Feb 13, 2010 10:08
2
Ziva no entendía. Él, al contrario, entendía demasiado bien. Le creía, pero dolía. Había jugado con él, lo había engañado y por cuatro años había seguido haciéndolo.
La joven agente Mossad había desafiado el instinto del viejo marine, había confundido su pensamiento, le había mentido y él le había creído.
No era la mentira sobre el reporte falso que había hecho, ni tampoco sobre su misión en Estados Unidos la que dolía. Eran cuatro años de confianza ciega basados en una traición que de no ser por una revelación externa, nunca hubiera confesado.
No podía evitar pensar en ello cuando la miraba en la oficina, en el que fuera su escritorio cuatro años, el antiguo escritorio de Kate. Al mirarla sonreír, se preguntaba cuándo las sonrisas se habían hecho reales y cuántas habían sido parte de su papel.
Cuando demostraba lo buena investigadora que había hecho de ella, se preguntaba si había tenido que enviar informes sobre sus progresos a su padre.
Recordaba la sonrisa de suficiencia de Eli David cuando le había dicho que Ziva era una de los suyos.
Pero cuando ella le dirigía esa mirada desconsolada, llena de esperanzas frustradas y de anhelo palpante, los recuerdos de Gibbs eran distintos.
Era el estremecimiento del su llanto desconsolado entre sus brazos, recordando al hermano asesinado (y la mentira que por un año había guardado).
Era su voz cargada de ruego llamándole a México para que le ayudara (segura que por su deuda él cumpliría, ella le había salvado la vida y la memoria).
Era su abrazo al volver a NCIS, después de su regreso forzado a Mossad (a continuar una misión que no debió terminar).
Gibbs no podía evitar la amargura que significaba ahora recordar. Aquel secreto, lo había manchado todo.
3
Ziva ya no esperaba que Gibbs la ayudara. Él ya no lo haría, ella nunca lo había merecido, y ahora él lo sabía.
Estaba cansada, la vida se prolongaba demasiado. No quería ya nada más, que llegara el castigo, que aquello tuviera un final.
Cuando se encontró en esa habitación con Bidon y con Gibbs, pensó que el momento finalmente había llegado.
Sin embargo, a pesar de su tono de furia, su expresión de desprecio y su vibrante desconfianza, Ziva empezó a sentir algo de confianza cuando vio que no estaba dirigida a su persona.
Un deje de esperanza se permitió aparecer en su mente, y la ilusión de que Gibbs se interpondría entre la fatalidad y ella empezó a latir en su pecho.
Cuando Gibbs con sus palabras abrió la brecha definitiva entre su pasado y su presente, Ziva no pudo evitar sentir que una vez más, él la había salvado.
4
Ziva sufría, y podía verlo con claridad. Pero también había sufrido todos esos años, y él no lo había sabido interpretar.
La experta del engaño, había sido la maestra del sufrimiento. Criada para ser un arma, formada para no tener alma, diseñada para espiar, enviada a matar.
Sin embargo, por cuatro años, él había visto más allá. Había conocido a la Ziva dulce, bondadosa y preocupada. A la chica atrevida, valiente y decidida. A la extranjera confundida, ingenua y esforzada.
Una mujer que se encontraba con un mundo que antes no había conocido, que se le había negado, a cambio de destrucción, mentiras y muerte.
Gibbs sabía bien quién era el responsable de todo. Aquel que no estaba allí ahora para recoger los pedazos de su obra fallida.
Ziva había sido engañada, utilizada y traicionada.
No sería él quien le diera ahora la espalda.
El secreto que en un inicio había sentido como su traición suprema, era en realidad el lazo con el que Eli David les había unido.
5
Su mano era cálida y suave, un tacto delicado a pesar de la piel maltratada y curtida. Ziva tenía miedo de mirarlo a los ojos, aunque la sensación de alivio y de gratitud eran inmensas. Sin embargo, había sido tanto el dolor, la desconfianza y el recelo que no quería verlos allí de nuevo.
Su tono era suave y le transmitió una confianza que desde hacía muchos meses atrás no sentía. Su miedo no era justificado, porque en su mirada no había más que el cariño y la comprensión que desde su regreso había esperado.
Hablar dolía, pero sanaba, porque podía ver en sus ojos, que ahora le creía.
En esta ocasión, ella no se había ganado su confianza. Él se la había entregado voluntariamente, y ella no lo defraudaría.
Era el inicio de una nueva vida.
fandom: ncis,
personaje: jethro gibbs,
shipper: ziva/gibbs,
personaje: ziva david