Lo que más valoras - musguita
Notas mías: lo prometido es deuda. La segunda parte de la segunda prueba. O sea, fic sobre la amistad de Ron y Harry. Un poco tarde, pero seguro. Tu regalo.
Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora...
Harry se despertó sobresaltado. Ya eran varias noches que se despertaba porque la inquietante canción seguía en sus oídos. Había pasado mucho miedo y tensión en el lago. La incertidumbre de si podría salir contra la convicción de que no podía dejar a los otros ahí lo había torturado, y luego el temor de no poder salvar a Ron por la decisión que había tomado.
Se incorporó para asegurarse de que el pelirrojo estaba bien y no pudo evitar sonreír. Ahí estaba, contando por enésima vez su versión de lo sucedido en el lago a Neville. Harry notó que se había quedado dormido mientras supuestamente estudiaba en su cama.
-…entonces las sirenas se pusieron agresivas, claro, nada que no pudiera manejar, y…
Sonrió y se dio la vuelta para dormir. Ya podría escuchar la historia de nuevo al otro día. No le importaba oírla mil veces, su amigo estaba feliz, y estaba bien.
El peligro ahora era solo una pesadilla.
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Harry disfrutaba viendo como su amigo hablaba de lo sucedido en el lago. Eso de compartir la atención parecía hacerle sentir bien, aunque Hermione lo molestara al respecto. Ella no estaba de buen humor desde que empezaron a molestarla por ser lo más importante para Viktor Krum.
Sin embargo, los chicos descubrieron pronto que no era la única a la que molestaban.
-Así, Chang es lo más importante para Diggory. Granger para Krum.... ¿Y Weasley para Potter? Si se veía venir…
La primera vez que Harry oyó la comparación estaba en el baño de chicos. Un grupo de Slytherin estaba entrando y rieron al verlo allí. Decidió ignorarlos y salir de ahí de inmediato. Ron lo estaba esperando con Hermione afuera. Le preguntaron si algo le molestaba y respondió en seguida que no.
No quería saber lo que haría Ron si escuchaba esos comentarios. Probablemente algo que implicaría pérdida de puntos para Gryffindor y un buen castigo para su amigo.
Sin embargo, debió suponer que era imposible ocultar algo así, en especial cuando quien alienta los rumores es Draco Malfoy.
Supo que habría problemas en cuanto vio la sonrisa malintencionada del rubio cuando bajaron a las mazmorras. Tenía 4 años de conocerla y nunca fallaba. Aún era temprano, el profesor Snape no había abierto la puerta.
-¡Oh, ahí viene la pareja del año! - los Slytherin rieron ante el comentario del rubio y los Gryffindor se miraron entre sí sin entender.
-No sabía que ahora trabajaras para Corazón de Bruja - masculló Ron pasando sin ponerle atención.
-Oooh, ¿acaso necesitas uno? - dijo Draco ensanchando su sonrisa maliciosa - Imagino que querrás vender la exclusiva. Estoy seguro de que Skeeter te pagará muchos galeones por ella.
-¿De qué…? - Ron miró a sus amigos sin comprender. Hermione tenía el ceño fruncido, tratando de entender de qué hablaba. Harry hizo un movimiento de negación con la cabeza.
-¡Quizá hasta logres que tu familia no coma de basureros por un tiempo! - Draco rió con el coro de serpientes a su espalda haciéndole eco. Hermione lo sostuvo con firmeza, y Harry lo hizo desde el otro costado.
-¿Quieres hablar claro, Malfoy? ¿Qué tontería estás diciendo? - preguntó Dean acercándose al grupo.
Draco alzó mucho las cejas.
-¿Te interesa participar en el artículo, Thomas? Bien callado se lo tenían todos. ¿Encubriendo a la mascota de la casa? - negó y apuntó con el dedo a Harry como si fuera un niño pequeño que se habían portado mal - Muy mal Potter, supongo que no esperabas que por colarte en el Torneo de los Tres Magos te pusieran en evidencia…
-Cállate Malfoy. - dijo Harry apretando los puños - Sólo estás diciendo tonterías.
-¿Sabes de qué está hablando? - preguntó Ron mientras hacía otro tanto.
-¡Oh, pero miren que tiernos que son! - la chillona voz de Pansy se sumó a las burlas - Se cuidan el uno al otro…
En coro las chicas de Slytherin hicieron un tierno “awww” antes de soltarse a reír. Hermione soltó un debe “¡oh!” y Ron la miró un momento antes de comprender.
Malfoy rió con ellas.
