Jun 02, 2007 22:29
Música para camaleones. Si la memoria no me falla, éste es el título de uno de los libros del magistral, desde mi humilde punto de vista, Truman Capote.
No os confundáis, no pienso hacer una diatriba sobre Capote y su obra. No soy la persona ni éste el foro para hablar de él.
Tras semanas de ausencia me he acercado a este pisito en las afueras, como me gusta llamar a este LJ, para haceros una pregunta: ¿es la música tan importante en vuestras vidas? Canciones=momentos, emociones, sonrisas, lágrimas, momentos compartidos, ausencias, añoranzas... ¿Y para quién no, diréis? Pasar de la sonrisa al llanto en sólo tres minutos, lo que dura una canción. Sí, eso me ha pasado, me pasa y espero, que me siga pasando. Porque eso significa que estoy viva, que emocionalmente sigo vivo.
¿Y a qué viene todo esto? A los rocambolescos mecanismos de la memoria. Estaba rebuscando en mi Itunnes alguna canción que me acompañara, a mí y a mi copa de vino, en esta bochornosa y solitaria noche de sábado cuando éste título me ha venido a la cabeza. ¿Por qué? De verdad que no tengo ni idea. Porque yo, que sepa, no soy un camaleón. Aunque a veces me gustaría. Poder camuflarme entre el gentío, adaptarme al medio, mimitizarme con él hasta "desaparecer". Hasta fundirme con este entorno deshumanizado del que no se espera nada. A veces, de verdad, a veces me gustaría poder ser camaleón. Pero no lo soy. Como tampoco soy música.
Por cierto, no podía despedirme sin deciros que al fin he dado con la banda sonora perfecta para hacer más llevadera este sábado noche: Michael Bublé. Dios, qué voz. Creo que podría enamorarme de una voz. De hecho ya lo hice una vez. Pero eso es ya otra historia...
Buenas noches.