El Poder. Capítulo 1.

Mar 26, 2012 23:11


La primera reacción

Risa. Bastante risa. Mucha risa. Y lo que viene consigo si no estás acostumbrado a reirte: flato. Estaba seguro que aquello era una broma. Pero de las gordas. Que aquel chico era un actor, su jefe era un cómplice y había cámaras ocultas para cualquier programa de bromas que estuviese de moda. No decían lo mismo las caras de SungMin y JungSoo, que seguían representado la misma seriedad que en el primer minuto.

¿Que no era su vida? ¿Que no eran de aquí? ¿Era un alien de esos que sólo tenían tres dedos y querían llamar a su jodida casa-qué era ilógico, si tu casa está en otro planeta, ¿para qué lo llamas desde la tierra? Ni siquiera con la conexión wi-fi podías llegar a contactar con...otro planeta-, o era un zombi pero sin las venas por fuera y jodidamente elegante? Cualquier opción le podía valer. Después de secarse las últimas lágrimas de la risa y recuperar el aire que le faltaba por aquelchiste, se levantó y se recolocó.

-Y después de esta broma, ¿a qué han venido? Voy a perder muchas horas de sueño por vuestra culpa...

-Estamos diciendo la verdad-avanzó de nuevo JungSoo, sin parecer histérico, clavando la mirada en los ojos de KyuHyun. No vacilaban en ningún momento-, estás, quiero decir, estamos rodeados de gente que dice conocernos, pero es mentira-JungSoo miró la estancia, mientras que el otro chico hacía lo mismo. Se miraron y negaron con la cabeza, después, extrañamente, JungSoo sonrió. Tenía la manera de demostrar que tenía razón-, si es cierto, ¿por qué no tienes ninguna foto? Alguna de cuando eras más joven, o con,...tu familia-dejó caer. Le miró, interrogativo, pero a la vez con una cara de que ya se sabía esa respuesta. Y el desconocido también sabía lo que iba a decir.

-Hubo, hubo un...-sin pensárselo dos veces, una voz acompañó a la de KyuHyun

-Hubo un accidente mientras os mudábais de barrio, en las afueras. En ese accidente estaban tus padres y sus pertenencias. Tuviste la suerte de tener solo quemaduras de tercer grado y sobrevivir, pero tu familia desapareció en el accidente y sus pertenencias ardieron. No se pudo recuperar nada-ambas voces sonaron al compás, coordinadas como si llevaron años entrenando para ese momento, pero aunque KyuHyun estuviese sorprendido porque el otro supiese exactamente lo que iba a decir desde el primer momento, no se calló, siguió la frase para comprobar si en algún momento alguna palabra cambiaba, alguna frase nueva salía de la boca del desconocido y así podía tirar por la borda todas sus suposiciones. Pero no fue el caso. Casi con la boca abierta miró al desconocido sentado en el otro extremo del sofá que recorría tres paredes completas del salón: pelo anaranjado muy parecido a un tazón, con una cara muy aniñada, en cambio de parecer alguien inocente e infantil, su mirada-que al terminar la frase se quedó en la mirada de KyuHyun- le daba un toque de niño que había aprendido demasiado pronto la cara negativa de la vida, y había aprendido rápido para saber levantarse en el momento en el que todos no supiesen cómo hacerlo. Su ropa era oscura sin parecer alguien sombrío, sin nada particular, además de parecer algo desgastada. ¿Quién era y de qué conocía al jefe Park para que supiese del accidente?

-¿Cómo...cómo lo sabe...Park...?-miraba a ambos con los ojos abiertos. LeeTeuk cruzó los brazos.

-Me quedé impresionado la primera vez que SungMin repetió a la perfección cómo me quedé huérfano, de la misma forma que tú-"SungMin tiene que ser el nombre del desconocido", pensó KyuHyun, "menuda manera de presentarle"-Exacto. Sabía que estaba teniendo sueños extraños...y sabía que el próximo en tener esos sueños eras tú.

