Este fic no tiene ni nombre porque es cortísimo y en fin, no sé, lo escribí como muy rápido y ni me acuerdo bien. Los personajes no me pertenecen, eso ya lo sabemos todos, sino Dean y Castiel no estarían como están, y es un fic para todos los públicos, ;D.
*
Dean está pensando. Está pensando un montón. La cama es bastante buena para ser de motel, los muelles ni siquiera chirrían, la almohada no huele mal y afuera sólo se oye el sonido de los grillos o de algún coche que arranca de vez en cuando, pero no puede dormirse porque está pensando demasiado.
Piensa en él.
Su corazón iba a mil por hora cuando se miraron a la cara. A Dean ni siquiera le salió darle un abrazo después de tanto tiempo. Se quedó allí, paralizado, con esos ojos azules escrutándole como lo hacían antes.
Siempre pensó que se volverían a ver a pesar de todo, a pesar de que para Cass el final resultó inevitable, pero temía el momento. Lo temía y lo esperaba, joder. Aunque no le abrazó. Ni siquiera sabía qué coño tenía que hacer, si debía alegrarse de verle o mandar a todo el mundo al infierno.
Porque sí, aparentemente era el Cass que había conocido, pero, ¿era Cass? Con esposa, cielos.
Dean creía que preocuparse porque tuviera esposa era una tontería de las grandes, pero era una pieza que no encajaba en el puzle. Como ver a Cass sin su gabardina y sin su corbata azul.
Dean torció la boca, pegó un brinco y se puso los pantalones. Luego salió del motel.
La noche era calurosa, había muchas estrellas en el cielo y a lo lejos alguien había puesto la radio y sonaba una canción de Aerosmith. Dean se dirigió a su Impala, se metió dentro, en el asiento trasero, y cerró la puerta.
Dentro del coche le asombró un repentino agobio. El aire allí era espeso y cargante, pero le dio igual. Sólo quería dormirse de una vez, parar de pensar. Buscó debajo del asiento del copiloto y encontró una vieja gabardina usada de color beige perfectamente doblada. Se la quedó mirando un momento con un nudo en la garganta y luego se la puso como almohada.
Tardó en dormirse, pero al final lo hizo. Aunque siguió soñando con ojos azules y labios secos, y en que todo era como al principio.