Como no podía dejar eso solo sin al menos hacerles una presentación, aquí va la misma para esta parte de la historia.
Ryusuke era un detective extranjero para la Policía Metropolitana. Había llegado a Inglaterra hacía dos años, asignado a un caso internacional por su departamento de la Policía de Tokyo. La verdad era que lo habían mandado para quitárselo de encima.
Al terminar la escuela, Ryusuke había entrado al departamento de policía de Tokyo directamente con una recomendación del comisionado por sus excelentes habilidades. Era carismático, podía dominar cualquier grupo con sólo una palabra. Sus ánimos eran un ejemplo para cualquier oficial y tenía una forma de conducirse que le permitía tomar control de cualquier situación sin importar lo desesperada que fuera. Era trabajador y diligente, cualquier cosa que se proponía hacer la llevaba a cabo hasta el final incluso si nadie lo apoyaba. Todos tenían la creencia de que resolvía los casos simplemente utilizando su enorme fuerza de voluntad pero él decía siempre que era por el metódico trabajo policial realizado que el criminal terminaba siendo apresado. Jamás se rendía cuando tomaba un caso sin importar lo imposible que pudiera parecer, y sus colegas estaban seguros de que hasta podría capturar al fantasma de la Torre de Londres si se lo proponía.
Eran también sus extraordinarias habilidades las que lo habían llevado al punto en el que estaba ahora. Luego de años de constantes fracasos en la captura del Ladrón de Mil Caras, su jefe de departamento había decidido quitarlo del caso para intentar obtener resultados distintos por otros medios, con otra persona quizás. Esto era algo que Ryusuke no podía aceptar, estaba obsesionado con la captura del escurridizo ladrón, al punto que gritaba su nombre en cualquier momento y lugar solo para mostrar su intención de capturarlo, y esta actitud del departamento de policía fue como un gatillo para su ya estresado cerebro. Su obsesión se agravó sobremanera, al punto en que ya no comía ni dormía solamente para pasarse todas las horas del día analizando cada pequeño detalle una y otra vez para intentar predecir el próximo punto de ataque del ladrón. En contra de las órdenes expresas de su superior, tomó en sus manos seguir el caso en su propio tiempo y sin consentimiento de nadie. Finalmente había colapsado casi muerto por el cansancio y la inanición y en este punto su superior tomó acciones y decidió que lo mejor era enviarlo lo más lejos posible, a algún lugar en el que no tuviera ningún tipo de contacto con el objeto de su obsesión. Así fue como terminó en Londres actuando de enlace entre la policía inglesa y la japonesa en el caso de un notorio ladrón internacional de guante blanco.
Todos pensaron que el caso lo mantendría ocupado por años. Nadie nunca se había podido acercar lo suficiente al criminal como para siquiera dar una identificación fehaciente. Siguiendo el consejo de su familia y de sus amigos, el muchacho comenzó a trabajar en su forma habitual en el caso y en poco tiempo había ya hecho asombrosos progresos. En dos meses había conseguido más información del ladrón de lo que la policía tenía luego de años de vigilancia constante. Para cuando pasaron cinco meses, el policía había incluso capturado al maleante, con lo cual había ganado el respeto de todo el departamento de policía y una invitación a convertirse en un miembro permanente del mismo. Al parecer la decisión de su superior había sido la correcta y la obsesión del muchacho parecía haber quedado en el pasado. Incluso el mismo Ryusuke decía que estaba comenzando lo que él llamaba una nueva vida.
