Hey, Nana. ¿te acuerdas de cuando nos conocimos? Ríete si quieres... pero yo creo bastante en el destino... y pienso que nuestro encuentro... fue cosa del destino.
Así empieza esta historia sobre dos chicas de personalidades muy distintas y que casualmente comparten el mismo nombre: Nana, que significa siete en japonés.
Nana Komatsu (Hachi) viene de una familia de clase media, de un pueblo lejos de la capital. Es presumida, coqueta, pija y muy enamoradiza. No conoce las dificultados que puede ponerte la vida y vive el día a día en su mundo, despreocupada. Pero es una persona dulce a la que le falta madurez. Después de muchas vueltas, encuentra un chico del que no quiere separarse, Shoji, pero tanto éste como su mejor amiga, Jun, y el novio de ésta deciden ir a Tokio a estudiar e independizarse. Nana, al no estudiar y no tener ahorros como para hacer la misma vida, se ve obligada a esperar un año en el pueblo.
Nana Oosaki fue abandonada por su madre y criada por su abuela en el pueblo. Exteriormente, por su forma de vestir al estilo punk, puede parecer rebelde, pero nada más lejos de la realidad: es una chica madura, segura de sí misma y sabe perfectamente lo que quiere. Y por encima de todo, ama la música. Por ello entra a formar parte del grupo Black Stones como vocalista, un grupo de música punk del pueblo que hace sus pinitos en el mundo de la música dando pequeños conciertos y ganando admiradores. Ren, guitarrista del grupo se convierte en la pareja de Nana, pero un par de años más tarde, y viendo que allí en el pueblo no hay salida profesional, decide aceptar la oferta de un grupo de pop rock en alza en Tokio, los Trapnest. Nana, por lo tanto, decide quedarse en el pueblo y con los Blast (abreviatura de Black Stones) antes que ir a Tokio y convertirse en una mujer convencional al lado de Ren sin poderse dedicar a lo que realmente le gusta.
Y pasa ese año de espera para las dos Nanas y llega el momento de lanzarse al mundo e ir a Tokio. Una en busca de su novio y dispuesta a deshacerse del abrazo de su familia y la otra en busca de su sueño. Y es en ese tren que las lleva a la capital japonesa cuando se encuentran por primera vez. Dos personalidades dispares bajo un mismo nombre y que, por cosas del destino, terminan compartiendo piso.
Historias de amor, de desamor, de encuentros y desencuentros, de rivalidades y amistades. Como la vida misma. Dos grupos luchando por el éxito: el consagrado (los Trapnest) y los novatos (los Blast). Y en medio, una amistad que perdurará para siempre.
¿Nana y Hachi? Desde el principio, Nana Oosaki ve a Komatsu como un perrito faldero: sumisa y dulce, y decide llamarla Hachi; por un lado porque el perro más famoso de Japón (y un nombre común) es Hachiko y porque Hachi significa Ocho en japonés. Lo que empieza con una broma acaba siendo un apodo de por vida.
Nana se ha convertido en un fenómeno de masas. 37 millones de ejemplares del manga vendidos en todo el mundo (17 tomos hasta el momento, 13 publicados en España), un anime de 47 capítulos (por ahora) y dos películas avalan el éxito de esta historia ideada por la mangaka Ai Yazawa. Por eso, en esa fecha tan especial como es el 7-07-2007 (y es que el 7 tiene un especial significado, además de los nombres) se le rendirá un especial homenaje a su obra y se convertirá en el Nana Day.
A los que no conozcáis esta historia, os la recomiendo muchísimo. Os hará reír y llorar. Es dura, tierna... y entrañable.
La mesa se convirtió en escenario, el móvil en micrófono y la media luna en la luz de los focos.
Aparte de Nana, no hay nadie en el mundo... capaz de realizar esa magia.
Aún ahora sigo estando segura de ello.