Valor - Vrydeus

Jan 06, 2009 00:20

Notas mías: nunca en la vida he tocado este personaje y tenía pánico de hacerlo porque le adoro. Pero al final me he dicho que tenía que hacer un intento, que espero que te guste aunque sea un poquito.



Una cama de un hospital no era un lugar muy apetecido por la mayoría de las personas. Definitivamente no lo era para él. Debería estar en su apartamento comiendo palomitas y leyendo revistas de surf aunque no tuviera ninguna playa cerca. O bien en un bar de la ciudad logrando una conquista. O mejor aún, recogiendo evidencia de alguna escena del crimen con el resto del equipo.

Oh, cualquier cosa estaría bien, hasta compartir laboratorio con Hodgings, antes de estar nuevamente en la cama de un hospital.

Total iba a ser verdad lo que decía su madre y no estaba seguro en ningún lado. La primera vez que había estado allí su propio laboratorio había estallado. Ahora, tras cambiar de trabajo sin soportar estar de nuevo en el pequeño laboratorio sin que le temblaran las manos, se encontraba de nuevo allí por un suceso en el campo.

Un suceso. Claro. Había rescatado a un hombre y había matado a otro.

¡Quien le hubiera dicho eso años atrás cuando se encontraba entre los tubos de ensayo y los microscopios de la universidad!

Se levantó de la cama e hizo una mueca de dolor. Se dirigió al baño y miró su amoratado rostro en el espejo. Catherine había tenido razón al decirle que se veía fatal. Sonrió un poco pero desistió, pues era doloroso. Todo el equipo se había portado de maravilla. Iban a visitarlo y le mandaban mensajes constantemente.

Eran como su familia.

El pensamiento lo hizo estremecerse. Grissom quería llamar a sus padres. De sólo imaginar la reacción de su madre se le erizó el pelo de la nuca. No le gustaba mirar atrás, siempre que podía evitaba hacerlo. De repente se vio de pequeño sentado en el desayunador, con las piernas colgando del asiento demasiado alto, escribiendo su carta para Navidad. Un juego de química. ¿Era demasiado pedir?

Su madre había dado el grito al cielo. De no ser por el abuelo Olaf y la indeferencia de su padre ante el tema, se habría quedado sin su regalo soñado. Luego habían venido más. Después de todo, su madre consideró más seguro un poco de químicos que un partido de fútbol americano, aunque nunca logró disuadir a su padre de las salidas a pescar. Claro, tenía que usar chalecos salvavidas.

Suspiró mientras miraba su reflejo. Esperaba que pronto dejara de verse tan terrible, aunque dolía bastante cuando pasaba el efecto de los analgésicos. Si su madre lo veía así era capaz de descomponerse.

Rió con ganas al recordar la manera en que se lo había dicho a Grissom: sus padres no tenían la menor idea de que era un agente de campo. Debía haber sonado ridículo. Todo un CSI que se metía en medio de una banda a salvar la vida de un hombre le tenía miedo a la reacción de su madre. No quería saber qué había pensado el jefe.

Era casi cómico. El chico gracioso que hacía bromas subidas de tono, que guardaba pornografía en las cajas más altas del laboratorio, que había dejado la seguridad y el sueldo del laboratorio por el trabajo de las calles, que siempre aventuraba sus ideas aunque los otros pudieran pensar que eran tonterías; el que amaba el café y conocía todo sobre el mundillo de Nueva York y las últimas costumbres bizarras en todos los ámbitos… Le tenía miedo a su madre.

Se golpeó la frente con la mano, lo que le hizo lanzar un quejido de dolor. Se sentó en la tasa del váter aun pensando. Tal vez por eso admiraba tanto a los otros. Había conocido a los padres de Nick: lo adoraban y se preocupaban por él, pero no seguía atado a ellos. El resto tampoco parecía estarlo, aunque Catherine pasara atada a su historia familiar.

Él sólo se había ido de California y había procurado no volver, a pesar de recordar con ternura y añoranza a todos, en especial a papá y nana Olaf.

Levantó la cabeza y se puso en pie de nuevo. Se mojó la cara en el lavabo y se miró en el espejo una vez más.

Después de lo sucedido, tendría que enfrentar muchas cosas. Podía sentir el juicio acercarse a pasos agigantados hacia él.

Pero había algo que debía enfrentar primero para ser capaz de enfrentarlo todo. Cuando llegó a la cama buscó su teléfono.

Era hora de llamar a casa.

fandom: csi, personaje: greg sanders

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