-¡Mírenlo, se sonroja ahora que todos lo saben! Weasley, no deberías avergonzarte. Te has conseguido un novio con suficiente dinero para mantenerte a ti y sacarte de tu asquerosa familia. ¿Sabe ya su madre que su hijo es un maldito maricón?
No pudieron sostener más a Ron. El rubio recibió un puñetazo en la mandíbula y calló en el suelo cuando el gryffindor se le tiró encima. Harry se abalanzó de inmediato a tratar de separarlos.
El profesor de pociones eligió ese momento para abrir la puerta.
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Había acertado en cuanto a la reacción de Ron: muchos puntos menos y un severo castigo. Con lo que no había contado era con que él estaría castigado también.
Atacar a un estudiante era una falta grave. Ser un Gryffindor atacando un Slytherin frente a Severus Snape, era un gravísimo error. Ser el hijo de James Potter y su mejor amigo atacando a Draco Malfoy frente a Severus Snape, era un suicidio.
-Pudo ser peor - había dicho Hermione cuando les había llegado la nota con su castigo: limpieza muggle de todas las mazmorras. Calderos, servicios sanitarios, mesas de trabajo, piso y paredes incluidos. - Eso les pasa por hacer caso las estupideces de un clasista homofóbico y toda su calaña. Si fueran pareja, ¿qué más da? Y no me vean así, sé que no son pareja.
La chica lo había dicho muy seria, pero ambos amigos sabían que se había hecho mucha burla sobre el tema en el colegio, aunque no todos creyeran el rumor. Habían llegado a las mazmorras puntuales, después de maldecir durante todo el camino al profesor de pociones, a Draco Malfoy, a las familias sangre limpias y hasta al mismo Salazar Slytherin.
Snape les había dado su encargo con una sonrisa que rallaba lo malvado antes de retirarse, amenazando con volver 8 horas después.
-Es un mal nacido… - Ron no había parado de mascullar - Si se mordiera a si mismo se envenenaría, es una serpiente de los pies a la cabeza…
Harry había empezado ya a restregar las paredes con un cepillo y el preparado de agua y jabón que había hecho.
-…Malfoy otro gallo que tal canta. Inventarse semejante cosa… Que no tuvieras novia para estar en el fondo de lago no es un crimen, digo yo. Nadie dice nada de Fleur, que tuvieron que ponerle a su hermana.
-No estabas en el fondo del lago porque no tuviera novia. - empujó una palangana con agua y jabón hacia su amigo - Lava la otra pared.
Harry siguió su trabajo. Lo que faltaba, que Ron se considerara un objeto sustituto llenando el espacio de algo más importante. Se sumió en sus pensamientos sin percatarse de inmediato en lo callado que se había quedado Ron después de su comentario. Sin embargo, tras un par de minutos en silencio interrumpidos por una palabrota del pelirrojo al rasparse la mano y sentir el escozor de los líquidos limpiadores en ella, el chico se dio cuenta de que algo le sucedía.
-¿Qué te pasa?
-¿A mí? - el pelirrojo no lo miró, pero estaba avanzando en su trabajo - No me pasa nada.
Harry frunció el ceño.
-Hace un momento no parabas de hablar, y ahora…
-Tal vez me cansé de hablar - respondió a la defensiva. Pero Harry Potter no aceptaba ese tipo de respuestas.
-No, a ti te pasa algo - lo miró escrutadoramente - Tengo cuatro años de conocerte y nunca has parado, sólo cuando has visto una araña, y aunque no me extrañaría aquí, creo que no es el caso.
Ron se estremeció ante la mención de su animal más odiado. Sus orejas se tiñeron de rojo incómodo. No tenía intenciones de revelarle a su amigo lo que cruzaba por su mente.
-No me gusta el aseo muggle, eso es todo. - mintió el pelirrojo - No entiendo cómo no escapaste de casa de tus tíos si siempre te tenían haciendo esto.
-Lo hice, ¿recuerdas? Me atrapó el Ministro de Magia cuando llegué al Callejón Diagon. No fue precisamente un éxito de escapada.
Ron rió un poco. Harry se detuvo en lo que hacía y agregó.
-Aunque sí tuve una escapada exitosa. Pero tuve ayuda claro.
-Oh sí, de los gemelos y el auto de mi padre - dijo el pelirrojo sonriendo satisfecho.
-Bueno, y tuya.
