[exo fanfic trad] raise your expectations (5/7)

Dec 14, 2015 02:31



Salir con Chanyeol es como el arcoíris tras una fuerte tormenta. Un truco de la luz que hace que Joonmyun vea colores que no ha visto desde que era niño, cuando la vida empezó a machacarlo de forma lenta pero constante.
-Es como si te hubieran poseído los alienígenas -dice Jongin-. Deja de sonreír de forma tan siniestra, hyung.

-Lo siento -murmura Joonmyun, y Chanyeol se les une, abrazando a Joonmyun por la cintura y apoyando la cabeza en su hombro.

-Es una broma -dice Jongin-. Me gusta cuando eres feliz. -Desvía la mirada a Chanyeol-. Aunque tus gustos sean, bueno...

-¿Qué hay de malo en mí? -dice Chanyeol, y su voz suena tan cerca que reverbera por la columna de Joonmyun.

-Todo -sentencia Jongin-. Sigo enfadado contigo por estropearme mi camisa favorita con aquellos arándanos.

-¡Hace meses de eso! -Joonmyun se ríe y se apoya en el pecho de Chanyeol. Chanyeol tiene una mano pegada a su estómago. Tienen que abrir la tienda en diez minutos, debería sacar el chocolate del frigorífico ya.... -. ¡Y tú me los pusiste en la cara!

-Que ya estaba estropeada de por sí -explica Jongin-. No era fantástica como mi camisa favorita.

Siguen discutiendo y Joonmyun los observa con infinita paciencia, porque le resulta imposible reunir preocupación suficiente cuando tiene la mano de Chanyeol trazando la forma de su ombligo a través de la camisa.

En realidad nada ha cambiado demasiado. Chanyeol sigue agarrándolo y atrayéndolo hacia sí y maravillándose por lo pequeño que es Joonmyun. Joonmyun sigue preocupándose por la salud de Chanyeol y lo obliga a llevar una chaqueta aunque estén en plena primavera. Siguen hablando de todo un poco, y los pies de Chanyeol juegan con los suyos bajo la mesa cuando están solos, y a veces cuando no lo están.

Joonmyun compra vasos de plástico para su piso, aunque Jongdae piense que son cutres.

Cuando salen en «citas sorpresa», en las que Chanyeol secuestra a Joonmyun de su apartamento y lo arrastra a la calle, alejándolo de la colada o de lo que sea que Joonmyun está haciendo, no se cogen de la mano. Son demasiado mayores para librarse de lo que eso implica. Pero los nudillos de Chanyeol rozan los suyos y en los autobuses, Chanyeol apoya su cabeza en la de Joonmyun, y le sonríe como si fuera la única persona que hay en el mundo entero.

Pasan las tardes en el apartamento de Jongdae y Joonmyun, Chanyeol sumergido en las novelas que lee para clase y Joonmyun encajado en los espacios que el larguísimo cuerpo de Chanyeol deja en el sofá con un libro propio.

-¿Esto te aburre? -pregunta Joonmyun, y Chanyeol, como siempre, niega con la cabeza.

-Es agradable -dice-. No tengo que sorprenderte ni entretenerte. Eso está genial.

-Nunca tienes por qué hacerlo -dice Joonmyun.

-Lo sé -responde Chanyeol-. ¿Sabes por qué me gusta la literatura? -Levanta el brazo de Joonmyun y le besa el interior de la muñeca, con los labios justo sobre la vena-. Me resulta reconfortante, sumergirme en las vidas de otras personas y ver el mundo desde cientos de perspectivas.

-Por eso estudio historia -dice Joonmyun-. La importancia que tiene...

-Si le hubiera dicho eso a mi padre, habría gruñido. Mi hermana también. Pero contigo no tengo que explicarme. Tú me entiendes. Y no es solo con esto, es con todo. -Chanyeol desliza los labios por el interior del brazo de Joonmyun, y acaricia con la nariz la curva de su codo. Joonmyun tiene un escalofrío cuando Chanyeol exhala-. Contigo, puedo ser como soy.

Joonmyun lo agarra del cuello y hunde los dedos en el cabello grueso de su nuca. Chanyeol lo mira con los ojos brillantes, sujetando aún la muñeca de Joonmyun, pero entonces la baja para que Joonmyun pueda atraerlo hacia él.

-Esto es mucho más de lo que jamás habría esperado -dice Joonmyun, y Chanyeol lo abraza, fuerte y sólido y cálido.

-Tienes que aumentar tus expectativas -dice Chanyeol, apoyando la cabeza en el hueco de su cuello, y Joonmyun se maravilla por las emociones que hay en su interior, que parecen demasiado grandes para que su cuerpo las contenga.



-No tienes que hacerlo si no quieres -dice Joonmyun.

-Quiero hacerlo -replica Chanyeol. Habla más bajo de lo normal, por respeto al eco de los pasillos, pero suena seguro-. Ya te lo dije, quiero saber más de ti.

-Cierto -dice Joonmyun, y abre la puerta. Su madre está despierta hoy. Su piel tiene un tono verdoso, pero tiene mejor aspecto que la última vez-. Eh, mamá, he traído a mi amigo Chanyeol.

-Hace tiempo que quería conocerte -dice ella-. Joonmyunnie habla de ti todo el tiempo.

-Espero que de todo eso que dice solo la mitad sea sobre los vasos que rompo en la tienda.

-Solo un tercio -responde la mujer, y Chanyeol se ríe. El nudo de tensión dentro de Joonmyun, que era del tamaño de un puño, se afloja.

-Estoy seguro de que se lo dicen mucho, pero hyung tiene la misma sonrisa que usted.

Los ojos de la madre de Joonmyun brillan; esa es la magia de Chanyeol.

Chanyeol le habla a su madre de todo tipo de cosas, como los nuevos sabores de las copas de helado con los que Jongdae está experimentando o sobre la necesidad impulsiva de Joonmyun de malcriar a Zitao, y sobre la apuesta que han hecho Jongin y Baekhyun de que Jongin no puede conseguir el teléfono de diez chicas para finales de abril.

La madre de Joonmyun está tan encandilada con Chanyeol como el propio Joonmyun, y parece genuinamente triste cuando la enfermera entra a decirle que es la hora del tratamiento.

-¿Volverás? -pregunta con tono melancólico, y Chanyeol asiente con entusiasmo; los rizos le rebotan en la frente y sus orejas grandes sobresalen de entre los mechones. A Joonmyun le duele el pecho, pero es un dolor bueno.

Cuando están saliendo del hospital, Joonmyun tira de la manga de Chanyeol para llamar su atención.

