Los hijos de la luna - Nasirid

Dec 24, 2008 18:41




-Nos va a matar.

-Nah... Se enfadará un poco nada más.

-Se pondrá como una fiera.

Peter y Sirius soltaron la risa tras el atinado comentario de James. Iban avanzando con rapidez por los desiertos pasillos de Hogwarts bajo la capa de invisibilidad.

-¿Cuánto falta para la salida de la luna? - preguntó James mientras bajaban las escaleras.

-Cuarenta minutos - respondió Peter consultando su reloj de pulsera.

-¡Vamos bien de tiempo!

Sirius era el más positivo de los tres, y estaba visiblemente emocionado por la noche que les esperaba. Peter estaba nervioso, un poco más que de costumbre. James estaba concentrado en que todo saliera bien.

Sería una gran noche, pero no sería fácil.

James realizó un hechizo sobre las bisagras de la puerta principal mientras Sirius hacía saltar la cerradura. Se deslizaron fuera con facilidad, y Peter puso una calza al cerrojo para que la puerta no pudiera cerrarse. Finalmente, hicieron un hechizo ilusorio para que pareciera cerrado.

-A veces hacemos cosas que me convencen de lo geniales que somos - comentó Sirius con orgullo.

-A la par de convertirnos en animagos esto no es nada - dijo James tomándolo del codo para que siguieran avanzando - Ahora, el sauce.

-Iríamos más rápido si no usáramos la capa - se quejó Sirius, que al ser el más alto tenía que sostenerla y caminar jorobado.

-¡No! - saltó Peter de inmediato - Si alguien nos ve desde las ventanas del castillo…

Sirius bufó con fastidio y James rió.

-Bueno amigo, es menos posible que descubran a Peter haciendo algo malo que a ti. No he conocido a nadie más prudente.

-Más miedosamente prudente - corrigió Sirius mientras despeinaba al más bajo de los tres con un gesto amistoso.

Corrieron lo más rápido posible bajo la capa hasta llegar junto al árbol.

-¿Crees que el árbol nos note al estar invisibles? - preguntó Sirius mirándolo con desconfianza.

James alzó ambas cejas.

-No lo sé, no se me había ocurrido. Se supone que hay que apretar aquel nudo del tronco pero… Siempre podemos intentarlo.

-Claro, y que el árbol nos pegue si no - dijo Peter frunciendo el ceño - Mejor si buscamos una rama y…

-¿Miedo Peter? - preguntó Sirius con una sonrisa traviesa - ¡Vamos, intentémoslo! ¿Vas a pasar la noche con un hombre lobo y le tienes miedo a un árbol?

Sin esperar su respuesta, Sirius tomó a sus amigos de los hombros y los impulsó junto a él bajo las ramas del árbol.

Cuando una rama se precipitó hacia ellos con gran velocidad supieron que había sido un gran error.

Se tiraron a tierra y Peter gritó cuando sus amigos le cayeron encima.

-¡Pésima idea, Black! - gritó James con fastidio mientras trataba de quitarse de encima de Peter - ¡Trata de llegar al árbol Pete!

-¿Por qué yo? - se quejó el chico tapándose la cabeza con las manos.

-¡Porque eres el más bajo! - gritó Sirius.

-¡VE!

Ante la orden de James el pequeño corrió la capa y Peter salió agachado, moviéndose ágilmente hasta llegar al nudo del tronco y presionarlo. Habían averiguado en unos viejos libros de herbología que eso podía calmar esa especie de árbol. La medida resultó eficaz y las ramas se detuvieron.

-¡Bien hecho pequeño! - le felicitó Sirius dándole un puñetazo en el hombro. Parecía complacido con la pequeña aventura del árbol.

-No me llames pequeño - refunfuñó Peter mientras James buscaba la entrada al pasadillo bajo tierra que ocupaban.

-Aquí está - indicó el chico. Levantó la varita y encendió una luz en su punta para iluminarse - Y no te quejes Pete. Es mejor que te diga así a que siga haciendo referencia a tu cola.

Sirius rió mientras se deslizaban por el túnel.

-¡Oh sí, Colagusano!

-¡Oh, cállate, tú tienes risa de perro!

James rió ante la respuesta de Peter, mientras que Sirius le golpeaba en el hombro.

-¡Tú no te rías, que ya tienes cuernos y ni siquiera tienes novia!

Rieron de nuevo mientras avanzaban por el túnel. Callaron al notar el eco en el espacio.

-No sabemos a partir de dónde llegará el sonido a donde está Remus. - dijo James levantando la mano - Será mejor que susurremos.

