Título: A través del día
Título del capítulo: Hora de levantarse
Género: Humor
Clasificación: G / K
Advertencias: -
Prompt: "Amanecer"
Palabras: 433
Beta:
ter_killer Link a la tabla -Ryuichiro-sama, es hora de levantarse -anunció el pequeño Kaoru, del otro lado de la puerta del dormitorio del joven Isaka. Al no recibir respuesta luego de darle unos segundos para contestar, Kaoru insistió, llamándolo por su nombre y golpeando la puerta. Nada.
Excusándose, ingresó a la habitación y echó un pequeño vistazo alrededor. Sobre la cama de Ryuichiro había un bulto del tamaño de un niño. Kaoru dio unos pasos hasta llegar a su lado.
-Ryuichiro-sama, llegará tarde a la escuela.
Otra vez se hizo un intervalo silencioso. El de cabellos claros, imperturbable, tenía su mirada clavada sobre el cubrecama esperando alguna reacción. No mucho después el bulto se abrió lo suficiente para que una cabeza de cabellos oscuros y desordenados apareciera, y desde allí un par de ojos llenos de desdén lo miraron.
-Vete, no quiero ir -y regresó a su capullo.
-¿Acaso se siente mal?
-No.
-Entonces no tiene excusa para ausentarse.
-Déjame en paz.
Kaoru no insistiría. Sabiendo que había sido efectiva, volvió a la estrategia de simplemente observar la guarida de su amo. Se cruzó de brazos para esperar hasta que por fin el bulto comenzó a moverse, como si estuviese temblando. Furibundo, Ryuichiro se sentó en su cama de golpe y de nuevo intentó ahuyentarlo.
-¡Te dije que te fueras!
-Su padre me pidió que lo despertara y le ayudase a alistarse, Ryuichiro-sama. Apúrese, llegará tarde.
-¿¡Pero cuál es tu problema! -gritó, en su tono más caprichoso.
-Usted, Ryuichiro-sama.
Se dedicaron a mirarse. Uno todavía con el desdén de antes y el otro con los ojos llenos de reproche. Parecía que sus posturas no cambiarían nunca y se quedarían así por el resto de sus días, apenas parpadeando. El pequeño Isaka no comprendía por qué el otro no le dejaba hacer lo que le daba la gana y ni por qué se comportaba como su niñero, en vez de ser su compañero de juegos. Asahina, mientras, se preguntaba por qué su amo no hacía lo que le.
Entonces, el mayor se cansó.
-Está bien, haga lo que quiera. Yo también tengo que ir a terminar de alistarme, no voy a llegar tarde por su culpa.
-¡Ja! Veo que por fin has comprendido, Kaoru -una sonrisa de victoria se dibujó en sus labios, pero no le duró mucho.
-Le deseo mucha suerte en su enfrentamiento con sus padres y en encontrar una buena excusa para explicarles la razón por la cual no irá a la escuela. Con permiso.
Ryuichiro se quedó pensante unos instantes, debatiéndose. Pero no necesitó mucho tiempo.
-¡Espera, Kaoru! -saltó de su cama para detener al otro niño-. ¡Necesito que me ayudes a vestirme! ¡¡Kaoru!!