-Gracias -dice, y coge a Chanyeol por sorpresa-. De verdad que eres como un virus de la felicidad o algo así. La has hecho tan... -Joonmyun se ríe-. Bueno, feliz.

-Pero si no he hecho nada. -La sorpresa de Chanyeol se convierte en diversión-. Se parece tanto a ti, hyung. También es amable como tú.

-¿Te merezco? -pregunta Joonmyun, e intenta que suene a broma, pero Chanyeol ve a través de él.

-La gente no se merece o se deja de merecer, Joonmyun-hyung. -Le pasa un brazo por los hombros y lo atrae hacia sí-. No funciona así.

-Lo sé, lo sé -dice Joonmyun, dudando antes de rodear la cintura de Chanyeol. Sabe que parece sospechoso, pero en ese momento, le da igual.

-Pero sí que te mereces ser feliz -añade Chanyeol-. Y espero poder ser parte de esa felicidad.

Chanyeol había tomado a su madre de la mano con tanto cuidado como toma la de Joonmyun, cuando están solos. Como si fueran algo precioso.

Es una sensación nueva, la de querer aferrarse a la alegría de esta forma. A Joonmyun le preocupa acostumbrarse a ella.



En Seúl los cerezos florecen el 12 de abril. Ese fin de semana Baekhyun se los lleva a Yeouido para el Festival de Primavera, y Jongin gruñe durante todo el camino en metro porque no quiere mirar esas estúpidas flores hasta que Sehun le pisa las alzas y le sonríe con dulzura. Jongin se cruza de brazos y se reclina en el asiento.

Chanyeol está delante de Joonmyun en el tren, hombro a hombro con Zitao, que es como una torre ante Baekhyun y que estudia en silencio a todos los que hay en su vagón. Ambos les habían ofrecido sus asientos a dos señores que se habían subido en la parada anterior. Joonmyun intenta cederle su asiento a Chanyeol, pero éste se niega.

-Tienes tan poco equilibrio como yo -dice.

Jongin se ríe con la boca tapada, disimulándolo con una tos cuando Zitao clava la mirada en él. Jongin, que es un poco despistado, aún no ha asimilado que es más probable que Zitao le dé un abrazo de oso antes que atacarlo, pero es solo cuestión de tiempo antes de que no quede nadie que lo mantenga a raya. Zitao lo considera un juego, y Baekhyun lo anima constantemente.

-Pero mis extremidades son más cortas -contraataca Joonmyun-. Menos daño colateral cuando la inevitable caída ocurra.

-Es una buena lógica -dice Chanyeol-. Pero voy a seguir de pie. Y si te pones de pie, los dos estaríamos de pie, y entonces habría un asiento vacío, lo que resultaría en todavía más daño, ¿no? -La sonrisa de Chanyeol es amplia y desvergonzada. Sus pestañas se agitan.

-No lo intentes con aegyo, Chanyeol -le aconseja Baekhyun, dándose una palmada en los muslos-. Adorable-hyung no querrá que lo vean contigo si te sacas ese truco de la manga.

-¡Eh! -dice Chanyeol, y el tren da un vaivén, haciendo que las espinillas de Chanyeol choquen con las rodillas de Joonmyun-. A hyung le voy a gustar haga lo que haga. -Chanyeol se agacha, con una sola mano cogida a la barra en lugar de a las asas. Su otra mano se posa en el muslo de Joonmyun y eso lo hace estremecer, como si fuera un colegial en su primera cita-. ¿Verdad?

-V-verdad -confirma Joonmyun, y Baekhyun suelta una risotada y Jongin un quejido, antes de apoyar la cabeza en el hombro de Sehun.

-¿Estás celoso, Jongin? -Jongin enseña los dientes en algo que se aproxima muy adorablemente a un ceño fruncido, y Joonmyun le sonríe con cariño, aunque la mano de Chanyeol sube un poco más por su muslo con el envión al detenerse el tren en la estación-. Ahora yo soy el favorito del hyung diminuto.

-¡Has utilizado medios perversos para conseguir ese puesto! -dice Jongin, y la risa de Chanyeol llena el tren entero-. Me conformo con la segunda posición.

-Creo que más bien es la tercera -dice Sehun, cuando Jongin se deja caer sobre él-. El segundo es Jongdae, seguramente.

-Chanyeol lo ha arruinado todo -dice Jongin, sin malicia, y Zitao oculta su risa en el cuello de su fina sudadera.

-Nah -dice Sehun, mirando a Joonmyun con esa media sonrisa suya que Lu Han califica como «dolorosamente insolente»-. Creo que Chanyeol lo ha hecho todo más interesante.

Chanyeol le saca una cabeza a la multitud, cuando caminan entre los cerezos. Esto hace que sea difícil perderlo de vista, incluso cuando se adelanta a Joonmyun, Baekhyun y Zitao para vigilar a Sehun y Jongin, que están compitiendo para ver quién se cuela en más fotos de turistas. El rojo de su pelo brilla bajo el sol de primavera, casi tanto como sus dientes, y cuando por fin atrapa a Sehun y Jongin, dándoles una charla sobre arruinar los recuerdos de la gente con sus horribles caras, mira por encima de su hombro para compartir una sonrisa conspiratoria con Joonmyun.

-Me alegro de que Chanyeol te conociera -dice Baekhyun-. Has sido como un ancla para él, en el buen sentido.

Para Joonmyun es lo contrario. Sigue teniendo todas sus preocupaciones: la universidad, la tienda, sus padres. Sigue teniendo que hacer malabares con todo eso. Pero con Chanyeol, parece que tiene menos cadenas en las muñecas y los tobillos.

-Él me ha... liberado -dice Joonmyun.

-¿Baekhyun? -Él y Baekhyun se giran para ver a Sooyoung dirigiéndose a ellos entre la multitud. A Joonmyun se le pone el corazón del revés cuando la ve. Está radiante, como siempre.

-¡Sooyoung! -dice Baekhyun, encantado-. ¡Cuánto tiempo!

-Por razones obvias -responde Sooyoung, pero no parece que tenga el corazón roto. Su sonrisa no es forzada.

Zitao agarra a Jongin de la camisa para llamar su atención, y Jonyin agarra a Sehun y Chanyeol para seguir a los otros a una zona más despejada.

Chanyeol se pone tras él, con ambas manos en los hombros de Joonmyun.

-Eh, Sooyoung -dice tranquilamente.

-No me puedo creer que nos hayamos encontrado aquí -dice ella-. Mis amigos se acaban de alejar para volver a casa y yo estaba yendo al tren con Seonnie, pero he visto ese pelo por encima de la multitud y sabía que eras tú.