-Está bien, Cuernos - susurró Sirius con sorna. James se sonrió y se giró a verlo en los ojos.

-Cornamenta, perrito. Cornamenta suena mejor.

-Definitivamente - dijo Peter con admiración.

-No seas lamebotas colagusano - le reprendió Sirius con otro susurro.

Continuaron avanzando lanzando susurros y risitas contenidas, aunque los tres empezaban a sentirse en partes iguales tensos y emocionados. El túnel era largo, su inclinación variaba y estaba oscuro. Resultaba cansado, pero el entusiasmo no les dejaba notarlo.

De repente James lanzó una expresión ahogada.

-¡Creo que ya sé donde vamos!

-¿Hasta ahora te enteras? - dijo Sirius rodando los ojos con burla - Vamos a acompañar a Remus en luna llena. Lo planeamos hacemeses. La edad te está afectando la memoria Cornamenta.

James gruñó y Peter rió entre dientes.

-No te hagas el tonto. - le reprendió James - El túnel va a Hosgmeade, y creo que ya sé adónde. Por eso no había querido decirnos el lugar exacto o cómo llegar al túnel, es demasiado simple.

-¿Nos lo vas a decir algún día? - preguntó Sirius rodando los ojos de nuevo.

-La casa de los gritos.

-¿Qué? - Peter se detuvo en seco - ¡Pero ese lugar está embrujado!

Sirius se golpeó la frente.

-¡Claro! ¿No lo ves Peter? ¡No está embrujada! ¡Los gritos que oye la gente son de Remus!

-Exacto. - dijo James con gravedad - Son gritos de dolor.

Los tres guardaron silencio. Sirius se rascó distraídamente los ojos, al tiempo que pateaba con fuerza una piedra en el camino.

-Deberíamos darnos prisa. - dijo Peter - Quedan unos veinte minutos.

-Ya casi llegamos - precisó James.

-Pues no veo a qué esperamos.

Sirius reanudó la marcha acompañando sus palabras. Sus amigos lo siguieron, apretando el paso, hasta que llegaron al final del túnel.

-Es una trampilla - dijo Peter iluminando sobre ellos con su varita.

-No está muy alta - señaló James - Sirius, levántala. Yo subiré primero con la varita en alto, pero suban rápido. No sabemos como reaccionará Remus y no tenemos mucho tiempo.

Sirius y Peter asintieron, y el primero abrió la trampilla.

James subió con rapidez mirando a su alrededor. No tardó un segundo en ubicar a Remus acostado en un sofá esperando. El chico lo vio y tardó un momento en reaccionar, como si no pudiera creer lo que sus ojos le decían. Luego se levantó hecho una furia y visiblemente asustado.

-¡JAMES POTTER! ¿Qué crees que haces acá? ¡Debes irte! ¡YA!

El chico de gafas hizo una seña a los otros de que esperaran.

-¿Por qué voy a irme? Me tomó un rato llegar...

-¡James! - Remus avanzó hacia él y lo tomó por los hombros. Sus ojos tenían un fuerte color dorado y había pánico en ellos - ¡No puedo creer que seas tan inconsciente! Habría esperado esto de Sirius, ¡pero no de ti!

-¿Me llamabas? - la morena y sonriente cabeza de Sirius hizo aparición por la trampilla. Remus boqueó incrédulo, tiempo que el chico aprovechó para subir - Vaya Remus, no pareces feliz de vernos. ¡Hey Pete! ¡No seas tímido, sube! Mejor que se lleve el disgusto de una vez.

-¡No! ¿Qué hacen todos aquí? ¿Es que no ven el peligro? ¡Maldición! - Remus miró el reloj corrió hacia la ventana para ver el cielo - ¡Corran! Tal vez si avanzan lo suficiente por el pasillo... Hechícenme si es necesario, no importa, sólo… ¡no me dejen lastimarlos! ¡No podría con ello luego!

-Oye Rem, calma esa histeria -dijo Sirius ayudando a Peter a subir - Somos jóvenes aventureros, merodeadores de la noche… no adolescentes suicidas.

-Parece que no nos conocieras - añadió James con ligereza, al igual que su amigo, aunque ambos eran concientes de lo asustado que estaba su amigo - siempre tenemos un plan.

-Y siempre funciona - añadió Peter mientras trataba de no poner atención al lúgubre aspecto de la casa: el forro de las paredes rasgado, muebles rotos, gotas de sangre en el suelo.

Remus se había sentado en el sofá y se había agarrado la cabeza entre las manos. Temblaba descontroladamente. No era la transformación aún. Era el miedo.