KyuHyun seguía sin asimilarlo, y después de asimilarlo-es decir, que iba para él y no para alguna otra persona con su mismo nombre, por ejemplo-

-Todo lo que estáis contando es una tontería. Él, SungMin, o cómo se quiera llamar nos ha podido estar espiando. ¿Una vida postiza? ¿Quién se cree eso? ¿De qué cuento de ciencia ficción se lo ha sacado? Por eso sabe que somos huérfanos, jefe Park, cualquiera puede preguntar e investigar.

-No miente-Park no paraba de defenderle-, después de no tener ninguna marca de tu pasado, hay algo más que debería de enseñarte, pero no lo he podido sacar de su...archivo original-se levantó, camino a la puerta-. Cancela todos tus planes, Cho, mañana nos vamos al subsuelo-¿al subsuelo? Parecía sacado de una mazmorra de aquellos videojuegos que le encantaban de joven. De la vida que sí recordaba-Ah, y esta noche tienes un invitado. Adivina-enfado, sorprensa, duda y ganas de desaparecer eran las palabras claves para comprener los pensamientos de KyuHyun que no sabía cómo reaccionar a todo lo que le habían contado en esa noche. Lo peor era que ya no le podía rechistar al jefe Park porque se había marchado tan naturalmente como había entrado. Se dejó caer en el sofá, suspirando fuertemente. Acarició su sienes con los dedos a ver si así podía conseguir encontrar algo de sentido a lo ocurrido, algo que en aquella noche no encontró en ningún lado. Tenía varias opciones entre lo que quería hacerle a aquel desconocido, alias SungMin. Quería reirse en su cara, queria darle un guantazo, e incluso pedirle una orden de alejamiento si se atrevía a hacer cualquier cosa más fuera de lo común.

-Sé que es difícil comprenderlo ahora mismo...-empezó a decir SungMin al ver que KyuHyun no hacía nada más que acariciarse las sienes y suspirar. A lo mejor se iba a poner de su lado en aquella misma noche, pero nada más lejos de la realidad.

-¡Cállate! ¿¡A qué vienes a molestar MIS horas de sueño para TUS tonterías!? El jefe Park es demasiado muy bueno para traerte y hacerte caso-había decido estar enfadado con SungMin, aunque fuese el que menos habló-, no sé cómo aun sigues sentado ahí, mirándome como a un pasmarote.

-¿Has soñado hoy?-preguntó, más tranquilo, y esta vez sin dejar que el otro le callase. Enfadarse igual que KyuHyun no le ayudaría en nada, solo le llevaría al territorio enemigo y perdería la partida.

-¿A qué viene la jodida pregunta?

-Cuando vinimos ya estabas despierto. Y como decías, estábamos molestando tus "horas de sueño". A JungSoo le dio una corazonada que hoy era el día, también dijo "lo asimilará mejor si le dejamos una noche en vez de media hora". No ha cambiando en nada, o a mí me suena de conocerle de antes-KyuHyun dejó que hablase, y hablase, y siguiese hablando, con tal de no responder a su pregunta de alguna forma borde, o simplemente, echarle de una patada de y olvidarse del asunto. Mientras intentaba afirmar con la cabeza cómo si le escuchaba y soltar algún comentario borde de vez en cuando que tampoco le importó mucho al hablador; hasta que, poco a poco, iba bostezando más y la lucha entre él y sus párpados iba haciéndose más intensa...más intensa...

¿Desde cuándo ha hecho tanto sueñ...?

***

Lo primero que escuchó fueron unos ruidos que venían de fuera de la sala y lo primero que sintió fueron unos golpes a su hombro. Intentó moverse, pero le costaba, y mucho.

-Kyu, KyuHyun...¡al fin se mueve!-sus muñecas estaban atadas junto a las muñecas de otro. Y ese otra era una persona muy conocida.

-¿Sung...SungMin?-preguntó, aun aturdido por el sonido al otro lado de la pared. La última vez que, más o menos, vio a su amigo, fue para ver cómo le apuntaban con "algo" y no terminar de ver la escena.

-Puedo ser también MinSung, si quieres. Pero no hoy, niño-le respondió con sarcasmo SungMin-Claro que soy SungMin, el golpe te ha dejado más tonto de lo que me demuestras día a día, pequeño-no recibió respuesta, tanto física como verbal del otro porque seguía aturdido, intentando al menos abrir los ojos.

