Título: Bienvenido a Howarts
Anime: Full Metal Alchemist
Saga: Harry Potter
Autora: Senko
"Le tengo que avisar a Dumbledore" Fueron las ultimas palabras que Ed escucho antes de desconectarse del mundo.
Roy iba corriendo por todo el castillo, hasta llegar a unas gárgolas, a las cuales les dio una contraseña y subió por unas escaleras de forma de caracol hasta llegar a la oficina de Dumbledore, quien estaba dando vueltas en su pequeña oficina mientras pensaba como eliminarían a Voldemort.
"Señor" Fue la única palabra que pudo decir el alquimista de la flama, mientras recuperaba su aliento.
Dumbledore lo miraba extrañado ¿Qué hacia el alquimista de la flama en su oficina a altas horas de la noche? ¿Había ocurrido algo malo? Decidió guardarse sus preguntas para después, ahora necesitaba saber si Mustang necesitaba algo.
"¿Ocurre algo profesor Mustang?" Preguntaba con su aire de sabiduría y mirada penetrante.
"Es Ed" Contestaba el alquimista.
Ahora Dumbledore no entendía nada, el chico se había ido con Voldemort por una causa desconocida, y Mustang le decía que algo pasaba con el chico ¿Pero como lo sabia? ¿Se pusieron hechizo que los conectara en caso de peligro? Lo iba a averiguar y pronto.
Mustang solo veía la cara de Dumbledore en busca de una señal sobre si continuar o no el relato, pero recuerda la situación crítica de Ed y decide que lo más prudente seria contarle a Dumbledore.
"Ed ha regresado, pero esta en estado critico, duda la enfermera que pase la noche" Sus lágrimas ya no las podía controlar y rodaron por su mejilla, dejando un calido recorrido en su cara.
Dumbledore sabia de los sentimientos del mayor hacia Ed, y no le importaba, ahora ese mismo chico yacía inconciente debatiéndose entre la vida y la muerte. Tratarían de ayudarle. Fawkes como buena ave fénix sintió la tensión del cuarto y decidió ir con la persona que ambos adultos querían ayudar.
Dumbledore y Mustang miraban sorprendidos al ave, la única vez que salio por cuenta propia fue cuando ayudo a Harry. Ahora su canto resonaba en todo el castillo, pero en especial, en la enfermería.
El fénix, al notar la boca abierta de Ed, dejo que una de sus lágrimas cayera en la abertura de sus labios, resbalando por su garganta y llegando al problema, eliminando la mezcla de pociones, ayudando al cuerpo del muchacho.
Corriendo llegaban Mustang y Dumbledore, solo para poder ver esa escena, ahí yacía el chico de cabellos dorados, sus ojos aun estaban cerrados, su respiración regresaba a la normalidad, aunque con algo de dificultad, aun estaba en peligro, pero ya no mortal.
Mustang al ver esa escena, rompió en un silencioso llanto, no queriendo despertar, al chico de sus sueños. Con mucho silencio, se sentó en una silla, acariciando la mano del ahora dormido Ed, mientras le narraba a Dumbledore, lo que en sueños había dicho su querido Ed.
Dumbledore por su parte, no creía lo que escuchaba, pero si hablaban de Voldemort, el era muy capaz, de darle esa poción y hacer mil cosas mas, sacando su varita y apuntándola al indefenso menor, lanzo un hechizo de restricción, así si se despierta, y la lagrima no cura la poción controladora, no hará daño alguno a su querido alumno.
Mustang, aunque se quería negar a que le lanzaran algún hechizo a Ed, acepto, era mejor eso a perderlo como la última ocasión. Antes de retirarse, Roy le escribió a Ed, una pequeña carta, demostrándole su querer, explicando el malentendido, que los había separado la ultima vez.
Carta de Mustang a Ed
Esa noche, tu malinterpretaste todo, yo abrace a Harry, para que entendiera que estábamos con el, no pensé que te fuera a molestar, sin embargo te fuiste, espero sepas perdonar ese gran error mió.
A continuación te dejo un poema, que escribo desde el fondo de mi corazón:
Por una mirada, un mundo;
Por una sonrisa, un cielo;
Por un beso… ¡Yo no sé
Qué te diera por un beso!
Espero que ahora entiendas, el gran malentendido, y que nunca te alejes de mi lado o mi corazón se romperá, en mil y un fragmentos que nunca sanaran.
Te ama
Roy Mustang.
Con cuidado Roy doblo la carta, evitando lastimarla, y la guardo en el saco que Ed, donde luego la encontraría.
Sin pensarlo dos veces se quedo dormido en la silla, recostando su cara en el borde de la cama.
La enfermera no lo despertó, Dumbledore había hablado con ella para permitir que se quedara con el menor el tiempo que fuera necesario. Viendo que el chico no despertaría pronto, accedió, mientras descansase el alumno, no habría problemas.
Ed sin embargo, otros planes tenia, pues gracias a la lágrima de Fawkes el fénix, había despertado en tiempo record, solo para notar un poco de peso en su brazo humano. Lo que vio lo dejo sin habla, ahí, en su cama, recostado, estaba la pacifica cara de Roy Mustang, lo quería abrazar, sin embargo el hechizo de Dumbledore se lo impedía, meditando su situación, prefirió ver el rostro de aquel al que amaba.
Miles de pensamientos cruzaban su mente, preguntas como ¿Cómo llegue aquí? ¿Regrese a Hogwarts? Pero la mas importante era ¿Dónde esta Voldemort?
Aunque lo quisiese olvidar no podía, recordaba cada golpe, cada grito, cada lágrima derramada, y por ultimo, la traición a aquel hombre que, aunque dormido, lo había cuidado la noche que regreso.
Mustang empezaba a despertar, e inmediatamente lo primero que hizo fue revisar a su pequeño amor, noto que sus ojos estaban abiertos, con la mirada perdida, como buscando las respuestas a todas sus dudas.
No soportando ver esa imagen destrozada, Mustang empezó a llorar, mientas Ed pensaba:
Asomaba a sus ojos una lágrima
Y a mi labio una frase de perdón;
Hablo el orgullo y se enjugo su llanto,
Y la frase en mis labios expiro
Lo ultimo que supo Ed, fue que unos fuertes brazos rodeaban su delicada figura, en su cara sentía las lagrimas del mayor, pero el no se explicaba, el porque de tanto dolor.
Parte 18: Inicia la batalla