Tendencia.
Género: Amistad.
Advertencias: Ninguna.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn!, es y siempre será de Akira Amano, no mío.
Gokudera-kun tenía esa tendencia.
Ese impulso tan marcado de en cualquier situación y en cuanto algo pasaba -aún no se sabía si era malo o no- pero él era el primero en dar un paso, en ponerse delante de él para protegerlo, y sacar ya fuera su dinamita o su caja Vongola y estar listo para atacar.
A quién fuera, lo que fuera, y por el motivo que fuera. No daba pautas a un porqué cuando se trataba de él.
Su amigo, siempre había sido así desde que tuvieron aquella batalla en el patio de la escuela y la Tormenta perdió, jurándole que a partir de entonces lo seguiría y daría su vida por él, siempre. Pero eso mismo, el peligro en el que inmediatamente se ponía para protegerlo era algo que a Tsuna no le gustaba para nada.
Eran amigos ante todo, no Jefe y Mano Derecha como el italiano refería la mayor parte de tiempo y en cualquier situación.
Y eso, era algo que a Tsuna le gustaría que en verdad Gokudera-kun entendiera...
… pero tal parecía que era mucho pedir.
Y es que justo en ese momento, al estar en las calles de Namimori con rumbo a casa luego de un largo día de escuela, un par de maleantes han chocado con él -o más concretamente y con la mala suerte que se carga- él choca con ellos al ir metido en sus propios pensamientos, molestando a ambos individuos y buscando estos pelea como es de esperarse.
-¡Tú, enano! -Le reclama uno de ellos con una expresión molesta al verlo-. ¡Fíjate por dónde vas!
¡Hiii!
Tsuna sólo quiere gritar, y huir porque el tipo -ambos, ahora que se fija bien- son más grandes y fornidos que él, pero no lo hace, se queda ahí. Lo correcto es disculparse.
-Y-Yo… lo siento -trata de no tartamudear, pero le cuesta un poco-. No era mi intención, fue un...
-¿Qué dijiste, enano? ¡No te oí, repítelo de nuevo! -El tipo sólo se molesta más al ver que el castaño quiere escapar de la situación.
Por suerte -o tal vez no- el de ojos castaños no está solo.
-¡Hey, ustedes!
Oh no, parece que sucederá de nuevo. Justo lo que Tsuna venía pensando segundos atrás -y ahora teme- sucederá.
-¿G-Gokudera-kun? -Aunque tal vez y sólo por esta ocasión se equivoque. Sí, tal vez es eso. Y una parte de él quiere reírse por las cosas que había imaginado.
Gokudera-kun respondiendo a la pelea, ¡qué gracioso!
-¡Retroceda por favor, Décimo!
-¿Eh?
Pero cuando su amigo lo aparta y lo hace a un lado, y comienza a tronarse los dedos, a prepararse para pelearse con esos tipos, es que sabe que no se ha equivocado. Que de nuevo se meterá en problemas, ¡y esta vez por su culpa! Por venir distraído y chocar con aquel maleante. Y sus palabras se lo terminan de confirman.
-Yo me encargo de esto. No se preocupe por favor, Décimo. Adelántese y vaya a casa -Y hasta le regala una sonrisa, dejándolo sin palabras un par de segundos.
¿Qué no se preocupe?
¿Qué se vaya a casa?
¡Cómo si él pudiera hacer eso y dejarlo atrás!
-¿Hah? ¡¿Y tú quién rayos eres?! -Le pregunta uno de los tipos al centrarse en el Guardián de la Tormenta al decidir que él se hará cargo de la situación-. ¡Te acabaremos, idiota!
-¡Hn! ¡Ya veremos! -Es la simple respuesta que les da, encarando a ambos. Acabará con los dos en menos de dos minutos.
Pero a Tsuna eso no le gusta. No lo hace, y tampoco lo puede permitir.
-¡Ah, estoy realmente molesto! -Exclama de pronto el castaño, llevando sus manos a su cabeza y jalándose el cabello como claro signo de desesperación. De molestia-. ¡¿Por qué las cosas siempre tienen que terminar así?! ¡Me molesta, y mucho!
-¿Décimo? -Hayato voltea a verlo al escucharlo, sin entender qué le pasa a su Jefe. ¿Qué no se había ido a casa? Él pensaba que sí.
-¡Me disculpe! -Dice, mirando al tipo con el que chocó-. ¡Me disculpe por haber chocado contigo! ¿Por qué no aceptaste mi disculpa y continuaste con tu camino como cualquier persona lo hubiera hecho?
