Es lo único que puedo decir...
En respuesta a Brillo.
Sé que miras, pero dentro de mi soledad, la locura es la única compañera que me queda. Gracias por seguir a mi lado.
Título: Opaco
Fandom: Hetalia
Claim: Suiza
Extensión: 234
ADVERTENCIAS: por primera vez... ¡NADA! Es una respuesta y... No diría que es lo que siento cofcofnodeltodocofcof
Opaco
Sabe que es un ermitaño, que su hermana tiene una paciencia infinita con él, que USA es un maldito mocoso y que todavía se arrepiente.
Sí, fue un idiota en ese momento pero después de tantos años ya no importaba. Sin que nadie lo observe, echa una ojeada al austriaco durante las reuniones (cuando medio mundo está enfrascado en una pelea, mientras su hermana se dedica a mirar nerviosamente la situación) y sonríe para sus adentros. Podían decirle que era un estirado, que con su manera de hablar daban ganas de golpearlo -aunque eso siempre era respondido con un sartenazo- y demás pero, en su memoria, sigue y seguirá siendo ese pequeño niño "torpe" e "inútil para las guerras" que toca el piano como los dioses.
Frunce el ceño cuando lo ve, insistirá hasta la eternidad que acepta sus invitaciones para ahorrar, pero no pasa un día en el que se pregunte qué hace, si está componiendo algo nuevo o si tal vez, sólo tal vez, dedique un poco de su tiempo a mirarlo.
Piensa que es un ser opaco, casi negativo. Pero es sólo recordar esos días, mientras lustra su arma en la tranquilidad de los Alpes, en los que ambos corrían por ahí e incluso aquella corona de edelweiß que le había regalado para saber que Austria es el único capaz de iluminarle la cara con la cosa más pequeña que realizara.
Sé que miras, pero dentro de mi soledad, la locura es la única compañera que me queda. Gracias por seguir a mi lado.
Título: Opaco
Fandom: Hetalia
Claim: Suiza
Extensión: 234
ADVERTENCIAS: por primera vez... ¡NADA! Es una respuesta y... No diría que es lo que siento cofcofnodeltodocofcof
Opaco
Sabe que es un ermitaño, que su hermana tiene una paciencia infinita con él, que USA es un maldito mocoso y que todavía se arrepiente.
Sí, fue un idiota en ese momento pero después de tantos años ya no importaba. Sin que nadie lo observe, echa una ojeada al austriaco durante las reuniones (cuando medio mundo está enfrascado en una pelea, mientras su hermana se dedica a mirar nerviosamente la situación) y sonríe para sus adentros. Podían decirle que era un estirado, que con su manera de hablar daban ganas de golpearlo -aunque eso siempre era respondido con un sartenazo- y demás pero, en su memoria, sigue y seguirá siendo ese pequeño niño "torpe" e "inútil para las guerras" que toca el piano como los dioses.
Frunce el ceño cuando lo ve, insistirá hasta la eternidad que acepta sus invitaciones para ahorrar, pero no pasa un día en el que se pregunte qué hace, si está componiendo algo nuevo o si tal vez, sólo tal vez, dedique un poco de su tiempo a mirarlo.
Piensa que es un ser opaco, casi negativo. Pero es sólo recordar esos días, mientras lustra su arma en la tranquilidad de los Alpes, en los que ambos corrían por ahí e incluso aquella corona de edelweiß que le había regalado para saber que Austria es el único capaz de iluminarle la cara con la cosa más pequeña que realizara.