Un día en el Banco 1/3
Personajes: Los Walkers, pero en especial Kevin y Scotty
Aviso: No apta para gente con problemas de corazón.
Nota: Hace tiempo que os he abandonado. Lo siento. He estado muy ocupada viendo Bones (me he visto toda la serie en una semana) y eso junto con el comienzo de la universidad... Bueno, que lo siento. Pero ya estoy de vuelta con nuevas ideas para nuevos fics y para los antiguos. Espero no defraudar.
'Scotty, necesito que vayas al banco en mi lugar.'
Scotty vio a su marido entrando en el recibidor y cogiendo sus llaves del coche a toda prisa.
'No puedo. Tengo que ir al mercado y luego he quedado con el equipo.'
'¿No puedes salir antes y pasarte a la vuelta del mercado?'
Scotty le miró con incredulidad. '¿No puedes ir tu?'
'Me han adelantado el juicio en el último minuto.'
'Pues llama al banco y di que no puedes ir.'
'No puedo. Quedé en ir hace dos semanas. Por favor.' Le miró con esos ojos suplicantes que sabía que derretirían a Scotty.
'Kevin...' Se quejó. No soportaba que su marido hiciese eso. Que le pediese algo a última hora sin tener en cuenta que él también tenía una vida más allá de su matrimonio.
'No volveré a hacerlo. Te lo prometo.'
'No. No me prometas algo que sabes que no vas a cumplir.'
'Por favor.'
Scotty le miró y miró su reloj. Si salía ya podría hacerlo todo si no se entretenía mucho en el banco.
'Vale. ¿Qué hay que hacer?'
'Nada. Simplemente entregar esto a Bred y que te devuelva unos papeles que tiene sobre el fondo de inversión.'
Scotty no tuvo tiempo de asentir pues Kevin le besó rápidamente y se fue por la puerta con un rápido. 'Gracias.'
***
Scotty miró la hora. Las 9:45. Como la cola no avanzase milagrosamente no llegaría a tiempo a la charla con sus empleados y a él no le gustaba ser impuntual. Nunca lo había sido y no quería empezar ahora por culpa de su marido. Maldijo a Kevin mentalmente mientras se movió un puesto en la cola. Volvió a mirar. Había unas siete personas delante de él. Genial, pensó irónicamente.
Cuando por fin llegó a la ventanilla expuso su caso a la señorita y esta le contestó que ella no se lo podía resolver, que tenía que subir a la planta 5 y preguntar por transacciones.
'¿Me está diciendo que llevo esperando media hora para nada?'
'Lo siento. A principios de año se cambiaron los departamentos. Debía de haber carteles indicándolo.'
'Pues no los hay.' La amabilidad de Scotty estaba rozando su punto límite.
'Lo siento. Suba a la planta 5.'
Scotty se fue con un seco "gracias" y volvió a maldecir a Kevin por tener unos ojos tan preciosos.
***
'¿Se puede saber qué haces aquí?' Preguntó Nora al ver a su hijo hurgando en su nevera.
'Buscar algo de comer.'
'¿Es que Scotty ha dejado de alimentarte?'
'¿Qué? No. Es solo que esta mañana he salido con prisa y no he desayunado, por culpa de un juicio. Pero el juicio ha acabado antes de lo esperado por lo que he pensado en comer algo.'
'¿Y por qué no vas a tu casa donde tienes un estupendo restaurante?' Dijo Nora dejando la colada encima de la mesa y dirigiéndose a la nevera para hacerle unos huevos con bacon.
Kevin se separó y la dejó hacer. '¿Desde cuando no quieres alimentar a tus hijos?'
'¿Qué? No es eso. Es que estaba ocupada y... ¿Desde cuando no vas primero a Scotty?'
Kevin supo que le había pillado y miró para otro lado.
'Kevin, ¿Qué has hecho esta vez?'
'¿Qué? ¿Por qué voy a ser yo el que ha hecho algo?' Preguntó un tanto ofendido, pero su madre no se intimidó lo más mínimo y le miró fijamente mientras rompía los huevos.
'Esta bien. Le dije que fuese al banco porque yo no tenía tiempo y él me dijo que estaba muy ocupado y que no podía. Yo insistí, él se negó y luego le miré con cara de pena...'
'Se te da muy bien esa cara.'
'Si. Lo que pasa es que acabó accediendo aunque le venía fatal y si ahora me planto en casa, seguro que se enfada conmigo por haberle hecho perder el tiempo y llegar tarde a la reunión con su equipo.'
