Título: Presentes para la Tormenta.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato y Sawada Tsunayoshi.
Género: Familia. Amistad.
Rating: T.
Advertencias: Shonen Ai entre líneas. 5927.
Resumen: Nadie sabe cuándo es el cumpleaños de Gokudera. Por ello, Reborn convierte aquel misterio en una competencia Vongola donde cualquier Guardián o Mafioso puede participar, siempre y cuando cumplan con ciertas reglas. ¿Pero quién será quien le atine a su cumpleaños?
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío ni me pertenece, todo, propiedad de Amano Akira.
02/09/12.
Capítulo 2. - 02 de Septiembre.
Después de pensarlo toda la noche, Tsuna se decide por fin y esa mañana toma su decisión y se la dice a Reborn.
Él, elige ese día, el 2 de Septiembre para pasarlo con Gokudera-kun sea o no su cumpleaños.
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Las clases del día por fin terminar, saliendo de la secundaria con la Tormenta a su lado. Hoy, Yamamoto tiene práctica de béisbol, eso, y que ha reservado con su Tutor toda la tarde con Gokudera-kun que va con una pequeña sonrisa en sus labios al irse de la institución sólo ellos dos.
"Ah, Gokudera-kun".
En ese momento suspira, cansado pues todavía no puede creer la locura que esta vez se le ha ocurrido al Hitman, y lo peor de todo es que ha arrastrado con él a media Mafia al permitir que cualquier Guardián Vongola o Mafioso (con la excepción de Bianchi al ser su hermana, claro) participe en la dichosa competencia para descubrir (adivinar, más bien) cuándo es el cumpleaños de Gokudera.
Las reglas son sencillas, apenas unos cuantos puntos a considerar, o eso fue lo que Reborn les dijo con su sonrisita traviesa cuando se los mencionó dos días atrás.
¿Y cómo era esto? Ah, sí, ahora lo recuerda.
Que además de ser parte de la Mafia, sólo se podrá participar una única vez por lo que se tendrá que elegir con mucho cuidado el día pues no hay cambios de ningún tipo ni segundas oportunidades para nadie. ¿Algo más a mencionar aquí? Sí, una persona por día o de lo contrario se descalificará a la segunda persona que lo intente el mismo día.
Siguiente. El tiempo que pueden pasar con Gokudera-kun puede ser de unos minutos hasta todo el día, eso queda a libre elección y al igual que el día, se tratará con Reborn.
Tercero. Obligatoriamente (y esto lo recalcó claramente el Hitman) se le dará un regalo a la Tormenta (el precio y tamaño queda a libre disposición) reservándose el derecho exclusivo él de aceptar o no el presente.
Y quizá el punto más importante…
De una u otra forma se le preguntará si hoy es su cumpleaños. Si la respuesta es sí… ¡Felicidades! Esa persona ha ganado la competencia y se le dará cualquier cosa que pida como premio, después de todo para Vongola no hay imposibles. Si la respuesta es no... lástima y mejor suerte al siguiente competidor, la competencia Vongola continúa.
Ah, Tsuna vuelve a suspirar al recordar las benditas reglas pensando en sí que él no quiere ganar, no quiere ningún premio y si pudiera, sólo le gustaría pasar tiempo con Gokudera-kun el día de su cumpleaños, aunque no lo festejaran ni hicieran una gran fiesta como su Tutor suele hacer.
Pero su amigo ni siquiera le quiso decir a él, su mejor amigo, su preciado"Décimo" como él lo llama, cuándo es su cumpleaños antes de que todo eso comenzara. Entiende porque no le gusta celebrarlo; su pasado, la muerte de su mamá, un mal recuerdo... pero no, por qué no le pudo decir la fecha.
De todos modos no es como si lo fueran a celebrar con toda la Mafia reunida en el mismo lugar hasta destruir el lugar de celebración, ¿o sí? No, en definitiva no.
Sin más por hacer respecto a eso, Tsuna despeja sus pensamientos y se centra en el camino y en su amigo que va con él. Cambia su expresión y con ello su tono de voz al hablarle.
- ¿Gokudera-kun, quieres ir a algún lugar en concreto?
- ¿Eh? -voltea a verlo, regalándole una de sus típicas sonrisa exclusivas para él.- La verdad es que no. ¡A dónde el Décimo diga que vayamos estará bien para mí!
