Título: Especulación desechada
Fandom: Koi Suru Boukun
Personaje: Morinaga Tetsuhiro
Advertencias: Aburrido, quizás spoilers si no lees el manga.
Notas: Desde hace rato que leo este manga, y siempre siempre creí que Shouichi realmente se parece mucho a Gokudera y Morinaga simplemente es Yamamoto; hasta la fecha la sensación de leer un 8059 universitario no se me quita de la cabeza.
Egoísta, injusto, arbitrario, irracional, agresivo, y tantas más son características que tiene Tatsumi Shouichi, las mismas que le atribuyen perfectamente el título de tirano. Nadie podría imaginar siquiera que detrás de todos esos aberrantes rasgos, se hallan los antónimos que realmente forman a Shouichi. Solo una persona. Sólo Morinaga Tetsuhiro. Sólo él.
O eso es lo que él dice, sé dice. No es que esté seguro de ello, tampoco tiene pruebas fehacientes para evitar que siquiera su teoría tambalee. Sin embargo, por los breves y contados momentos en los que el mayor de los Tatsumi parece dejar entrever una parte de su verdadera forma; es suficiente para que Morinaga no deje de plantearse una y otra vez que detrás de Shouichi existe un ser gentil y no un régulo como todo el mundo, su mundo, dice es.
Pero, incluso si su fe, porque es lo único que le mantiene dicho planteamiento en la cabeza, le hace creer aquello; meramente no es suficiente, entre más desea conceptuarlo más su superior se empeña en rebatir la hipótesis. Con un golpe, una palabra inapropiada o una gélida mirada, puede echar por la borda, de forma irreparable, el entusiasmo de Tetsuhiro.
Sin un mínimo de piedad.
Y cualquiera diría que Morinaga en realidad lo que intenta es obviar más el lado tiránico de Tatsumi, que desvanecer cualquier idea sobre esto que se tenga con respecto al investigador.
Si quiere que la imagen de déspota se disuelva, tiene que empezar por alejarse de éste o cambiar de actitud; que una persona tan amable como lo es él, solo ayuda a acentuar la rudeza de Shouichi. A estas alturas debería saber ya que las comparaciones siempre están latentes.
― Deberías tomar ese trabajo, enserio; no sé qué te pasa, cualquiera estaría feliz de esto. Sobre todo porque por fin te librarías de la opresión del bastardo de Tatsumi-senpai ― y las críticas también. Puede fruncir de forma inmediata el entrecejo, cada vez que escucha semejante comentario de su amado, pero ya no es tan frecuente; a este paso habría necesitado ver al cirujano plástico antes de pasar los 35 años de edad.
Sonríe mejor, muy a su pesar.
― No lo pienses tanto, es tu oportunidad ― vuelve a hablar su amigo para después dejarlo en el corredor para ir tras alguien.
Justamente quisiera hacer eso, y solo sacar otra vez la fe que emplea para tratar de engañarse sobre la imagen que tiene de Tatsumi; pero nunca es suficiente, nunca, y menos para un científico como él.
― Lo siento, pero tendré que hacerlo; además no es la única cosa que debo pensarme ― lo peor es que el tirano quiere que lo haga a unos metros de él cuando no le quiere cerca, en su cuarto cuando prefiere tenerlo en otro lugar, a lado del suyo cuando se tensa por siquiera escucharlo respirar, bajo el mismo techo cuando dice que prefiere que su padre antes de irse construya de nueva una casa, la casa de los Tatsumi y nadamás; entonces una vez más sonríe, amargamente esta vez.― que idiota soy, realmente senpai es un
La última palabra se extravía entre las conversaciones ajenas, la música de fondo y el ajetreo de la escuela.
Así está mejor, sería terrible escuchar de sus labios la negación de su propia especulación.