Ambos se ríen. Joonmyun está como en una cuarta dimensión.

Sooyoung pasa con ellos el resto de la tarde. Joonmyun se queda con Jongin, Zitao y Sehun mientras Baekhyun y Chanyeol charlan animadamente con ella.

-¿Estás celoso, líder? -pregunta Jongin, y Joonmyun odia esa palabra, pero se conoce lo suficiente como para saber que sí, podría encajar con lo que siente.

Las flores de cerezo son preciosas, pero Joonmyun se distrae con lo guapa que está Sooyoung con ellas de fondo. El suave rosa de su jersey hace que ella misma parezca una de las flores.

Cuando se despide de ellos, alegando que ella ya se iba a casa cuando se habían encontrado, Joonmyun no la ve marcharse con ningún tipo de alivio, porque Chanyeol la abraza para despedirse.

-Espero que te estés cuidando -dice, y ella le muestra una sonrisa cálida antes de irse y de que sus largas piernas y su melena desaparezcan de nuevo entre la marea de gente.

Cenan en un restaurante de gamjatang a unas cinco manzanas de su destino, y Joonmyun se levanta para ir al baño. Se mira en el espejo y se echa agua a la cara para limpiarse el sudor.

-Estás siendo estúpido, Kim Joonmyun.

-Probablemente -dice Chanyeol, haciendo que Joonmyun se agarre al lavabo. Chanyeol lo abraza por detrás, atrayendo la espalda de Joonmyun hacia su pecho. Joonmyun intenta asegurarse frenéticamente de que no hay nadie más en el baño, pero Chanyeol lo abraza aún más fuerte, con más persistencia-. ¿Qué pasa?

-Aún sois tan cercanos -dice Joonmyun-. Era como...

-La conozco desde que tenía quince años -dice Chanyeol-. Hemos sido amigos durante tanto tiempo que no tenía sentido dejar de serlo solo por haber salido juntos durante dos años en medio de todo.

-¿Y si ella...?

-No. Ya hablamos de esto hace un mes. -Suelta una bocanada de aire que le revuelve el pelo a Joonmyun-. Lo siento. No sabía que te haría sentir tan incómodo.

-Es tan guapa -dice Joonmyun. Tan mujer, se calla-. Solo hace tres meses que cortaste con ella, Chanyeol...

-Quien me gusta eres tú -dice Chanyeol, besando a Joonmyun en la mejilla. Joonmyun se pasa la mano por el pelo para ocultar su ansiedad, pero Chanyeol se limita a reírse-. Eres tan mono.

-Soy mayor que tú -dice Chanyeol-. Más maduro. -Esto ya es terreno más familiar-. Soy adulto.

-Y muy mono -dice Chanyeol-. Lo que más me gusta son las cosas monas.

-Lo que más te gusta soy yo -dice Joonmyun, y parece demasiado atrevimiento. Las manos de Chanyeol queman a través de su camisa. Parece tan grande tras Joonmyun, cuando Joonmyun vuelve a mirar el espejo. Chanyeol tiene las mejillas sonrosadas, el color casi se oculta tras la fuerza de su sonrisa.

-Por fin empiezas a pillarlo -dice, y Joonmyun lo mira a los ojos de su reflejo y le devuelve la sonrisa.

Mientras se toman la sopa, la mano de Chanyeol se entrelaza con la suya discretamente, bajo la mesa.



Chanyeol siempre canturrea desafinando mientras friega. Joonmyun lo observa, y cuando Chanyeol lo pilla sonríe, porque Joonmyun está ofreciendo su corazón con ambas manos para que Chanyeol lo coja. La mirada de Chanyeol siempre le dice «Cuidaré de él, hyung», y Joonmyun le cree.



A finales de mayo, a Joonmyun le vendan los ojos y lo meten en el coche de Chanyeol.

-Pasadlo bien -dice Jongdae con voz perversa, y Joonmyun se agarra con fuerza al asa que hay junto a su asiento porque ir en coche da mucho más miedo cuando no puedes ver.

Sin embargo, Chanyeol le habla durante todo el viaje, sobre sus clases y sobre la mujer con la que Baekhyun acaba de empezar a verse y que lleva faldas más cortas de lo que Chanyeol aprueba pero que es «buena chica». Joonmyun lo escucha y le dice a Chanyeol que la ropa que lleven los demás no es asunto suyo y que probablemente Baekhyun no quiere una chica buena, lo que lleva a Chanyeol a reírse como siempre, a patadas y palmadas, pero dentro de un coche en marcha.

-Por favor, no nos mates -suplica Joonmyun, y Chanyeol deja una mano sobre el volante mientras con la otra le da unas palmaditas tranquilizadoras en el muslo.

-Llegaremos enseguida -dice Chanyeol.

Su destino acaba siendo la cabaña donde se habían quedado el invierno anterior. En primavera es muy distinta: los árboles están en flor y todo es verde.

-Vaya -dice Joonmyun.

-Estamos nosotros solos -dice Chanyeol-. Ryeowook está visitando a su familia en Seúl. -Abre los brazos-. ¡Feliz cumpleaños! Tu regalo soy yo, durante todo el fin de semana.

-Qué regalo tan genial -responde Joonmyun, rodeando la cintura de Chanyeol con los brazos y hundiendo la nariz en su hombro.

Cinco horas más tarde, Joonmyun está horneando su propio pastel de cumpleaños. Lo acaba de meter, y Chanyeol lo observa con timidez.

-Se me da fatal la repostería -dice-, pero me sigue dando mucha pena que te prepares tu propia tarta.

-Me puedes preparar sopa de pescado para cenar -dice Joonmyun, abriendo el envase de cobertura y lo echa en un bol. Ya ha derretido el chocolate y lo ha dejado enfriar. Apenas está tibio ahora, así que ya lo puede mezclar.

Chanyeol mira con cautela cómo Joonmyun mezcla el chocolate derretido con la base de la cobertura, y se acerca lo suficiente para que Joonmyun pueda oler su perfume caro pero no tanto como para que no pueda mover los brazos.

-Qué impaciente -bromea Joonmyun. Chanyeol sabrá que en realidad no le importa.

Chanyeol emite un sonido bajo que sale de su garganta y que a Joonmyun le provoca un escalofrío.

-Quiero probarlo -dice Chanyeol, y antes de que pueda reaccionar, Joonmyun mete las manos en la mezcla y le mancha la boca.

Chanyeol suelta un gritito, mucho más agudo de lo que Joonmyun ha oído nunca, y después empieza a dar palmadas, encantado, y saca la lengua sin elegancia alguna para intentar coger algo de cobertura con la lengua.

