Amigo invisible para ana_ross
De: rojo3131
Para: ana_ross
Título: De promesas y misterios a medias
Beta: Desgraciadamente carezco de ellos y creo que se nota :S
Universo: Libro-verse
Personaje/pareja: Holmes/Watson
Clasificación y/o Género: PG-13.
Resumen: Holmes se equivoca.
Disclaimer: Nada, absolutamente nada de esto es mío…es más ni siquiera la pc es mía! Ah y hago ni pretendo ganar $ con esto.
Advertencias: Mencion de slash y drogas pero nada explicito
Notas: Ermm estoy consciente que esto no es exactamente lo que decían
De promesas y misterios a medias
Con uniforme de traje negro y corbata, Nesbitt Bates, hombre de complexión sólida y cara estoica se acercó al ligeramente corpulento Señor de la casa, que estaba sentado frente a su escritorio, revisando oficios y misivas en varios idiomas.
Nesbit hacía lo posible por no perturbar al Señor, quien a pesar de ser increíblemente amable tenía muy poca tolerancia a la incompetencia y no era tímido en exteriorizarlo.
Pero si algo había aprendido en esa casa, era la prudencia.
-¿Señor? Telegrama para Usted- dijo Nesbit con toda la calma que le era capaz expresar
-Ahora no, Bates- respondió distraído Mycroft Holmes.
Nesbit dudó; ¡por supuesto que está ocupado!...pero probablemente sea mejor interrumpirlo ahora, que ser reprendido después, sobre un asunto que pudo haberse remediado.
-No quisiera incomodarlo, Señor Holmes, pero me parece que es importante- El Señor Holmes tomo por fin el telegrama y Nesbit respiró tranquilo de nuevo cuando el regaño no llegó.
Mycroft suspiró e hizo a un lado sus documentos. Cualquier otro sirviente, y ya le hubiera mandado con una reprimenda a hacerle té por la interrupción cuando obviamente trataba asuntos importantes que requerían su concentración. Bates, sin embargo, sin tener la inteligencia Holmesiana, era astuto y prudente, y si bien su escritura y tartamudeo no eran rasgos atractivos para un valet personal, si sabía distinguir entre lo importante, lo verdaderamente urgente y el resto de los asuntos. Tomó entonces el papel rectangular y lo saco de su sobre
-Gracias- El Mycroft mayor comenzó a leer y tuvo una sensación extraña…deja vú. Suspirando de nuevo, terminó su cigarrillo y el té negro que tomaba y se levantó para tomar un par de cosas.
- Ahora, si eres tan amable Bates, te agradecería que le llamaras al chofer, necesito ir a Saint Barts ahora- Ah! Y gracias por mostrarme la misiva. Era de vital importancia.
De verdad, para las grandes cantidades de inteligencia legada, la astucia y la gracia de movimientos, los sentidos entrenados y altamente funcionales y para su gran aplomo, Sherlock carecía en forma directamente proporcional el autocontrol en ese sentido y la vergüenza. Una verdadera lástima, en opinión de Mycroft.
INTERÉS EN ST BARTS. COCAINA DE NUEVO. SALUD SEGURA DE MOMENTO. JHW
-Aun por telegrama, el Doctor no suele ser tan parco - Pensó Mycroft, mientras viajaba por Londres- Debe estar molesto. Y DE NUEVO; fueron las palabras que escogió-
Holmes no tuvo que esperar mucho para ver que, en verdad, el buen Doctor estaba enojado; lo vio ni bien asomó la mirada hacia la entrada del hospital, semblante serio para quien no le conozca o no se aun maestro de la observación. Ira controlada y ocultas las líneas de la boca por el bigote bien cuidado y caminando de un lado a otro, como felino enjaulado.
Mycroft Holmes se bajó del carro y se acercó al Doctor, saludándolo, y este le llevó adentro para mostrarle el cuarto de recuperación de su hermano menor.
-Doctor Watson, lamento mucho que las veces que nos vemos son por cosas tristes o desdichadas.