Cuando ya llevaba casi un año viviendo en Inglaterra se presentó un extraño caso en el cual nadie habría podido cometer el delito, era físicamente imposible. Fue entonces cuando conoció casi por casualidad a Eriol Hiragizawa, un joven que parecía siempre encontrarse cerca de la escena del crimen y que había tomado cariño al detective muy pronto y lo ayudaba dándole extraños consejos que parecían encajar de alguna forma extraña con lo ocurrido. Siguiendo las instrucciones de Hiragizawa con cautela, logró descubrir que la solución del caso era algo completamente inesperada e increíble. Eriol le insistía que la magia no era algo tan increíble ni tan fuera de lo común como él creía y lo guiaba paso a paso en la captura de su presa. Y así fue como logró capturarlo y ganarse una nueva promoción. Al mismo tiempo, la amistad entre Ryusuke y Eriol también crecía y era invitado continuamente a la residencia Hiragizawa, en donde la señora Hiragizawa le preparaba los mejores platos orientales que había probado desde que había sido transferido a ese país. Si había algo que extrañaba más que nada de su país era la comida. La cocina inglesa era suficientemente substancial pero no podía compararse a la completa y sabrosa comida japonesa a la que él estaba tan acostumbrado desde pequeño en el restaurante de sushi de su padre. Así que con el atractivo de una deliciosa comida y compañía agradable, el detective Kobayashi se convirtió en un visitante frecuente de la casa Hiragizawa y todos ya lo consideraban como parte de la familia y lo recibían como tal en el momento en que subía los escalones de entrada.
Era en esa casa en donde la había conocido. Cuando había llegado lucía triste y miserable, parecía una niña perdida en ese ambiente y no podía ser más que unos pocos años menor que él. Tomoyo Hiragizawa la había llevado directamente a su habitación apenas llegaron y Eriol le había explicado a él, que como casi todos los días había llegado para cenar con la deliciosa comida de la casa, que la chica era una amiga muy querida de su esposa que estaba pasando por problemas graves en su casa y se iba a quedar allí una temporada, y le pidió si de favor la podía ayudar a sentirse cómoda para ayudarla a recobrar sus ánimos. En el momento en que Ryusuke había posado sus ojos en el rostro triste de la chica, su naturaleza caballerosa había salido a flote y prometió a Eriol ayudar en todo lo que estuviera a su alcance. Esta promesa alivió un poco la ansiedad de Eriol, que estaba en realidad muy preocupado por la situación actual de la muchacha.
Meilin estaba resentida y amargada. ¿Cómo su madre había sido capaz de hacerle algo semejante? Había llegado a su casa y recibido la orden de prepararse para asistir a su ceremonia de compromiso. Meilin estaba completamente confundida y no entendía de qué le hablaba su madre. Aparentemente, siguiendo la tradición de los Li, su digna madre había arreglado un matrimonio por conveniencia con un adinerado empresario al que ella tal vez, si podía intentar recordarlo, había visto una vez en una fiesta exclusiva a la que su madre la había llevado el mes anterior y había, según su madre, hablado animadamente con él. Luego de esta fiesta arreglada, el magnate se había presentado ante los padres de la posible novia y pedido su mano, entregando una importante dote por ella como pago. Cuando le explicaron todo esto, Meilin estaba en tal estado de shock que no podía ni siquiera contestar y tampoco le llegaban las insistencias a que fuera a cambiarse para conocer a su futuro marido. Cuando se pudo recuperar lo suficiente, se dirigió a su habitación y cerró la puerta con llave tras ella. Un rato después, la mucama comenzó a golpear en su puerta diciéndole que llegaría tarde, pero ella no contestó. Luego vino su madre y golpeó fuertemente la puerta ordenándole que saliera. Para estas alturas ya estaba tan furiosa por todo que abrió la puerta únicamente para gritarle en la cara a su madre. Al momento comenzaron una acalorada discusión acerca de la libre voluntad, los derechos paternales y las antiguas tradiciones en la que ninguna de las dos mujeres dio el brazo a torcer y el compromiso tuvo que ser cancelado hasta que la chica comprendiera su lugar y aceptara lo que era mejor para ella. Esto enfureció de verdad a Meilin y amenazó con huir de la casa si su madre no abandonaba ese espantoso plan. Su madre únicamente le advirtió que si no obedecía, las consecuencias para ella serían muy malas.
