Piezas Rotas. - (2/30).

Jul 27, 2012 16:09


Titulo: Agridulce.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato, Mukuro Rokudo y Tsuna. Yamamoto, Ryohei y Hibari también.
Género: Acción. Drama. Familia.
Rating: T
Advertencias: Un poco de Angustia.
Para: 30vicios. Tabla: Misteriosa. Tema: 04. Posesión.
Resumen: Mukuro no está vencido. Es ver ante sí al Guardián de la Tormenta para saber que esto aún no ha terminado y que él lo hará ganar tarde o temprano.


Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! es y pertenece a Amano Akira.

27/07/12.

Como es de esperarse, su Décimo está ganando.

Su Décimo le está dando una lección y una buena paliza a Mukuro al citarlo el Cabeza de Piña ahí en Kokuyo para tener otra batalla; "la revancha" como el ilusionista ha dicho en su carta al obligarlo a ir si es que no quería que lastimara de alguna forma a Sasagawa Kyoko, a Haru e inclusive a Chrome si se rehusaba a ir.

Por lo que ambos terminan yendo, su capo para detener a Mukuro y él, para cuidar, proteger y apoyar a su Décimo en todo momento como su Mano Derecha que es.

Aunque ahora que se mira herido y que se sigue sosteniendo con fuerza su brazo ensangrentado se da cuenta de que no ha podido hacer mucho contra el bastardo que en cuanto llegaron ahí lo atacó por sorpresa con sus ilusiones reales para que no pudiera interferir de ninguna forma en su batalla.

Claro que su intervención no ha sido necesaria, ¡su Décimo es increíble!, y basta con ver el actual estado físico, las heridas que el Cabeza de Piña tiene, la sangre de su labio roto o su frente abierta para ver que su Décimo se ha puesto serio al enfrentarlo en su modo Hyper y darle su merecido al no dudar ni por un segundo en atacarlo al buscárselo él mismo.

Mukuro por su parte sigue sin rendirse, sin cambiar de parece ni querer perder por segunda vez ante el Vongola pese a sus heridas y golpes que tiene.

"Esto no ha terminado".

Se sigue repitiendo mentalmente, siendo su fuerza para volverse a levantarse con algo de dificultad (aunque nunca lo admitirá) y tratar de atacar de nuevo a Sawada Tsunayoshi que bloquea sin ningún problema sus ataques y lo vuelve a mandar contra el piso, causándole más daño y dolor pero eso no es nada.

No para él.

- Ríndete ya, Mukuro. Sabes que no puedes conmigo. -le dice con su voz y expresión seria al estar en su modo Hyper, rehusándose una vez más el italiano.

"¡Aún no estoy… vencido!".

Se repite de nuevo, observando más intensamente al Vongola que sabe que en cualquier momento terminara por darle el golpe de gracia acabando con aquella batalla que desde el principio estuvo desigual como hace año y medio atrás cuando ambos se enfrentaron.

Así que se muerde el labio inferior porque sabe que aún no es lo suficientemente fuerte para vencerlo por sí mismo y necesita más poder y fuerza, un poco más de conocimientos sobre tus técnicas y tácticas de batalla, sus puntos débiles para usarlos en su contra y vencerlo aunque sea de esa manera.

- ¡Décimo, usted puede! -le anima la Tormenta.- ¡Termine con el maldito de una vez!

Eso es. Aún tiene una oportunidad de ganar, de voltear las cosas a su favor y salir victorioso.

- ¡Termine con él para poder volver a casa y…!

- Kufufu.

Las palabras de Gokudera quedan inconclusas al sentir de repente a Mukuro tras su espalda amenazándolo con su tridente y centrándose en su garganta.

Sí, esto aún no ha terminado.

- Kufufu. -vuelve a reírse sin soltar al bombardero.- Puede que hoy no te gane, Sawada Tsunayoshi pero mañana sin duda lo haré. Por hoy, simplemente te quitaré una de las cosas que más quieres.

- ¿Qué? ¡No! ¿Qué intentas hacer, Mukuro? ¡Deja a Gokudera-kun fuera de esto, él no tiene nada que ver! -da un paso hacia ellos, recibiendo una advertencia de su parte.

- Da un paso más, y le corto la garganta. Kufufufu.

Tsuna se queda en su sitio, viendo impotente que no puede hacer nada de momento para ayudar a su amigo. Mukuro lo ha tomado de rehén y escudo, amenazándolo con su tridente.

- Décimo… -trata de calmarle para que no caiga en su trampa.- ¡No se preocupe! ¡El bastardo no se atreverá a…!

- Oya oya. -se ríe malicioso al acercar más las puntas hacia su cuello al adoptar su arma un tamaño más pequeño y manejable a corta distancia.- Yo que tú no me sentía tan confiado, Gokudera Hayato.

