Un día en el Banco 2/3

Sep 18, 2011 19:55


Personajes: Los Walkers, pero en especial Kevin y Scotty
Aviso: No apta para gente con problemas de corazón.


Sara intentó alcanzar el picaporte para salir del baño pero no pudo. Notó el suelo temblar, oyó un gran boom y luego no vio ni oyó ni sintió nada. No supo cuando volvió a ser consciente, pero lo que sí sabía era que estaba tirada en el suelo y el grifó había explotado mojándole entera. Intentó moverse pero no pudo. Se llevó las manos a la cara y se quitó el agua que le caía a raudales. Poco después empezó a escuchar los gritos y se dio cuenta de que estaba encerrada y que necesitaba salir de allí pues algo muy malo había sucedido. Gritó. Pidió socorro, pero nadie vino. A los pocos minutos empezó a darse cuenta de que a pesar del agua que le caía no sentía frío, sino mucho calor, demasiado. Un poco de humo empezó a filtrarse por la puerta y Sara lo vio horrorizada. Su cerebro procesó rápidamente la situación. Estaba atrapada, inmovilizada y cómo alguien no viniera a ayudarla seguramente acabaría abrasada por las llamas que había al otro lado.

***

Scotty movió los ojos sin abrirlos. Dios mío, pensó, ¿cuánto bebí ayer? La cabeza le dolía como en la vida. No, como en la vida no, como desde que tuvo el accidente de coche. Entonces se dio cuenta. No había bebido, no estaba en la cama. Él había ido al Banco y después... no se acordaba de qué había hecho después. Abrió los ojos y lo que vio no le gustó nada. A su lado, tirado en el suelo, tenía a un hombre con los ojos abiertos y mirada inexpresiva. Estaban vacíos, completamente vacíos y Scotty lo supo. Estaba muerto. Quería gritar, quería cerrar los ojos y fingir que no había visto nada, pero no podía. Miró para arriba y vio el techo destrozado y fuego y chispas y humo. Oía gritos, pero estaban muy lejos. Intentó moverse pero fue una mala idea pues notó un intenso dolor en la pelvis. Miró y vio que entre la cadera y la pierna tenía clavado un cristal. Imaginó que era profundo y pensó, durante unos segundos, en dejarlo ahí. Alguien llegaría, alguien iría a buscarle.

Nada más pensar eso la pared que tenía a unos cinco metros se cayó y Scotty pudo ver el fuego al otro lado. Entonces lo comprendió. Nadie iba a venir. Iba a morir allí, abrasado, si no hacía el algo para evitarlo.

***

Kevin notó una punzada muy fuerte en el corazón. Por uno segundos pensó que se trataba de un infarto y en ese tiempo pensó en Scotty y en lo mucho que insistía en que tenía que controlar su presión sanguínea y lo que comía. Pero pasó. Solo duró unos segundos. Kevin se sorprendió. ¿Quizás era algún tipo de microinfarto? Había oído hablar de ellos en un documental, pero su dolor y el dolor que describían no era el mismo, y la duración tampoco. Iba a preocuparse más, pero su madre le puso el plato de huevos con baicon delante y se olvidó por completo de todo.

‘Gracias, mamá.’

‘De nada.’ Contestó ella. Se movió a coger la colada y empezó a diferenciar la ropa.

Estuvieron hablando un rato de sus vidas y cuando Kevin se acabó los huevos se despidió de su madre.

‘Voy un momento al baño.’ Dijo dejando el plato en el lavavajillas.

Nora asintió y encendió la televisión para ver el noticiero.

Kevin volvió al poco tiempo y vio que había cartas en la puerta.

‘Mamá. Tienes cartas.’ Como nadie le respondió decidió cogerlas y llevárselas. Al fin y al cabo iba a salir por la puerta de la cocina.

‘Mamá, las cartas.’ Dijo. Ella le miró con una cara de absoluta preocupación y entonces el miró la televisión. Tuvo que leerlo dos veces para poder creérselo. Un ex-trabajador del banco había entrado y había puesto una bomba. No sabían cuántos muertos habían, pero la mayor preocupación ahora era desalojar el edifico en llamas antes de que se derrumbara y sacar a la gente que estaba atrapada en el fuego.

***

Justin miró a su compañero con cara de “nosotros a lo nuestro”, mientras salía de la ambulancia. Vio el panorama. No pintaba nada bien, pero no tuvo tiempo para pensar en nada más, pues en seguida empezaron a llegar las primeras personas intoxicadas y con heridas y tuvo que hacerse cargo de ellas.

***

Fue un dolor intenso y no pudo evitar gritar. Cuando por fin consiguió sacarse el cristal lo dejó a un lado. Movió los pies e intentó ponerse de pie sin mirar al hombre que yacía muerto a su lado. Lo consiguió, pero tuvo que agarrase a una viga rota pues la pierna le falló. Miró la herida. Sangraba mucho. Había visto demasiadas series de hospitales como para saber que podía llegar a desangrarse sino hacía lago al respecto. Miró a su alrededor pero no vio nada con lo que poder cerrarse la herida. Empezó a tener mucho calor y se giró. El fuego no había avanzado, pero el humo sí, y poco a poco le iba costado más trabajo respirar. Vamos, piensa. Tienes que buscar algo con lo que cerrarte la herida.