-Está delicioso -dice, y Joonmyun intenta tragar saliva a pesar del repentino nudo que se le ha hecho en la garganta.

Están solos aquí. No hay peligro de que nadie entre, así que si quiere darle un beso a Chanyeol, puede hacerlo. Nadie los verá y nadie los va a interrumpir. La situación es demasiado tentadora para que Joonmyun la deje pasar.

Usa la mano limpia para coger a Chanyeol de la camisa. Es una tela suave, lujosa, como todas las camisas de Chanyeol, pero solo distrae a Joonmyun un segundo antes de tirar de él para probar la cobertura por sí mismo. Primero roza la comisura de los labios de Chanyeol con los suyos. El chocolate es suave, y la piel de Chanyeol lo es todavía más, y el sabor de ambos es embriagador cuando saca la lengua para lamer la mejilla de Chanyeol, lo que resulta en un sonido ahogado por su parte. Joonmyun nunca ha sido tan directo con él, pero eso no significa que no haya querido serlo. Continúa limpiando la boca de Chanyeol, deslizando la lengua justo sobre su labio superior y descendiendo por el otro lado de su boca. Las manos de Chanyeol, que nunca dudan, ya se han colado bajo su camisa, palmas cálidas contra piel cálida, y Joonmyun lo besa, por fin.

La boca de Chanyeol responde, como siempre. Besa como si Joonmyun fuera su sabor de smoothie favorito de la tienda, un brebaje azucarado decorado con cantidades ingentes de caramelo que bebe como si hubiera pasado días en el desierto. Su forma de besar a Joonmyun es parecida, y Joonmyun no puede decir que le importe. Suspira cuando la lengua de Chanyeol se une a la suya, saltándose las formalidades. Mientras tanto, las manos de Chanyeol trepan por su espalda y parecen encontrar cada hueco y cada pendiente de camino a su cuello.

-¿Verdad que está bien? -pregunta Chanyeol, ronco y profundo y ardiente.

-¿Qué? -jadea Joonmyun, soltando la camisa de Chanyeol para tirar de su pelo hacia abajo, volviendo a unir sus bocas-. Yo...

-La cobertura -dice Chanyeol, lamiendo el delgado labio superior de Joonmyun y dejando tras de sí una sensación abrasadora antes de volver a besar a Joonmyun una y otra vez. Joonmyun pierde la cuenta de las veces que los diminutos gemidos de Chanyeol lo animan; prueba algo nuevo, empujando a Chanyeol contra la encimera, y Chanyeol se ríe.

-¿Y esta agresividad?

-Es un chocolate muy bueno -dice Joonmyun, impresionado por su propio deseo, y los ojos de Chanyeol se oscurecen. Joonmyun limpia la mano que aún tenía cubierta de chocolate en el cuello de Chanyeol, evitando su camisa, y Chanyeol sisea.

-Por favor -dice, y Joonmyun sabe que no es una objeción sino una petición, una que Joonmyun está muy feliz de conceder, así que desliza la boca por la vena del cuello de Chanyeol.

Chanyeol gime, y a Joonmyun le encanta ese sonido. También le encanta ser la causa. Cuando acaba de limpiar su propio desastre, Chanyeol está sonrojado y su respiración agitada. Está más rojo y más perplejo de lo que Joonmyun lo ha visto nunca. Nota una ráfaga de poder y excitación y felicidad, todo enredado dentro de su pecho.

Da un paso atrás, dejando espacio entre ambos. Las manos de Chanyeol le hacen cosquillas cuando Joonmyun las suelta. Mira de arriba abajo a su novio, observando su pecho agitado, su pelo revuelto y su boca, manchada de chocolate, y lo desea.

-Lo siento -dice, y Chanyeol abre la boca para protestar pero Joonmyun sonríe y levanta la mano-. Al final te he manchado la camisa.

-Oh -dice Chanyeol-. Pensaba que te ibas a disculpar por otra cosa.

-¿Debería? -pregunta Joonmyun.

Ya llevan saliendo un tiempo, más de dos meses; casi tres. Joonmyun no se ha sentido cómodo yendo más allá de besos suaves, de explorar sus brazos, hombros, a veces la piel de sus cinturas. Chanyeol tampoco parece tener prisa, y muestra su afecto con besos en la frente y abrazos rompehuesos. Incluso cuando se acurrucan en la misma cama, siempre es para hablar. Chanyeol a veces le lee en voz alta las novelas que le mandan para clase, y Joonmyun ha cogido la costumbre de acariciar con las uñas su pelo mientras disfruta de la cadencia de su lectura.

-Desde luego que no -dice Chanyeol-. Voy a cambiarme la camisa.

-Y yo a terminar el pastel -responde Joonmyun.

Cuando ya le ha puesto el chocolate, Chanyeol todavía no ha vuelto de la habitación, así que Joonmyun se dirige hacia allí. Chanyeol está colgando el teléfono cuando Joonmyun llega a la puerta.

-Mi hermana -dice, sin girarse. Todavía lleva la camisa, pero se la empieza a quitar mientras habla. La línea de su espalda es tan bonita como el resto de él, y es lo único en lo que piensa Joonmyun cuando Chanyeol continúa hablando, sin que nadie se lo pida-. Quería saber cuándo estoy disponible para cenar con mi madre.

-Ya veo -dice Joonmyun, y le sorprende lo ronca que le sale la voz. Chanyeol también debe de haberse sorprendido, porque se da la vuelta, con la camisa hecha una bola delante de su estómago.

-¿Hyung?

Es por instinto que Joonmyun empuja a Chanyeol para que caiga sobre la cama, y sus piernas caen con facilidad a cada lado de las caderas delgadas de Chanyeol.

-No había terminado. -Es lo único que dice Joonmyun, antes de besarlo con fuerza. Es, después de todo, como estar insoportablemente sediento, porque Joonmyun quiere empaparse de Chanyeol hasta que esté tan lleno que explote.

Chanyeol levanta las caderas, y Joonmyun lo mira, sorprendido, cuando siente una dureza inconfundible presionar su cadera.

-Tú...

-Estoy besando intensamente a mi increíblemente atractivo novio, y ahora estamos en una cama, y también estamos solos en el bosque donde nadie puede molestarnos. -Chanyeol se ríe y se incorpora para depositar otro beso húmedo en los labios hinchados de Joonmyun-. Así que sí, estoy empalmado.

Los ojos de Chanyeol, cuando se separa, son amplios y límpidos.

-¿Podría...? -Duda en sus palabras, pero no en su intención-. ¿Podría ayudarte con eso?

Joonmyun deja la mano en la cintura del pantalón de Chanyeol, esperando que le dé permiso.