Pasa saliva con dificultad al sentir el arma fría y filosa presionando ligeramente su yugular. El idiota habla en serio por lo que ve.

- ¡Ya basta, Mukuro! ¡Suéltalo!

-Kufufu. -vuelve a reír más fuerte al ver que tiene al Vongola donde quería: suplicando y rogando como esperaba en una situación así.- Hagamos algo más... entretenido e interesante. -dice, liberando a la Tormenta.

Gokudera da un paso hacia adelante y luego otro, girándose confundido para ver al ilusionista. ¿Qué es lo que trama? ¿Por qué lo ha soltado? Pero cuando lo hace, cuando se gira, Mukuro aprovecha su posición y guardia baja para atacarlo y herir sin consideración alguna su pecho.

- ¡Pero qué…! ¡Ahg!

- ¡No, Gokudera-kun!

Tsuna suelta aquel desgarrador grito al ver cómo el tridente de Mukuro en su versión más pequeña rasga su pecho en tres líneas largas y perpendiculares. La herida es profunda y la sangre no se hace esperar.

- Kufufufu. Así está mejor.

- ¡N-No puede…!

La Tormenta cae de rodillas al piso, llevando inconscientemente sus manos en un intento por parar la hemorragia en completo estado de shock al ver la herida.

- ¡Gokudera-kun!

Tsuna utiliza la potencia de sus llamas para llegar en dos segundos a su lado, haciendo que Mukuro retroceda varios pasos al esquivar el ataque con el que lo enfrenta. Y como el ilusionista retrocede, se centra en su amigo y lo acerca a su cuerpo hasta tomar sus manos mientras descansa en su regazo. Su modo hyper se desvanece.

- ¡Resiste, Gokudera-kun! ¿Me oyes?

- D-Décimo…

Gokudera se quiere disculpar, esbozando una pequeña sonrisa pues ha sido su culpa al bajar por completo su guardia. Tsuna niega y le sonríe ligeramente dándole a entender que no es necesario.

- No te esfuerces, llamaré a alguien para que venga a ayudarnos. ¿De acuerdo? Estarás bien.

- S-Sí. -asiente ligeramente, interviniendo el Guardián de la Niebla con una sonrisa presuntuosa.

- Me temo que eso no será necesario. Kufufu.

El castaño lo mira seriamente y le reclama.

- ¿Qué quieres decir con eso, Mukuro?

Su vista va hacia la Tormenta por lo que vuelve a mirar a su amigo.

El bastardo Cabeza de Piña tiene razón. Puede sentir que algo va mal. Lo sabe, porque ya no siente nada de dolor y eso no es todo. Hay algo más que comienza a inquietarlo y hacerlo sentir incómodo.

- D-Décimo… -suelta su mano y trata de incorporarse.- A-Aléjese de mí… p-por favor.

- ¿Qué?

- S-Sólo… hágalo.

Lo aparta un poco, llevándose una mano a su pecho y la otra a su cabeza porque vuelve el dolor.

- ¡A-Ah! -se queja, al sentir como si alguien tratara de meterse en su mente.- ¡Hh! -se pone de pie, llevando su otra mano a su cabeza en un intento por controlarlo y hacer que esa sensación tan molesta pare.

- ¿Gokudera-kun?

Tsuna no entiende qué le sucede.

- Lo ves. Te dije que no sería necesario que llamaras a nadie, Vongola.

- ¡Qué le hiciste, Mukuro!

- ¿Yo? -se encoje de hombros despreocupado.- Nada que no hubiera hecho antes con él.

- ¿Qué quieres decir?

- ¿Recuerdas que una vez poseí su cuerpo? -su expresión le da la respuesta.- Bueno… pues ahora lo haré de nuevo. Tomaré el control de su mente para utilizarlo como se me dé la gana.

- ¡No permitiré eso! -lo toma de su chaqueta de Kokuyo y alza su puño libre para amenazarlo, para golpearlo si es necesario.- ¡Déjalo en paz, Mukuro!

- ¿Permitirlo? ¿Dejarlo en paz? Kufufu. -se ríe divertido liberándose de su agarre.- Pero si ya es demasiado tarde para que puedas hacer algo, Sawada Tsunayoshi. ¿Qué no viste cómo lo corte con mi tridente? Gokudera Hayato ahora está luchando y resistiéndose a mi control mental pero es inútil, no podrá hacerlo por mucho tiempo.

Lo que dice el ilusionista es cierto.

Gokudera se resiste y trata de luchar pero con cada segundo que pasa siente que está perdiendo más el control.

- D-Décimo… váyase, por f-favor.

- ¡No! -se gira hacia él.- ¡No te dejaré aquí! ¡Lucha Gokudera, sé que tú puedes vencerlo!

"¡Décimo...!".

