Fandom: Harry Potter
Historia: Cazadores de mitos I
Personajes: Lily Potter, Teddy Lupin, Lyssander Scamander
Notas mías: esta será una historia larga, este es a penas el primer capítulo, mañana pondré el segundo, y espero seguir a buen ritmo. Participa con 2297 palabras para el
quinesob .
I
El número doce de Grimmuald Place había sufrido tantos cambios que resultaba irreconocible para cualquiera que no hubiese vivido el proceso. De otra manera, sería imposible para cualquiera reconocer en esa brillante y alegre vivienda la tétrica mansión que había servido de base a la segunda Orden del Fénix.
Ese día estaba a rebozar, como siempre que la familia al completo se reunía. Y es que entre primos y amigos, eran un número considerable de personas. Se encontraban por toda la casa, excepto el despacho de Harry, el cual prefería mantener cerrado. Desde que estaban pequeños temió encontrarse con algún papel del ministerio convertido en un avión de papel, o alguna tragedia parecida. No había perdido la costumbre ahora que todos habían crecido.
La celebración en aquella ocasión estaba bastante animada. A pesar de que todos los primos eran ya adultos con múltiples ocupaciones, siempre encontraban momentos para reunirse a celebrar cuando le sucedía algo bueno a uno de ellos, y la graduación de Lily Potter como experta en encantamientos era todo un acontecimiento.
Aunque a algunos de los presentes la idea de que la pequeña Lily fuera ahora una bruja de 20 años con su título bajo el brazo como experta en encantamientos (con énfasis en la aplicación como contra maldiciones) resultara difícil de asimilar.
Teddy Lupin era una de esas personas. Sentado en las gradas, viendo a Lily reír mientras hablaba con Molly y Lucy a un lado del a sala, no podía evitar recordar el día en que su abuela lo había llevado a conocer a la recién nacida hija de su padrino.
-No debes sentirte viejo - dijo una voz calmada al lado suyo - Son poco más de nueve años, aunque parezcan más.
Se giró sobresaltado. Lyssandar estaba detrás suyo. A veces le asustaba la capacidad que tenía el chico para ahondar en la mente de las personas y dar en el clavo. Hasta donde sabía no tenía grandes habilidades de legeremencia, pero como su padrino le había dicho muchas veces, tenía algo más: los genes de Luna Lovegood.
-No me siento viejo - rebatió Teddy frunciendo el ceño, tratando de adquirir una expresión ligeramente molesta.
-¿Ah no? Serás el único. Tío Ron me lo ha dicho tantas veces que ya no sé que responderle.
Se sobresaltó una vez más cuando sintió una suave mano en el hombro, y la voz alegre y firme de Lily dijo esas palabras. Volteó la cabeza para encontrarse con la sonriente chica, quien lo veía mientras sostenía una cerveza de mantequilla a la mitad en la otra mano.
-¡Felicidades, Lily! Has estado tan ocupada que no he encontrado momento para decírtelo.
-Gracias Ted - le respondió ella estrechando ligeramente su hombro. Estaba tan radiante que no parecía posible que dejara de sonreír.
-Felicidades, Lily. - repitió Lyssander dedicándole una tímida sonrisa. Era a penas un año menor que ella, pero siempre había resultado algo apartado del grupo, al contrario de su hermano gemelo Lorcan - Espero que puedas usar tu título para hacer lo que realmente quieres.
A Lily siempre le había gustado hablar con los hermanos Scamander. Tan distintos entre sí como una gota de agua y una gota de aceite, pero tan especiales los dos. Lyssander era así: profundo, reflexivo, directo al punto de ser incómodo.
-Creo que sabré usarlo para ello Ly, gracias. - dijo la chica - Supongo que tengo un plan.
-¿Ah sí? - Teddy la miró con interés - ¿Cuál es el plan de la pequeña de la familia?
La pelirroja le jaló la oreja con suavidad, dándole un pequeño pellizco.
-Hacer que dejen de llamarme “la pequeña de la familia”, me parece un buen inicio.
Se sentó en la grada al lado de Teddy, mientras Lyssander continuaba de pie tras ellos, con el codo apoyado en el pasamanos, mirando hacia el resto de la familia reunida.
-¿Has pensado cómo hacerlo? - preguntó el mayor de los tres con verdadero interés.
Siempre había tenido un cariño especial por los hijos de su padrino, aunque Lily fuera con la que menos contacto había tenido, ya que estaba asistiendo a Hogwarts cuando ella estuvo en edad de jugar como sus hermanos.
Lily agitó su cerveza de mantequilla, le dio un trago, y luego respondió.
-Hay varias opciones… pensé en pedir trabajo en Gringotts, rompiendo maldiciones y encantamientos, como hacía el tío Bill.
-¿Gringotts? - Teddy frunció el ceño - No te veo trabajando en un lugar tan formal como ese.