Después de esta discusión, Meilin solo pudo pensar en llamar a Tomoyo y soltar toda la historia en los oídos comprensivos de la otra mujer. Tomoyo la escuchó hasta el final en silencio e inmediatamente ofreció su ayuda y la de Eriol en cualquier cosa que necesitara y como primera medida le ofreció su casa para quedarse por el tiempo que quisiera si las cosas empeoraban. Meilin accedió a esta idea al momento, ya que no se quedaría ni un minuto si su madre no cambiaba de idea y se arrepentía. Tomoyo también le sugirió que se comunicara con Syaoran para que la ayudara, ya que él era la cabeza actual de la familia, pero Meilin no quería importunarlo en ese momento en que su primogénito estaba por nacer. Tomoyo argumentó hasta que logró finalmente convencer a Meilin de llamarlo y Syaoran fue en su ayuda inmediatamente.
No importaba quién hablara con ella o lo que le dijeran, la madre de Meilin estaba completamente decidida a seguir con sus planes y nada podía hacerla cambiar de idea, estaba decidida a casar a su hija con el mejor partido que pudiera conseguir. La madre de Syaoran también intentó hablar con ella pero sin éxito. Parecía que su mente estaba fija permanentemente en esa idea. Cuando Syaoran llegó intentó por todos los medios hacerla cambiar de parecer pero cada intento era más inútil que el anterior y solo lograban enfurecer a la mujer, hasta que su propia madre le ordenó abandonar el intento y volver a su casa con su esposa. Con esto Syaoran tuvo una discusión con su madre en la cual ella únicamente le dijo que dejara que las cosas siguieran su curso hasta el final y le ordenó que regresara a su casa. Sakura misma fue luego de Syaoran y en contra de los deseos de su marido por su estado avanzado, ella solo le dijo que tenía que confirmar algo. Sakura tuvo una entrevista con su madre política, de la cual salió no menos preocupada que antes. Todas las hermanas de Syaoran estaban del lado de Meilin y la apoyaban en todo lo que necesitara. Yelan había removido esa vieja tradición del casamiento arreglado hacía ya mucho tiempo de su propia casa y las chicas decía que la razón mayor para hacerlo había sido Syaoran, ya que sino él tendría que haber llevado a su esposa a vivir a la casa Li, cosa que él había hecho todo lo que estuviera en su poder por evitar.
Luego de intentar todo para hacer cambiar de idea a su madre y fracasar en cada intento, Meilin tomó la invitación de Tomoyo y, luego de preparar todo lo necesario para el viaje, bajó a la sala y anunció a su madre que se iba de la casa. En este punto su madre no intentó discutir con ella, simplemente le informó que si dejaba la casa iba a ser desheredada y ya no la reconocería mas como una hija de esa casa. Este último insulto fue todo lo que necesitaba para irse jurando nunca más volver. Con ayuda de las hermanas de Syaoran, Meilin sacó las cosas de su casa y se fue al aeropuerto, en donde un avión la estaba esperando por órdenes de las empresas Daidouji. Al llegar al aeropuerto en Londres, lo primero que hizo fue correr hacia donde estaban Tomoyo y Eriol esperándola y abrazar a Tomoyo y soltar todo el llanto que toda la tensión hasta ese momento había mantenido al margen.
Así era como había llegado a la residencia Hiragizawa, miserable, deprimida y resentida contra su insensible madre. Cuando sirvieron la cena, Meilin bajó a comer en silencio. Solo mostró reconocimiento con un leve asentimiento de cabeza en dirección al hombre alto que Eriol le presentó, quien también era un invitado esa noche, para luego olvidar todo a su alrededor y comer silenciosamente sin escuchar ni hablar con nadie hasta que terminó y se retiró de nuevo a su habitación.
Al día siguiente, luego de haber descansado bien, ya se sentía mejor y bajó a desayunar con mejores ánimos. Eriol ya se había ido a su trabajo y Tomoyo la recibió alegremente e hizo todo lo posible para hacerla sentir mejor. Lo primero que propuso fue que salieran de compras inmediatamente, a lo que Meilin accedió al momento. Tomaron el auto y condujeron hasta Tottenhan Court, en donde lo dejaron aparcado para seguir todo el resto del trayecto caminando. Ambas disfrutaron de la caminata por Oxford Street, mirar vidrieras en Bond Street, pasear por Regent Street con sus ofertas, mirar todos los diferentes artículos en Covent Garden, para terminar el día comiendo en uno de los restaurantes más prestigiosos del Soho con los brazos cargados de todas sus compras y bebiendo plácidamente sus tazas de té. Compraron todas las prendas de la mejor calidad gracias al impecable gusto y conocimiento del mundo de la moda que tenía Tomoyo. Ella guió a su amiga con paso seguro por todas las mejores tiendas y sólo compró en aquéllas cuya calidad consideraba sin manchas en lugar de ir a los negocios de moda como cualquier turista. Si sabías dónde ir, podías conseguir todo lo que desearas en uno de los distritos de compras número uno en el mundo.