-Opino lo mismo Señor Holmes, y…-
-Mycroft está bien-
-Bien, Mycroft entonces; aquí es. Esta dormido, como puede ver, pero ha tenido momentos de lucidez en el día- el Doctor hizo una parada y consideró por unos segundos las palabras que estaba a punto de decir- Le importaría quedarse con él? Tengo asuntos que atender y debo informar a la Señora Hudson como sigue su inquilino.- le pregunto el doctor, mientras checaba a Holmes rápida y eficientemente, como si no fuera más que un paciente adicional en su lista, y tomaba su abrigo y sombrero.
-Estaba por sugerir lo mismo - dijo Mycroft mientras se sentaba junto a la cama- ¡Ah! ¿Y Doctor?
-¿Señor?- preguntó el ex soldado que estaba ya en la puerta. Mycroft sonrió para sus adentros con el “Señor”. John Watson- educado y formal hasta el último minuto.
-Gracias Watson. Sé que mi hermano puede ser un poco…desesperante por momentos, pero sé que le está muy agradecido-
Los ojos de Watson se movieron a la cara de Holmes y permanecieron en él un par de segundos, haciendo fácil la tarea de Mycroft para deducirlo y saber que el hombre tenía ya 30 horas despierto mínimo, y 12 sin comer. Sin embargo, en ellos había algo más que decepción y enojo; preocupación con un poco de desesperación. Con una risa baja, corta y burlona, el Doctor volvió la mirada al hermano mayor un segundo antes de bajarla y habló:
-Mas que desesperante. Y usted lo conoce más que yo. Esta por demás decir que hable con él, ya que es decepcionantemente obvio que no me escucha, no lo hizo antes y no lo hará en el futuro. Tengo que irme, él lo sabe, hay una paciente esperándome, pero estaré en contacto.- Y con eso, se marchó
Mycroft fue a pararse discretamente junto a la ventana.
-Bien Sherlock, ya puedes dejar de fingir, se que estas despierto- dijo Mycroft en cuando vió al Doctor subirse a un carro.
Sherlock Holmes abrió los ojos de inmediato y miró a su hermano
- Bah! ¡Qué aburrido eres! Al menos sé que mi actuación engaño al que era importante engañar-Sherlock se veía, si bien un poco pálido y cansado, perfectamente lúcido, y si estuviera vestido con algo más que ropas de enfermo, podría pasar por un caballero pálido pero dentro de lo que uno llamaría sano.
- Si tú dices hermano mío, y ahora, ¿Qué piensas hacer? ¿Fue estupidez total lo que te llevó a que te pasaras con tu dosis del veneno con el que te afectas con tanto cariño y frecuencia, o fue para alejarle? Me atrevo a decir que esta terriblemente enojado contigo y que, aún para un hombre con su carácter, es difícil ver como un ser querido rompe su promesa.
- Lo sabes ya, entonces- respondió el detective, con voz afectada
-¿Qué? ¿Que ese hombre te adora desde que lo conocí o que por fin decidiste corresponderle y podrían en este momento, a merced de un momento de descuido, ser enjuiciados y mandados a prisión en trabajos forzados?
-Bien bien, no hay porque ser tan presuntuoso Mycroft, no conmigo y ciertamente no ahora. Y no, fue todo un mal entendido en nuestro…arreglo. Eso y la compra del “veneno” como tan dramáticamente lo anuncias, en otra droguería. De todas formas, necesito tu ayuda hermano.
-¿Pensó que le habías engañado y que te habías visto con otro hombre?- adivinó el hermano mayor
-Lo contrario hermano. Ahora, y después de varias platicas-
-Algo animadas me imagino-
-Animadas de verdad, sé que no es esta la situación que se presenta. Pero aun así, John se niega a decirme quien es y porque le busca con tanta insistencia ese hombre. De verdad, hermano creo que esta en un prob-
De pronto la puerta de la habitación se abrió y una figura masculina, sólida y alta apareció en la entrada.