Esto es nuevo. Una cosa es besar a un chico y otra cosa es dejar que un chico le...

-Sí -dice Chanyeol, con las cejas arqueadas. Tiene la boca roja y sigue habiendo restos de besos de chocolate en su piel pálida y Joonmyun cree que así está precioso-. Hyung, yo... -Sus palabras quedan en el aire cuando Joonmyun le desabrocha el botón de los pantalones. La cremallera suena atronadora en el silencio de la habitación. Se lame los labios y Chanyeol suelta una bocanada temblorosa de aire.

Joonmyun por fin desvía la mirada del rostro de Chanyeol cuando éste cierra los ojos, mordiéndose el labio inferior. Ahora mira la delgada, casi imperceptible línea de vello hasta donde desaparece bajo la goma de la ropa interior de Chanyeol. Mete los dedos bajo el elástico.

-Sabes que no te he traído aquí porque quisiera... -Chanyeol parece muy preocupado por esto, como si no hubiera sido Joonmyun quien lo había asaltado primero en la cocina y luego en la habitación.

-Lo sé perfectamente -dice Joonmyun, a medio camino entre el nerviosismo y el deseo pero pensando que ambos son lo que le hace saber cuánto desea esto-. No es una situación en la que haya estado antes -admite con cuidado, aunque está seguro de que Chanyeol ya lo sabe.

-No pasa nada -dice Chanyeol, mientras Joonmyun deja los boxers de Chanyeol para tirar de sus vaqueros. Chanyeol levanta las caderas y Joonmyun se los baja hasta medio muslo; entonces se incorpora, sus abdominales se mueven bajo la piel, y sujeta la cara de Joonmyun con unas manos imposiblemente firmes-. Deja que cuide de ti.

Suena totalmente sincero, y Joonmyun recuerda a la perfección cómo Chanyeol lo había mirado en la salita en casa de los padres de Baekhyun, queriendo que Joonmyun se apoyara en él.

Cree que el sí va implícito en el beso que posa en los labios de Chanyeol.



Joonmyun sabe que nunca podrá decirle al mundo que Chanyeol es suyo. Pero esto... este momento de silencio, la mano grande de Chanyeol acariciando círculos en su cintura, con una amplia sonrisa y la respiración calmada y regular mientras se abandonan al sueño, podría valer para hacer feliz a Joonmyun durante toda su vida.



Chanyeol llega al trabajo un viernes de julio con un labio partido y echando chispas por los ojos. Joonmyun se lo lleva enseguida a la parte de atrás mientras Jongin hace chistes sobre esforzarse demasiado por ligar con chicas que tienen novio en los clubs para disimular su propia preocupación.

-¿Qué ha pasado? -pregunta Joonmyun, y Chanyeol se apoya en la pared y abraza a Joonmyun de inmediato, hundiendo la nariz en su pelo. Chanyeol huele a sueño perdido y un poco a cerveza.

-He discutido con mi padre -dice Chanyeol, y Joonmyun lo abraza más fuerte, porque siente el leve temblor de Chanyeol.

-¿Él te ha hecho esto? -Joonmyun se separa lo justo para mirar el labio partido de Chanyeol, y él niega con la cabeza.

-No -dice Chanyeol-. Mi padre nunca me pondría una mano encima; se basta con las palabras para darme lecciones. -Chanyeol se ríe, pero no es un buen sonido. Suena al callejón detrás de la tienda, explicando con enigmas por qué uno ha roto con su novia-. Me lo hice cuando me puse borracho después y me tropecé con el escalón de la entrada de mi casa.

-¿Por qué no me llamaste?

-No quería preocuparte -dice Chanyeol, y sigue una pausa-. También tenía que pensar, y me habría resultado más difícil centrarme en eso con tus manos en mi pelo.

Se está obligando a quitarle hierro al asunto, pero Joonmyun no se lo traga.

Estar al borde de un precipicio o en el punto más alto de una montaña rusa suele hacer que te dé un vuelco el estómago. Joonmyun lo siente ahora mismo, cuando la sospecha empieza a trepar como un espectro por su espalda.

-¿Sobre qué habéis discutido?

-Mi derecho a tomar mis propias decisiones -dice Chanyeol. Ahora está rozando los brazos de Joonmyun con las puntas de los dedos, justo al borde de sus mangas.

-¿Es sobre la universidad otra vez? Acabarás en enero, no es que no puedas estudiar economía después, o...

-No quiero estudiar economía -dice Chanyeol-. Preferiría, no sé, enseñar en el instituto, o trabajar en una editorial, algo así. -Joonmyun se lo imagina a la perfección; Chanyeol con una mesa en la sala de profesores, con lápices y borradores monos en forma de animales-. Pero no iba de eso.

-¿Entonces de qué? -pregunta Joonmyun.

A Chanyeol le tiemblan los dedos, y Joonmyun le besa el cuello para tranquilizarlo. Los dos tienen que volver ya; dejar a Jongin solo, a pesar del tiempo que lleva trabajando, es un peligro.

-Quiere que me case -dice Chanyeol-. Con la hija de un socio.

-Ya veo -dice Joonmyun. Tiene sentido que los padres de Chanyeol quieran eso. Los padres de Joonmyun también lo quieren.

-Que rompiera con Sooyoung fue desafortunado -dice Chanyeol, con un tono de voz que está imitando claramente el de otra persona-, pero abrió todo un nuevo abanico de posibles alianzas.

-Eso es...

-He dicho que no, por supuesto -responde Chanyeol-. Mi padre me ha dicho que soy un desagradecido y que soy demasiado inquieto. -La risa de Chanyeol es débil, pero aun así despeina un poco a Joonmyun. Tendrá que arreglarlo-. La verdad es que tiene razón.

-No le has hablado de...

-¿De ti? -Chanyeol niega con la cabeza, y su barbilla acaricia la frente de Joonmyun-. Sigo vivo, así que no.

-Yo no...

-Lo sé -dice Chanyeol-. ¿No es una pena? Que vivamos en un mundo en el que no puedo llevar a la persona más lista, amable y adorable que he conocido a mi casa para conocer a mi familia, y decirles «Esta persona se ha dignado a salir conmigo, por razones que todavía soy incapaz de entender...»

-Es porque eres guapo -dice Joonmyun-. Me gusta especialmente cómo pega tu cara con arándanos.

-¿Y con chocolate no? -pregunta Chanyeol. Sus brazos, antes tensos como cables, se están relajando, y ha dejado de temblar en brazos de Joonmyun-. Desearía...

-Todos deseamos, de vez en cuando -dice Joonmyun-. Deseamos tantas cosas.

