Fandom: Harry Potter
Título: guerra personal
Personajes: mi OTP, James/Lily
Notas mías: beso escrito para
dryadeh . Espero que haya quedado tan bien como aparecía en mi cabeza. La idea me llegó de golpe y tenía que escribirla aunque fuera contra mi plan original de escribir, pero ya se sabe, las musas mandan. Espero que te guste.
Cuando Dumbledore salió de la habitación el sonido de la puerta al cerrarse hizo eco en el silencio. Lily miró con aprensión a James, quien les había dado la espalda a ella y al director desde que este había hecho su última propuesta, y ni siquiera se había despedido de este cuando se fue.
Avanzó un par de pasos hacia él, aliviada de saber que Harry estaba dormido y probablemente no despertaría hasta dentro de una hora por lo menos.
-James…
-No puedo creer que realmente haya dicho eso, Lily.
La voz de James era temblorosa, aunque su esposa no sabía si se debía al miedo o a la furia. Probablemente a ambas cosas.
-James. Dumbledore sólo quiere lo mejor para nosotros y para Harry.
-Quiere que nos quedemos encerrados sin saber cuándo podremos salir. - apuntó James - Quiere que dejemos de luchar cuando esta lucha lo ha sido todo para los dos por años. ¡Y quiere que creamos que uno de nuestros amigos nos está traicionando!
Lily tomó aire, aquello no sería fácil.
-Voldemort quiere matar a nuestro hijo. Creo que eso amerita medidas especiales.
El mago se giró para verla a la cara.
-¡Voldemort quiere matar a nuestro hijo y Dumbledore quiere que yo me quede encerrado en casa mientras otros tratan de detenerlo! ¡Yo no soy así, Lily!
-Lo sé.
Los ojos verde esmeralda reflejaban firmeza, pero también miedo. Mucho miedo. James se mordió el labio inferior, e impulsivamente se acercó a su esposa y la abrazó estrechamente.
-Lo siento… La idea de que Harry y tú estén en peligro… No puedo quedarme sentado sabiéndolo Lily. - La mujer pensó que el cuerpo le dolería de lo duro que James la estrechaba, pero no le importaba. Era lo que necesitaba. Sentirse segura con él. ¿Es que no lo entendía? - He tomado una decisión.
Aparentemente no.
-¿Qué? - Lily se separó de él alarmada por el tono definitivo que había usado. Conocía ese tono, era el propio de los merodeadores, el que vaticinaba una locura que estaban decididos a llevar acabo - James, ¿de qué hablas?
-Tú y Harry se esconderán. Yo seré su Guardián Secreto. - miró hacia la ventana, con la mirada perdida entre la lluvia que caía fuera - Lucharé, y encontraré quien es el maldito traidor que hace a un mago como Dumbledore dudar de nuestros mejores amigos. Porque estoy seguro, y podría jurarlo por la varita de Merlín, que ni Peter, ni Sirius, ni Remus son traidores.
-No tienes que jurármelo, lo sé. ¡Pero James! ¡No puedes hacer eso! ¡No puedes hacernos eso!
Los ojos verde esmeralda de Lily Evans refulgieron con furia. La atención de James volvió a centrarse en ella alarmado.
-¿Qué cosa Lily?
-¡Dejarnos! ¡¿Es eso lo que quieres?! ¿Dejarnos a Harry y a mí atrás mientras tú y tus amigos pelean esta guerra?
James miró a su esposa perplejo. Hacía mucho tiempo no la veía tan enfadada de repente.
-¿Qué? ¡Quiero salvarlos!
-¡No! - Lily prácticamente se tiró sobre él, tomando su rostro entre las manos - ¿No has pensado lo que es para mí pensar en quedarme aquí mientras todos luchan? ¿Lo que sería quedarme aquí mientras tú luchas? ¡No puedes ser tan egoísta!
-¿Egoísta?
-¡Egoísta!
Lily no dijo nada más. Lo besó. Profunda y desesperadamente, como no lo hacía desde esa batalla en la que lo había creído muerto por un minuto. Era un beso que decía más que palabras, que hablaba del miedo, por ella, por él y por su hijo. Que hablaba de furia, de enojo de que quisiera dejarla. Que le decía a gritos que lo necesitaba a su lado para lo que fuera a pasar.
James no tuvo más opción que responder de la misma forma. Con su miedo, su furia, su necesidad. Su amor.
Supo entonces que su lugar era donde Lily estuviera.
Ella se separó de él unos milímetros mirándolo a los ojos. Podía ver los destellos verdes de sus ojos en el reflejo de los anteojos de su marido.
-Estamos juntos en esto, James. Si no quieres esconderte, no lo haremos, no me quedaré sola. Pero piensa en lo mejor para tu hijo, nuestro hijo.
James asintió mientras acariciaba los cabellos rojos de su esposa con suavidad.
-Lo siento, yo… Me vuelve loco pensar que algo pueda pasarles. Y pensar que uno de nuestros amigos sea sospechoso de traición…
Lily cubrió los labios de su esposo con su mano.
-Ni siquiera lo menciones. Sirius será el guardián secreto, tal como le dijiste a Dumbledore.
James asintió y repitió.
-Sirius será el guardián secreto, hablaremos con él cuanto antes. Dios, me volveré loco encerrado…
Lily sonrió y acarició su cabello, despeinándolo un poco más de lo que ya estaba mientras recordaba como la enfurecía cuando él lo hacía en el colegio.
-Estaremos juntos, encontraremos alguna manera de mantener la cordura.
James la miró a los ojos y sonrió. Lily era la fuerte de los dos. Era quien mantenía la cabeza cuando el mundo se descontrolaba, la que lo llevaba a buen puerto y le hacía ver lo idiota que podía ser.
Siempre había sido así y no cambiaría ahora. Quedarse junto a ella para proteger a su hijo era la mejor guerra que podía estar librando, aunque fuera por mucho, la más difícil.