† DOBLE AMOR †
por
Tary Nagisa
Bey Blade No me pertenece sino a Takao Aoki. Yo... no pretendo hacer lucro de su trabajo, solamente tomé prestados a sus personajes para hacer un pequeño y simple Fic.
30/11/07
1. Capitulo 1- Inicio o Escribiendo nuestra historia
Un nuevo curso comenzaba. Otro año escolar iniciaba.
6:50 a.m.
En la Preparatoria Okia Kaota (1) se veían un montón de alumnos por doquier.
Algunos se reencontraban con sus compañeros y amigos. Otros, apuntaban con dificultad su horario entre aventones y muchedumbre desesperada alrededor.
Unos cuantos, y menos “complicados”, se encontraban ya en su salón pasando su horario tranquilamente o charlando con sus amigos.
Para los de primer ingreso, los que entraban ese año, las cosas eran más sencillas. No tenían que “luchar” por conseguir su horario, ni buscar salón por salón su aula. Para eso, habían asistido los últimos días antes del inicio de clases, en algo conocido como Curso de Inducción.
Así, en el Aula del 1-C, dos rusos pelirrojos miraban distraídamente por la ventana.
Sus hermosos ojos violetas, se posaban en el mundo exterior. Aquel, del que eran separados por ese frío cristal.
Sus pensamientos divagaban hasta llegar a ser el mismo, sin que el otro, supiera esto.
Y en sus mentes, apareció cierta imagen.
Un peculiar muchacho altivo de profundos y fríos ojos amatistas con unas extrañas marcas azules en sus mejillas, así como un cabello de dos tonalidades de azul. Todo esto, acompañado de cierta actitud superior y hostil, que ensalzaba su orgullo.
Pero fuera de eso, a su alrededor, sus nuevos compañeros de clases charlaban amenamente. Sólo habían pasado tres días desde que iniciaron su curso, y la mayoría ya se hablaban.
De pronto, los alumnos que permanecían afuera del aula entraron entre risas y leves empujones, bromeando entre ellos, dejando ver después, a la profesora de la clase.
Su primera clase oficial de su nuevo curso.
Todo mundo se dirigió a sus respectivos lugares, y al percatarse del movimiento, uno de los pelirrojos reaccionó.
- Yuriy... -le llamó al golpearlo levemente con su codo, regresándolo a la realidad al señalarme que la clase iniciaría, por lo cual, ambos se dirigieron a su asiento, el cual compartían.
Después de que la profesora se presentara, pidió a todos que hicieran lo mismo, iniciando con la primera fila, de izquierda a derecha.
Nombre completo, edad y algún dato que quisieran compartir, era lo que cada uno tenía que decir cuando llegase su turno.
Aquellos oji-violetas, apenas y lograban escuchar algo lejano de la realidad.
“Ahora es su turno” -escucharon con un poco de eco, regresándolos de su ensimismamiento.
- Me pregunto, ¿Quién es quién?. Ambos son iguales... -dijo sonriente la profesora, siendo observados por todos sus compañeros al ser el turno de los pelirrojos.- Veamos entonces, dígannos... ¿Quién es quién?, ¿Cuál es su edad?, ¿Quién es el mayor? -cruzando sus brazos, esperó sus respuestas con una gran sonrisa y emoción.
Era la primera vez que conocía a dos gemelos, por lo que estaba emocionada al igual que algunos de sus alumnos.
Siendo al mismo tiempo y coordinadamente, ambos rusos se levantaron con cierta indiferencia y pereza, mostrando seriedad en sus rostros.
- Yo soy Tala Ivanov. -articuló primero uno.
- Y yo Yuriy. -secundó enseguida el otro.
-Tenemos 16 años... -continuaron al mismo tiempo, cruzando sus brazos uno, y entrecerrando sus ojos el otro.
- Y yo soy el mayor -indicó el primero, cruzando sus brazos como su hermano.
Y nada mal.
El silencio reinó en el aula mientras todos los veían fijamente, ninguno agregó nada más.
Y ante los ojos de toda la clase, ellos...
Realmente eran iguales. Gemelos idénticos. Era como estarlos viendo en un espejo, pero al mismo tiempo y sin éste.
Ambos tenían el mismo color de cabello. Los mismos ojos violetas, fríos e inexpresivos. La misma cara. Misma estatura y complejidad. El mismo semblante y hasta la misma actitud.
