Blanco

Jan 16, 2012 15:44





-No tenía que haberte dejado.

La máquina seguía pitando rítmicamente, pero no había ningún otro sonido ni movimiento en aquella blanca habitación, de paredes blancas, blanco suelo y pensamientos vacíos.

-Tenía que haberme quedado contigo.

Los pitidos siguen, no paran, y la habitación se inunda del miedo a que se paren, a que no se oigan más.

Le coge la mano, los dedos se resbalan, flácidos, muertos, le vuelve a coger la mano y se la apreta, para que no se marche, para que no le deje, para que se quede ahí, para siempre.

Lo malo es que ya casi se ha ido.

Y dentro de poco la máquina ya no va a pitar rítmicamente, dentro de poco no podrá volver a sostener su mano entre las suyas.

Y la deja. La deja ir.

Y sale de esa blanca habitación de hospital, de paredes blancas, de blanco suelo y de pensamientos vacíos.

original, drabble

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