Así lo hace, por su capo y para no ver esa expresión preocupada y de dolor en su rostro pero el bastardo de Mukuro se está metiendo en sus pensamientos, deseos y miedos, en su mente, jugando con ellos y anulando rápidamente su control como una fuerte toxina que destruye todo a su paso, y por ende, comenzando a controlar los movimientos de su cuerpo y éste mismo a voluntad.

Está ganando.

- Kufufu. Es inútil resistirse, Gokudera Hayato. Acéptalo ya.

- ¡N-Nunca!

Repentinamente activa su anillo de Tormenta, liberando una gran cantidad de llamas de Tormenta y energía que aumenta a tal punto de causar una explosión que arrasa y se lleva todo a su paso con una intensa luz roja que ciega a todos y termina al final por difuminarse con la explosión y dejar el lugar a oscuras y hecho un verdadero caos.

Desde entonces, pasan diez minutos hasta que Tsuna reacciona y se remueve entre los escombros.

- Ah, eso ha dolido. -se soba la cabeza al incorporarse y recordar qué ha pasado.- ¡G-Gokudera-kun!

Se pone de inmediato de pie para buscarlo pero no lo ve por ninguna parte.

- ¿Gokudera-kun, puedes escucharme? ¿Estás bien?

Pero por más que lo busca, que lo llama y que remueve los muebles o escombros del lugar no lo encuentra a él y tampoco al ilusionista.

- ¿G-Gokudera-kun?

La opresión que siente en su pecho y que se acentúa con su intuición sólo hace que se preocupe más. Que lo entienda.

Pero aquello no puede ser. ¡Es imposible!

Los largos segundos en silencio se transforman en minutos hasta que ya no puede más.

- … ¡Gokudera-kun! ¡Mukuro!

Pese a sus gritos constantes nadie le responde ahí en Kokuyo. No lo hacen, porque ni uno ni otro Guardián se encuentran más ahí.

.::.

Mes y medio después, Mukuro irrumpe en la secundaria de Namimori utilizando sus ilusiones para asustar y confundir a los estudiantes que huyen despavoridos difundiendo el miedo y el caos en la institución.

Las cosas se complican cuando el edificio comienza a ser atacado por ataques de llamas de Tormenta que los demás Guardianes reconocen al instante del mismo modo que a su dueño y la persona que permanece al lado de un sonriente Mukuro Rokudo. Sin duda alguna es Gokudera, ¡y sigue vivo!

Tsuna, Yamamoto y Ryohei estarían felices de verlo (Hibari no, debido a los acontecimientos suscitados) si el bombardero no estuviera atacando como loco la escuela y a los estudiantes que tratan de resguardarse por lo que les cambia la expresión por una de confusión, sorpresa y asombro.

- ¿Eh? ¿Qué estás haciendo, Gokudera-kun?

- ¡Gokudera!

- ¡Cabeza de pulpo, qué crees que estás haciendo al extremo! -le reclaman al ver que no deja de atacar.

- Kufufufu. -el ilusionista se acerca a ellos sin desaparecer en ningún momento su sonrisa.- Nos volvemos a ver, Sawada Tsunayoshi.

- ¡Mukuro!

- Ustedes...

Hibari hace acto de aparición, mirando a los dos herbívoros con verdadero odio en sus ojos al destruir su amada escuela.

- ¿Hibari-san?

- ¡Hibari!

- Oya oya, pero si es Hibari Kyoya. Kufufu.

Su presencia no lo intimida en lo más mínimo.

- Los morderé a los dos hasta la muerte. -los amenaza, sacando sus tonfas y yendo hacia ellos para atacarlos con un aura amenazante.

- Encárgate de él y los demás Guardianes, Gokudera Hayato. Yo me encargaré del Vongola.

- ¡Sí, Décimo! -es la seria respuesta que le da, activando las bombas estratégicas que había puesto antes de que ellos llegaran y causándoles un ligero daño y sobre todo desconcierto.

Si su "Décimo" es lo que quiere y lo que le pide, entonces con mucho gusto lo hará. Se encargará de los tres Guardianes Vongola así le cueste su vida.

- Kufufufu.

Ahora sí, Mukuro vencerá de una vez por todas a Sawada Tsunayoshi, Gokudera Hayato lo ha puesto al tanto de sus ataques, fortalezas y debilidades diseñando un plan para su batalla contra el mafioso.

Poseerlo, hacerlo creer que él es su Décimo al adoptar su imagen ante sus ojos y distorsionar sus recuerdos es lo mejor que ha hecho en mucho tiempo y con esto, está vez por fin ganará. Obtendrá la batalla absoluta y muy pronto, la destrucción de toda la Mafia.

Fin.

piezas rotas, p= 6959, c: 30 vicios, a: katekyo hitman reborn!, t: misteriosa, p: gokudera hayato, p: mukuro rokudo

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