Para
retos_a_lacarta~ :D
Título: Igual.
Pairing/Personaje: Takeshi Yamamoto/TYL!Hayato Gokudera.
Prompt: #02 Vista.
Resumen: Hay cosas que, por mucho tiempo que pase, no cambian.
Notas: Juro que cuando escribía esta viñeta tenía todo planeado. Había una razón por la que Gokudera acudiría a Yamamoto y blablabla, pero mientras escribía me di cuenta que poner esa explicación haría que todo se leyera... muy forzado (a mi gusto), así que me la comí. Y como resultado... salió esto xD. Todavía quiero creer que podría servir como comienzo para una historia más elaborada.
Palabras: 364.
Tabla:
aquí.
-¡Takeshi! ¡Alguien te busca! -se escuchó decir al padre de Yamamoto.
Yamamoto levantó la cabeza de la revista que estaba leyendo sobre su cama, preguntándose quién podría estarlo buscando. Tal vez podría ser Tsuna, aunque se preguntaba por qué, si lo necesitaba, no lo había llamado por teléfono en vez de tomarse la molestia de ir a su casa.
Bajó las escaleras aún con aquel pensamiento dando vueltas en su cabeza y se puso los zapatos para entrar a la tienda de sushi.
Ahí, junto a su padre, había un hombre alto vestido con terno. Claramente, no era Tsuna. Sus ojos color esmeralda y cabello plateado, ceño arrugado y labios apretados le parecieron extrañamente familiares.
-¿G-Gokudera? -preguntó inseguro. Sin duda se parecía mucho a Gokudera, pero la última vez que lo había visto -el día anterior- era bastantes centímetros más bajo, y era imposible que de la noche a la mañana pudiera crecer tanto… ¿o no?
Él dejó escapar un gruñido, mientras se adelantaba un paso y lo tomaba de la muñeca.
-Necesito que vengas conmigo -dijo, y sin esperar respuesta, arrastró a Yamamoto afuera del local.
Estuvieron bastante tiempo caminando, al parecer hacia ningún lugar en particular, con paso acelerado; al parecer, ninguno de los dos se atrevía a decirle algo al otro. Yamamoto lo miró confundido, dejándose guiar sin oponer resistencia. La voz era más grave y áspera, pero no tenía duda de que era la voz de Gokudera. Por eso, lo intentó nuevamente:
-¿Eres Gokudera?
El mayor redujo su paso hasta casi detenerse, girando la cabeza y mirando a Yamamoto con una expresión entre enfadada y aliviada.
-Más te valía reconocerme, maldito maniático del béisbol.
Instantáneamente, la cara de confusión de Yamamoto dio paso a una amplia sonrisa, haciendo completo caso omiso al insulto hacia su persona.
-¡Gokudera! ¡Sabía que eras tú! Es sólo que te ves… diferente.
Él lo miró frunciendo el entrecejo, pensando que era lógico que se viera diferente viniendo de diez años en el pasado; pero no le sorprendía que Yamamoto no se diera cuenta de ello.
-Sí -dijo, sin saber si sonreía o lo miraba con enfado-, y tú te ves exactamente igual que siempre.