Mycroft trató de ver la expresión de su hermano para ver si sabia quien era el extraño que había entrado en una habitación como si fuera la suya, cuando vió que sacaba un revolver de su abrigo y con pulso tembloroso les apuntó.
-¿Q-q-quien d-de ustedes e-es Holmes?- pregunto el inseguro extraño, pálido de unos treinta años, contador de ingresos modestos y con tres gatos. Mycroft deseó cuando menos estar de pie, y estaba seguro que su hermano estaba deseando lo mismo y lo hubiera conseguido de no ser por su estado de salud, que aun cuando lo disimulaba, la ligera sobredosis le había afectado.
-Me gustaría que primero guardaras eso y nos dijeses quien eres tú para-
-¡BRENT! ¡¿Qué crees que estás haciendo hombre?!- gritó una voz cerca del cuarto, seguido por el Doctor Watson, y Mycroft estaba seguro que esa era el tono que el Capitán Watson alguna vez usó. Desesperada y autoritaria. Imponente, y de pronto recordó porque Sherlock no encontró muy difícil encariñarse con el Doctor, pues era el único tipo de hombre que su hermano alguna vez respetó. Imponente cuando lo deseaba ser, y que sin lugar a dudas estaba usando. Una mirada a su hermano, le mostro que en verdad, estaba enamorado totalmente por primera vez en su vida.
Los momentos que siguieron fueron de los mas angustiosos de su vida, y lo único que le dio tiempo de hacer fue pararse.
Watson llegó a confrontar al hombre que les amenazaba y en menos de un segundo la pistola estaba ya hacía su pecho
-¡WATSON! - Fue lo único que pudo alcanzar a decir Sherlock
El extraño dirigió una mueca hacia Watson que sólo después Holmes supuso era una sonrisa burlona desfigurada por la ansiedad y el miedo y volteó la pistola hacia él, presionando ya el gatillo.
-¡NO! - el doctor enseguida golpeo la mano del extraño, desviando el bala que fue a incrustarse a medio metro de Sherlock y comenzó el forcejeo por la revolver; Sherlock suponía que el tal “Brent” no debía ser un hombre de mucha fortaleza física, pero sabía que aun cuando Watson era fuerte, había tenido una lesión en su hombro herido ya de por si en la Guerra. Intercambiaron golpes y cuando Brent empezó a ahorcar al ex soldado con una mano el revólver se disparó de nuevo y el forcejeo paró.
-Watson, amigo…- el Detective y su hermano mayor se acercaron rápidamente.
Y para gran alivio de ambos, fue el Doctor quien reaccionó, aunque lentamente por la falta de oxigeno.
-Es…toy bien Holmes- entre ambos lo pararon y lo sentaron en la cama.
-Me encargaré de esto Sherlock. Tú...- dijo Mycroft, y una vez mas Sherlock le estaba muy agradecido. Se volteó al doctor y vió que este hacia ademanes de acercarse al hombre caído.
-No John, está muerto. Sé que estás molesto conmigo ahora, pero por favor, explícame quie- empezó Holmes
-Bien sabes lo que me significas para mi Sherlock. Y sabes lo que he dado y daría por complacerte.-Sherlock asintió y lo animó a continuar- Pero en esto, te pido paciencia y tiempo. Basta decir que es-era un miembro de la familia Watson, no muy cercano, y que había descubierto la naturaleza de nuestra asociación por descuido mío, mala suerte y lo confirmó por tu reciente…accidente.
Sherlock Holmes consideró por unos minutos la situación. Los enigmas le eran irresistibles y por algunos detalles podía adivinar la mitad de este, sus causas, pero necesitaba información que podria conseguir fácilmente de John. Sabía también que si lo deseaba, probablemente obtendría la información por otros medios.
Jamás traicionaría a John así.
El Detective tomó su mano y la apretó.
-Esperare cuanto necesites, prometo no investigar más- dijo solemnemente Sherlock- y se que tal vez no me creas ahora pero… he tomado la decisión de dejar la cocaína también.
