Título: La disipación de la Tormenta.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato. Tsuna, Reborn, Yamamoto, Ryohei & Hibari. Mención de Chrome y Lambo.
Género: Familia, Amistad, Drama. Romance implícito.
Rating: T
Advertencias: Shonen Ai entre líneas para el 5927, 8059, 1859 y R59.
Resumen: La primera misión de Gokudera Hayato como la Mano Derecha de Tsuna, bien podría ser la última.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn!no me pertenece. Pertenece a la talentosa, Amano Akira.
28/03/12.
Capítulo 1. - Toma de decisión
Aún siguen en secundaria.
Es por eso que Reborn, Tsuna o alguno de los demás Guardianes no se esperó eso.
Una petición de una de las Familias aliadas de Vongola, solicitando... no, exigiendo una reunión con el supuesto "Décimo Vongola" porque no están de acuerdo en que alguien como Tsuna (un perdedor, bueno para nada, enclenque y débil) se hiciera cargo de la Familia cuando el Noveno ya no estuviera.
Aquello por supuesto que molesta al Arcobaleno, pues esta Familia aliada se está tomando consideraciones que no tienen, pasando sobre la autoridad del Noveno y amenazando incluso con retiran el poder, la fuerza y el armamento que le dan a Vongola y hasta volverse en su contra si Tsuna no renuncia al puesto como próximo Jefe de la Familia.
De no hacerlo y/o rehusarse, amenazaron incluso con ir en contra de los seres queridos del capo y hasta sus Guardianes como mera presión para hacerlo tomar la decisión "correcta".
Tsuna, como es de esperarse, se preocupa al leer esto en la carta que le han mandado por lo que toma de inmediato su decisión.
- ¡Renunciaré! -es lo que dice desesperado y asustado, sorprendiendo a Gokudera y Yamamoto que están a su lado terminando de leer la carta.
- Décimo...
- Tsuna.
- No. No pues hacerlo, Tsuna. -dictamina de inmediato el Hitman en contra de su decisión.
- ¡Pero Reborn! ¡Si no lo hago, ellos van a matar a...!
- Lo sé. -se apresura a decir serio, guardando todos silencio.
Ahí, en la azotea de la escuela, están reunidos cinco de los siete Guardianes Vongola luego de recibir aquella carta y ser convocados por Reborn.
Lambo y Chrome son los únicos que faltan, aunque luego le avisarían a la aprendiz ilusionista qué es lo que se había decidido y con el pequeño Bovino, bueno... ni siquiera hacía falta decírselo porque ni siquiera lo entendería. Después de todo, sigue siendo un niño de seis años.
Además, la situación de por sí ya es complicada y muy seria.
Aunque hay un par de detalles claros como el hecho que Tsuna no puede renunciar a su puesto. El Noveno ni las demás Familias lo permitirían, no después de todo lo que han pasado. Y si sólo es una Familia la que se opone... quizá el diálogo sea la mejor opción para solucionar ese desacuerdo.
Pensando en eso, es en base al comentario que el castaño hace.
- ¡E-Entonces iré a hablar con ellos!
Pero las cosas no son tan fáciles como Tsuna, cree.
- No, tampoco puedes hacer eso. -puntualiza de nuevo el Tutor.- Es peligroso y puede ser una trampa.
- ¡Pero...!
El Arcobaleno tiene razón.
Es demasiado peligroso para dejar que el Décimo Vongola asista así sin más. No han luchado tanto, ido al Futuro y cambiado éste para que una vez más el castaño se vea involucrado en una situación así y sea asesinado en el presente.
Pero entonces... ¿qué más se puede hacer si la petición de esa Familia es muy clara?
"Queremos que el supuesto Décimo Vongola, Sawada Tsunayoshi, venga a hablarnos en persona".
Después de pensarlo un poco, Gokudera tiene la respuesta.
- ¡No se preocupen por eso, Décimo, Reborn-san! -todas las miradas recaen sobre la Tormenta.- ¡Yo me haré cargo de esto, déjenme ese asunto en mis manos, por favor! ¡Yo iré!
- ¿G-Gokudera-kun?
- ¡Gokudera!
- ¿Cabeza de Pulpo?
El italiano está muy convencido y seguro de poder encargarse solo de esta situación, a diferencia de los demás Guardianes que no saben sí es lo correcto dejarlo ir o no.
Es muy arriesgado.
