Meme - Dime un pairing, y te escribiré un beso - 2º Alvaro- Mati. Telenovelas

Mar 31, 2009 15:54


Hoy y aprovechando el encargo de meme beso de sara_f_black  voy a hablar de un tema del que normalmente no hablo nunca aquí. Uno de mis secretos a voces. Amar en tiempos revueltos y las telenovelas.

Estoy muy desconcertada con esta novela, ya no es que la siga con pasión, como el año pasado en el que el triangulo Fernando/Alicia/Álvaro me conquisto el corazón. Pero no entiendo muy bien las motivaciones de los guionistas con respecto a nada.

Una de las cosas que caracterizan a las novelas es que siempre terminan bien, las cosas pueden estar jodidas a más no poder, pero la pareja siempre acaba junta y feliz, casándose en una iglesia primorosamente decorada. Los malos mueren y de la forma más horrible posible, si se puede elegir.

Es ley.

Pero esta novela se está dedicando a matar a gente, así, a su libre albedrío y a joder historias de amor que fueron bellas y desencadenantes de temporadas enteras.

No entiendo el punto.

En el último mes trajeron a tres protagonistas de la pasada temporada, para demostrarnos, que el matrimonio de dos de ellos no es tan lindo como debería. Ella es tonta y consentida, peor de lo que recordaba. Él sigue siendo masoca, aunque sea un buenazo.

Por otro lado han traído al tercero en discordia para matarle, sí, sí, matarle… no sé que motivación tendrá esta cruel decisión por parte de guionistas, pero le han matado. También han matado a una mujer encantadora, a un chiquillo desubicado enamorado de una persona poco adecuada y a un matrimonio luchador con una niña en brazos. Todos buenos, de lo que no tienen que morir en una novela, porque hacen la vida mejor.

Sin embargo, lo que me parece un despropósito de tres pares de narices es algo que tal vez a mi no me debería importar, porque ni siquiera vi la primera temporada, pero me sigue jodiendo. Han traído a la prota de la primera temporada, diciendo que su historia de amor, gran historia por lo que he oído, con el prota de la primera temporada se ha ido al carajo.

Tres años y ala, se les acabo el amor de tanto usarlo.

¿Esto no va en contra de lo que es una telenovela?

Que no me fastidien. Si es que te están pidiendo a gritos que la dejes de ver.

Y bueno a lo que iba, meme - beso - pairing Mati y Alvaro.

Otro primer beso, porque lo sigo valiendo :-p

Os cuento por encima, por si no habéis visto la serie y quereis leer el fic. Me quedo lindo.

España finales de los 40, comienzo de los 50.

Alicia es una niña bien criada en Francia con ideas liberales, hija de un matrimonio republicano, huye con su padre a Francia cuando es pequeña. Huérfana de madre y padre, regresa a España para vivir con sus tíos.

Álvaro es profesor en la universidad donde Alicia estudia derecho, es viudo, tiene una madre encantadora y un hijo un poco repelente, conoció al padre de Alicia en la universidad, fue su mentor, y se enamora de la joven al verla.

Álvaro y Alicia se casaron, pero el matrimonio fue de conveniencia, para que la chica pudiera vivir en una casa que no fuera la de su tío. Pero Alicia al final decidió quedarse con él, parecer ser que por amor.

Mati es prima de Alicia, la chica es un sol, pero su padre que estaba obsesionado con su prima, Alicia, la agredió sexualmente al confundirla con su sobrina.

Eso de la serie. Ahora de mi cosecha.

Alicia al final se acabo hiendo, porque su matrimonio con Álvaro no la convencía. Antes de eso Mati huyo de su casa y se refugio en la de su prima. Y ahora...

El último vals

Era hermosa. Tanto por dentro como por fuera. Su cara era dulce, su tez blanca, su cuerpo estilizado… tenía el pose de una señora, de una autentica dama. No era prepotente como en su día lo fue su madre, ni soberbia como lo fue su padre, no se creía más que nadie, pero tampoco menos. Su sonrisa era agradable y siempre estaba dispuesta a ayudar.

Apenas había cumplido 24 años y había sido victima de todos los infortunios del destino, de los más horribles, sin embargo ni siquiera guardaba rencor. Era todo aquello que un hombre podía merecer y esperar, pero ella no quería a ninguno. Nada de ninguno. O eso pensaba él.

Tras todo lo pasado los únicos hombres de su vida eran su hermano Carlos y Pedrito, que en los últimos tiempos se había convertido en casi su hermano pequeño. Álvaro intentaba mantenerse alejado, la daba todo su apoyo y la ofreció su casa cuando apareció frente a su puerta, pero poco más podía hacer. En los últimos tiempos se sentía afortunado, porque la joven ya no tiritaba de pánico al encontrarse a solas con él, por casualidad en el salón. Un año antes, cuando Alicia se fue para Francia, incluso le abrazó. Matilde Roldan era lo mejor que había en aquella casa, su frescura y alegría hicieron más llevadera para todos la marcha de Alicia, su abandono, su huida. Pedrito no lo hubiera superado sin ella, seguramente tampoco él.

Álvaro nunca terminó de entender que era lo que Alicia quería de la vida. Sin embargo, la apoyó en cada una de sus decisiones, como le había prometido el día que se casaron, aunque la última decisión le separara de él. La verdad es que todo era más simple desde que ella se había marchado. Álvaro estaba convencido de nunca haber amado tanto a una mujer como la amó a ella, y también sabía que ella le había querido lo mejor que supo, pero sus caracteres, tan opuestos en la mayoría de los temas de la vida, les habían llevado a hacerse increíblemente infelices dado el momento.

