Jan 23, 2006 22:20
Por la mañana, muy temprano, despertó de sus sueños tristes de ginebra.
Había soñado con ratones, al principio sólo encontró un par correteando por el pasillo pero mientras el sueño iba avanzado aparecían cada vez más ratones blancos - como los que utilizan en los laboratorios - que se colaban por el hueco de las puertas entreabiertas o saltaban desde los cajones y se asustó bastante y de forma inconsciente fue retrocediendo hasta quedar de pie en un rincón de la habitación, acorralado por una nube de ratones que le rodeaban y se atrevían a trepar por sus piernas y la imagen del suelo abarrotado de aquellos bichos estúpidos que chillaban y corrían nerviosos en todas direcciones le entristeció tanto que se despertó.
Y pensó: esto no puede ser bueno.
Y luego trató de volver a dormir y rezó porque los ratones no llegaran todavía y porque no volviera a encontrarlos en el sueño.
Pero entonces se dijo: aunque pase lo que pase habrá tristeza lo que quede de semana.
Y cerró fuerte los ojos.
"
Lo que llamamos pena o dolor suele ser nuestra incapacidad para entablar una relación viable con el mundo; con este paraíso casi perdido. A veces comprendemos las razones, a veces no. A veces, al despertar, descubrimos que la lente de aumento que magnifica la excelencia del mundo y sus habitantes está rota. Eso es lo que sucedió el sábado. Planté unos bulbos y antes de almorzar me tomé un par de ginebras. Pero nervioso. Luego a jugar a fútbol, lo que me parece un paso en la dirección indicada; un medio de relacionarnos con el cielo azul, los árboles, el color del río y unos con otros..."
john Cheever - diarios