que le gustó. Le sonrió como respuesta. Ya no sentía nada por él, pero eso no impedía que tuvieran una buena amistad, que fueran buenos compañeros.

-Espero que si -respondió volviendo su atención a Frank. Se sentía mal por lo que iba a hacer, pero el único modo de obtener respuestas -Si de verdad le importa, lo demostrará.

-Si tú lo dices… -John no parecía convencido, pero Alice hizo caso omiso de su pesimismo.

Intentar darle celos al chico que te gusta para saber que siente él realmente por ti, no era la mejor idea que había tenido. Y tampoco estaba nada convencida de que fuera a salir bien. Era posible que quedara como una idiota, pero tenía que arriesgarse o quedar como una idiota de verdad por no haber tenido el valor de hacerlo. Siempre había escuchado que era mejor arrepentirte de las cosas que habías hecho que hacerlo de aquellas que no habías hecho.

Su plan era verse con Roberts más tiempo de lo que sería normal entre dos amigos de diferentes casas. Tendría que ser el tiempo suficiente para que resultara sospechoso y empezaran a correr los rumores sobre si habría algo entre ellos o no. Esperaba que esos rumores llegaran a oídos de Frank.

La primera oportunidad de llevar a cabo su plan, llegó sin esperarlo. El profesor Slugorn les puso a Roberts y a ella juntos para hacer un trabajo. Miró de reojo a Frank, lo más disimuladamente que pudo, y no lo vio muy feliz, aunque quizá fuera porque no le había tocado con ninguno de sus amigos.

-¿Te parece bien que quedemos en la sala cerca de las cocinas? -propuso John y al ver que ella negaba, chasqueó la lengua -Cierto, tiene que vernos.

Roberts había sido muy amable al ser su complice en ese montaje, en fingir en público, que había algo entre ellos más allá de una simple amistad. Apenas un año antes, Alice habría estado saltando de la alegría ante la oportunidad de hacer un trabajo con él, pero eso fue antes de darse cuenta de que le gustaba realmente Frank y que había estado tan obsesionada con John, que había pasado a su compañero por alto.

-No tienes por qué hacer esto, John.

-No eres la única que puede salir ganando con esto, Alice -sonrió como respuesta y ella se animó -Es posible que yo también busque llamar la atención de alguien.

-¡Vaya! ¿Y puede saberse quien es? -alzó una ceja, sonriendo.

-Si sale bien, lo sabrás -respondió muy enigmático mientras se encaminaban hacia el comedor.
Durante la comida, a Alice no le pasó por alto el gesto huraño de Frank y más de una vez le pilló mirándola. Luego, fruncía más el ceño y la apartaba. No sabía cómo tomarse el hecho de que pareciera tan enfadado y, además, que pareciera estarlo con ella. Pero no dejó que aquello le desanimara.

Su ánimo decayó cuando llegó a la biblioteca esa tarde y Frank no estaba por ningún sitio. Sabía que él era de los primeros en llegar porque le gustaba la mesa que había cerca de las estanterías, donde podía evitar el tráfico de la gente entrando y saliendo. Esa tarde, la mesa estaba ocupada por otros compañeros. Una mirada a la gran biblioteca le bastó para darse cuenta de que ni él ni su compañera, estaban allí.

En una de esas ocasiones en las que John y ella se levantaron para ir a las estanterías, cuando volvieron, se encontró con la mirada de Frank, sentado a unas mesas de distancia de ellos.

-Ya está aquí -le murmuró a John mientras tomaban asiento.

-Allá vamos.

Le cogió la mano por encima de la mesa, acariciándola tiernamente con el pulgar, mientras le hablaba mirándola a la cara, como si estuviera tan absorto en ella, que todo lo demás carecía de sentido e importancia. Con la mano libre, Alice bajó la mirada, fingiendo estar sonrojada y cohibida, y se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. Quiso mirar a Frank para ver su reacción pero, cuando fue a hacerlo, John la paró.

-Está mirando y no parece contento -él quedaba de cara a Frank y ella, dándole la espalda -Creo que si las miradas mataran, ahora mismo estaría enterrado en un foso.

-¿Enserio? -estaba entusiasmada, pero se negaba a dejarse llevar por el entusiasmo.

-Me alegra que te alegre tanto la idea de que me entierren en un foso -su tono era serio, pero sus ojos brillaban de risa.

-¡Oh, calla! -sonrió y le dio un golpecito en el brazo.

Cualquiera que les viera, daría por hecho que tonteaban descaradamente. Solo esperaba que aquello no le perjudicara.