Inclusive Hibari que está un poco más allá y sin decir nada, mira fijamente al herbívoro rebelde, considerando sus palabras pero al final también llega a la misma negativa: lo que dice Gokudera Hayato no puede ni debe ser. Él no debe de hacer esta misión, y mucho menos solo.
Así que el único que considera seriamente su propuesta es Reborn. No está mal, y tampoco es una mala idea así que comparte su pensamiento con todos.
- Es cierto que sería mejor que uno de los Guardianes se hiciera cargo de esto... -comenta, mirándolos fijamente.
- ¿Eh?
Palabras, que sorprenden y confunden a todos al ver que está de acuerdo con esa opción.
- ¡R-Reborn! ¿Hablas en serio? -Tsuna se queja, obteniendo un asentimiento de su parte.
- Sí. Después de todo... Gokudera es tu Mano Derecha, ¿o no, Tsuna?
- ¡Yo nunca he dicho que...!
El aludido le interrumpe.
- ¡Lo haré, Décimo! ¡Confíe en mí, por favor! -lo toma de las manos, brillando con emoción sus ojos al tratar de convencerlo.
- Go-Gokudera-kun, yo...
Lo cierto es que no sabe qué decirle, ni qué hacer para disipar el sonrojo que tiene en sus mejillas al sentir las manos de su amigo o verse reflejado en sus ojos verdes. Todo en él brilla, y lo encandila. Lo pone tan nervioso.
Esperen... ¿Qué es lo que estaban tratando?
¡Ah, sí! El asunto ese de la reunión con la Familia de la Mafia. Se centra en eso, y deja a un lado su divagación, sus extraños pensamientos y sentimientos para después; para otro momento menos crítico.
Claro que su Tutor aprovecha su despiste para tomar la palabra y tratar de convencerlo de que es la mejor opción que tienen.
- Aunque tú no vayas, Tsuna, ellos sin duda aceptarán tratar con Gokudera al ser tu Mano Derecha.
- ¡De nuevo eso de la Mano Derecha! -mira hacia otro lado molesto, cerrando sus puños en el proceso.
No quiere que por algo tan absurdo como eso, Gokudera-kun vaya a enfrentar ese asunto y ponga en peligro su vida. Además, ellos jamás han hecho eso antes, y la Mafia es un tema serio. No es ningún juego, eso le queda claro, y su amigo lo debe de saber mejor que nadie.
- Oye, niño... -habla de pronto Yamamoto, atrayendo su atención.- Si Gokudera va, entonces lo mejor es que uno de nosotros lo acompañe.
- ¡Yamamoto, tiene razón al extremo! -secunda Ryohei, apuntándose a ir con él y luchar con tipos fuertes al extremo.
- Gokudera no va a ir solo. -les aclara.- Un grupo de diez hombres armados irá con él, por lo que no es necesario que otro Guardián vaya.
- ¡Pero...!
Tanto Tsuna, como Yamamoto y el hermano de Kyoko protestan al no estar de acuerdo con esos términos.
¿Hombres armados? ¿Un grupo de diez? Eso no es suficiente para calmarlos y hacer que no se preocupen por su amigo.
- ¡Nada de peros! Está decidido. -sentencia el Hitman, cansado de escucharlos.- Gokudera se ocupará de este asunto, y no quiero escuchar ninguna objeción más.
Nadie vuelve a protestar, se quedan callados al ver como Leon se transforma en pistola aunque no estén de acuerdo con eso.
- Gokudera... -lo mira a él.
- ¡S-Sí, Reborn-san!
- Ya escuchaste, tú te encargarás de esta misión.
- ¡Sí!
Los puños de Yamamoto se cierran con fuerza, conteniendo con mucha dificultad lo que quiere decir.
De ninguna manera quiere que Gokudera vaya solo y atienda esta misión, así se trate de un juego. Suena peligroso, y la idea de que parece un suicidio se instaura con fuerza en su mente. Ante todo, no quiere que nada malo le pase a su amigo, por eso es que habla...
... o lo intenta, antes de ser interrumpido por un tercero.
- Niño...
- Yo también iré. -el prefecto avanza hacia ellos al tomar su decisión.
- ¿Hi-Hibari-san?
No solamente Tsuna sino todos los demás presentes se sorprenden al escucharlo y al verlo actuar, Reborn incluso sonríe divertido al no esperarse esto.
¿El Guardián de la Nube decidiendo actuar por su propia cuenta para ayudar a la Familia? Eso no suele pasar a menudo.
Qué curioso.
Aunque no todos aceptan esto o están de acuerdo.