Todo era igual. No había diferencia entre ambos.... ¿O si?
A pesar de tener toda la atención sobre ellos, ni siquiera se intimidaron o inmutaron, todo lo contrario, mantenían su fría y penetrante mirada, al igual que ese semblante frío y altanero, según la opinión de algunos.
- ¡Ah!, ¡Muy bien!. Ya pueden sentarse... -indicó una nerviosa profesora al ver que ninguno de los dos diría otra cosa, por lo que trató de disipar aquella extraña y pesada atmosfera que se había formado de repente.- Continuemos con la siguiente fila... -señaló, regresando todas las miradas al frente al continuar con la siguiente compañera.
- ¡Idiotas! -fue lo que susurró uno de los rusos al tomar asiento de nuevo, sintiendo enseguida la mano tranquilizadora de su hermano.
Sí, aquello era una estupidez, y todos ellos unos idiotas. ¿Pero se podía hacer algo al respecto?
No, nada; ni siquiera molestarse.
Sin decir palabra alguna, ambos pelirrojos volvieron a desconectarse de la realidad.
/-Flash Back-/
Miércoles.
1er. Día de los Cursos de Inducción.
Un pelirrojo caminaba molesto y maldiciendo entre dientes.
- ¡Hmf!. Todavía no inician las clases, y ya me agarraron de su mandadero... -su vista se clavó con desprecio en la caja que llevaba en sus manos, gruñendo más, como si ésta fuera la culpable.
- ¿Por qué tengo que ir por los plumones y el borrador? -se cuestionó un tanto más tranquilo.- ¿Uhm? -y algo llamó su atención.
-¡Hmf!. ¡Lo que me faltaba! -renegó por lo bajo indignado, viendo su ropa y sus manos manchadas.- ¡Ahora tendré que ir a lavarme! -comentó, dirigiéndose a su nuevo destino.
- Estúpida caja... -apuntó, sin prestarle atención al camino y deteniéndose afuera de los baños, y aprovechando esta pequeña parada, se cambió con cuidado la caja de mano.
En eso estaba cuando la puerta fue abierta de golpe, dándole directo en la cara, soltando la caja y esparciéndose su contenido por el suelo.
“¡Ayayayayayyy!” -su mano cubrió su rostro tratando de aminorar el dolor, reaccionando algunos segundos después ante aquello que había sucedido de improvisto y tan rápido.
- ¡Idiota! -atacó molesto e indagando.- ¡Deberías tener más cuidado! -señaló, dirigiéndole una mirada penetrante y fría al causante y responsable.
Pero aquella persona, le veía fijamente y no le decía nada. Lo analizaba de pies a cabeza sin ninguna expresión aparente, detallando en el gafete que el enojado pelirrojo llevaba.
“Yuriy... Ivanov” -leyó mentalmente aquella persona, alzando confundido una ceja ante su reproche que lo molesto.
- Tú eres el que deberías tener más cuidado... -reveló serio, pasando como si nada a su lado para marcharse.
- ¡Hm!. ¡Ese Idiota!... -murmuró por la bajo el afectado, viendo como se alejaba con pasos firmes y decididos.
Y de aquel incidente... había sido todo.
Al volver al salón entregó los instrumentos básicos de enseñanza, que más que entregar pareció que se los aventó a la profesora, dirigiéndose a su asiento entre maldiciones y gruñidos por lo bajo.
- Tala, te tardarte mucho... -señaló su hermano al verle, detallando en la expresión que éste tenía. Estaba molesto.- ¿Quieres que te regrese el tuyo? -le preguntó neutro al verle quitarse el gafete, y aventarlo en el mesa banco todo enojado.
- No, déjalo... -dijo indiferente el mayor, suspirando hondo y sentándose pesadamente sobre su silla.
No era su culpa.
-¿Qué pasó? -señaló la marca rojiza que adornaba su rostro, mirándole de reojo.
- No me lo recuerdes... -le mencionó frustrado, llevando su mano a la parte marcada. Un imbécil me golpeó... -comentó, apretando molesto sus puños al recordarlo.
“Y el muy cínico ni siquiera se disculpó”. -se dijo mentalmente, mirando hacia la ventana y perdiéndose en sus pensamientos.