-¿Eso qué se supone que quiere decir? - replicó ella con un fingido tono molesto, aunque su sonrisa divertida la delataba - No busco la parte seria del trabajo. Busco la aventura. No me quedaría a romper maldiciones en Reino Unido, Ted. Hay todo un mundo mágico allá afuera, con cientos de lugares en los cuales necesitan a alguien como yo. Has oído las historias de tío Bill sobre Egipto… Quiero eso. Conocer lugares, otras culturas mágicas, otras formas de encantamientos…
Los ojos cafés de la chica brillaban de emoción, y en el tono de su voz se notaba que la sola idea la apasionaba intensamente.
Pero a Ted no terminaba de agradarle.
-Pero… estarías demasiado tiempo lejos, ¿no? Y no es un trabajo fácil, o sin riesgos. La familia estaría muy preocupada.
Lily asintió mientras tomaba otro trago de su cerveza.
-Lo sé.
-Tampoco es como que estés acostumbrada a estar tanto lejos de casa. - prosiguió Teddy - No es que crea que no puedas hacerlo, pero será difícil… ¿por qué no intentar algo más sencillo primero?
-La juventud es la etapa donde podemos arriesgar y tomar decisiones libremente - dijo la voz soñadora de Lyssander detrás de ellos. Ambos habían olvidado su presencia, y Teddy no la agradeció particularmente en ese momento.
-Gracias Ly. - repuso Lily con un tono amable, aunque su mirada seguía fija en Teddy y se estaba tornando dura - Es bueno ver que alguien entiende lo que quiero.
-Quieres independencia y aventura - repuso el chico mirándola - Pero no entiendo por qué usas una entidad como un banco para eso. En Gringotts hay poca libertad.
Por un momento Teddy temió que el chico empezara a numerar una serie de conspiraciones en las que el banco de los gnomos estaba -supuestamente- implicado, pero no lo hizo. Se mantuvo mirando a Lily con interés, como si la respuesta se fuera a escribir sobre su rostro mientras la veía.
-Pues… - la pelirroja no lo había visto de esa manera - Es una buena opción. Si tío Bill me recomienda…
-…seguirás siendo la pequeña de la familia - terminó Lyssander por ella. - Deberías ir por tu cuenta. Como Lorcan.
Teddy se tensó ante la última sugerencia. Lorcan Scamander no era precisamente la persona que habría considerado como un ejemplo a seguir en cuanto a carrera vocacional. Con 19 años había hecho las maletas y le había anunciado a sus padres que se iba a recorrer el mundo. Los dos le habían deseado buena suerte y le habían pedido que escribiera de vez en cuando, para saber que seguía vivo.
Los Scamander eran extraños, Teddy siempre lo había pensado. Simpáticos, confiables y especiales, pero extraños.
Había visto a Lorcan en varias ocasiones durante esos dos años. Solía visitar con frecuencia a sus padres y su hermano, entre “aventura y aventura”, como él las llamaba.
-Lorcan no tiene un trabajo real - rebatió Teddy.
-Es un cazador de mitos. - replicó Lyssander con calma, como si su única intención fuera informar a Teddy. Probablemente así era.
Teddy no replicó. Su mirada se había quedado fija en la expresión de Lily, que ante las palabras de su amigo se había quedado mirando el vacío, ausente.
Cazadora de mitos. Eso, en una mente sedienta de independencia y aventura, debía sonar demasiado bien.
-Bueno Lily, no tienes que tomar esas decisiones hoy en la noche, ¿no crees? - dijo con la esperanza de alejar sus pensamientos de esa dirección - Hoy es para celebrar tu graduación. ¿Te apetece bailar? Creo que Fred ha puesto el tocadiscos en la biblioteca.
-Claro - Lily acabó su cerveza y se levantó - ¿Vienes Ly?
-No - replicó el chico negando con suavidad, con la mirada todavía en el grupo al otro lado del salón. Lily siguió su mirada para encontrarse con su prima Rose riendo animadamente, y rodó los ojos.
-De acuerdo, nos vemos ahora.
Se dirigió hacia la biblioteca seguida por Teddy, quien suspiró aliviado de deshacerse de Lyssander aunque fuera por un rato. Ese chico lo ponía inquieto.
En la biblioteca estaban efectivamente bailando al ritmo del viejo tocadiscos que el abuelo Weasley había compuesto días atrás. Fred estaba bailando con Victoire, quienes le dirigieron una sonrisa mientras el chico le dejaba claro a Ted que no pensaba renunciar a su pareja de baile.
Haciendo caso omiso pero sonriéndoles Teddy y Lily empezaron a bailar. Les salía de forma natural, unos años atrás había sido él quien había enseñado a la pelirroja a hacerlo, en ese mismo salón.
