Vueltas que da la vida ¡Sigamos con el crack!!

Apr 07, 2010 18:53

Segunda tanda~ ¡Saliendo!

2 - Kodoku:

Matsumoto suspira sonoramente y siente como el sol del atardecer le da en la nuca.

Se vuelve a abanicar con la mano, termina con las últimas hojas para finalmente darse vuelta y mirar a su capitán.

-Capitán... ¿Qué le sucede? Se lo ve...

-¿Terminaste los papeles Matsumoto?- Le corta bruscamente Hitsugaya.

-S-Sí, Capitán... ¿Por qué pregunta tan de...?

-Si lo has acabado puedes irte, me encargaré del resto.

-Capitán... Hoy...

El joven prodigio agarra fuertemente otro informe y continúa su trabajo.

-Vete.

Rangiku recordó la fecha de ese día y se acercó, abrazando a su Capitán con ternura.

-No tiene que ponerse así... Déjeme terminar mis papeles...

-Suéltame...

Sin embargo, hizo caso omiso de la orden y lo abrazó con más fuerza -sin ahogarlo con sus pechos- y depositó un beso en su cabeza.

-Hoy viene de visita...

-Sí, lo sé. Sólo... Quiero terminar estos... Papeles...

Pudo observar como los hombros de su pequeño capitán temblaban, todo él temblaba ligeramente.

Porque sabía que duele mucho recordar a alguien que perdiste.

...

-¡Tōshirō!!

-No me llames así Kusaka, es Hitsugaya.

-Para mí siempre serás Tōshirō, o tal vez...- Se acercó a su oído susurrándole -¿Prefieres que te llame Shiro-chan?

-¡NI SE TE OCURRA!!

Todos se dieron vuelta. Hasta ese entonces habían estado hablando con normalidad, alejados del resto -el resto alejado de ellos en realidad- pero sin hacer mucho ruido.

Enseguida volvieron a darles la espalda, susurrando.

-Cada vez son más raros...

-Sí ¿Por qué Kusaka-san se junta con ese niño?

-Es cierto, es más pequeño que nosotros, no debe estar aquí.

-No tuvo que haber salido del Rukongai en realidad.

-Cierto, muy cierto, es tan extraño... Basta con mirar como es.

-Shh, calla que puede escuchar.

-Te congelará con la mirada, tonta.

Risas.

Sin embargo, Kusaka sólo sonríe.

-Ignóralos Tōshirō, ellos son los que se pierden de ti.

Ahora recuerda por qué a pesar de reprocharle el que lo llamara por su nombre, nunca, pero nunca le hacía caso. Y eso le daba una sensación de felicidad.

...

-¡Bueno! He terminado Capitán.

-Está bien, puedes irte.

La luna estaba empezando a asomar, casi con timidez.

Una vez que su Teniente se hubiera ido, se recostó levemente en su silla y cerró los ojos.

-Hyōrinmaru...

-¿Qué sucede, Maestro?

-Nunca lo has entendido ¿Verdad?

-Ciertamente no, Maestro. La soledad que usted lleva en su alma es algo que no termina de captar mi entendimiento.

-Tienes suerte, eso significa que nunca la has sentido.

La zanpakutō hizo un gesto de preocupación.

La tormenta de nieve en su mundo aumentaba cada vez más mientras se refugiaba en una cueva.

-Maestro... Yo...

Suspira.

-Sabes Hyōrinmaru, haz sido causa de muchas penas y alegrías.

-No sé si tomarlo como un halago o un reproche.

-Al menos...

Alguien irrumpe de golpe.

-Idiota, me has asustado.

-Lo siento... ¿Estás bien?

Mira a otro lado.

-Yo...

-Tōshirō...

Lo abraza con suavidad y al cabo de un rato siente como la tela empieza a humedecerse.

-Tranquilo...

-No, no entiedes...

Con un hilo de voz, tratando de amortiguar el llanto -No debería llorar, él es un hombre, un hombre atrapado en un cuerpo de niño; forzado a madurar de golpe-.

-Tu soledad de una persona es mejor que la nuestra de dos personas...

Pone un poco más de fuerza en el abrazo.

-Lo sé, pero ahora no estás solo.

Y sigue llorando hasta quedarse dormido.

Dentro de su mundo, Hyōrinmaru lo acoge.

-Maestro, he meditado sus palabras.

-Hm...- Realmente tenía nulas ganas de hablar o moverse, sólo quería escuchar y sentir.

-Es cierto, por mí se ha separado de su querida abuela y perdió a su mejor amigo...

Sin embargo, ha conocido personas maravillosas. Matsumoto lo cuida aunque tenga que arriesgar su vida, el Capitán Ukitake también le tiene un gran aprecio.

-Pero... Esa soledad de la que habló antes... De dos personas...

Hitsugaya abre un poco más los ojos y se cruza con la mirada gentil de su zanpakutō.

-Nunca fue una soledad de dos personas, Kusaka era feliz al verte y al tenerte cerca. Igual que tú con él.

Sonríe levemente.

-Y él ahora también es feliz al verte y tenerte cerca. Por eso Maestro, deje ir al pasado y no se aferre al futuro, sólo disfrute el presente.

Asintiendo levemente, cierra los ojos para descansar, mientras la nieve cae con suavidad y el aire se torna tibio.

Hyōrinmaru es muy buen consejero cuando se lo propone.

comunidad: crackandroll, reto: referencias, !dotación anual de crack, autor: shiroyo-kuroki, fandom: bleach

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