Chanyeol lo estruja.

-Pero a veces se hacen realidad, ¿no?

El optimismo, en la humilde opinión de Joonmyun, es uno de los mejores rasgos de Chanyeol.

Chanyeol es el novio de Joonmyun. Chanyeol lo ha elegido a él, de entre todas las personas del mundo.

-A veces, sí -dice Joonmyun-. Pero deberíamos volver al trabajo.

-Deberíamos, deberíamos -dice Chanyeol-. Gracias, hyung.

-No hay de qué -dice Joonmyun.



Jongin y Chanyeol están luchando por la posesión de las patatas mientras Jongdae insulta al DVD.

-¿Por qué no funciona?

-No está enchufado -dice Sehun desde el sillón. Señala el enchufe que hay a sus pies, a dos palmos de la regleta y perfectamente a su alcance, y sonríe.

-¿Podrías... enchufarlo, entonces? -pregunta Jongdae, y Sehun se ríe.

-No -responde, y Joonmyun esconde su sonrisa cuando Jongdae se levanta y va a enchufar el dispositivo. Pisa a Sehun por accidente, y Sehun suelta un quejido, pero Joonmyun hace oídos sordos, y vuelve a centrarse en Jongin, que tiene a Chanyeol aprisionado contra el suelo con el antebrazo.

-Ríndete -dice Jongin, y la cara de Chanyeol se retuerce al reír-. Las patatas son mías.

Joonmyun se cruza de brazos. Chanyeol grita «¡No!», y enreda su pierna con la de Jongin para mandarlo volando contra el brazo del sofá. Joonmyun aprovecha para coger las patatas y sentarse con ellas en el sillón.

-¿Y si me las quedo yo y los dos podéis coger, si queréis? -dice Joonmyun, con calma. Chanyeol se levanta del suelo y reclama el hueco que hay junto a Joonmyun, mientras que Jongin le da una patada juguetona en los pies-. Estos niños de hoy en día...

-Solo porque tú insistas en actuar como una madre de vez en cuando no quiere decir que seas tan mayor como para llamarnos a nosotros niños. -Joonmyun se ríe y se mete un puñado de patatas en la boca en vez de contestar.

-Eres tan perfecto. -Chanyeol le deja la huella grasienta de un beso en la mejilla, y Jongin grita «¡qué asco!» y les tira un cojín, pero está sonriendo. Joonmyun se siente afortunado de tener amigos que lo aceptan por lo que es.

Acaban centrándose para la película, y Chanyeol encuentra modos de enroscarse en Joonmyun como si fuera una boa constrictor. A Joonmyun le gusta la calidez de Chanyeol a pesar del calor pegajoso que hace fuera.

La película no da mucho miedo, pero Jongin no para de dar saltos ante la más mínima sorpresa. Jongdae le acaricia el pelo y Sehun se ríe de él, y si Sehun no fuera la única esperanza de Jongin de aprobar estadística este semestre, quizá ya habría un par de manos estrangulándolo.

Joonmyun toma la mano de Chanyeol, que le sonríe sin apartar la vista de la pantalla.

La película casi ha terminado cuando el teléfono de Chanyeol vibra. Ignora la primera llamada, pero cuando vuelve a empezar se levanta del sofá, desenredándose de Joonmyun, y entra a la habitación de éste para descolgar.

Jongin pausa la película y Sehun chasquea los dientes, exasperado.

-Odio parar las películas a mitad.

-Seguramente será una emergencia -dice Joonmyun-. Las únicas personas que llaman a Chanyeol en vez de mandarle mensajes son su familia.

-Eso es porque le grita al teléfono -dice Jongin-. Valoro mis oídos.

-Claro, los valoras tanto que bailas justo al lado de los altavoces en los clubs -replica Jongdae, y discuten hasta que Chanyeol sale de la habitación de Joonmyun.

-Tengo que irme.

-¿Qué pasa? -pregunta Joonmyun. Chanyeol está pálido como un fantasma.

-Mi padre -dice Chanyeol-. Ha...

-¿Está bien? -Jongdae se inclina junto a Joonmyun para mirar a Chanyeol a la cara.

-Ha sufrido un infarto -dice Chanyeol. Suena lejano, como si estuviera en otro sitio ahora mismo y Joonmyun estuviera hablando con un cadáver-. Está en el hospital.

-¿Quieres que te acompañe?

-Es mejor que no vengas -dice Chanyeol, tras pensarlo durante un momento largo, y Joonmyun sabe que es porque los padres de Chanyeol no saben nada de él. Lo entiende-. Te llamaré.

Se marcha, y el ambiente de la habitación se ha vuelto solemne. Jongdae está mirando a Joonmyun y a la puerta con curiosidad, y Joonmyun suspira. Ningún padre quiere oír que su hijo es gay, mucho menos cuando están enfermos; es algo que parece obvio para Joonmyun, pero Jongdae nunca ha tenido que preocuparse por nada de eso.

-Vuelve a darle al play, Jongin -dice Joonmyun, y Jongin lo hace.



-¿Sabes algo de Chanyeol? -pregunta Zitao, con la cabeza apoyada en la mano.

Joonmyun dice que no.

-Es raro, no saber nada de él.

Siempre está deseando que Chanyeol le envíe mensajes, que suelen decir cosas como hoy hace sol! espero que tengas un día tan bonito como tu sonrisa! o hyung estoy en clase y el profesor ha mencionado el imperio romano, así que ahora solo puedo pensar en ti! ❤. El silencio de su teléfono es ominoso.

-Seguro que está ocupado -dice Zitao, cambiando a su lengua nativa-. Con cosas de familia. Tendrá que hacer llamadas y todo eso.

-Pero yo siempre estoy preocupado -dice Joonmyun-. Desde que era niño.

-¿Sabes ese proverbio chino que dice «Cuando lleguemos a las montañas, habrá un camino»? -Zitao da un sorbo a su café.

-«Y cuando el barco llegue a la punta del muelle, irá directo a la corriente» -termina Joonmyun-. Todo irá bien, así que ya nos preocuparemos cuando llegue.

-Creo que necesitas un poco de zen -dice Zitao-. Y quizá algo de té sin cafeína.

-Quiero saber si Chanyeol está bien -dice Joonmyun, y Zitao le acaricia la mano-. Estoy seguro de que llamará cuando pueda.



Chanyeol no llama en tres días.

-¿Cómo está tu padre? -pregunta Joonmyun de inmediato, y Chanyeol suena exhausto al contestar.

