Una aventura de cine (y nunca mejor dicho...)

Oct 25, 2007 22:44


Susi quería ir al cine. Nunca había aprovechado esas entradas 2x1 que ofrecía movistar los martes y tenía ganas de probarlo, además que esa oferta incluía los cines de Diagonal Mar, que eran los que últimos meses más frecuentaba. Llegó un martes, pero el lumbago no la dejó salir de casa. Llegó el siguiente y su amiga estaba con un señor resfriado. Unos días atrás, había leído en un correo electrónico de la Fnac, anunciando el preestreno de Stardust para el día 25. Susi, toda inocente, pensó en coger las entradas ese martes que su amiga estaba con el resfriado, pero ésta le dijo que las entradas se agotan a las pocas horas del mismo sábado que se ponen a disposición de los socios, y ella misma había conseguido dos por los pelos e iba a ir con otra amiga.

El martes, Susi va a cargar su móvil y descubre que se ha dejado el cargador en Pineda. Bueno, piensa, como no suele llamar pues supone que la batería aguantará hasta el jueves, día que volverá a Pineda. En ésas que su madre le cuenta que el de ella y su padre también se quedaron allí.

Llega el miércoles, con el móvil ya bajo de batería, y llama la amiga de Susi. Le comenta que la otra chica no puede ir al cine y que si le apetecía venir. Susi aceptó inmediatamente. Para las dos amigas, era la primera vez que iban al cine invitadas por la Fnac, y les hacía mucha ilusión. Lo malo es que era muy tarde, a las 22:30h, pero por un día, se quitaban el sueño de encima como fuera.

Llegan las 21.00 del jueves. Susi sin lumbago y la amiga sin resfriado. Y Susi sin cenar porque piensa que ya comerá palomitas, espera a su amiga en el coche. Esta vez toca ir a Diagonal Mar con el coche de Susi por dos motivos: porque le toca el turno y porque a la hora que volvamos, la amiga tendría dificultades para aparcar mientras que Susi no, porque tiene un aparcamiento para ella. Susi mira dos veces el depósito de gasolina pero aún le quedan 200 kilómetros. Llegan a Diagonal Mar, todas emocionadas. "Luego entraré en el carrefour a comprar una botella de agua" dice la amiga. También tenían pensado ir a la Fnac. Primero pero, se dirigen a las taquillas por si eso de las entradas van numeradas, pero el chico, muy amablemente, les indica que no es en ese cine sino el de Diagonal, o sea, en la otra punta de Barcelona. Las dos amigas se quedan paralizadas. "Anda, ¿y ahora qué hacemos?". Intentan llamar a la amiga que inicialmente tenía que ir al cine porque se conoce Barcelona al dedillo. Susi, en cambio, sólo había ido a Barcelona en coche una vez y, aunque se sabe mover muy bien  en tren y metro, con el coche iba a ser que no. A la amiga le funciona mal el móvil. Susi enciende el suyo , que lo tenía apagado para no gastar batería, y lo intentan. Tras varias llamadas con los dos móviles, resulta que la chica había salido de casa y se había dejado el teléfono. Las dos amigas piensan en coger el metro. Susi sabe ir perfectamente. "¿A qué hora cierran el metro?" pregunta Susi. "A las 12", responde la amiga. Mal, el metro quedaba descartado. Susi llama a su padre (móvil desconectado o fuera de cobertura) y a su madre. ésta le contesta "¿Qué ha pasado?", pensándose ya que tenían una avería en el coche. Susi, sabiendo que la batería estaba a punto de dejar de respirar, pide que se ponga su padre. "¿Papa, cómo se llega a Diagonal?", "No lo sé" responde. De saber lo sabía, pero en ese momento se ha debido quedar en blanco o es que Susi, en vez de preguntarle cómo se llegaba a Diagonal le había dicho Diagonal Mar, a lo que él respondió "¿Pero no sabe la amiga llegar allí?". La amiga decide llamar a su hermano pese a que sabe que, cuando le explique la situación, no dejará de cachondearse. El hermano les indica como coger Diagonal, llegar a la plaza Glorias y allí seguir Diagonal hasta llegar al Corte Inglés. El problema allí es el parking. El del Corte Inglés cierra a las 10. Entonces llama la amiga que se había dejado el móvil en casa (y que había llegado a casa) y les comenta que dejen el coche en la Sony, y que el cine está al lado. Bien, las dos amigas vuelven al coche, cogen Diagonal (no más de 40 km/h y todos los semáforos en contra) y entran en la Plaza Glorias. Allí dan más vueltas que un tiovivo, pero por ningún lado hay un cartel que ponga "Diagonal". Susi le comenta ala amiga que bien tiene que ser la salida que continúe por donde habían venido. La amiga le comenta que no está segura, y que mejor entrar dentro del 'pirulo' (para aquellos que no lo sepan, la plaza glorias tiene un acceso interior por donde antes se iba a Diagonal y te lleva a todas las direcciones, empezando por la autopista). Bien, entran en el 'pirulo' y, tras esperar en el ceda 2 minutos (porque se entra a la autopista por la izquierda) consiguen entrar para luego continuar recto y entrar en la autopista dirección... Mataró. "¿Vamos a casa?" dice la amiga. "Pues sí, porque ya no llegamos ni de coña", responde Susi.

Y Susi llegó a casa y decidió compartir la aventura (o conspiración anti-cine, según se mire), con sus amigos internautas, cuando pensaba que en ese preciso instante debería estar metida en un cine palomitas en mano viendo Stardust.

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