'No creo que se enfade mucho. Además podía haber dicho que no y tu hubieras ido otro día.'
'Ya. Pero el hecho es que hoy era el día límite y llevo dos semanas para ir.'
'Kevin.' Le reprimió su madre.
'Lo sé, lo sé.'
***
Sara miró el ascensor y esperó a que se abriera la puerta. Cuando lo hizo pasó y la gente dejó sitio para que entrara ella con su silla de ruedas. Miró los pisos. Diez y ella estaba en el el dos y quería ir al baño que se encontraba en el cinco. Por desgracia el número estaba puesto en lo más alto y no llegaba bien.
'¿A qué piso vas?' Le preguntó una mujer que vio que tenía problemas.
'Al cinco, gracias.'
La señora pulsó el botón y la sonrió en respuesta.
Estaba harta de que su madre no la dejase ir sola a los sitios por el mero hecho de ser paralítica. Que fuera en silla de ruedas no significaba que no pudiese valerse por si misma. Ya tenía 16 años y era capaz de ir al baño sola perfectamente.
Se fijó en la gente del ascensor. La señora de mediana edad que le había pulsado el botón. Un hombre de unos cuarenta que seguramente trabajaba allí. Una señora de unos sesenta y un hombre de unos treinta. Sara se le quedó mirando disimuladamente. Era un hombre muy atractivo y por unos segundos trató de imaginarse a su novia o si podría ella salir con alguien así algún día. El hombre movió la mano para sacar el móvil y ella vio el anillo. Que pena, pensó, su mujer tiene una suerte increíble. Seguro que es buenísimo en la cama.
Ella intentó imaginarse como sería tener sexo con alguien como el, pero no pudo porque llegó a su piso y tuvo que salir. Al hacerlo vio que él también salía y sonrió. Él le devolvió la sonrisa y se fue. Sara tardó unos segundos en ponerse en movimiento en busca del baño de minusválidos.
***
Eran las 10:12 minutos cuando Tom Ripley entró en el despacho de se ex-jefe situado en la última planta del edificio. Las 10:14 cuando acabó de explicarle el porqué iba a hacer lo que iba a hacer y las 10:15 cuando apretó el botón que detonó la bomba que llevaba pegada al cuerpo.
Parte 2
Aviso: No apta para gente con problemas de corazón.
Nota: Hace tiempo que os he abandonado. Lo siento. He estado muy ocupada viendo Bones (me he visto toda la serie en una semana) y eso junto con el comienzo de la universidad... Bueno, que lo siento. Pero ya estoy de vuelta con nuevas ideas para nuevos fics y para los antiguos. Espero no defraudar.
'Scotty, necesito que vayas al banco en mi lugar.'
Scotty vio a su marido entrando en el recibidor y cogiendo sus llaves del coche a toda prisa.
'No puedo. Tengo que ir al mercado y luego he quedado con el equipo.'
'¿No puedes salir antes y pasarte a la vuelta del mercado?'
Scotty le miró con incredulidad. '¿No puedes ir tu?'
'Me han adelantado el juicio en el último minuto.'
'Pues llama al banco y di que no puedes ir.'
'No puedo. Quedé en ir hace dos semanas. Por favor.' Le miró con esos ojos suplicantes que sabía que derretirían a Scotty.
'Kevin...' Se quejó. No soportaba que su marido hiciese eso. Que le pediese algo a última hora sin tener en cuenta que él también tenía una vida más allá de su matrimonio.
'No volveré a hacerlo. Te lo prometo.'
'No. No me prometas algo que sabes que no vas a cumplir.'
'Por favor.'
Scotty le miró y miró su reloj. Si salía ya podría hacerlo todo si no se entretenía mucho en el banco.
'Vale. ¿Qué hay que hacer?'
'Nada. Simplemente entregar esto a Bred y que te devuelva unos papeles que tiene sobre el fondo de inversión.'
Scotty no tuvo tiempo de asentir pues Kevin le besó rápidamente y se fue por la puerta con un rápido. 'Gracias.'
***
Scotty miró la hora. Las 9:45. Como la cola no avanzase milagrosamente no llegaría a tiempo a la charla con sus empleados y a él no le gustaba ser impuntual. Nunca lo había sido y no quería empezar ahora por culpa de su marido. Maldijo a Kevin mentalmente mientras se movió un puesto en la cola. Volvió a mirar. Había unas siete personas delante de él. Genial, pensó irónicamente.
