Nada que perder

Mar 01, 2008 12:06

Cambié el lay, oh, sí. Me topé con este por casualidad y me quedé "*OOOOOOO*", así que lo usé u_u (Créditos en mi perfil xD). El header es mío, eso sí.

Cambiando de tema: ¡Tengo otro one-shot! ¡Y esta vez me salió de más de mil palabras! Genial xD. Me amo (?).

Autor: saki_riddle
Título: Nada que perder.
Tabla: Tabla de series (04. Nada que perder)
Fandom: Historia Original.
Claim: Ruby+Kasch (Desde el punto de vista de la primera)
Advertencias: Ninguna.

Nada que perder

-Ruby…- Una voz masculina que yo bien conocía me llamó, suplicante. -Deja ya eso, necesitas descansar. Estás totalmente pálida, ¿cuántos días llevas sin salir?

Levanté la mirada del libro que leía, frustrada y molesta, y la trabé con la de la persona que me estaba regañando. Sus ojos grises reflejaban un disgusto bastante comprensible, pero no iba a dejar que me cohibieran.

-Estoy a punto de conseguirlo. Debo hacerlo, ya que esa bruja no te dijo el paradero de la puerta. -Repliqué mirándolo desafiante, y poniendo cierto énfasis en la palabra “bruja”, como si fuera un insulto.

Arqueó las cejas y me miró escéptico.

-Tus ojos están castaños, y supongo que sabes lo que eso significa.

Ya me lo esperaba. Sabía que había agotado mi magia en varios intentos fallidos por lograr el hechizo que quería, pero no iba a rendirme. A pesar de eso, abrí los ojos con fingida sorpresa, esperando que no se diera cuenta de que era puro teatro.

-Bueno, supongo que me esforcé demasiado. No importa, en unos minutos me recuperaré…- Sonreí e hice un gesto con la mano como quitándole importancia al asunto. Él me miró con dureza.

-No vas a conseguir nada como sigas a así. Debes descansar y despejar tu mente, sino sólo nos harás perder más tiempo.

Sabía que se preocupaba por mí, pero el estado de mi propia salud no iba a convencerme de nada, por eso prefirió recurrir a un argumento que estaba seguro de que me persuadiría. Y así lo hizo.

Él me sonrió, entendiendo por mi expresión que había ganado esa batalla. Sus ojos brillaron repentinamente, como si hubiera recordado algo de suma importancia que debía contarme.

-Por cierto, encontré una adivina. -Me dijo de repente, sonriendo radiante.

Esta vez fue mi turno de levantar las cejas con escepticismo.

-Sabes que no hay más adivinos aparte de…- Pero me interrumpió, negando con la cabeza.

-No un antiguo. Es una chica de nuestra edad, creo.

Tardé unos minutos en contestar, invadida por la incredulidad que lentamente se fue transformando en enojo. Él pareció deducir por mi expresión lo que iba a decir, pero guardó silencio de todas formas.

- ¿Y de qué nos sirve, si se puede saber? No tiene idea de nada, no nos va a ser útil si no sabe usar su poder, y tú mismo me acabas de reprochar el que pierda tiempo esforzándome de más. No podemos enseñarle. -No estaba segura de que mis quejas sirvieran de algo. Cuando se encaprichaba con una cosa, nada lo hacía entrar en razón hasta que veía su error. Y yo estaba segura de que se estaba equivocando.

Puso los ojos en blanco, pero no me hizo caso. Simplemente se encogió de hombros.

-Estoy seguro de que sabe muchas cosas. -Sentenció como si eso lo solucionara todo.

Entonces comencé a comprender qué pretendía. Eso más que apaciguarme, más bien logró aumentar mi enojo. Lo miré con más ira que antes.

-Planeas sacrificar su alma por información, ya que ella no debe saber las leyes, ¿no es así?

Hizo una mueca, y comprendí que había más motivos que no me podía explicar, porque yo no los entendería.

-Seguro sería más útil que ellas, incluso si no puede decirnos todo lo que ve -Replicó con un tono ácido que pocas veces le había oído utilizar. Pero no me acobardé. -. Por si no estás enterada, si no restauramos el equilibrio, poco importará lo que pase con su alma, todos moriremos.

-No me vengas con esa estupidez de “matar a unos pocos para salvar a muchos”. Hay otras maneras, y lo sabes.

-Intentaré que no me diga más de lo que puede. -Me dijo ya con un tono más calmo.

Me tranquilicé y le creí. Nunca se atrevería a utilizar a una persona de esa manera, debí saberlo desde un principio. Pero no era mi culpa que él a veces se sobrepasara para cumplir su misión.

-Aunque me tendrás que ayudar a buscarla. La vi en la calle hoy, y no sé nada de ella -Interpretó mí mirada correctamente y se apresuró a agregar: -. Sabes que mi instinto nunca falla, y el color de los ojos la delató.

Suspiré, preguntándome por qué él estaba tan empeñado en conseguir a esa chica. Sólo iba a causarle un montón de problemas innecesarios. “Pero no se puede esperar nada más de alguien tan egoísta”.

-Ya veo -Musité. Examiné su rostro con expresión pensativa, y luego sonreí despreocupadamente -Pues, que tengas suerte en tu búsqueda.

Quería dejar en claro que no tenía intenciones de ayudarlo para que cumpliera sus caprichos. Eso era asunto suyo.

Pero para mi desgracia, él sabía muy bien como manipularme.

-Ruby…- Susurró suplicante. Su mirada era de lo más persuasiva, y mi anterior firmeza flaqueó ante ella. Como de costumbre, él no iba a perder.

-No. Olvídalo, no pienso ayudarte. -Dije intentando sonar tan decidida como antes, pero él percibió una nota de vacilación en mi voz. Ya me había ganado, y ambos lo sabíamos, pero yo era, y soy, demasiado obstinada.

-Sabes que a ti se te dan mejor los hechizos de búsqueda -Insistió. Aunque luego observó el libro que aún tenía entre mis manos y con una media sonrisa agregó -Al menos si se trata de personas.

Eso hirió mi orgullo, por supuesto. Le lancé una mirada de odio, y abrí la boca para replicar, pero sabía que eso sólo alargaría las cosas. Suspiré resignada y terminé aceptando.

-De acuerdo, de acuerdo. Te ayudaré, pero mañana. Ahora quiero descansar. -Cerré el libro y lo dejé sobre el escritorio. -Búscame los ingredientes y escríbeme una descripción detallada de la chica.

Él sonrió eufórico y asintió con la cabeza. Gruñí molesta, pero sin ánimos de discutir. Ya debería estar acostumbrada.

-Mañana te prepararé una jarra de café como recompensa.

-Y unas tostadas para el desayuno. -Agregué, sin dejar de sonar molesta. Me desperecé, y me levanté de la silla -Buenas noches, Kasch.

Salí de la habitación luego de oír su saludo, y me dirigí hacia mi cuarto. “Bueno,” pensé “necesitamos más gente como nosotros, realmente somos pocos. No será una pérdida de tiempo, espero.”

Y no lo sería.

claim: ruby+kasch, black holes and diamonds, lay nuevo, tabla de series, 04-nada que perder

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