-Saldrá de esta -dice Chanyeol-. Pero no va a poder salir de la cama en un tiempo. -La risa de Chanyeol suena seca y cansada-. Está furioso, y por una vez no es por mi pelo, es por todas las reuniones con su panel ejecutivo que se va a perder y por el período de baja que se tendrá que tomar.

-Me alegro de que esté bien -dice Joonmyun-. ¿Y tú cómo estás?

-Necesito un abrazo -dice Chanyeol con tristeza, y Joonmyun se ríe.

-Voy de camino a casa -dice, y puede oír la sonrisa de Chanyeol.

-Estaré allí en una hora. -Chanyeol hace una pausa-. ¿Sigo teniendo esos pantalones de algodón en tu cajón?

-Sí.

-Entonces en treinta minutos -corrige Chanyeol-. ¿Puedo usar tu champú?

-Por supuesto.

Lo primero que hace Chanyeol cuando Joonmyun le abre la puerta es cogerlo en brazos.

-Hola.

-Hola -responde Joonmyun. Chanyeol lo deja en el suelo, y entonces ve con claridad su rostro. Está demacrado. Tiene ojeras, y su sonrisa es débil-. ¿Quieres ducharte?

Pasan junto a la puerta de la habitación de Jongdae de camino al baño, donde Jongdae está hablando por teléfono en susurros. Joonmyun abre el armario del pasillo para sacar una toalla extra y se la da a Chanyeol. Chanyeol lo mira, inexpresivo, durante unos segundos antes de cogerlo de la muñeca y meterlo con él al baño.

Chanyeol está tan callado que resulta perturbador. Joonmyun lo desviste con cuidado, y entonces, cuando Chanyeol no se mueve para meterse en la ducha, se desnuda él también.

Abre el grifo y comprueba la temperatura antes de poner a Chanyeol bajo el chorro.

Chanyeol se apoya en la pared y deja que Joonmyun lo enjabone, inclinándose cuando Joonmyun se lo pide para que pueda lavarle el pelo.

-Cuando me estaba yendo, me dijo... -Son las primeras palabras de Chanyeol desde el hola al entrar- que necesita que deje de ser un niño orgulloso y que lo ayude.

Joonmyun le enjuaga el champú. A Chanyeol se le ven las raíces, negras contra el rubio rojizo de su pelo.

-Mi madre dijo que estaba de acuerdo. Como siempre.

Cuando ya no queda jabón, cierra el grifo, y saca a Chanyeol de la ducha para tenderle una toalla. Chanyeol se seca el pelo y la piel rápidamente, y Joonmyun lo lleva de la mano hasta su habitación, cerrando la puerta con pestillo. Se sienta en el borde de la cama y espera.

Chanyeol se sienta junto a él, con el brazo pegado al suyo. Joonmyun tiembla, y Chanyeol lo nota, lo empuja para tumbarlo en la cama y se le sube encima.

-¿Estás bien?

-Mi padre casi se muere -dice Chanyeol-. Estoy acojonado. ¿Es así como te sientes todo el tiempo?

-Solo a veces -dice Joonmyun-. Me ayudas a dejar de pensar en ello más de lo que nadie ha conseguido nunca.

-Joonmyun-hyung -dice Chanyeol, y lo besa, con desesperación. Hay necesidades en el beso que Joonmyun no sabe cómo responder, pero hará lo que pueda.

Chanyeol le besa el cuello con prisa, sin darle la posibilidad de recuperar el aliento. Joonmyun nota que Chanyeol quiere distraerse, así que acaricia su espalda, disfrutando cómo se arquea su espalda contra su mano.

-Chanyeol -susurra Joonmyun, y Chanyeol le lame la garganta. Joonmyun cree que sabrá un poco a jabón, pero Chanyeol lo saborea con avidez, como si hiciera semanas en lugar de días desde la última vez que se tocaron.

-Te echaba de menos -dice Chanyeol. Su voz sigue sonando ronca, como si fuera la cáscara seca de una persona en lugar del Chanyeol que Joonmyun conoce-. Me ha costado estar lejos de ti.

-No ha pasado mucho tiempo -dice Joonmyun-. Pero yo también te he echado de menos.

Chanyeol chupa sus clavículas, y deja marcas. Joonmyun gime, bajito, consciente de que Jongdae está en la habitación de al lado. Aprieta los labios, intentando amortiguar sus gemidos cuando la boca de Chanyeol desciende aún más, deteniéndose en cada punto sensible que ha descubierto en los últimos meses y redescubriéndolos con lengua y dientes.

-Eres tan perfecto -dice Chanyeol, lamiendo el hueso que sobresale de la cadera de Joonmyun, dejando que su lengua se demore un momento en el hueco. Sus manos ascienden por los muslos de Joonmyun. Sigue un poco húmedo de la ducha, pero ahora es difícil discernir si es agua o sudor lo que brilla en su piel-. ¿Puedo...?

-Cualquier cosa -dice Joonmyun, y Chanyeol lo mira. Sus ojos tienen un brillo salvaje y febril, y parece perdido, así que Joonmyun tira de él y se tumba encima de su cuerpo para besarlo. Es agradable volver a estar piel con piel, porque hace frío en la habitación por el aire acondicionado y porque la piel de Chanyeol es muy suave-. Cualquier cosa que quieras.

Las manos de Chanyeol tiemblan cuando acaricia las costillas de Joonmyun, y Joonmyun lo besa con más fuerza, con más cariño, porque Chanyeol adora besarlo y Joonmyun adora que lo bese.

-Siempre dices eso -murmura Chanyeol contra la mejilla de Joonmyun. El pelo de Chanyeol le hace cosquillas en la nariz, y sus labios se pegan a a mandíbula de Joonmyun mientras éste le araña la espalda.

-Y siempre lo siento -responde Joonmyun, agarrándolo del pelo e inclinando su cabeza hacia atrás para poder besarlo otra vez, enredar sus lenguas.

Suele ser diferente, Chanyeol prepara a Joonmyun con los dedos, con paciencia, hasta que Joonmyun se olvida de todo lo que carga sobre los hombros y no puede pensar en nada que no sea Chanyeol en su interior, pero esta noche, a Chanyeol le tiemblan las manos mientras intenta abrir el lubricante, y parece más fácil así, con Chanyeol abrazándose a ciegas a Joonmyun mientras él lo abre con tres dedos delgados. Joonmyun tiene la espalda apoyada en la pared y Chanyeol está de rodillas, sentado sobre el regazo de Joonmyun, con la cabeza hundida en su hombro. A Joonmyun le duele la muñeca con este ángulo, pero así puede abrazar a Chanyeol, y él había dicho que necesitaba un abrazo.

