Mi vista no cambiaba, siempre allí, sonriendo para ella, Mi dueña. Me cuidaba, estaba pendiente de mí, si algo me pasaba. Se sentía tan bien esa atención. Se sentía tan bien ser la causa de su sonrisa. Aunque tiempo atrás habido sido rechazada, al estar con mi dueña todos aquellos sentimientos de dolor se iban. Si, este juguete tenía sentimientos.
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