divide y conquista;
Título: divide et impera
Autor: phasera
Traductor: Fudge
Pareja: Hyunyoo
Género: fluff
Clasificación: +0
divide y conquista
Jonghyun no se consideraba a sí mismo un pusilánime―no como Taemin, quien corría a ayudar a Jinki cada vez que este tropezaba en medio de alguna sencilla coreografía, todo entusiasta y dulce diciendo, “Hyung, ¿solo mírame, sí?”
Y Jonghyun definitivamente era más férreo que Minho―quien podía resistirse por tres días al asalto de malas bromas de Jinki, para finalmente caer ante, “¿Has escuchado sobre la gata que se tragó una bola de hilo? ¡Tuvo mitones!”, y reírse por dos minutos seguidos.
Kibum―incluso Kibum cayó eventualmente. (“Fueron los ojos, ¿vale?” se justificó Kibum con desesperación, señalando a la sala de estar, donde Jinki estaba sentado de piernas cruzadas en el piso, mirando caricaturas y esparciendo leche y cereales cada vez que se echaba a reír. “Son tan felices.”
Lo que fuera. Jonghyun aún podía resistirlo.
Y resistió sí; hasta unos días después, cuando se encontró a sí mismo siguiendo un rastro de música― alguien en el baño, cantando suave y bajo.
Jinki estaba ahí, sosteniendo un papel arrugado: canciones, que Jonghyun había tirado solo la noche anterior. Pero en la voz de Jinki estas cobraban vida, vibrantes y llenas de color.
De pronto, Jonghyun entendió lo que significaba cuando las personas decían que habían perdido el aliento.
Autor: phasera
Traductor: Fudge
Pareja: Hyunyoo
Género: fluff
Clasificación: +0
divide y conquista
Jonghyun no se consideraba a sí mismo un pusilánime―no como Taemin, quien corría a ayudar a Jinki cada vez que este tropezaba en medio de alguna sencilla coreografía, todo entusiasta y dulce diciendo, “Hyung, ¿solo mírame, sí?”
Y Jonghyun definitivamente era más férreo que Minho―quien podía resistirse por tres días al asalto de malas bromas de Jinki, para finalmente caer ante, “¿Has escuchado sobre la gata que se tragó una bola de hilo? ¡Tuvo mitones!”, y reírse por dos minutos seguidos.
Kibum―incluso Kibum cayó eventualmente. (“Fueron los ojos, ¿vale?” se justificó Kibum con desesperación, señalando a la sala de estar, donde Jinki estaba sentado de piernas cruzadas en el piso, mirando caricaturas y esparciendo leche y cereales cada vez que se echaba a reír. “Son tan felices.”
Lo que fuera. Jonghyun aún podía resistirlo.
Y resistió sí; hasta unos días después, cuando se encontró a sí mismo siguiendo un rastro de música― alguien en el baño, cantando suave y bajo.
Jinki estaba ahí, sosteniendo un papel arrugado: canciones, que Jonghyun había tirado solo la noche anterior. Pero en la voz de Jinki estas cobraban vida, vibrantes y llenas de color.
De pronto, Jonghyun entendió lo que significaba cuando las personas decían que habían perdido el aliento.