Ron se encogió de hombros y Harry sonrió aunque el otro no lo notara. Ron era así, el amigo desinteresado que cuando hacía algo por él nunca pensaba que estaba haciendo algo extraordinario, ni pedía nada a cambio. Era susceptible cierto, y sus enfados podían ser terribles. Era cabezota y no solía dar su brazo a torcer, pero a la vez, era el mejor amigo que nunca había tenido.
Acabaron con las paredes y continuaron con las mesas. El pelirrojo se detuvo ante el campo que siempre utilizaba Draco Malfoy.
-¿No crees que podríamos hacer algo? - miraba el asiento con aspecto concentrado el asiento - Una broma, aunque sea pequeña…
-¿Cuántas bromas muggles conoces que Snape no vaya a detectar de inmediato? Porque te recuerdo que se llevó nuestras varitas.
-Maldición… - continuó la limpieza sin intentos de broma, aunque Harry podía jurar que el asiento del rubio slytherin había quedado un poco menos limpio que el resto.
-No deberías dejar que Malfoy te afecte tanto.
Ron rodó los ojos.
-Aquí viene otro sermón. Guárdatelo Harry. Ya tengo a Hermione para eso. ¿No te daba muchos sermones cuando…? Bueno, ya sabes.
Siempre evitaban hablar del tiempo que habían estado peleados. No había sido nada agradable para ninguno. Sin embargo no pudo evitar una sonrisa al recordar a la esforzada Hermione y sus sermones en esa época.
-Más de uno. Y te llevarás otro si sigues haciendo de esto un gran problema. Te llamará homofóbico.
Ron arrugó el gesto.
-No es eso. No tengo nada contra la gente que… bueno, contra esos.
-¿Entonces? - Harry arqueó las cejas y añadió con tono de broma - ¿Es que no soy tu tipo?
Rió cuando un poco de agua enjabonada le cayó en la cara. Ron se vio contagiado de su risa de inmediato.
-Evadiste mi pregunta.
-No eres mi tipo Harry. - respondió el pelirrojo - Las prefiero, hum… mujeres.
-No esa pregunta.
Ron se encogió de hombros.
-Pues es molesto porque no es lo que es. -se dio cuenta de que su frase no tenía sentido más que para él y añadió - O sea, eso que dijo Hermione. Que no somos otra cosa. ¿A ti no te molesta?
Harry torció el gesto.
-En realidad sí.
Terminaron de lavar las mesas y luego los calderos, para limpiar el suelo en último lugar. Cada uno tenía una fregona y un paño con el cual empezaron a secar cada uno desde un extremo de la mazmorra, dándose la espalda.
El pelirrojo no había parado de pensar en el comentario de su amigo, hasta que se decidió a hablar.
-Harry.
-¿Hum? - el pelinegro no se giró.
-Dijiste que no estaba en el fondo de lago porque no tenías novia. ¿Cierto? Entonces… ¿por qué…? - escuchó a su amigo detenerse y no terminó la oración - No, no importa, olvídalo.
Harry sonrió para sí sin volverse.
-Los mejores amigos son para siempre. ¿Qué más se puede pedir?
Había aprendido eso de su padre y de Sirius. Un amigo no era un accesorio, una compañía pasajera o alguien menos importante. Un mejor amigo podía serlo todo.
-Sonaste muy Sirius Black, amigo.
Harry rió.
-Deberíamos preguntarle que habrían hecho mi padre y él si hubieran esparcido esos rumores sobre ellos. Podríamos intentarlo.
Ron rió también, pero la risa de ambos fue congelada por el gélido acento del profesor de pociones que acababa de ingresar en el aula.
-Si hacen eso les aseguro que pasarán cumpliendo este castigo el resto de sus días.
Se desplazó entre las mesas. Pasó un dedo por el asiento común de Malfoy y se miró la piel. Lanzó una mirada reprobatoria a los chicos, ante lo cual Ron se encogió ligeramente. Tras verlo todo les dio sus varitas y un par de comentarios envenenados antes de dejarlos ir.
Se alejaron a toda velocidad de las mazmorras. Entre más lejos de los colmillos de Snape pudieran encontrarse mejor.
-Merlín, parece que su cariño por Sirius ha aumentado - comentó irónicamente Ron.
Harry sonrió.
-Hay cosas que aún mucho después del colegio nunca cambian.
Un par de chicas los miraron y se rieron un poco, pero los dos las ignoraron. Ron aun estaba acostumbrándose a la idea de que Harry pensara que su mejor amigo era lo que más valoraba. Harry por su parte pensaba de que él se encargaría de que su amistad con Ron, fuera una de esas cosas valiosas que nunca cambian.