Tiempos como estos (3/3)
¿Sabes cuando tienes esa sensación? ¿La de “la he cagado”? O, bueno, quizá no una sensación, más bien esa vocecita que te dice, que te grita: la has cagado, tío. Has metido la pata hasta el fondo y te has quedado atascado allí dentro.
Esa es la sensación que tiene Sirius Black en ese momento. Al levantarse, al desayunar, al acostarse con la primera castaña de piernas interminables que pase por delante y al cepillarse los dientes. Todo el maldito día, como si de repente fuese a aparecer un enorme cártel con letras de neón en mayúsculas que pusiera: LA HAS CAGADO. Bien bonito, bien grande y bien visible para que todo el mundo pueda admirarlo. Sí, así se siente.
Tampoco sabe por qué, después de todo, es lo que quería conseguir. Cortar por lo sano. Quizá no el sexo, claro, pero desde luego no quería a Remus colgado de su pierna por toda la eternidad. Y Remus tampoco debería quererlo, podría, debería, aspirar a mucho más.
Y aun así se siente como una mierda. Cada vez que Remus entorna los ojos cuando le oye hablar de la chica de esa noche, cuando es demasiado obvio que le está evitando, cuando se niega a dirigirle más de dos palabras seguidas.
Sí, entonces su estómago se encoge un poco y su mente grita Desde luego, eres gilipollas, pero él da otro trago a la botella de ron, besa a esa chica - que definitivamente no se parece en NADA a Remus - y le hace gemir, temblar y derretirse en su boca, hasta que ahoga a esa vocecita que no le deja tranquilo.
Incluso entonces lo sigue sintiendo, cuando se despierta a medianoche y ella está allí, abrazada a él y puede sentir su respiración en su pecho. La has cagado, Sirius.
Las vueltas que da la vida (de Sirius Black)
No es que no esperara que ocurriese. (Que no, no lo esperaba.) Ni ser el primero en saberlo. (Que sí, quería serlo.) De hecho, si pudiera elegir, habría preferido que nadie se lo hubiera contado. (En realidad habría preferido que, simplemente, no hubiera ocurrido.)
Pero... Joder.
De acuerdo, acepta el hecho de que, quizá, puede, es posible que algunas cosas ocurran sin su consentimiento. De que algunas cosas ocurran sin su conocimiento. Incluso ambas dos a la vez. Eso no hace que la situación sea mejor. De hecho, hace que la categoría de la situación se eleve de situación de mierda, a situación de mierda doble.
Y el hecho de que haya sido Peter (no James, no Lily, no... Remus, joder) el que lo haya mencionado, es lo que la eleva a una situación de mierda triple con cereza encima.
Lo dice como si fuera un comentario inocente, ese Remus tiene novia, y luego el Oh, ¿no lo sabías?
¿Tiene pinta de saberlo? No, en serio, ¿tiene pinta de que se le haya pasado por la cabeza durante un maldito segundo?
Luego piensa Por supuesto y Por qué no iba a poder ser posible, y dice lo único que puede decir en ese momento.
- Seguro que ni se la ha tirado.
Friends will be friends (o algo así)
Sirius no tiene una idea exacta de cómo es la novia de Remus. Tiene una imagen mental. Borrosa. Rubia y morena y castaña y pelirroja. Alta y baja. Preciosa y morena y llena de pecas. Normal y rata de biblioteca y pestañas que parecen interminables. En su mente se llama Tania y Helena y Beatrice y tantos nombres como noches de insomnio.
No es que le preocupe.
No es que realmente necesite la imagen real.
No es que realmente quiera la imagen real.
La imagen real es castaña. Menuda y con labios que parecen esculpidos en mármol. En su mente, Sirius piensa ojos de caramelo y en cómo su voz tintinea entre ese tono que no llega a ser agudo y se deshace contra el aire.
No tiene pecas, y por alguna razón, Sirius se encuentra extrañamente decepcionado. Sin embargo, se sonroja cuando Sirius sonríe después de humedecerse los labios con la punta de la lengua, despacio y premeditado, como si la sonrisa resbalara en su rostro.
- Es demasiado guapa para ti, Lupin.
Remus arruga la comisura de los labios, como si fuera a sonreír y el intento se quedase en eso, en un penoso y patético intento de no rebanarle la cabeza. Aprieta los labios y baja la mirada, con un brazo alrededor de la cintura de la chica y pelo cenizo sobre el rostro.
Soy un nuevo día alzándose - o lo que es lo mismo, Epílogo
Remus quiere decírselo, antes de que se vaya todo a la mierda. Quiere decírselo cuando apenas le tiembla la voz al tener conversaciones enteras -casi, casi enteras- con él, y Anna y él llevan casi cinco meses saliendo. (Saliendo. Aún no le ha mandado a la mierda, aún no ha salido corriendo. Tienen una relación sana, y normal, y Remus está agradecido por eso. Cree que lo necesitaba.)
James y Sirius continúan con esa estupidez del fidelius, de hecho, es de lo único que habla Sirius esa noche, de lo único que hablan en los últimos días. Así que James lo declara noche de tíos, y para las diez de la noche, está lo suficientemente no estoy borracho, Lily me mataría como para desaparecer del local, arrastrar a Peter con él, y dejar a Sirius con los pies en la mesa, cerveza en mano y mirada inquisitiva, con el licántropo indefenso.
Se lo quiere decir entonces.
No sabe exactamente qué, pero está bastante dispuesto a dejárselo claro.
Y aún así.
Sirius apenas no habla, y quizá eso debería haberle dado la primera pista. Apenas habla, y su aliento apenas huele a alcohol cuando le encierra en uno de los cubículos del baño. Remus quiere decírselo, en medio del ambiente denso, el olor a tabaco, y los mordiscos de Sirius en su nuca. Quiere decírselo y pararse a pensar, y en su lugar... En su lugar, puede que lo sepa. A un nivel inconsciente. Puede que haya ido leyendo las pistas, y de algún modo sospeche. Porque sólo se besan en los labios una vez, al terminar, urgente y casi mordiendo. Sirius le mira desde arriba, enorme y amenazador, y guardando algo que Remus no termina de identificar en los ojos.
Ésa es la última vez que le ve antes de las noticias. Rompe con Anna al día siguiente, y el contacto se seca, y quizá no fuera lo que necesitaba, después de todo.
Poco después, el infierno se desata y la guerra se acaba, y es contraproducente que los dos se den al mismo tiempo. Ve a Sirius en el Profeta, las imágenes de Lily y James en las esquelas, la madre de Peter en el velatorio.
Podría habérselo dicho entonces, pero no habría cambiado nada.