El Doctor sonrió tristemente.
Para: ana_ross
Título: De promesas y misterios a medias
Beta: Desgraciadamente carezco de ellos y creo que se nota :S
Universo: Libro-verse
Personaje/pareja: Holmes/Watson
Clasificación y/o Género: PG-13.
Resumen: Holmes se equivoca.
Disclaimer: Nada, absolutamente nada de esto es mío…es más ni siquiera la pc es mía! Ah y hago ni pretendo ganar $ con esto.
Advertencias: Mencion de slash y drogas pero nada explicito
Notas: Ermm estoy consciente que esto no es exactamente lo que decían
De promesas y misterios a medias
Con uniforme de traje negro y corbata, Nesbitt Bates, hombre de complexión sólida y cara estoica se acercó al ligeramente corpulento Señor de la casa, que estaba sentado frente a su escritorio, revisando oficios y misivas en varios idiomas.
Nesbit hacía lo posible por no perturbar al Señor, quien a pesar de ser increíblemente amable tenía muy poca tolerancia a la incompetencia y no era tímido en exteriorizarlo.
Pero si algo había aprendido en esa casa, era la prudencia.
-¿Señor? Telegrama para Usted- dijo Nesbit con toda la calma que le era capaz expresar
-Ahora no, Bates- respondió distraído Mycroft Holmes.
Nesbit dudó; ¡por supuesto que está ocupado!...pero probablemente sea mejor interrumpirlo ahora, que ser reprendido después, sobre un asunto que pudo haberse remediado.
-No quisiera incomodarlo, Señor Holmes, pero me parece que es importante- El Señor Holmes tomo por fin el telegrama y Nesbit respiró tranquilo de nuevo cuando el regaño no llegó.
Mycroft suspiró e hizo a un lado sus documentos. Cualquier otro sirviente, y ya le hubiera mandado con una reprimenda a hacerle té por la interrupción cuando obviamente trataba asuntos importantes que requerían su concentración. Bates, sin embargo, sin tener la inteligencia Holmesiana, era astuto y prudente, y si bien su escritura y tartamudeo no eran rasgos atractivos para un valet personal, si sabía distinguir entre lo importante, lo verdaderamente urgente y el resto de los asuntos. Tomó entonces el papel rectangular y lo saco de su sobre
-Gracias- El Mycroft mayor comenzó a leer y tuvo una sensación extraña…deja vú. Suspirando de nuevo, terminó su cigarrillo y el té negro que tomaba y se levantó para tomar un par de cosas.
- Ahora, si eres tan amable Bates, te agradecería que le llamaras al chofer, necesito ir a Saint Barts ahora- Ah! Y gracias por mostrarme la misiva. Era de vital importancia.
De verdad, para las grandes cantidades de inteligencia legada, la astucia y la gracia de movimientos, los sentidos entrenados y altamente funcionales y para su gran aplomo, Sherlock carecía en forma directamente proporcional el autocontrol en ese sentido y la vergüenza. Una verdadera lástima, en opinión de Mycroft.
INTERÉS EN ST BARTS. COCAINA DE NUEVO. SALUD SEGURA DE MOMENTO. JHW
-Aun por telegrama, el Doctor no suele ser tan parco - Pensó Mycroft, mientras viajaba por Londres- Debe estar molesto. Y DE NUEVO; fueron las palabras que escogió-
Holmes no tuvo que esperar mucho para ver que, en verdad, el buen Doctor estaba enojado; lo vio ni bien asomó la mirada hacia la entrada del hospital, semblante serio para quien no le conozca o no se aun maestro de la observación. Ira controlada y ocultas las líneas de la boca por el bigote bien cuidado y caminando de un lado a otro, como felino enjaulado.
Mycroft Holmes se bajó del carro y se acercó al Doctor, saludándolo, y este le llevó adentro para mostrarle el cuarto de recuperación de su hermano menor.
-Doctor Watson, lamento mucho que las veces que nos vemos son por cosas tristes o desdichadas.