Los dos lo recordaron en ese momento. Teddy tenía más presente que nunca ese día como había estado presente a lo largo del desarrollo de la chica. Le parecía casi imposible creer que la mujer que tenía ese momento tomada de la mano mientras bailaban era la misma chica algo torpe a quien había tratado de enseñar en ese salón para que no tuviera problemas en el baile de conmemoración del final de la segunda guerra.
Lily tenía ese día grabado en la memoria. Al fin tenía suficiente edad para ir al baile, y James había empezado a molestarla porque no sabía bailar. Teddy lo había escuchado y le había dicho que la enseñaría, aunque él no fuera un bailarín experto.
Ese día, la menor de los Potter se había dado cuenta de lo linda que era la sonrisa del chico. De que a pesar de su cambiante aspecto, sus ojos eran siempre cálidos y amables. Que podía confiar en que no la dejaría caer, y que sus manos firmes sabían guiarla. Fue la primera vez que se preguntó cómo sería abrazarlo y colar los dedos entre su cabello multicolor.
Le había costado mucho sacarse esas ideas de la cabeza, y aceptar que Teddy era mucho mayor que ella, y poco después era también el novio de su prima mayor, no había sido fácil. Pero ahora, con 20 años y todo el futuro por delante, no podía dejar de repetirse que era algo superado.
Aunque, pensándolo bien, si estuviera superado no tendría que repetírselo constantemente ahora que estaba bailando con él otra vez.
Tal vez por eso sólo bailaron un par de piezas antes de sentarse a un lado a descansar. Lily descubrió que el chico seguía con la mirada a Fred y Victoire, que parecían incansables. También fue consciente entonces de que aquello la ponía de mal humor.
-¿Por qué no estabas con Victoire? - preguntó tratando de alejar su mente de esos pensamientos.
Le pareció que tardaba un momento en entender la pregunta, pero finalmente le devolvió la mirada y contestó con fingida indiferencia.
-Oh… no vinimos juntos - dijo simplemente.
Lily rodó los ojos.
-Nunca los he entendido. Digo, ¿cuántos años son ya?
Al chico lo tomó por sorpresa el comentario. Sabía que toda la familia solía cuestionarse sobre la relación que mantenía con la mayor de las primas, pero aparte de los indiscretos comentarios de la abuela Weasley y algunas burlas por parte de James o Fred, los demás no solían hacer mención al tema.
-¿Qué quieres decir?
Lily no sabía bien por qué llevaba la conversación en esa dirección, pero tenía tanto tiempo pensándolo que no supo callarlo.
-Supongo que si puedes opinar sobre mi futuro, puedo decir yo algo del tuyo.- dijo con la mayor indiferencia posible - Me parece que le tienes miedo al compromiso, Teddy Lupin.
Teddy y Victoire habían mantenido una extraña relación por bastantes años. Tras un noviazgo dulce y constante de unos dos años, la salida de la chica de Hogwarts había empezado a cambiar su situación. Las cosas se habían empezado a descomponer. Cada uno tenía sus obligaciones, menos tiempo para verse, a veces incluso menos ganas.
De un noviazgo formal pasaron a una serie de encuentros y salidas casuales, y poco había cambiado desde entonces. No salían con otras personas con frecuencia. Ninguno de los dos tenía mucho interés tampoco. Victoire tenía un futuro prometedor en la moda mágica inglesa, y la boutique que tenía con su hermana iba en viento en popa, pero exigía toda su atención. Teddy tenía un puesto importante en el Departamento de Protección de los Derechos de las Criaturas Mágicas en el Ministerio, que absorbía todas sus fuerzas.
Sin embargo, seguían juntos, a pesar de estar separados. Era una situación que desesperaba a la familia en pleno.
-No soy yo el que está pensando en largarse de aventurero a recorrer el mundo sin importarle lo que deja atrás - dijo el chico arqueando las cejas, desviando el tema deliberadamente.
-Me importa lo que dejo atrás. - le corrigió Lily, empezando a sentirse molesta - Es más, podría decir que lo haría para dejarlo atrás.
-Pero… ¿por qué? - Teddy estaba teniendo fuertes problema para entenderlo. ¿Cuál era la necesidad de huir? - ¡Tienes una gran familia!
Lily se levantó. Si le había comentado sus planes había sido buscando algo de apoyo, no que atacara los planes que venía maquinando desde hacía varios meses.
-Lo sé. Pero quiero ser algo más que parte de esta familia. Quiero ser yo. -la cara de incomprensión del joven terminó por exasperarla. De otra manera, no hubiera dicho lo siguiente - Supongo que eso te será difícil de entender, ya que tienes toda tu vida tratando de ser uno más de la familia.
Salió del salón, haciendo caso omiso a las miradas curiosas del resto de sus primos presentes. En las escaleras chocó con Lyssander, quien la miró un momento a los ojos, pero no dijo nada.