Lo mismo de todos los días.
Para: Drabblethon (Crack & Roll).
Título: Lo mismo de todos los días.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Gokudera y Lambo.
Prompt: Como perros y gatos.
Extensión: 340 palabras.
Advertencias: ¿Gokudera y Lambo?
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío. Es de Amano Akira.
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Ellos pelean siempre.
A la menor provocación, con las cosas más insignificantes y sin ningún motivo aparente.
Gokudera y Lambo no se llevan bien. Nunca lo han hecho y puede que nunca lo hagan. Desde el comienzo así fue su "relación", su interacción con el otro al no soportarse, al repelerse, sin importarles si en el proceso salen heridos, lastiman a los demás o simplemente destruyen todo a su paso.
Ellos son como perros y gatos porque pelean todo el día. Porque no están satisfechos hasta no haber provocado o fastidiado al otro y por supuesto, salir como el vencedor de la pelea en turno.
- ¡Vaca Estúpida, ven para acá!
Y ahí van otra vez, cinco minutos después de la última disputa que han tenido.
Esta vez, ha sido el pequeño Bovino quien la ha iniciado al robarle un dulce japonés a Gokudera al estar todos en la mesa, ahí, en casa de su Décimo.
- ¡No, esto es de Lambo-san, estúpidera!
- ¿Qué dijiste? -su venita palpita un poco más al corretearlo alrededor de la mesa.- ¡Ven para acá, ya verás cuando te atrape, maldito!
- G-Gokudera-kun, Lambo… -Tsuna trata de imponer orden, de calmarlos, pero sabe que es imposible. Ninguno de los dos lo está escuchando.
Mejor no insiste y trata de comer su dulce, pero no es lo mismo. No puede disfrutarlo como es debido y los gritos tampoco cesan.
- ¡No, aléjate de Lambo-san!
- ¡Dámelo ya, no estoy jugando, Vaca Estúpida! -por fin lo atrapa y se lo quita, golpeándolo en la cabeza y haciéndolo llorar.
- ¡Waa! ¡Tengo que… calmarme…! ¡No, Lambo-san no… puede!
Llora, golpeándolo con uno de los juguetes que saca de su cabello.
- ¡E-Estúpidera, idiota! ¡Toma esto! ¡Wa!
- ¡Tú, maldito! -el golpe realmente ha dolido.- ¡Te mataré!
Lambo logra zafarse e huir, volviendo a correr ambos alrededor de la mesa. La escena se vuelve a repetir un par de veces por toda la casa.
Y sí, ellos son como perros y gatos, e igual de molestos y escandalosos.
Fin.