Título: Presentes para la Tormenta.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato, Yamamoto Takeshi.
Género: Familia. Amistad.
Rating: T.
Advertencias: Shonen Ai entre líneas. 8059.
Resumen: Nadie sabe cuándo es el cumpleaños de Gokudera. Por ello, Reborn convierte aquel misterio en una competencia Vongola donde cualquier Guardián o Mafioso puede participar, siempre y cuando cumplan con ciertas reglas. ¿Pero quién será quien le atine a su cumpleaños?
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! = a Amano Akira.
03/09/12.
Capítulo 3. - 03 de Septiembre.
Esa mañana, Gokudera amanece de buen humor y sin duda alguna, tiene que ver con que la tarde anterior la haya pasado a solas con su Décimo sin la interrupción o presencia de nadie más a su alrededor.
Fue un buen día, y espera que aquello se vuelva a repetir más seguido. Jefe y Mano Derecha deben de pasar más tiempo juntos, después de todo.
Y tal y como le ha prometido la tarde anterior, le lleva un bonito detalle que espera que le guste. Sonríe ligeramente al pensar en esto al dirigirse a su casa para pasar por él e irse juntos a la escuela como todos los días.
No obstante, su buena suerte y humor se disipan en cuestión de segundos gracias a una voz que reconoce al instante tras su espalda.
- ¡Hey, Gokudera! Buenos días. Haha.
"¡Yamamoto!".
La simple mención de su nombre en su mente basta para hacerlo fruncir el ceño, tensarse y enojarse de la nada.
¡Maldición! ¿Por qué se tiene que encontrar tan temprano con el idiota y arruinar su buen humor, eh?
- ¡Qué quieres!
Se gira a verlo, enojándose más al verlo con su estúpida sonrisa en su rostro. ¿Qué no se cansa de sonreír? Tal parece que no.
- ¿Vas a casa de Tsuna, cierto? ¡Te acompaño!
Sin darle tiempo a contestar nada lo toma del brazo cuando pasa a su lado y se lo lleva con él.
- ¡Hey! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Suéltame!
Como puede se libera de su agarre, caminando a su propio ritmo no sin antes fulminarlo con su mirada.
- Haha. Hoy estás muy enérgico, Gokudera, eso es... bueno. -al decir esto último su expresión muestra cierta determinación.
Quizá él le atine al día en que Gokudera cumple años, siempre ha tenido suerte en ese tipo de cosas y por eso mismo a elegido el 3 de Septiembre para pasarlo con él. Espera atinarle, y si gana… más que pedir un premio le hará una pequeña fiesta a la Tormenta en el Takesushi e invitará a todos para pasarla bien.
Porque él piensa que los cumpleaños sin duda deben de festejarse y pasarlo con la familia y los seres queridos, y quiere transmitirle ese sentimiento a Gokudera ese día.
Sonríe un poco más, notando que ya mero llegan a la casa de Tsuna.
- Por cierto… -Gokudera repentinamente le habla, frunciendo su ceño al hacerlo.- ¿Qué es eso que llevas ahí, idiota?
- A-Ah, esto... -contrariamente a lo que siempre haría, hoy en vez de mostrárselo y explicarle qué es, lo oculta tras de sí con un poco de nerviosismo.- Haha. No es… nada.
- ¿Hah? ¡Cómo que no es "nada"! -le reclama.
Él claramente ve una especie de caja grande envuelta en aquel pañuelo verde y no sabe qué es, por eso es que le pregunta.
- ¡No te estoy diciendo que me lo enseñes, idiota! -hace puchero al mirar hacia otro lado y baja su tono de voz ligeramente molesto.- Sólo te pregunté qué era pero si no quieres decirme entonces esta…
Yamamoto le interrumpe al ver que se lo está tomando mal.
- ¡De acuerdo! Te enseñaré qué es si vienes a la hora del almuerzo a la azotea, Gokudera.
- ¿Para qué? ¡Además...! -vuelve a alzar su tono de voz.- ¡Te dije que no quería que me lo enseñarás, sólo quería saber que es!
- ¿Lo harás? ¿Vendrás a la hora del almuerzo?
El Guardián de la Lluvia lo mira expectante esperando emocionado su respuesta. Esa es su oportunidad perfecta.
Y al ver que Yamamoto no cambiará de parecer ni lo dejará de ver con esa estúpida expresión responde.
- ¡De acuerdo! ¡Pero ni creas que es porque tengo curiosidad o algo! ¿Queda claro?
- Sí. -asiente, riéndose feliz.
Muchas veces, Gokudera logra que se sienta más alegre y feliz con alguna palabra que le dice o alguna cosa que hace. Ése, es un claro ejemplo de ello.
- Idiota... -murmura por lo bajo al verlo tan feliz.
Por suerte, por fin llegan a la casa de su Décimo donde Reborn-san y su capo ya los esperan. Las cosas quedan así entre los dos hasta la hora acordada.
.::.