-¿Dónde...?-KyuHyun al fin pudo ver claramente después de haber intentado abrir los ojos de forma claramente fallida. Estaban en una sala completamente pintada de blanco, también completamente llena de humedades y roturas por cualquier lado que se pudiese posar la mirada. Para nada elegante y completamente vacía. Delante suya se encontraban las rejas, como de una prisión pero mucho más gordas y mucho más juntas, que malamente dejaban pasar la luz y el aire. En en el lado derecho se podía ver un cristal rectangular y de tamaño mediano, tintando hace ya muchos años (o el tinte era de pésima calidad), que claramente era una ventana-creo que puedo ver algo de a fuera...

-¿Algo más que blanco amarillento de la humedad? Niño, déjame ver-no paraba de llamarle niño, le había cogido mucho cariño a ese mote Pero KyuHyun ya se iba acordando que también tenía un mote para SungMin.

-No creo que sea de gran ayuda para tu vista cansada, viejo-SungMin le volvió a golpear como cuando estaban separados por una muralla. KyuHyun sonrió ante esos recuerdos, que cada vez se hacían más fáciles de ver en su mente aunque le seguía doliendo mucho la cabeza. ¿Tan fuerte le habían dado?

-¿Puedes ver algo desde aquí?-KyuHyun negó con la cabeza. Después de su voz, sabía que el pelo de SungMin era suave, o eso le pareció en un primer momento-Puede que si nos levantamos, veamos algo más...o incluso, salir de aquí-lo último ya le parecía pedir demasiado, pero harían más que sentados hablando y sin hacer nada.

-Inteligente aportación, abuelo SungMin-soltó con sacarcasmo KyuHyun, intentado mover la cabeza, en busca de algún mejor ángulo para ver a través de las partes menos opacas de la ventana, pero era más o menos imposible. Se tendrían que levantar para observar a dónde estaban, más allá de una habitación sin muebles y catastróficamente iluminada-No nos queda otra...-ambos intentaron por un largo tiempo levantarse y mantener el equilibrio de pie. Después de varias quejas, golpetazos, caídas y maldiciones del mayor, ambos conseguieron levantarse, y lo más difícil, mantener el equilibro.

-Me he ganado el cielo después de esto, si es que tampoco está separado-bromeó KyuHyun.

-¿Ya ves algo?-preguntó SungMin, esta vez girando la cabeza para, al menos, ser algo más de ayuda-Si te girases un poquito, quizás podía...-KyuHyun no le hacía ni caso, lo único que hacía era acercarse más y más a la puerta, paso a paso, consiguiendo arrastrar al mayor a duras penas (pero él tampoco ofrecía resistencia, prefería ser tirado por KyuHyun y estar de pie a sentir de nuevo la gravedad contra su cuerpo)-KyuHyun, ¿quieres dejar de arrastrarme y decirme qué está pasando?

-Tenemos que salir de aquí. Quiero decir, vamos a salir de aquí-dijo, completamente serio, mirando lo que había a través de la ventana.

-Algo nuevo, por favor-KyuHyun no le hacía el más mínimo caso. Parecía haber encontrado a alguien con la mirada, hasta que de repente empezó a gritar.

-¡Ey! ¡Ey! ¡Aquí!-se dejaba la voz, y como estaba la situación, SungMin no podía taparse los oídos-¡Aquí hay alguien!

-En plural, por favor-le corrigió SungMin, pero los gritos de KyuHyun no le dejaron escuchar esa aclaración. Él no veía a nadie, pero KyuHyun parecía más feliz que un tonto con un lápiz. Los niños y su emoción por cualquier cosa.

