Viñeta + chicos guapos

Oct 15, 2009 21:29



04. God save the Queen

Don’t be told what you want

Don’t be told what you need

There’s no future, no futureNo future for you

& & &

Sueña que sueña con imperios de mentiras y apellidos falsos. Todo se mezcla en la neblina: es un abogado que caza cosas que no asustan durante los fines de semana y está casado con una chica que no es Jess ni tampoco Ruby pero es tan bella como la primera y tan leal como la segunda. Se ve salir a sí mismo del porche blanco de una casa perfecta, y baja los escalones de madera enfundado en mocasines negros que recuerdan a dignidad comprada. No logra verse la cara pero le gotea sangre espesa del brazo. A su alrededor nadie parece darse cuenta. Alguien pulsa el fast forward en su cabeza y las escenas se aceleran hasta que llega a su trabajo. Un buffet de primera clase; señores, ya nunca chicos, de traje y corbata y bolígrafos en los bolsillos más caros que una habitación de motel. Su jefe le felicita en un idioma que no entiende pero sabe que lo está premiando. El tiempo vuelve a pasar, esta vez muy despacio, y se dirige a su despacho con la sensación de no tocar el suelo. En la plaquita de la puerta no consigue leer el apellido allí gravado y el pecho le aprieta. Flota más que anda a través del umbral y oscurece de repente. Asoma la cabeza por la ventana del final. Una estrella brilla en el cielo inalcanzable y la pesadilla que no llega a serlo se desdibuja hasta formar la realidad entre jirones de fantasía…

Despierta aterrado por alguna razón que no comprende y las pulsaciones disparadas hacia la estratosfera. A su lado, apoyado sobre un codo, Dean le mira con el ceño fruncido, soñoliento y preocupado, tocándole el hombro con la otra en un gesto reconfortante. Es plena noche todavía y la luz lunar le arranca destellos perturbadores de la piel. Sam intenta controlar su respiración hasta normalizarla y se aparta el sudor de la frente con el dorso de la mano, intentando entender. Ha sido el sueño más vívido en años. Y el que más mal sabor de boca le ha dejado.

-Tenías una pesadilla -le dice, arrastrando la voz-. Creo.
-Sí -coincide, sin aliento. Se acomoda contra la almohada, pensativo-. ¿Qué hora es?
-Las tres y media -contesta de inmediato. No se distrae-. ¿Qué soñabas?

Sam da un vistazo a la habitación antes de responder. Esta vez están en una casita rural abandonada -o mejor dicho sus inquilinos deben estar ahora mismo o muertos o matando- y casi siente vergüenza al considerar que podría ser perfectamente su hogar. El de ambos. Dean se deja resbalar sobre las sábanas, boca arriba, relajado, y el suave sonido de su cuerpo moviéndose lo hace reaccionar.

-No me acuerdo -miente. Se arrepiente de inmediato; no más mentiras, y lo arregla-. Solo soñaba con algo que ya no quiero.
-Ah, ¿no? -pregunta, adormilado-. ¿Y qué es? ¿El último juego de Stacy Malibu?

Sam frunce el ceño y reprime una sonrisa. Suelta capullo entre dientes. Dean deja escapar el aliento entre los labios, despacio, y cierra los ojos después de mirarle un instante. Se está quedando dormido.

-En serio, Sammy… qué.
-Ya no importa -murmura, descubriendo que de verdad da igual.
-Mmh -suena a asentimiento.

Tarda un par de minutos en conseguir entender la pregunta qué quiere hacerle y cómo hacerla. Carraspea, dubitativo e inseguro.

-Dean -musita-. ¿Todavía quieres tener una familia?
-¿A qué viene eso? -Su hermano se desvela, parpadeando. Frunce los labios-. Duérmete otra vez, Sammy. Mañana hablamos.
-No -protesta, y ladea el cuerpo hacia él-. Contéstame -pide con inquietud-. Cuando arreglemos lo del Apocalipsis…
-Arreglarlo -repite Dean a media voz, y sonríe divertido.
-Lo que sea. ¿Formarás una?

Dean suspira.

-Ya tengo una familia -dice en voz baja, a regañadientes, y le mira; lánguido, pupilas enormes y gesto cansado. Sam no está muy seguro porque la oscuridad le impide verlo bien, pero le parece ver que le sube la incomodidad en forma de rubor hasta las mejillas-. Mm. ¿Y tú?

El comentario le hace relajarse. Aún con toda esa destrucción y desesperanza allá afuera, se siente bien, realmente bien, a salvo, qué ironía.

-Yo qué.
-Que qué vas a hacer -dice, y vuelve a cerrar los ojos.
-Esto.

Sam se incorpora a medias y apoya una mano sobre su estómago, tentativo, bajo la camiseta vieja y gris que le va grande. Dean finge no notarlo pero alza la comisura derecha de los labios, haciendo que él sonría también. Se inclina hasta besarle el cuello, despacio, dejando besos cortos. Dean se remueve y se ríe con suavidad; ‘me haces cosquillas’, dice de repente, casi ininteligible, y Sam siente el pecho inundarse de calidez. Se separa un poco para mirarlo, encantado, y vuelve a acercarse, repartiendo roces y mordiscos desperdigados por su mandíbula, y acaba besándole en la boca, anhelante. Dean jadea cuando se separan, arqueándose hacia delante alargando el momento lo máximo posible. Tiene la mirada lánguida y gira la cabeza a un lado, apoyándose de nuevo en el cojín, avergonzado mientras entierra los dedos en su pelo. Sigue sonriendo un poco y Sam no deja de observarle, encima de él, todo sonrisa de hoyuelos, hasta que le devuelve la mirada. Dean lo atrae, fuerte, y lo besa con lengua, lo besa sabiendo a pecado y a hogar. Los hace girar y se sienta encima, pura dinamita e inseguridad en la misma piel.

-En serio, Sam -susurra, ronco-. ¿Qué vas a hacer?
-Pues qué voy a hacer, Dean -replica, cargado de cariño-. Cazar cosas, salvar gente, ya sabes…
-…el negocio familiar -acaba por él-. ¿Solo por el negocio?

Sam suelta una carcajada sincera. Le hace gracia ver a Dean tan inseguro cuando moriría por él en ese justo instante si se lo pidiera. Apoya las manos en su cadera y lo atrae ligeramente. La fricción les hace suspirar al mismo tiempo.

-Solo por ti -consigue decir.

Dean apenas contiene la sonrisa. Se arquea hacia delante y deja las palmas de las manos a cada lado de la cabeza de Sam. Le besa, turbado, y lame su labio inferior con pereza, con todo el tiempo del mundo en sus manos. Baja una mano hasta el bóxer de Sam y lo toca por encima, arrancándole un jadeo deshecho.

A lo mejor es cierto, que no hay futuro para el mañana, y que no hay futuro para ninguno de los dos, ¿no crees? Quedan sueños que se perdieron y sueños que ya se están cumpliendo. No hay futuro…

…ni falta que hace (si queremos uno ya lo crearemos, gracias; diría Dean, y Sam asentiría con solemnidad: queremos esto).

La segunda... bueno. Cómo decir esto. Me he enterado de que en Vampire Diaries, la serie esa nueva, sale Ian Somerhalder *carraspea*. Estoy ENAMORADÍSIMA de este hombre desde que lo vi en Lost, así que me estoy planteando verla solo por él. ¿Qué me decís? ¿Merece la pena? De verdad me perturba mucho el chico:



Pero si la serie es muy mala haré un esfuerzo y no la veré... ¡Iluminadme, gente!

serie: supernatural, boys: ian somerhalder, fanfic: exogénesis

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