-Opino lo mismo Señor Holmes, y…-
-Mycroft está bien-
-Bien, Mycroft entonces; aquí es. Esta dormido, como puede ver, pero ha tenido momentos de lucidez en el día- el Doctor hizo una parada y consideró por unos segundos las palabras que estaba a punto de decir- Le importaría quedarse con él? Tengo asuntos que atender y debo informar a la Señora Hudson como sigue su inquilino.- le pregunto el doctor, mientras checaba a Holmes rápida y eficientemente, como si no fuera más que un paciente adicional en su lista, y tomaba su abrigo y sombrero.
-Estaba por sugerir lo mismo - dijo Mycroft mientras se sentaba junto a la cama- ¡Ah! ¿Y Doctor?
-¿Señor?- preguntó el ex soldado que estaba ya en la puerta. Mycroft sonrió para sus adentros con el “Señor”. John Watson- educado y formal hasta el último minuto.
-Gracias Watson. Sé que mi hermano puede ser un poco…desesperante por momentos, pero sé que le está muy agradecido-
Los ojos de Watson se movieron a la cara de Holmes y permanecieron en él un par de segundos, haciendo fácil la tarea de Mycroft para deducirlo y saber que el hombre tenía ya 30 horas despierto mínimo, y 12 sin comer. Sin embargo, en ellos había algo más que decepción y enojo; preocupación con un poco de desesperación. Con una risa baja, corta y burlona, el Doctor volvió la mirada al hermano mayor un segundo antes de bajarla y habló:
-Mas que desesperante. Y usted lo conoce más que yo. Esta por demás decir que hable con él, ya que es decepcionantemente obvio que no me escucha, no lo hizo antes y no lo hará en el futuro. Tengo que irme, él lo sabe, hay una paciente esperándome, pero estaré en contacto.- Y con eso, se marchó
Mycroft fue a pararse discretamente junto a la ventana.
-Bien Sherlock, ya puedes dejar de fingir, se que estas despierto- dijo Mycroft en cuando vió al Doctor subirse a un carro.
Sherlock Holmes abrió los ojos de inmediato y miró a su hermano
- Bah! ¡Qué aburrido eres! Al menos sé que mi actuación engaño al que era importante engañar-Sherlock se veía, si bien un poco pálido y cansado, perfectamente lúcido, y si estuviera vestido con algo más que ropas de enfermo, podría pasar por un caballero pálido pero dentro de lo que uno llamaría sano.
- Si tú dices hermano mío, y ahora, ¿Qué piensas hacer? ¿Fue estupidez total lo que te llevó a que te pasaras con tu dosis del veneno con el que te afectas con tanto cariño y frecuencia, o fue para alejarle? Me atrevo a decir que esta terriblemente enojado contigo y que, aún para un hombre con su carácter, es difícil ver como un ser querido rompe su promesa.
- Lo sabes ya, entonces- respondió el detective, con voz afectada
-¿Qué? ¿Que ese hombre te adora desde que lo conocí o que por fin decidiste corresponderle y podrían en este momento, a merced de un momento de descuido, ser enjuiciados y mandados a prisión en trabajos forzados?
-Bien bien, no hay porque ser tan presuntuoso Mycroft, no conmigo y ciertamente no ahora. Y no, fue todo un mal entendido en nuestro…arreglo. Eso y la compra del “veneno” como tan dramáticamente lo anuncias, en otra droguería. De todas formas, necesito tu ayuda hermano.
-¿Pensó que le habías engañado y que te habías visto con otro hombre?- adivinó el hermano mayor
-Lo contrario hermano. Ahora, y después de varias platicas-
-Algo animadas me imagino-
-Animadas de verdad, sé que no es esta la situación que se presenta. Pero aun así, John se niega a decirme quien es y porque le busca con tanta insistencia ese hombre. De verdad, hermano creo que esta en un prob-
De pronto la puerta de la habitación se abrió y una figura masculina, sólida y alta apareció en la entrada.