Y entonces lo vio. La corbata del señor que yacía en el suelo era perfecta. Vamos, Scotty, hazlo. Coge la corbata y póntela alrededor de la pierna. Pero sus manos no se movían. Entonces pensó en Kevin. En sus ojos azules. En la última corbata que le había comprado. Y lo hizo. Se agachó, le quitó la corbata al hombre y se hizo una especie de torniquete improvisado.

***

Sara había conseguido llegar hasta la puerta pero no llegaba para abrirla. Miró a su alrededor y vio la maquina de secarse las manos descolgada. Quizás, si se sincronizaba bien, podría apoyarse en la máquina el tiempo suficiente para abrir la puerta antes de que se descolgase por completo. Respiró fuertemente y se apoyó en la máquina. Vamos, Sara, no puedes morir siendo virgen. Hizo fuerza y abrió la puerta antes de que el secador se descolgase tirándola al suelo. Oyó un crack y notó un dolor insufrible en el brazo. En ese momento supo que si alguien no llegaba pronto moriría sin haber besado nunca a un chico.

***

Kevin no decía nada y eso preocupó mucho a Nora. Habían salido corriendo en dirección al banco pues Scotty no contestaba al móvil y no había vuelto al restaurante.

‘Cariño, lo más seguro es que esté bien.’

‘¡No lo sabes!’ Gritó Kevin. ‘No lo sabes. Lo más seguro es que no esté bien, mamá. Porque lo más seguro es que este herido o... o...’

‘Kevin. No puedes pensar así.’

‘Pero es verdad.’

Les siguió un largo silencio que solo se rompió cuando Kevin habló.

‘Tenía que haber sido yo.’

***

Justin dejó a la mujer en la ambulancia y se dispuso a atender a la siguiente persona. Fue entonces cuando vio a su madre entre la multitud y luego vio a Kevin. Él también le vio y corrió hacia él.

‘¿Qué pasa?’ Preguntó al otro lado de la banda que la policía había puesto.

‘Scotty.’ Dijo Kevin intentando pasar por debajo de banda pero un policía se lo impidió. ‘Está dentro. Estaba dentro.’ Gritó mientras la policía se lo llevaba a la zona que tenían destinada para los familiares, amigos y demás curiosos. ‘Encuéntrale.’ Fue lo último que Justin oyó.

***

Scotty empezó a andar intentando respirar lo mínimo. Pensó en el yoga y en lo bien que le había venido por aquel entonces practicar la respiración. Luego volvió a ser consciente de la realidad. Su mente estaba confusa, pero recordaba haber subido hasta la planta cinco y haber salido del ascensor y recordaba a la chica pelirroja que iba en silla de ruedas. Dios, ¿qué habrá sido de ella?

Cómo si Dios quisiese contestar a esa pregunta oyó un gritó al otro lado del fuego. Pensó que habían sido imaginaciones suyas pues allí no había nadie, al menos nadie vivo. Pero volvió a oírlo y esta vez fue mucho más agudo. Fue un grito de dolor. Entonces supo que había alguien al otro lado del fuego. Lo primero que pensó fue en que tenía que llegar allí, luego se dio cuenta de que era casi imposible, y luego pensó en sus hijos. Quería verlos crecer. Quería ver a Olivia convertirse en una gran mujer y quería ver a Daniel crecer y jugar con él. Y entonces se dio cuenta de que la persona que gritaba seguramente sería el hijo o la hija de alguien.

Se maldijo a si mismo por sus impulsos de salvador y empezó a pensar cómo atravesar ese fuego.

***

Sara notó como la oscuridad se iba y notó como unas fuertes manos le tocaban la cara. Abrió los ojos y allí estaba él. El hombre del ascensor, no oía lo que decía, simplemente miró sus ojos azules y pensó que si eso era el cielo no le importaba haber llegado a él.

‘¿Me oyes?‘ Su voz era dulce y a la vez fuerte y preocupada.

Ella asintió.

‘Voy a intentar cogerte en brazos. Agárrate a mi cuello.’

Entonces ella se dispuso a hacerlo y notó el dolor en el brazo derecho. No, definitivamente no estaba en el cielo. Gritó.

‘El brazo. Me... me lo he lastimado.’

Él se acercó más y ella pudo rodearle el cuello.

‘A la de tres. Una, dos y...’

***

‘... Tres.’ Dijo Subiendo a la chica. Notó como la pierna le pedía que la tirase al suelo, pero no lo hizo. Se había propuesto salvar a aquella chica y lo haría con o sin la ayuda de su pierna, pensó.

Miró a su alrededor y empezó a caminar por donde había venido. Tosió y fue entonces cuando notó una tela mojada en su boca. Era parte de la camiseta de la chica. Ella tenía otro trozo en la suya.

‘Gracias.’ Dijo.

‘Me llamo Sara.’

Continuará...

nora, scotty, kevin, justin

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