Llegaron a la casa casi a la hora de la cena, cansadas pero con buen ánimo. Hoy también estaba el hombre del día anterior y esta vez Meilin lo saludó de forma más alegre y finalmente escuchó que su nombre era Ryusuke Kobayashi y que era un detective de la Policía Metropolitana, y durante la cena charlaron alegremente. La verdad era que no estaba tan alegre como se mostraba, pero ese día había decidido que pronto lo estaría, que se olvidaría de todo acerca de su madre y disfrutaría el tiempo con sus amigos al máximo, por lo que cuando Eriol propuso que Kobayashi la llevara a conocer el lugar ese fin de semana, ella aceptó ese plan gustosa en un intento de ser lo más animada posible. Estaba determinada a disfrutar al máximo, lo cual era muestra de que sus ánimos de siempre estaban retornando.
Ryusuke encontró a la chica más interesante cuando hablaba que cuando había estado silenciosa y decaída. Ahora quería ayudarla por su propio bien y no por compasión a alguien en problemas. Le agradaba más cuando era alegre y estaba agradecido por la compañía en un solitario domingo. A pesar de su popularidad, Ryusuke tenía pocos amigos, lo cual era debido probablemente a su naturaleza obsesiva, y los pocos que tenía estaban casados o tenían sus propias parejas de las que ocuparse, por lo que su tiempo libre lo pasaba mayormente solo. Esta era la razón principal de que siempre estuviera en la casa de los Hiragizawa. Eso y la excelente comida.
Debido a que no se puede ir de compras todos los días para mantener los ánimos elevados, Tomoyo ideó un nuevo plan para mantener la mente de su amiga ocupada. El segundo día que estuvo ahí comenzó a enseñarle a cocinar diferentes tipos de comidas. Habían sido en su mayor parte los comentarios de Eriol acerca de la cocina francesa y cuánto la quería probar en ese momento lo que había dado el pie a Tomoyo para comenzar a preparar los delicados platos y al mismo tiempo tomar a Meilin como su aprendiz para enseñarle a hacerlos. Ya que Ryusuke estaba allí todos los días para comer fue tomado por las chicas como el probador oficial de todos sus intentos (Eriol se había disculpado por no poder aceptar ya que tenía mucho trabajo que hacer en ese momento) y por tener tan buena predisposición y desear ayudar a la chica extranjera, el hombre aceptó y comió todo lo que le daban estoicamente. Algunas cosas eran comestibles, mientras que otras no habían sido preparadas para su consumición, pero él comía todo y mantenía su buen humor. Esta interacción constante también ayudó a construir una fuerte amistad entre los jóvenes mientras se felicitaban por los logros y se reían de los fracasos.
Debido al hecho de que las únicas personas que Meilin conocía en ese país eran Tomoyo y Eriol y debido al hecho de que los pocos amigos que Ryusuke tenía estaban siempre ocupados en sus vidas, los dos jóvenes terminaban siempre juntos. Por esto, cuando Tomoyo volvió a su trabajo luego de una semana (ya que había tomado una licencia para ayudar a su amiga a adaptarse al lugar), no causó gran sorpresa que los dos terminaran pasando casi todos los días juntos y las significativas miradas que el marido y su esposa intercambiaban a través de la mesa pasaban desapercibidas para los dos jóvenes que hablaban animadamente entre sí.