Mycroft trató de ver la expresión de su hermano para ver si sabia quien era el extraño que había entrado en una habitación como si fuera la suya, cuando vió que sacaba un revolver de su abrigo y con pulso tembloroso les apuntó.
-¿Q-q-quien d-de ustedes e-es Holmes?- pregunto el inseguro extraño, pálido de unos treinta años, contador de ingresos modestos y con tres gatos. Mycroft deseó cuando menos estar de pie, y estaba seguro que su hermano estaba deseando lo mismo y lo hubiera conseguido de no ser por su estado de salud, que aun cuando lo disimulaba, la ligera sobredosis le había afectado.
-Me gustaría que primero guardaras eso y nos dijeses quien eres tú para-
-¡BRENT! ¡¿Qué crees que estás haciendo hombre?!- gritó una voz cerca del cuarto, seguido por el Doctor Watson, y Mycroft estaba seguro que esa era el tono que el Capitán Watson alguna vez usó. Desesperada y autoritaria. Imponente, y de pronto recordó porque Sherlock no encontró muy difícil encariñarse con el Doctor, pues era el único tipo de hombre que su hermano alguna vez respetó. Imponente cuando lo deseaba ser, y que sin lugar a dudas estaba usando. Una mirada a su hermano, le mostro que en verdad, estaba enamorado totalmente por primera vez en su vida.
Los momentos que siguieron fueron de los mas angustiosos de su vida, y lo único que le dio tiempo de hacer fue pararse.
Watson llegó a confrontar al hombre que les amenazaba y en menos de un segundo la pistola estaba ya hacía su pecho
-¡WATSON! - Fue lo único que pudo alcanzar a decir Sherlock
El extraño dirigió una mueca hacia Watson que sólo después Holmes supuso era una sonrisa burlona desfigurada por la ansiedad y el miedo y volteó la pistola hacia él, presionando ya el gatillo.
-¡NO! - el doctor enseguida golpeo la mano del extraño, desviando el bala que fue a incrustarse a medio metro de Sherlock y comenzó el forcejeo por la revolver; Sherlock suponía que el tal “Brent” no debía ser un hombre de mucha fortaleza física, pero sabía que aun cuando Watson era fuerte, había tenido una lesión en su hombro herido ya de por si en la Guerra. Intercambiaron golpes y cuando Brent empezó a ahorcar al ex soldado con una mano el revólver se disparó de nuevo y el forcejeo paró.
-Watson, amigo…- el Detective y su hermano mayor se acercaron rápidamente.
Y para gran alivio de ambos, fue el Doctor quien reaccionó, aunque lentamente por la falta de oxigeno.
-Es…toy bien Holmes- entre ambos lo pararon y lo sentaron en la cama.
-Me encargaré de esto Sherlock. Tú...- dijo Mycroft, y una vez mas Sherlock le estaba muy agradecido. Se volteó al doctor y vió que este hacia ademanes de acercarse al hombre caído.
-No John, está muerto. Sé que estás molesto conmigo ahora, pero por favor, explícame quie- empezó Holmes
-Bien sabes lo que me significas para mi Sherlock. Y sabes lo que he dado y daría por complacerte.-Sherlock asintió y lo animó a continuar- Pero en esto, te pido paciencia y tiempo. Basta decir que es-era un miembro de la familia Watson, no muy cercano, y que había descubierto la naturaleza de nuestra asociación por descuido mío, mala suerte y lo confirmó por tu reciente…accidente.
Sherlock Holmes consideró por unos minutos la situación. Los enigmas le eran irresistibles y por algunos detalles podía adivinar la mitad de este, sus causas, pero necesitaba información que podria conseguir fácilmente de John. Sabía también que si lo deseaba, probablemente obtendría la información por otros medios.
Jamás traicionaría a John así.
El Detective tomó su mano y la apretó.
-Esperare cuanto necesites, prometo no investigar más- dijo solemnemente Sherlock- y se que tal vez no me creas ahora pero… he tomado la decisión de dejar la cocaína también.
El Doctor sonrió tristemente.