Cuando por fin llegó a la ventanilla expuso su caso a la señorita y esta le contestó que ella no se lo podía resolver, que tenía que subir a la planta 5 y preguntar por transacciones.
'¿Me está diciendo que llevo esperando media hora para nada?'
'Lo siento. A principios de año se cambiaron los departamentos. Debía de haber carteles indicándolo.'
'Pues no los hay.' La amabilidad de Scotty estaba rozando su punto límite.
'Lo siento. Suba a la planta 5.'
Scotty se fue con un seco "gracias" y volvió a maldecir a Kevin por tener unos ojos tan preciosos.
***
'¿Se puede saber qué haces aquí?' Preguntó Nora al ver a su hijo hurgando en su nevera.
'Buscar algo de comer.'
'¿Es que Scotty ha dejado de alimentarte?'
'¿Qué? No. Es solo que esta mañana he salido con prisa y no he desayunado, por culpa de un juicio. Pero el juicio ha acabado antes de lo esperado por lo que he pensado en comer algo.'
'¿Y por qué no vas a tu casa donde tienes un estupendo restaurante?' Dijo Nora dejando la colada encima de la mesa y dirigiéndose a la nevera para hacerle unos huevos con bacon.
Kevin se separó y la dejó hacer. '¿Desde cuando no quieres alimentar a tus hijos?'
'¿Qué? No es eso. Es que estaba ocupada y... ¿Desde cuando no vas primero a Scotty?'
Kevin supo que le había pillado y miró para otro lado.
'Kevin, ¿Qué has hecho esta vez?'
'¿Qué? ¿Por qué voy a ser yo el que ha hecho algo?' Preguntó un tanto ofendido, pero su madre no se intimidó lo más mínimo y le miró fijamente mientras rompía los huevos.
'Esta bien. Le dije que fuese al banco porque yo no tenía tiempo y él me dijo que estaba muy ocupado y que no podía. Yo insistí, él se negó y luego le miré con cara de pena...'
'Se te da muy bien esa cara.'
'Si. Lo que pasa es que acabó accediendo aunque le venía fatal y si ahora me planto en casa, seguro que se enfada conmigo por haberle hecho perder el tiempo y llegar tarde a la reunión con su equipo.'
'No creo que se enfade mucho. Además podía haber dicho que no y tu hubieras ido otro día.'
'Ya. Pero el hecho es que hoy era el día límite y llevo dos semanas para ir.'
'Kevin.' Le reprimió su madre.
'Lo sé, lo sé.'
***
Sara miró el ascensor y esperó a que se abriera la puerta. Cuando lo hizo pasó y la gente dejó sitio para que entrara ella con su silla de ruedas. Miró los pisos. Diez y ella estaba en el el dos y quería ir al baño que se encontraba en el cinco. Por desgracia el número estaba puesto en lo más alto y no llegaba bien.
'¿A qué piso vas?' Le preguntó una mujer que vio que tenía problemas.
'Al cinco, gracias.'
La señora pulsó el botón y la sonrió en respuesta.
Estaba harta de que su madre no la dejase ir sola a los sitios por el mero hecho de ser paralítica. Que fuera en silla de ruedas no significaba que no pudiese valerse por si misma. Ya tenía 16 años y era capaz de ir al baño sola perfectamente.
Se fijó en la gente del ascensor. La señora de mediana edad que le había pulsado el botón. Un hombre de unos cuarenta que seguramente trabajaba allí. Una señora de unos sesenta y un hombre de unos treinta. Sara se le quedó mirando disimuladamente. Era un hombre muy atractivo y por unos segundos trató de imaginarse a su novia o si podría ella salir con alguien así algún día. El hombre movió la mano para sacar el móvil y ella vio el anillo. Que pena, pensó, su mujer tiene una suerte increíble. Seguro que es buenísimo en la cama.
Ella intentó imaginarse como sería tener sexo con alguien como el, pero no pudo porque llegó a su piso y tuvo que salir. Al hacerlo vio que él también salía y sonrió. Él le devolvió la sonrisa y se fue. Sara tardó unos segundos en ponerse en movimiento en busca del baño de minusválidos.
***
Eran las 10:12 minutos cuando Tom Ripley entró en el despacho de se ex-jefe situado en la última planta del edificio. Las 10:14 cuando acabó de explicarle el porqué iba a hacer lo que iba a hacer y las 10:15 cuando apretó el botón que detonó la bomba que llevaba pegada al cuerpo.
Parte 2