-Ya viene...¡EH, NO, POR AHÍ NO! ¡ESTAMOS AQUÍ!-oh, al fin se había atrevido a poner el verbo en plural. SungMin no se decidió a gritar, porque primero, no veía tan lógico gritarle a una pared, y segundo, tendría que girarse y dejar sordo a KyuHyun. Sabía bastante bien que el pequeño era capaz de devolvérsela, de una forma mucho mejor, cambiando mejor como "divertida"-Oh no. Oh mierda...¡AQUÍ! ¡SÁCANOS DE AQUÍ!-esto sí que era un grito. Lo que había hecho antes era hablar muy en alto, porque aquello sí que había sido un grito en condiciones. Otra cosa que también diferenciaba era que esta vez, KyuHyun tenía miedo. ¿Su salvación se iba al garate tan pronto? Corrijo, la salvación de ambos.

De repente, la puerta se abrió. Y también el suelo.

-¡JODER! CORRE, CORRE.

La habitación pasó a tener una luz más blanca que las paredes que les rodeaban algún día pudieron tener.

***

Se había quedado dormido en el sofá, aunque de lo movido que había sido el sueño terminó en el suelo, boca arriba, sudando del miedo en el último momento. Como en el primer sueño. Con la clara diferencia de que esta vez alguien le vigiló desde que cerró los ojos hasta que los abrió rápidamente acompañado de un grito. Sin aun darse cuenta de su acompañante, volvió a la realidad, quitándose el sudor de la frente con el brazo. Tomó aire y suspiró fuerte antes de hablar en el mundo real.

-Qué sueño más...

-¿Vívido? ¿Real? ¿De tu vida pasada? Cualquier opción me vale-terminó la frase rápido SungMin. Seguía sentado en el sofá de en frente de KyuHyun, con un vaso de agua en sus manos y una sonrisa suave.

-¿Qué...qué haces aquí?-le preguntó-¿Has estado mirándome todo el tiempo?-esa idea hasta le molestaba, alguien con el ojo encima tuyo, literalmente, toda la noche; aunque, ¿cuánto tiempo había estado dormido? ¿Una hora o dos? Tenía que tenerlo controlado, necesitaba tener tiempo para tomarse como un mínimo medio vaso de café, porque desde primera hora de la mañana ya empezaba con el papeleo, reuniones...

...Oh, mierda. Su jodido jefe se lo chafó con una idea que le faltaba lo más necesario: sentido. "Al subsuelo con el desconocido". Sonaba de todo menos divertido para KyuHyun.

-No me hizo falta. Hablas en sueños-en ese momento supo que quedó de loco gritón, sí que le importaría si fuese alguien importante, alguien con una cámara de fotos y alguien con la capacidad de sobornar. Pero aquella persona, no. Espera...¿cómo se llamaba? SungMin, eso.

Lo siento, pero vas a tener que esperar de nuevo.

¿SungMin?

¿Acabas de decir Sung-Min?

***

Después de haber visto la misma grabación, a la séptima vez llegó la vencida. Con la mano en el hombro de la persona que controlaba las grabaciones en aquella sala, casi saltó de la emoción al reconocer una cara clave para la investigación.

-Para, para la grabación...ahí-el encargado de la sala de grabaciones obedeció y congeló la grabación en el segundo exacto en el que su cliente le pidió-. Al fin, al fin le tengo...-miró el papel y miró de nuevo a la pantalla. ¡Era él! Pulsó un botón cerca del cuello de la camisa, y casi a la misma velocidad, una voz femenina salió por esta.

-Nada esta vez, como siempre-avanzó la mujer, aun sin saber qué dirían después y sin tampoco saber que estaba equivocada.

-Le tengo. Como tú dijiste, escapó y ha vuelto a la ciudad. Sabe que ellos estarían aquí, eran los últimos por aparecer, los que más le costaría. Ya tiene a uno...una pregunta.

-Si es una que podamos contestar sin tener que sobornar ni torturar a nadie para conseguirla, efectúala.

-¿Le dejamos hacer o le paramos los pies? Yo preferiría pararle los pies antes de que pudiese hacer algo peligro...

-¡Tchs tchssss! No eres la mente de la operación, no te pongas cargas innecesarias. No quiso ser reinsertado, y además se querrá hacer el héroe...Déjale creer que pueda con nosotros, y luego...¡paf!-se escuchó un golpe al otro lado, que asustó al encargado y que casi rompe la silla del brinco que pegó. Cuando ella se emocionaba, daba golpes fuertes a la mesa. En ese momento necesitaba dejar el tema a un lado para poder relajarse y no partir la mesa en dos-Como moscas.

