Fandom: Katekyo Hitman REBORN!
Título: Diseño
Personaje: Sawada Tsunayoshi, con aparición de Hibari Kyouya muy MUY breve y una insinuación de 1827.
Advertencias: El interminable OOC.
― Te casarás conmigo ―
No me estaba preguntando, ni tampoco planteándolo; era una afirmación, un hecho en sí.
Al que yo solo pude responder.
― U-uhm ―
Y de lo cual me arrepentiría después.
Oh.
Tal vez no.
Casarnos dijo, desde aquel día no he podido conciliar el sueño y no por tal situación en sí, sino debido a todas las cosas extrañas a las que he sido sometido. A este ritmo no llegaré a la fecha establecida, lo cual no suena tan mal, después de todo yo no estoy enamorado de,…
― ¡No se mueva! ―
Y hablando de ciertas circunstancias, justo ahora estoy en una de esas en las que preferiría estar muerto o en algún otro país, no importa si es de indocumentado y plantando rábanos.
― L-lo siento ―
― Si continua moviéndose Sawada-san no podremos terminar, tenga en cuenta que el traje necesita quedarle a la perfección; así que quédese quieto de una buena vez ― ¿quién podría hacerlo llevando esto puesto?
Sin embargo, es mucho mejor que lo que sugirió Dino-san; el estilo occidental realmente tiene puntos a favor, pero siendo sincero, sí voy a formar parte de ésta faena como uno de los actores principales, prefiero entonces que sea a la manera tradicional. Y claro, no tiene nada que ver el hecho de que Haneuma fuese mordido hasta la muerte por haberme obsequiado un hermoso ―según Kyoko-chan y Haru― vestido de la casa de Versace.
Hah, para ser sincero quisiera que nada de esto estuviese ocurriendo
― ¡Argh!, suficiente, no puedo continuar así, es usted una persona imposible, Sawada-san. Hasta aquí llegamos ―
― A-ah, no, espere, lo lamento de verdad, no fue mi intención es solo que, este uhm, el vestido, y-yo ― perfecto, y ahora ¿qué más?
― No me sirven de nada sus disculpas si no coopera. La que lo siente soy yo, pero como le dije es meramente imposible trabajar con un joven como usted. Adiós ― y sin que pudiera intentar remediar la situación, la modista se fue.
En ese momento solo pude sentir alivio, ya no tenía que estar de pie sobre ese taburete siendo la víctima de esas pesadas telas y aquellos pinchazos de alfiler.
Además era la primera vez en hace tiempo que me sentía relajado; o eso fue hasta que caí en cuenta de que lo que acababa de pasar acarrearía algo mucho más grave que el tener que decidir sobre que obi combinaba mejor con mis ojos.
Y ahora, ¡¿qué le voy a decir a Hibari-san?!
― Sin vestido no hay boda, y aunque eso es lo mejor que me puede pasar, no podré disfrutar del resto de mi vida porque estaré muerto gracias a las tonfas de Hibari-san. ¡Kitamura-san!, por favor, espere, no se vaya, por favor ―
Cubierto aún con esas enormes telas que apenas si querían dar forma a un vestido, salí tras esa mujer, rogando porque su paciencia e inspiración volvieran para salvarme de las tonfas de aquel carnívoro.