-Hey Rem - James se acercó y le puso la mano en el hombro con calma - Mírame. Pete, ¿cuánto queda?

-Cinco minutos - dijo el chico algo nervioso. Remus miró a James con horror, y se encontró con una mirada cálida y segura en su amigo.

-No queremos que sigas viviendo esto solo. Pero tampoco queremos ser licántropos... así que encontramos una solución.

-¡No hay soluciones! - exclamó Remus.

-Confía en nosotros - dijo Sirius - Mira. Peter, enséñale.

Habían acordado desde un inicio que Peter se transformara antes de que saliera la luna llena. El chico había tenido problemas para dominar el hechizo, y querían evitar que le diera pánico durante la transformación del lobo y no lograra hacerlo.

Se adelantó sin rechistar. Miró a James, quien le dedicó una sonrisa segura. Cerró los ojos y se transformó.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaagh! - Remus gritó y se puso de pie en el sofá impactado.

-Vaya Remus, no sabía que te asustaban las ratas - comentó Sirius con una sonrisa mezcla de orgullo por la transformación perfecta y burla por la reacción del licántropo. Se acercó a Peter y lo miró desde arriba, a sus pies - Es un hecho. Tienes cola de gusano.

La rata lanzó un chillido. James miró a Remus satisfecho.

-¿Lo ves? Sirius y yo podemos hacerlo también.

-Aunque tenemos formas más elegantes - acotó Sirius con sorna.

-Están locos - exclamó Remus con incredulidad - ¿Animagia? ¡Es muy peligroso! ¡Por no decir ilegal!

-Remus, ya a estas alturas eso es irrelevante - señaló Sirius - Ninguno ha ido a la enfermería. Al menos no grave. Mira, lo investigamos, los hombres lobos reaccionan bien ante los animales. James y yo somos lo suficientemente grandes para controlarte si sales de control. Está todo fríamente calculado.

-Y nuestros planes siempre salen bien - añadió James.

-Bueno, casi siempre - aceptó Sirius al tiempo que realizaba un ademán para restarle importancia a sus propias palabras.

Remus miró hacia la ventana negando y dijo con voz ronca.

-Ya es hora.

La luna, puntual como siempre hizo su aparición. Remus gritó y cayó de rodillas. Empezó a temblar descontroladamente y su ropa se rasgó conforme su cuerpo mutaba. Los gritos de dolor laceraron sus oídos.

De manera refleja Sirius trató de acercarse a él. La rata a sus pies chilló y James lo detuvo con un gesto.

-¡No Sirius! ¡Transfórmate, cualquier otra cosa es peligrosa!

El joven parecía horrorizado por el dolor de su amigo, y pudo identificar la misma emoción en la mirada de James. Ambos asintieron y se transformaron a la vez. Un segundo después, el lobo aulló.

Cuando Remus se giró sobre sus patas se encontró con un perro, un ciervo y una rata de tamaño mediano. El lobo gruñó e inclinó la cabeza en posición de ataque, doblando sus patas. El perro adoptó la misma posición y la rata tembló nerviosa.

El ciervo se adelantó avanzando hacia el lobo. No bajó la cornamenta en señal de ataque. Su cuello estaba expuesto de manera antinatural para una situación de depredador y presa. James confiaba en que Sirius lo cubriría.

El lobo gruñó de nuevo y el perro bufó como respuesta. Sus miradas se encontraron. El lobo molesto y asustado, el perro entre expectante y divertido. Expresiones poco comunes para animales. El ciervo agachó la cabeza y cortó sus miradas, clavando sus tranquilos y dulces ojos negros en los dorados y peligrosos.

Se sostuvieron la mirada y el lobo retrocedió confundo. El ciervo avanzó un paso pero el perro gruñó y avanzó él. Se acercó lentamente. No quería asustar al lobo. Se lamió las patadas y con descaro se echó en el suelo, frente al lobo. Lo miró a los ojos y apoyó la cabeza entre las patas.

Peter se maravilló de lo tranquilo que podía ser Sirius incluso en ese momento. El ciervo se acercó a él y se inclinó para que la rata subiera por la cornamenta y se acomodara en su espalda. El lobo los miró y gruñó, y el perro movió la cola, lo que atrajo nuevamente la mirada de la fiera sobre él. A

No podían decir cuanto tiempo se mantuvieron así. Como animales el tiempo se mide indefinidamente, dependiendo de las variaciones de la luz. Cuando el lobo finalmente se acercó, el perro se incorporó y se dejó olfatear. Cuando Remus estuvo frente a él de nuevo pudo notar que la mirada dorada había cambiado: lo reconocía.