A Chanyeol le tiemblan los muslos cuando por fin está preparado y húmedo, y se deja caer poco a poco, siseando por la intrusión, pero Joonmyun lo mantiene firme.

-No sé qué hacer -dice Chanyeol, cuando están hechos un ovillo en la cama, con el semen de Chanyeol húmedo entre ellos-. Nunca me ha pasado, lo de no saber qué hacer, pero ahora...

¿Qué hacer respecto a qué? es lo que debería preguntar Joonmyun, pero Chanyeol ya está durmiendo, su respiración suena regular.

-Estoy aquí -susurra. Chanyeol lo cubre como una manta humana, y ambos están pegajosos y sudados, pero Joonmyun no quiere despertarlo-. Que duermas bien.

Joonmyun se siente extraño mientras le llega el sueño a el también, como si ambos estuvieran en una balsa de madera flotando a la deriva en el mar.



Se despierta con un hormigueo en el brazo cuando intenta moverlo y con Chanyeol al lado, mirándolo con ojos dulces. Vuelve a estar duchado.

-¿Puedo preparar el desayuno?

-No -responde Joonmyun-. Que me quemas la cocina.

-Te juro que no -dice Chanyeol, y parece descansado, aunque su sonrisa no tiene los vatios de siempre-. Tú me cuidaste anoche, ahora me toca a mí.

Chanyeol lava el arroz con algo de torpeza, así que el agua sigue un poco turbia cuando lo pone en la arrocera. Joonmyun lo mira desde su asiento en la encimera, admirando las extremidades largas de Chanyeol y cómo lleva los pantalones demasiado caídos.

-Espero que hayas hecho suficiente para mí -dice Jongdae, soñoliento, cuando entra en la cocina-. ¿Cómo está tu padre?

La sonrisa que Chanyeol ha mantenido toda la mañana se desvanece y Joonmyun saborea terror en su paladar, donde solo debería haber sabor a menta.

-Vivirá -dice, girándose de forma que lo único que ven Joonmyun y Jongdae es su espalda desnuda-. Vivirá.



Joonmyun está sirviendo pequeños trozos de pastel de arroz cubiertos de azúcar en una copa cuando Chanyeol recibe la llamada.

-Tengo que irme pronto -le dice en voz baja a Joonmyun. Su aliento le hace cosquillas en la oreja. Joonmyun pensaba que la excitación acabaría por suavizarse, pero no ha sido así. Cada roce de Chanyeol sigue incendiándolo.

-¿Va todo bien?

-Mi padre quiere verme -responde Chanyeol.

Hay rastros de otra conversación inacabada y evitada en esa frase. Chanyeol no quiere hablar de su padre, y Joonmyun lo entiende. Pero parece que Chanyeol le está ocultando algo. Era un chiste para ellos, lo de que los dos guardaran tantos secretos, por miedo a resultar una carga. Joonmyun cree que es más fácil susurrarle sus secretos a Chanyeol en la oscuridad, y Chanyeol ya ha contado muchos de los suyos.

Lo que sea que Chanyeol no le está contando se interpone entre ellos, enorme y aterrador.

-No pongas esa cara -dice Jongin cuando Chanyeol sale de la tienda, haciendo tintinear la campanilla-. Nadie se lo va a comer ahí fuera. Es alto pero no tiene suficiente carne en los huesos.

-Explícame por qué lo primero en lo que piensas es canibalismo -dice Jongdae, lo que empieza una discusión que atrae a las tres chicas que empiezan a ser habituales de la mesa tres, y Joonmyun deja que el jaleo de la tienda relaje sus nervios destrozados.

-Todo irá bien, líder -dice Jongin, rociando a Joonmyun con la botella de agua limpia que lleva en la mano y que usan para enjuagar el jabón de las mesas-. El padre de Chanyeol se pondrá mejor, y Chanyeol volverá a estar aquí destrozando platos con esa cara de tonto que tiene antes de que te quieras dar cuenta.

-Tienes razón -dice Joonmyun-. «Cuando lleguemos a la montaña, habrá un camino».

-No hablo tu idioma friki -replica Jongin, y Joonmyun lo ahuyenta con una mirada severa, decidido a no preocuparse en lo que queda de tarde.



-¿Cómo va el trabajo? -pregunta Joonmyun. Su padre sigue llevando la camisa del traje, enrollada hasta el codo.

-No va mal -responde el hombre-. ¿Y tú?

-Tampoco. -Un bocado de ramyun.

-Aprecio muchísimo tu ayuda, Joonmyun. -Una pausa-. ¿Cuándo vas a volver a la universidad?

-El próximo semestre, a lo mejor -dice.

-¿Tienes novia?

-No. -Tiene a Chanyeol, de labios suaves y manos grandes y sonrisas aún más grandes. Lo tiene en la punta de la lengua, pero su padre se le adelanta, con los ojos fijos en la mesa en vez de en Joonmyun.

-Los médicos creen que tu madre no se va a poner mejor -dice su padre, sujetando los palillos con fuerza. Tiene los nudillos blancos y la piel curtida del dorso de su mano parece la fruta mustia que Joonmyun tiraría en la tienda.



-Las cosas van fatal en la empresa -dice Chanyeol mientras friega. No está tarareando, y se mueve despacio, sin energía-. Muchos inversores están preocupados por cómo va a salir adelante la cosa sin mi padre al mando.

Joonmyun deja el último vaso limpio y pasa al otro lado de la barra, para abrazar a Chanyeol por detrás y apoyar la cara entre sus omóplatos.

-Eso no es culpa tuya, Chanyeol.

-Pero sí que lo es, ¿no? -dice Chanyeol-. Tú has sacrificado tanto por tu familia, y yo insisto en leer novelas como forma de vida mientras el trabajo de toda la vida de mi padre se viene abajo.

-Solo puedes ser tú mismo, Chanyeol. No puedes ser una persona distinta.

-Eres muy fuerte -dice Chanyeol-. Siempre te he admirado mucho por eso, pero nunca me di cuenta hasta ahora. -Cubre con sus manos las de Joonmyun, manteniéndolo en el sitio-. Ojalá pudiera ser como tú. Entonces podría hacer algo.

-Ojalá yo fuera como tú -dice Joonmyun-. Para pensar que todo es posible. -Chanyeol respira hondo, y las manos de Chanyeol se mueven con su estómago-. A veces, solo con estar cerca de ti ya pienso así.

-Desearía... -dice Chanyeol, y entonces suelta el aire. Joonmyun no lo presiona para que termine la frase; en lugar de eso, disfruta de las manos de Chanyeol sobre las suyas.

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traducción, pairing: joonmyun/chanyeol, exo fanfic

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