En esa primera semana, ha aprendido y descubierto varias cosas sobre Gokudera Hayato. Y lo más importante de todo, es que su verdadero castigo cada día se aplica mejor al pie de la letra.
Cuando él fue despertado de su siesta en su oficina una semana atrás debido a los gritos y a las explosiones que cada vez se hacían más fuertes, supo que alguien sería mordido hasta la muerte; cuando la puerta literalmente estalló y su oficina se vino abajo y dio con los causantes, supo que aquello no se iba a quedar así y que les haría vivir un infierno.
Eso haría. Sí, hacerlos trabajar hasta que regresaran su escuela como estaba o pagar cierta cantidad como “compensación” no era nada, era lo justo. Pero el herbívoro rebelde, principal causante de ese desastre, se ganó a pulso un verdadero castigo.
- ¡Con que aquí estabas, Kyoya!
Aquella voz junto a la puerta lo hace girarse para ver a alguien que ya sabe quién es. Lo vio hace cinco minutos entrar a su escuela desde la azotea.