Ladró con alegría agitando la cola. Corrió hacia el ciervo y luego hacia el lobo varias veces hasta que el lobo lo siguió dudoso. El ciervo estaba tranquilo a pesar de la rata que temblaba sobre su lomo. El lobo olfateó y en algún momento enseñó los dientes. Entonces el ciervo le pegó un lenguetazo en la frente.

El lobo retrocedió sorprendido y el perro empezó a ladrar. James conocía lo suficiente a su mejor amigo para saber que esos ladridos no eran más que risas. El lobo aulló y agitó el rabo.

En ese momento hasta Peter se sintió aliviado.

El lobo estaba calmado.

El resto de la noche se dedicaron a explorar la casa. Sirius no lograba quedarse quedito, subía y bajaba las gradas y metía la nariz debajo de todos los muebles. A ratos jugueteaba con el lobo, de quien el ciervo no se separó en toda la noche. Peter tuvo mayor dificultad para moverse, pero hacia el final de la noche correteaba por debajo de los muebles.

Varias horas después, el lobo se apartó aullando lastimero. Se echó en un rincón de la casa gimoteando. Sirius miró preocupado a James, quien con un gesto de la cabeza le señaló la ventana. El cielo empezaba a clarear y la noche llegaba a su fin.

El perro ladró dándose por enterado y se echó cerca de Remus. El ciervo y la rata hicieron otro tanto. Esperaron, hasta que el cuerpo del lobo empezó a agitarse y gritar de dolor. Cuando el grito se volvió humano los tres animales recuperaron su forma humana.

Los tres corrieron hacia su amigo. Se veía muy cansado y adolorido, pero al verlos a los tres sonrió.

-Son un trío de inconscientes - murmuró con debilidad.

Los tres sonrieron y Sirius replicó.

-Tú eres un hombre lobo y nosotros no nos quejamos…

Remus sonrió e hizo una mueca de dolor seguidamente. Luego se estremeció de frío.

-¿Te alcanzo tu ropa? - preguntó Peter solícito. Remus cerró los ojos.

-¡Rayos! - exclamó con un gemido - Olvidé quitarme la ropa antes de transformarme, tiene que estar hecha jirones…

-Eso me temo - dijo James dirigiendo su mirada hacia el puño de tela rota en el suelo - Creo que te distrajiste con nosotros y olvidaste ese pequeño detalle…

-ten - Sirius se quitó la túnica quedándose en camiseta - o vas a morirte de frío.

Remus levantó la mano con pesadez, agarrando la tela entre sus dedos para ponerla sobre si como una cobija. Cuando tuviera más fuerzas se vestiría con ella. Peter se la acomodó un poco para que lo cubriera mejor.

El licántropo tosió.

-Por Merlín Sirius, esto apesta a colonia.

Sirius rió.

-No hay razón para no oler bien. Ni siquiera por haber sido un animal toda la noche, mi querido Lunático.

Remus rodó los ojos y fijo la vista en la ventana.

-Prácticamente amaneció ya... Madame Pomfrey estará en cualquier momento. Deben irse. Si los descubren…

-Hey, hey - James le puso una mano en el hombro y dijo con firmeza - Debes descansar. ¿Ni siquiera después de una noche como lobo dejas de estresarte? No planeamos que nos descubran. Ya nos vamos.

Los otros dos asintieron.

-Ya podrás regañarnos por nuestra imprudencia luego - acotó Sirius.

-Cuídate y descansa - añadió Peter.

James ya había levantado la trampilla. Sirius miró el hueco pensativo.

-Creo que haré el viaje de vuelta como perro, debe ser más fácil.

-Es buena idea - dijo James sonriendo con malicia - Al rato te va mejor como perro que como humano. Podría adoptarte de mascota.

-Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre - señaló Peter con una sonrisa burlona, agachándose para bajar primero.

Sin embargo, la voz de Remus los detuvo.

-Hey chicos... gracias.

Los tres le sonrieron, y sin añadir nada bajaron por la trampilla. Sirius se transformó y agitando la cola lamió la mano de James, quien lo golpeó suavemente en la cabeza.

-Anda, camina al frente Canuto.

Sirius gruñó y Peter rió.

-Creo que todo salió bien - comentó el último con una sonrisa.

-Ya lo creo que sí. - dijo James con satisfacción - Y es la primera de muchas noches…

Sirius ladró con fuerza expresando su acuerdo.

Era el inicio de una nueva era.
 

personaje: peter pettigrew, personaje: remus lupin, personaje: james potter, merodeadores, fandom: harry potter, personaje: sirius black

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