-Debería tomarse un rato libre y relajarse...tanta emoción podía cegarla, como la última vez.

-¡Esta vez no fallaré! ¡Y-no-estoy-emocionada-para-nada!-por cada palabra, un golpe a la mesa. "Alguien tan joven no debería estar en un puesto tan alto", pensó el chico, "las caídas con esos cuerpos tan pequeños y sin experiencia son los más dolorosos", no se atrevía a decirlo porque si no el único que saltaría desde lo más alto de la muralla y sin paracaídas era él-Además, además, y más ademases, ¡sabemos todos sus movimientos! ¡To-dos!-pronto tendrían que comprar una mesa nueva-Solo nos faltaba encontrar al cara bebé y a sus amigos, los agarramos de dónde más duele...¡y adiós rebeldes! Literalmente, yo no pienso tocarles ni para atrás pudiento tener un arma en mano-la mesa estaba a salvo, pero los oídos del chico no lo estarían. Odiaba los arranques a hablar de esta chica, ¿no se podía poner seria alguna vez? Parecía una niña pequeña, suerte que solo la escuchaba y no la veía-Ahora ya, poniéndonos serios. Quiero que te quedes con una captura de la imagen, y que les sigas la pista. Van a querer recuperar el tiempo perdido, y nosotros los queremos para carne para los cuervos...y si no los tenemos, los compramos. Los quiero fuera del mapita lo más pronto posible. ¿Entendido? Nos vemos pronto-con los siguientes tres pitidos se entendió que la llamada había terminado.

-¿Ha escuchado o se ha hecho el sordo todo el rato?

-La segunda.

-Entonces, hágame una captura de ese segundo de la grabación. Y si puede ser-sacó de su billetera un considerable número de billetes con un considerable valor por billete-, méjorela ¿Lo ve bien?.

-Hombre, viéndolo así, se mejora, se aclara hasta el último poro y se hacen hasta figurillas de ello. ¡Muy amable!

***
El coche dejó de responder a mitad de camino. La peor mitad del camino. Dio un golpetazo al volante y trató de arrancarlo dos, tres, cuatro veces más. Una gran pérdida de tiempo.
Salió del coche y observó el panorama. Estaba cerca de la ciudad en ruinar, y por ende, la muralla y la entrada más aislada al subsuelo. Después de años de completo silencio, los rumores de que la organización volvía a la vida a dar el golpe final. Pero él no iba a lo grande: no pensaba en parar planes maestros, ser un líder de un gran número de personas y hasta, hablando en palabras muy mayores, hacer desaparecer la muralla. Solo...
-¡Te encontré!-desdobló el papel en uno de los miles de escondijos de su pantalón y lo observó durante un tiempo. El papel en sí no era un papel con información, con números y nombres, gráficas y mapas. Era algo con mucho más significado para él, y que le podía orientar mucho más.
Era una fotografía. Personas que juntas, y por separado, valían mucho para él. Una familia sin ninguna conexión de sangre pero con una gran conexión de alma, de ideas, de corazón. Familia que, una vez que rechazó siguió esperándole. Y él, como el cobarde e imbécil que fue, se fue cuando todo estaba peor. Un gran error.
Pero él no buscaba algo grande, se volvía a decir. No buscaba corregir sus errores, eso le parecía algo grande, grandísimo. Solo buscaba no equivocarse de nuevo. Ser parte de la familia.
"No me tengo que poner tan sensiblón", pensó, "lo primero de todo tendrás que encontarlos, KangIn", pasó la mano por el poco pelo que tenía en su cabeza y golpeó el techo del coche.
-¡Campeón, tienes que aguantar!-una gota cayó en el centro de su cabeza. No era una gota de agua normal-, lluvia ácida...¡no me toques las narices ahora!-se metió dentro del coche, e intentó arrancar de nuevo.
Parece que lo único que ocurría entre el coche y KangIn era un problema de comunicación.

#spanish; #fanfiction; #elpoder

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