Roberts y ella se habían pasado tanto tiempo fingiendo ser algo que  no eran que, cuando llegó la hora de la cena, aún no habían terminado el trabajo, por lo que se fueron a las cocinas y lo terminaron mientras cenaban.

Esa noche, en vez de ponerse el pijama y tumbarse en la cama a leer un rato, bajó a la Sala Común, sabiendo que Frank estaría en ella. No estaba, pero no tardó en bajar y parecía sorprendido de verla. Nunca se habían mostrado cohibidos el uno con el otro, pero esa noche, Frank no parecía cómo comportarse en su presencia y ella no sabía muy bien qué decir. Le hizo sitio para que se sentara a su lado en el sofá y luego estuvieron los dos un buen rato sin decir nada, metidos en sus lecturas. Ella fingía estar absorta en su lectura, pero dudaba que Frank estuviera leyendo mucho con el libro al revés. Lo más gracioso, es que no parecía ni haberse dado cuenta. A veces, Frank era tan mono, que Alice le daban ganas de achucharlo como a un osito de peluche y restregar suavemente su nariz contra la de él.

-¿Qué tal os ha ido en el trabajo de Pociones?

Alguien debía de romper ese incómodo y raro silencio entre ellos, ¿no?

-Lo hemos hecho -respondió con sequedad, como si no quisiera hablar del tema, pero Alice no pensaba dejar pasar esa oportunidad. -¿Y tú en el tuyo?

Se notaba que Frank habría preferido morderse la lengua antes que preguntarle por el suyo, pero Alice se alegró de que lo hubiera hecho. Esa reacción tan cortante que estaba teniendo hacia ella, le hacía qué pensar y Alice quería averiguar qué parte era debida a ella. Además, no le pasó por alto que hizo referencia a su trabajo, no al de Roberts y ella.

-¡Genial! -intentó infundirle a su tono, todo el entusiasmo que fue capaz, hablando como estaba, de un aburrido trabajo de clase -John sabe mucho de Pociones, ¿sabes? Se le ha ocurrido la genial idea de…

En todo momento, no perdió detalle a la expresión de Frank y no parecía para nada contento. Alice temía que, en cualquier momento, se levantara de golpe y la mandara callar con un grito. No sabría decir si ese enfado eran producto de los celos o qué, pero estaba claro que no soportaba que hablaran de Roberts.

-Que bien -su tono no podía ser más desapasionado pero, al mismo tiempo, llevaba implícito mucho rencor y rabia. Aquello le dio esperanzas.

-Frank, ¿estás bien? No tienes buena cara.

Dime que no soportas verme cerca de Roberts. Dime que me quieres para ti y que no me acerque a nadie. Dime que son celos eso que quiero ver en ti, en tus ojos y tu expresión. Dime que no me equivoco al creer que puedes sentir algo por mí.

-No es nada, solo me duele la cabeza -era una mentira en toda regla, pero aunque quería decir algo, se mordió la lengua y permitió que el chico se levantara y se marchara a su habitación.

-Buenas noches, Frank. Que te mejores.
Lo siguió con la mirada hasta que desapareció y aunque no se habían aclarado todas sus dudas, no pudo evitar que una gran sonrisa aflorara en sus labios. La cosa prometía. Si Frank no hubiera estado molesto con ella -o con el hecho de que le hubiera visto en actitud cariñosa con Roberts-le hubiera contado que le pasaba y nunca le hubiera mentido. Si había callado era porque, en realidad, se trataba de ella.

Fue a levantarse para irse a dormir, cuando vio que Frank se había dejado el libro en el sofá. Lo cogió y al ver la primera página en blanco, se le ocurrió una idea. Era una locura y posiblemente acabaría sintiendo vergüenza si el tiro le salía por la culata, pero quizá aquello le daría el empujón necesario a Frank, en el caso de que lo necesitara. Si la cosa salía mal, siempre le quedaría la idea de que lo había intentado, al menos, y que no se había ido del colegio sin decírselo.

Cogió una pluma y escribió un par de líneas.

Frank, querría hacer todos los trabajos de Pociones del mundo si eso implica pasar el máximo de tiempo posible contigo.

Alice.
Satisfecha, cerró el libro y se lo llevó arriba. Antes de pasar por su habitación, pasó por la de los chicos y dejó el libro en el suelo, junto a la puerta.

Las cartas estaban echadas.

mentir, hp, frank y alice longbottom, fralice, 30 vicios, harry potter, frank/alice

Previous post Next post
Up