\-End Flash Back-\
Y para ellos, a lo lejos las presentaciones continuaron.
La 3er. hora de la mañana.
El Profesor dictaba y explicaba cada una de las unidades.
- En la Unidad 2, estudiaremos los...
Ajeno a esto. Uno de los jóvenes Ivanov recorvaba algo que no lo dejaba en paz desde hace algunos días.
/-Flash Back-/
Suspiró.
- Por lo menos me hubieran dejado que Tala, me ayudara... -articuló para sí, al ir caminando lentamente y sin ver el camino, pues trataba de llevar los 42 manuales de su clase, uno encima de otro, en una pila que le impedía ver por dónde caminaba.
Al mismo tiempo, un bicolor salía de una de las aulas con su vista clavada en una hoja.
“43 copias de la página 12 a la 16, y 2 copias de la... ¡Hn!” -aceleró el paso, entrecerrando sus ojos al ver que aquello sería largo, por lo cual no detalló en...
¡PUNP!
E inevitablemente hubo una colisión.
Cayendo ambos directo al suelo, al igual que los manuales que el pelirrojo llevaba.
- Hm... -donde un ruso se quejaba indignado por lo bajo, recuperándose de semejante choque.
- ¡Ay! -y el ruso-japonés se sobaba la parte baja de la espalda.
Eso había dolido.
“¿Tú?. ¡¿De nuevo?!” -manifestó para sus adentros al verle, deteniendo su vista en su gafete.- “¿Tala Ivanov?” -leyó mentalmente.- ¿Eh? -donde inconscientemente frunció el ceño confundido.
“¿Tala?. ¿Qué no era...?” -siendo interrumpido de improvisto por aquel pelirrojo.
- ¡Hey, tú!, ¿Qué tanto me miras? -el aludido reaccionó ante sus palabras desafiantes.- ¿Qué no te han enseñado a no correr por los pasillos?, o al menos, ¡A mirar por dónde vas! -contrapuso molesto al levantarse.
- Hm... -siendo un gruñido la respuesta que obtuvo del bicolor.- Tú tampoco ibas mirando, ¿o sí? -puntualizó arrogante, poniéndose de pie.
- ¡Pero yo no podía! -le aclaró enérgico el otro, calmándose enseguida. En cambio tú.... tú ibas distraído. -aseguró indiferente, juntando los manuales.
- ¿Cómo dices? -cuestionó incrédulo, viendo como le ignoraba.
- Pero bueno. ¿Qué se puede hacer, cuando... anda por ahí un distraído idiota? -sonrió altanero el pelirrojo, tomando los manuales ya apilados, y comenzando su caminata para marcharse.
- ¡Hey, tú! -le llamaba Hiwatari, enojándose más al ser ignorado, al ver como aquel pelirrojo se iba de lo más campante.
- ¡Hmf!. ¡Baka! -masculló molesto al ver que ya se había marchado, desviando cansado su mirada.
\-End Flash Back-\
Y mientras en el Aula C tenían Ruso, en el Aula E, situada en el mismo piso y pasillo, tenían Matemáticas.
Claro que cierto bicolor se encontraba ajeno a la explicación de las Potencias, dándole vueltas a un asunto más importante y que lo tenía frustrado.
Una y otra vez, sus pensamientos se centraban en unos incidentes ocurridos el primer día de sus cursos y... con la misma persona.
O al menos, eso era lo que él creía.
“¡Hmf!. ¡Ese Idiota!” -sus puños se cerraron con fuerza ante los recuerdos.
“Primero me insulta por su descuido con la puerta, ¡Cómo si hubiera sido mi culpa!. ¿Cómo iba a saber que iba a estar ahí? -se excusó en su mente, sobresaltándose indignado.
“Y después, y como venganza, el muy Baka me arrolla con todos sus libros, y no conforme todavía con eso, me vuelve a insultar. ¡Y hasta me ignora! -sentenció irritado, frunciendo molesto el ceño.- ¡¿Quién se cree que es ese tal... Iva... Ivanov?!. ¿Acaso no sabe quién es el gran Kai Hiwatari? -sus ojos centellaron de ira.
“¡Pero dejen que lo vea!, ¡Ya verá quien soy yo! -aseguró, avivándose su aura rojiza, así como su semblante lleno de determinación y coraje.
Continuará....