Titulo: Te quiero, Décimo.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato & Tsuna.
Género: Amistad, Romance. Un poco de Angustia.
Rating: T
Advertencias: Leve Shonen Ai. 5927.
Para:
minutitos. Tabla:
Te...Resumen: Gokudera nunca le diría esas palabras tan importantes a su Décimo. No, hasta que "eso" pasó...
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío. Es de Akira Amano-san.
22/01/12.
Gokudera lleva tiempo guardando esas palabras. Tres simples palabras que expresaban los sentimientos y el cariño que siente por esa persona tan especial para él.
Palabras que aunque quiere, y casi se muere por decir… al final se contiene y no se las dice.
¿Por qué?
Es muy sencillo.
Porque ellos… son amigos.
Porque esa persona es su capo y él, uno de sus guardianes, su Mano Derecha.
Además, está mal. Aquello no puede ni debe de ser.
Y aún así, pese a saberlo, pese a tratar de olvidarlo, de dejar a un lado sus sentimientos románticos por él... no puede y si es sincero, tampoco quiere.
Su Décimo es y siempre será la persona más importante de su vida, no lo puede negar ni quitarle ese lugar tan importante que desde hace tiempo ocupa.
Por eso mismo es que nunca le dice esas sencillas palabras. Se la guarda para sí receloso y de manera egoísta, pronunciándolas en voz baja y con dolor únicamente cuando su capo está lejos y ya no lo escucha…
… su expresión desdichada es otra cosa que también le oculta.
Pero está bien. Lo está, si puede seguir a su lado aunque sólo sea su amigo e ignore cómo se siente por él.
No obstante, aquello cambia en cuestión de segundos y de un día para otro y sin siquiera esperárselo...
Un ruido ensordecedor, los cristales quebrándose y volando en mil pedazos y la explosión de algo en el centro comercial es todo lo que la Tormenta recuerda luego de recuperar la consciencia, pero no está seguro. Sigue aturdido y confundido.
¿Qué ha pasado?
Se pregunta por un instante al abrir sus ojos y verse tirando en el suelo rodeado de vidrios, escombro y una nube de humo que ha cubierto el lugar. Su cuerpo entumecido responde de pronto al dolor, notando sólo algunas de las heridas que tiene en su cuerpo.
Pero todo eso pasa a segundo plano cuando ve más allá a su Décimo en las mismas circunstancias que él antes de recuperar la conciencia, preocupándose y asustándose al mismo tiempo.
- ¡D-Décimo! -le llama, acercándose como puede a él.- ¡Décimo, despierte, por favor! ¿Me escucha?
Al ver sangre en diversas partes de su cuerpo reprime de inmediato la intención de moverlo, rozándolo a duras penas para comprobar su pulso pero no siente nada.
- ¡Maldición! -su voz se quiebra, teniendo tanto miedo al verlo así.
¿Qué puede hacer? Hacia donde mire ve escombros, penumbra y gente herida… o peor. No lo sabe.
Ignora el escalofrío que siente y se concentra en su capo, que es lo más importante en esos momentos.
- ¡No se atreva a dejarme, Décimo! ¿Me oye?
Pero él… no obtiene ninguna respuesta de su parte, y eso lo asusta y lo desespera más.
- Décimo… -le dice por lo bajo, arrepintiéndose de todas esas veces en las que pudo decirle cómo se sentía, qué sentía por él, y sin embargo nunca lo hizo...
.. por temor, por miedo a que las cosas entre ellos cambiaran, que él lo odiara y le dijera que se alejara de él.
- Décimo… te quiero. -por fin le dice, confesándose al fin.- ¡Siempre te he querido, así que por favor… no me dejes! ¡No te vayas!
Algunas lágrimas caen de sus ojos cuando agacha su cabeza y se aferra con fuerza a sus ropas, a dejar que se vaya. Y entonces… obtiene una respuesta.
- A-Ah. ¿Go-Gokude…ra-kun? -Tsuna por fin se despierta, reacciona, mirando confundido a su amigo al verlo herido y con lágrimas en sus ojos.- ¿Qué ha…?
- ¡Décimo! -la Tormenta casi brinca de la emoción, sonriendo feliz de verlo consciente, vivo.- ¡Está bien! ¡Por fin ha despertado!
- Sí, ¿pero qué ha…?
Su pregunta queda inconclusa al sentir como el de ojos verdes se le echa encima y lo cubre con sus brazos. Si bien es cierto que siente dolor en un principio debido al contacto, éste queda olvidado con el gesto y calor que siente emanar del italiano.
- ¡Qué bueno que… está bien! Yo… -hace una pausa, tratando de recuperar su tono de voz usual pues está llorando debido a la emoción, a la felicidad de verlo bien.- ¡Tenía tanto miedo de no… de no volver a verlo, de perderlo para siempre que…!
- Estoy bien, Gokudera-kun… -le dice con una pequeña sonrisa, levantando sus manos para acariciarle la espalda y reconfortarlo mientras mira distraídamente lo que queda de techo.
Gokudera-kun siempre preocupándose por él.
- Sí… -por fin se deshace del nudo que tiene en la garganta y se permite otra sonrisa.- ¡Gracias a Dios!
Hayato lo abraza con más fuerza, cerrando sus ojos y dejando que sus sentidos se llenen de su querido capo.
Él… por suerte, por un milagro divino, sigue vivo. ¿A quién le puede agradecer?
- Décimo… -le llama, sin separarse de él.
- ¿Sí?
- Yo… ¡Te quiero, Décimo! ¡Mucho!
Por fin se lo dice, sorprendiendo un poco a Tsuna.
- … ¿Gokudera-kun?
- Discúlpeme por no habérselo dicho antes, por favor.
Ninguno de los dos vuelve a decir nada. Se quedan en la misma posición por largos segundos hasta que escuchan el sonar de las sirenas y las voces de los hombres del cuerpo de rescate preparándose para evacuar y rescatar a los heridos.
Ellos ahora van a estar bien…
Y a partir de ese momento... Gokudera no volverá a reprimir nunca y ante nadie los sentimientos que tiene hacia su Décimo, nunca jamás. Es una promesa que él mismo se hace al ver que la persona más importante de su vida se ha salvado y está bien.
No perderá por un estúpido e irracional miedo a su Décimo, ni hoy ni nunca. Eso es lo que aprendió ese día.
Fin.