- S-Sí, bueno... creo que ir a tomar un helado estaría bien. ¿Qué piensas?
- ¡Estoy de acuerdo con eso, Décimo! -le dice feliz.
A veces, Tsuna no puede quitarse de encima la sensación de tener ante sí a un pequeño y emocionado Gokudera-kun con orejas y ojos de cachorro incluidos, moviendo fervientemente la cola con cualquier cosa que él dice o hace.
Así que sólo tal vez, debió de haberle comprado un aro o un juguete para que juegue y muerda feliz en vez de aquellos chocolates italianos que él ni siquiera pudo pedir por su nombre.
Aunque ahora que lo piensa... un Gokudera-kun con verdaderas orejas y cola de cachorro sería lindo de ver; sería tierno, sin duda.
Claro que ir imaginando cómo se vería su amigo e ir sonriendo y no mirar el camino, hace que se estrelle contra un poste al desviarse un poco y choque contra él, terminando en el suelo y con un intenso dolor de cabeza.
- ¡Duele! -se queja, llevando sus manos a su frente para tratar de aminorar el dolor que siente.
- ¡D-Décimo! ¿Está bien?
Gokudera corre a su lado, tratando de ayudarlo y ver qué tan grave es el golpe.
- ¿Le duele mucho? ¡Dígame cuántos dedos ve aquí! ¿Llamo a una ambulancia? ¿Lo llevo al hospital?
- No, tranquilo... -le sonríe ligeramente al ponerse de pie.- Estoy bien. Sólo me duele un poco. ¿Por qué? ¿Es que me veo tan mal? ¿Tengo un chipote, cierto? -y se ríe al sentir que sí tiene uno justo en medio de la frente.
- Décimo...
Gokudera está preocupado por él y su expresión decaída lo refleja. Justo en este momento, Tsuna podría ver sus orejas caídas, su mirada triste y apagada y su cola quieta, si el italiano las tuviera, claro.
- Estoy bien, Gokudera-kun. -le calma.
- ¿De verdad?
- Sí. -le vuelve a decir, tranquilizando un poco al bombardero.
Después de eso, ambos continúan su caminar.
- ¿Gokudera-kun, puedo preguntarte algo?
- ¡Por supuesto, Décimo! -y su entusiasmo y alegría para con él regresan.
- ¿Hoy... es tu cumpleaños?
- ¿Eh? -si bien la pregunta lo sorprende en un principio, termina respondiendo a ella.- No, no lo es... ¿Por qué?
Qué lástima, en verdad. Ha perdido. Ahora se siente un poco decaído.
- Toma. -saca la caja de chocolates que lleva en su mochila.- Espero que te gusten estos. -y le regala una pequeña sonrisa.
- ¿Para mí?
- Sí. Un pequeño presente de mi parte por... estar siempre conmigo y ser mi amigo.
Sus palabras lo conmueven.
- ¡Muchas gracias, Décimo! ¡Es todo un honor! -los acepta con lágrimas en sus ojos pensando en cierta cuestión.- Aunque... ¡yo debería de ser el que le diera algo y no al revés! -lo decide.- ¡No se preocupe, mañana le traeré un presente y al siguiente día también! ¡Diario le daré algo, Décimo!
- ¿Eh? -trata de detenerle, pues las cosas se están yendo por otro lado.- ¡N-No es necesario, Gokudera-kun, yo... lo hice gustoso así que no es necesario que tú...!
Hayato le interrumpe emocionado.
- ¡Yo también lo haré con mucho gusto, Décimo! ¡No se preocupe!
- ¡Pero...!
Gokudera-kun no lo escuchará, ya hasta está planeando qué comprarle.
¡Hii! Se asusta, entonces.
¡Si Reborn se entera de eso lo va a matar... por andar arruinando sus planes y haciendo que Gokudera-kun le dé regalos cuando tendría que ser él quien los reciba ese mes!
¡Dios, le va a dar algo! Es más, ya ni ganas tiene de comer helado pero tampoco puede volver a su casa, ¿la Tormenta lo dejaría quedarse esa noche en su departamento?
Espera que sí... no puede ver a Reborn a la cara y mucho menos decirle cómo han terminado las cosas.
¡Qué lío!
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Y así, la competencia Vongola continúa.
Continuará...