-¿Eh? B-Bueno... -El sujeto tartamudea, mirando a su amigo que tampoco sabe qué decir ante eso.
-Si lo hubieras hecho, ¡ninguno de nosotros estaría aquí! ¡Pero no!
-¿D-Décimo se encuentra bien?
-¡No! -Grita, mirándolo ahora a él-. ¡Y también estoy molesto contigo, Gokudera-kun!
-¿Conmigo también? ¡P-Por qué! -Quiere saber, sintiéndose mal por eso. ¿Por qué su Décimo se enojó con él? ¿Qué hizo?
-¡Porque sí! ¡Porque siempre eres así! -Le reclama, sintiendo mucha intensidad por todo su cuerpo que lo hace gritar. Decir lo que piensa sin importarle nada más-. ¡Porque siempre te metes en problemas, y cuando no lo haces... soy yo, pero a fin de cuentas terminas involucrándote y no quiero eso! -Hace una pausa y toma aire, y luego continua-¡No quiero que por mí te metas en problemas o respondas a peleas! ¡No quiero que lastimes o te lastimen por mi culpa! ¿No lo entiendes? ¡Me preocupo mucho por ti! ¡Quiero que te cuides más!
-Yo... -Balbucea-. ¡Lo siento mucho, Décimo! ¡Trataré de que no suceda de nuevo y...!
-¡¿Realmente lo harás?!
-¡Sí! -Le responde sin titubear, poniéndose hasta en posición de firmes.
-¡¿Me prometes que ya no buscarás problemas ni te meterás en peleas?!
-¡Lo prometo!
-¡Muy bien! -Queda complacido por su respuesta, relajándose un poco con él. Pero no ha acabado con esa situación-. ¡Y ustedes! -Mira a ambos tipos que se ponen rígidos ante su llamado. Al parecer ahora es su turno-. ¡Váyanse ahora y déjenos en paz! ¡No quiero enojarme más!
-Ahm... ¡C-Claro! -Ambos chocan un poco, pero terminan yéndose rápidamente de ahí. Si bien no entienden qué ha pasado ahí, tampoco es que quieran quedarse a averiguarlo. Aquel tipo bajito puede ser aterrador y gritón, si se lo propone.
Una vez solos, Tsuna se seca el sudor de la cara y poco después lleva una de sus manos a su cuello al notar algo:
-Mi garganta dolerá después de esto -y carraspea un poco al fallarle la voz.
-¿Décimo? -Le llama el de ojos verdes, sin terminar de entender qué ha pasado ahí. ¿Qué ha sido todo eso?
-¡Gokudera-kun! -Le vuelve a llamar serio y fuerte, obteniendo una reacción de su parte.
-¡Sí!
La pose en firmes de nuevo está ahí. El castaño se gira lentamente hacia él, regalándole una sonrisa pues a sido una broma su último llamado.
-Vayamos a casa.
-… De acuerdo. -Él asiente, siguiéndolo después.
Sin embargo, no han avanzado muchos pasos cuando Gokudera le pregunta con algo de cautela:
-Disculpe, Décimo... ¿Aún está enojado conmigo? ¡Porque si es así yo...!
Tsunayoshi le responde de inmediato al notar su preocupación, su miedo.
-No, ya no, Gokudera-kun. Pero sólo porque me prometiste que ya no te meterás en problemas y te cuidarás más, ¿no es así? -Y sonríe.
Ante esa respuesta, los ojos de Gokudera Hayato se abren con sorpresa y brillan más. Menos mal, su Décimo ya no está enojado con él. Ahora ya puede sonreírle, justo lo que hace en ese momento.
-¡Por supuesto! ¡Ya verá que seré una mejor Mano Derecha, no lo decepcionaré!
Aunque esa no es la respuesta que él esperaba escuchar. Que su entusiasmo y felicidad bajen un poco es inevitable.
-Sí, sí... cómo digas, Gokudera-kun.
Pero bueno, al menos ha conseguido que Gokudera-kun le prometa que ya no se meterá en problemas o peleas innecesarias. Eso es un comienzo. O eso espera él. Porque en realidad se preocupa mucho por su amigo, y no quiere que nada malo le pase y mucho menos, por su causa. Nunca, pero nunca se lo perdonaría a sí mismo, así que mejor que su amigo siempre esté bien.
Fin.