- ¡No necesito que tú me acompañes, bastardo! -le reclama Hayato al tenerlo enfrente, desafiándolo claramente.
¿Pues qué pretende, eh? ¿Quitarle su puesto como la Mano Derecha de su querido Décimo? ¡Nunca!
Hibari se ríe por lo bajo, entrecerrando divertido sus ojos para después mirarlo.
- ¿Quién dijo que te iba a acompañar, herbívoro? Simplemente iré para morderlos hasta la muerte así que no te hagas una idea equivocada, ¿lo entiendes?
- ¿Qué dijiste?
Gokudera se exalta otro tanto más, dando un paso más hacia su persona para tomarlo de su chaqueta. Pese a eso, el prefecto sigue de lo más tranquilo.
- Ya me oíste, no lo pienso repetir.
- ¡Tú, maldito...!
La discusión entre ambos es interrumpida por el Hitman al posarse en el hombro de Tsuna.
- De acuerdo. -dice tranquilo, atrayendo su atención.- Hibari también irá.
- ¡Pero, Reborn-san...! -suelta al mencionado, girándose por completo hacia él.
Es obvio que no está de acuerdo con esto. ¡Él puede solo con esta misión! ¡Para nada necesita su ayuda!
El Hitman ignora su comentario y prosigue.
- Él se encargará de mantener bajo control la entrada principal mientras tú te encargas de arreglar las cosas adentro con esa Familia, Gokudera. Tú concéntrate en tu misión, y no te preocupes ni pienses siquiera en que él está ahí, ¿de acuerdo?
- ... Sí.
Contra todo pronóstico asiente, no muy convencido de ello pero si Reborn-san lo dice, entonces lo acepta sin más.
- Bien. -ahora mira a los otros tres.- Ustedes estaban muy preocupados con que Gokudera hiciera esto solo, ¿cierto? Con esto, espero que ya no tengan ninguna queja.
- A-Ah... -murmura el de ojos castaños, sin estar muy seguro de que sea la mejor opción.
¿Gokudera-kun y Hibari-san juntos en esa misión?
No, algo no termina de gustarle.
Ryohei por su parte, sin más lo acepta. Muy diferente de Yamamoto que sigue sin estar de acuerdo. Más que nada, porque él quería ser el que acompañara a Gokudera, pero no lo dice, se lo queda para sí y sólo piensa un breve:
"Niño..." -al verlo fijamente como si con sólo pensarlo el Tutor de Tsuna pudiera escucharlo y entenderlo.
Cosa que Reborn hace, pero pasa a propósito por alto al no atreverse siquiera a expresarlo en voz alta a diferencia de Hibari.
- Perfecto. Entonces está decidido, ese será el plan. Gokudera y Hibari se encargarán de esto, contamos con ustedes.
- ¡Sí!
Asiente con entusiasmo Gokudera, muy diferente de la respuesta presuntuosa que da el prefecto. Un breve y escueto "¡Hn!" que la Tormenta ignora pese a fastidiarlo y centrándose mejor en su capo.
- ¡No se preocupe, Décimo! ¡Ya verá que todo saldrá bien! ¡Confié en mí!
- Sí. -dice con nerviosismo, cambiando su expresión por una de preocupación como reflejo de sus palabras.- Gokudera-kun, ten mucho cuidado, ¿quieres? No hagas cosas peligrosas. Si ves que la situación se complica... -no, no quiere pensar en eso por lo que disipa esa idea.- ¡Por favor, has todo lo posible por volver con bien! ¿Me lo prometes?
- ¡Por supuesto que sí! -sonríe un poco más, conmovido por su gesto y sus palabras.- ¡No se preocupe por eso, Décimo! ¡Lo haré!
El de ojos verdes no se da cuenta de las miradas significativas que el castaño, Yamamoto, el Hitman e inclusive Hibari, le dirigen en esos momentos.
Él está tan emocionado y feliz de poder hacer algo por primera vez como la Mano Derecha de su Décimo que no se percata de nada más, y eso incluye la preocupación de todos y el mal presentimiento que más de uno tiene con eso, y sobre todo, del sentimiento más profundo de amistad hacia él.
¿Pero quién se hubiera imaginado que aun con el respaldo del Guardián más fuerte de la Familia, Hibari Kyoya, la situación se hubiera tornado de aquella forma? Tan catastrófica y desesperante.
En verdad habían caído en una trampa, pero nadie lo previó de esa forma. Ni Reborn, ni Hibari y mucho menos Gokudera, que sería el que sufriría ahora las consecuencias.
Continuará…