Mati sin embargo era paz, nunca entraba en polémicas y era increíblemente razonable. Le gustaba tenerla en casa, una vez pasada la crisis nerviosa que la llevó a su hogar, se demostró una mujer increíblemente fuerte y serena, borradas de su mente sus viejas ideas de casarse y formar una familia como único objetivo en la vida. Había comenzado con ahínco sus estudios de enfermería, ya finalizados, y veía la vida con grandes expectativas.

Sin embargo a Álvaro le preocupaba que se estancara, un sábado por la tarde y ahí estaba… dando clases de baile a Pedrito, quien asistiría aquella tarde a la verbena del barrio y que ansiaba sacar a bailar a Leonor.

Mati no parecía tener otra vida a parte de la que le ofrecía el pequeño clan de los Iniesta. Su madre y su hermano, tras la muerte del patriarca, se habían trasladado a Segovia, donde Carlos seguía su trabajo como militar. Y ella se quedo allí junto con su prima, pero su prima había huido hacia más de un año y ella hacía unos meses que había acabado sus estudios.

Álvaro no quería que se fuera, pero se preguntaba si no estaba siendo, después de todo una actitud egoísta. La joven necesitaba su vida, necesitaba comenzar a vivirla, tenía miedo de que su agresión la evitara volver a “vivir” el amor y el mejor que nadie sabía, que siempre había que darse una segunda oportunidad.

La música con la que Mati enseñaba los pasos a Pedro aún sonaba, cuando el ya adolescente, se fue a su habitación ha ponerse el traje de los domingos, Doña Marcela tejía en el salón, Álvaro leía su periódico, y ante la ausencia de Pedrito, Mati se sentó entre los dos.

- Me voy a vivir a las habitaciones que tiene la residencia donde trabajo - lo dijo sin avisar previamente, dejando a los dos adultos desconcertados.
- Pero Mati… - comenzó a decir Doña Marcela toda sorprendida, sin embargo la joven no la dejo proseguir.
- Han sido muy buenos con migo - prosiguió la joven con dulzura-, me han dado un hogar, una familia, alimento, apoyo. Sin ustedes no hubiera podido estudiar, ni en este momento valerme por mí misma. Pero es momento de… - Mati dudo de su siguiente afirmación-. Alicia se fue hace un año y oigo los comentarios de las vecinas.
- No nos importa lo que piensen los vecinos - era mentira, a Álvaro si que le importaban los comentarios, pero le importaba más la joven.
- Nunca les podré pagar lo que han hecho por mí.
- No hay nada que pagar - dijo rápido Doña Marcela-. Eres de la familia. Y te vamos a echar mucho de menos.

La mujer abrazo con mucho cariño a la joven, apreciaba sinceramente a Mati. Su dulzura había cautivado a todos a lo largo de esos años. La voz de Pedro retumbo desde su habitación llamando a su abuela y la mujer con lágrimas en los ojos se dispuso a ir a su encuentro. Mati busco la mirada de Alvaro que estaba pensativo y un poco cabizbajo.

- Me dedicas este último baile - Mati le ofreció la mano a Álvaro y le invito a bailar, pero sobretodo le quería demostrar que ya estaba lista para salir a la calle sola.

Álvaro sonrió, se sintió conmovido, dándose cuenta de las intenciones de la joven. Sin embargo, también sitió un poco de dolor. La iba a echar mucho de menos.

- Te pisare - dijo mientras se levantaba y cogia su mano.

La mano de Mati ni se inmuto al contacto, a cambio sonrió. Ambos se acercaron al centro del salón y Álvaro espero a que la joven hiciera el primer movimiento. Coloco una mano sobre su hombro y cogio la mano de Álvaro. Empezaron a bailar lentamente. Poco a poco se fueron acercando un poco más, Mati se sentía a gusto, Álvaro pudo notar que no tenía miedo, nada de miedo. Era feliz y estaba tranquila. Él también se sintió maravillosamente cómodo. Iba a echarla muchísimo de menos. Más de lo que espero en un principio.

- Espero que nos vengas a visitar de vez en cuando - dijo el hombre evitando su mirada.
- Espero que no me olvidéis muy pronto.
- Nunca te olvidaremos - dijo Álvaro con ese rostro sereno que tanto le gustaba observar a Mati. Sinceramente, grandes declaraciones en pequeños gestos.

La sonrisa de Matilde se iluminó y Álvaro tuvo una necesidad imperiosa de no separarse nunca de aquella mujer. No quería perderla. No es que fuera nada suyo, pero no quería perderla. Se acercó lentamente con la intención irracional de besarla, pero según iban despareciendo el espacio entre sus labios fue recordando quien era y cual era su situación.

Estaba casado y siempre lo estaría, por muy lejos que Alicia estuviera de allí o de él. Nunca podría ofrecerla nada mejor de lo que la ofrecía ahora.

Su amistad.

Cambio la ruta de sus pensamientos y de su cara. Beso su frente con pura devoción. Una lágrima cayó de sus ojos. Acompañada por las lágrimas de ella, quien le abrazo con fuerza.

- Alicia no sabe lo que dejo aquí - dijo mientras se separaba de su pecho y le miraba directamente a los ojos - Eres el mejor hombre que he conocido, y seguramente que conoceré nunca-. Con un gesto rápido se estiro y le dio un pequeño beso en la mejilla, más cerca imposible de la comisura de los labios.

Mati se sonrojo hasta la punta del pelo por su propia osadía e insolencia ante la cara sorprendida de Álvaro. Salió corriendo por la puerta en el mismo momento en que Doña Marcela y Pedrito salían por ella. Álvaro se quedo quieto en mitad de salón, sin saber que hacer, frente a la mirada perpleja de su madre. Otro amor imposible se había instaurado en su hogar. Por qué nunca sería fácil.

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