Tal y como ambos quedan, Gokudera va a la azotea a la hora del almuerzo un poco confundido pues ese día Reborn-san se lleva a su Décimo a otro lugar supuestamente para hablarle de algo importante por lo que no podrán acompañarlos ese día a desayunar.
El suspira por lo bajo, pensando que si hay algo importante que el Hitman tiene que decirle a su capo entonces él, como su Mano Derecha que es, también tiene que estar ahí pero Reborn-san no quiso por lo que termina ahí.
Espera al menos que lo que sea que Yamamoto lleve en aquella misteriosa caja lo distraiga un poco, lo suficiente para que la hora del almuerzo termine y pueda volver a reunirse con su Décimo. La comida sin él no sabe igual.
Pero cuando llega ahí, se da cuenta de que el beisbolista aún no ha llegado y eso lo fastidia un poco.
¡Justo lo que le faltaba! ¡Qué ahora él tenga que andar esperando al idiota! Pero sólo lo hará porque no tiene nada mejor que hacer.
Cinco minutos después, Yamamoto por fin se aparece.
- ¡Llegas tarde! -le regaña en cuanto lo ve, cansado de estarlo esperando él solo.
- ¡Lo siento! Un senpai me entretuvo a mitad del camino y bueno... -va hacia él, llevando aquella caja con él.- ¿Me esperaste mucho?
- ¿Tú que crees? -su expresión seria le da la respuesta.
- ¿Tienes hambre?
- ¿Importa?
- Yo espero que sí, porque no podré terminarme yo solo esta comida.
Se sienta en el suelo, desatando el nudo y mostrándole lo que aquella especie de caja contenía. Una gran cantidad de comida, y mucho sushi en particular en diferentes tamaños y presentaciones.
- ¡Qué rayos es todo esto! ¿Te has vuelto loco, Yamamoto?
- Haha. Por supuesto que no. -ve a Gokudera sentarse a su lado.- Hoy tenía ganas de algo pero no sabía exactamente de qué y he ahí el motivo de toda esta comida.
- ¡Tú...! -lo mira feo.- ¡En verdad te has vuelto loco! ¡Mandarás a tu viejo a la ruina!
- Haha. ¡Qué cosas dices! Pero no es eso. Lo creas o no, yo mismo pagué toda esta comida con mi dinero.
- ¿De verdad? -se le hace difícil de creer. De ser así, debió de haber gastado una fortuna por ello.
- ¡Sí! Pero oye Gokudera, ¿comerías conmigo el día de hoy, por favor? Sé que te gusta mucho el sushi.
Pensando en eso, es que decidió traerle este tipo de presente y la mayoría de los platillos fueron hechos por él pero eso no se lo dirá, será su pequeño secreto.
- ¿Ah, tengo opción? -se encoje resignado de hombros como si aquello fuera un gran sacrificio pero esboza una pequeña sonrisa.-¡Lo haré, comeré contigo hoy, idiota! ¡Siéntete agradecido!
- ¡De acuerdo!
Y él no puede dejar de sonreír.
Ambos se sirven de comer, notando Gokudera que todo está delicioso.
- ¡Mis felicitaciones a tu papá como siempre, Yamamoto!
- ¿Te gustó?
- ¡Por supuesto! ¡Todo está delicioso!
Sus palabras por alguna razón aceleran los latidos de su corazón y hacen que se sonroje ligeramente.
- Me da gusto escucharte decir eso. -murmura por lo bajo, con una sonrisa permanente en sus labios.
Al menos, a la Tormenta le gustó su comida. Eso es bueno. No, es más que bueno.
-Por cierto, Gokudera... -deja de comer.- ¿Puedo preguntarte algo y no te enojas?
- Depende... ¿Pero qué es?
- Esto... -lo duda por algunos segundos. ¿Y si hace que se enoje y arruina el buen momento que están teniendo? Pero tiene que preguntárselo, debe de saberlo así que toma valor y se anima- Hoy... ¿de casualidad hoy no es tu cumpleaños?
Al escucharlo decir eso lo mira fijamente, arrugando ligeramente su ceño. ¿Y ahora que pasa con su cumpleaños? ¿Por qué le pregunta repentinamente sobre eso?
- ¿Por qué? -casi gruñe.- Si no lo fuera, ¿qué pasaría con eso?
- N-Nada en realidad, pero... ¿entonces no lo es?
¿Se equivocó? ¿Su buena suerte esta vez no funcionó?
- ¡No, no lo es! -le responde secamente volviendo a comer.- ¿Satisfecho?
No, en realidad no lo está.
Ah, y también que se la estaba pasando con Gokudera. El hambre repentinamente se le va.
Ha fallado. El cumpleaños de Gokudera no es el 3 de Septiembre, entonces ¿cuándo es? Y lo más importante de todo, ¿quién le atinará y con quién pasará ese día la Tormenta?
No, mejor no quiere saberlo. Su pecho se encoge y duele si lo piensa.
Continuará...