Apenas dos meses luego de la llegada de Meilin la pareja anunció su compromiso, para total asombro de los amigos de Ryusuke y algo de sorpresa en algunos habitantes de la casa Hiragizawa. Como era de esperarse, Tomoyo estaba en la confidencia de la pareja y conocía sus sentimientos, lo cual le había insinuado a su marido. Pero fue una sorpresa para Nakuru y para Spinel el enterarse de un compromiso tan rápido. Meilin ya le había informado a Ryusuke por completo de las razones por las cuales estaba en Inglaterra, pero sólo porque el hombre insistía en conocer a su familia y obtener su aprobación. Había sido criado respetando las tradiciones y eso era lo que planeaba hacer. Excepto que este resultaba un asunto muy delicado. Meilin estaba decidida a no ver ni hablar con su madre nunca más.
Sólo después de un esfuerzo en conjunto de los tres lograron convencer a Meilin de al menos escribirle a su madre para informarle de sus próximas nupcias. Finalmente aceptó a regañadientes y le escribió una corta nota informándole de su decisión y de que no iba a cambiar de parecer. La nota fue respondida en forma de una llamada telefónica en la cual su madre la instaba a abandonar ese ridículo plan que, de acuerdo a su completa comprensión de su hija, solamente estaba ideado como ataque hacia ella y no había ningún tipo de sentimiento verdadero involucrado en tal ridícula decisión. Desde ahí la conversación se convirtió en una pelea, la cual terminó con la madre plantada en su posición y su hija cortándole la comunicación. Luego de esta última pelea, Meilin se fue a su cuarto a llorar de la rabia por el corazón muerto de su madre.
Unos días después de la llamada, los Hiragizawa y Meilin fueron invitados a Japón a visitar al hijo recién nacido de Sakura y Syaoran y hacia allí se dirigieron. Meilin quería presentarles a Ryusuke a sus primos pero desafortunadamente había surgido un grave caso de asesinato y hasta que no se resolviera Ryusuke debía permanecer en servicio, por lo cual se despidieron en el aeropuerto antes de que lo llamaran nuevamente al trabajo.
El viaje fue muy agradable y el bebé era adorable. Todos felicitaban a la madre por lo hermoso que era. La única cosa que empañaba la alegría de Meilin era cuánto extrañaba a Ryusuke. Desde que se conocieron habían pasado juntos prácticamente todos los días y esto era el mayor tiempo que pasaban lejos de la compañía del otro. Unos días después, los Hiragizawa se disculparon diciendo que debían volver a sus obligaciones y retornaron a Inglaterra. Sin embargo, Sakura, con ayuda de Syaoran, logró convencer a Meilin de que se quedara un poco más de tiempo con ellos. Meilin estaba ansiosa por ver de nuevo a Ryusuke, pero no podía resistir los ojos implorantes de Sakura y su insistencia de quedarse sólo unos días más. Utilizó todos los medios para hacer quedar a su prima, incluso puso a su bebé de excusa, ya que sabía que Meilin no se le podía resistir. Y así fue como Meilin terminó quedándose allí dos semanas y para ese entonces sus ansias de ver a Ryusuke eran tan grandes que ya no podían hacerla quedarse más tiempo. El día que regresó a Inglaterra, Sakura la abrazó fuertemente y con tal ternura en sus ojos que parecía que no la fuera a volver a ver en años. Incluso Syaoran le dio un fuerte abrazo cuando la dejó para que abordara el avión, algo que la chica nunca hubiera esperado de él.
Ahora que había regresado a Inglaterra tenía mucho que preparar para la boda, que se llevaría a cabo el mes siguiente. Meilin desde entonces ocupó su tiempo en los preparativos y ya no pudo ver mucho a Ryusuke porque el caso de asesinato del que estaba ocupándose cuando ella se fue de viaje ahora se había convertido en una serie de asesinatos sin un culpable tangible.
Desde que Eriol había regresado de viaje, Ryusuke había ido a verlo muchas veces para pedirle consejo acerca del extraño caso que al parecer ningún humano ni ningún animal conocido podía haber cometido. Resultó que en esta ocasión Eriol no pudo ayudarlo ya que dijo que este caso no tenía nada que ver con la magia pero que continuaría investigando el asunto por él. Ya había pasado más de medio mes desde que Meilin fuera a visitar a Sakura y Syaoran y la policía no estaba más cerca de identificar al asesino de lo que lo había estado cuando todo comenzó.