[Reto Diario] 25/25: Compositora (Kaikan Phrase)
Título: Compositora
Fandom: Kaikan Phrase
Personajes: Ookouchi Sakuya, menciones de Yukimura Aine
Palabras: 1138
Notas: Basado en el anime, que tiene más argumento que el manga. Es una cuasi continuación del nº 2, "Armonía", aunque puede leerse de forma independiente. Vale para el quinesob
Resumen: Tras el concierto, Sakuya decide buscar a la estudiante que ha escrito C no Binetsu por todos los medios
COMPOSITORA
Tan pronto como regresó de su breve incursión al exterior, el resto de componentes de Lucifer comprendieron que Sakuya estaba de mal humor y que era mejor no preguntarle nada sobre la nueva canción ni sobre la chica que había escrito la letra. Al menos no hasta que se calmase.
Se cambió rápidamente de ropa y ni siquiera se despidió cuando se marchó, cerrando de un portazo. Se encaminó hacia la moto que había dejado aparcada en la puerta para personal autorizado, y emprendió la marcha a gran velocidad, camino de las oficinas de Jupiter Records. Si había algún medio de encontrar a aquella estudiante entre la multitud que poblaba Tokyo, era a través de ellos y su red de información, aunque había sido gracias a uno de los suyos que la hubiera perdido cuando la tenía tan cerca.
Minutos más tarde, ya en el edificio de la productora, se encerró en una sala de reuniones con unos folios y un bolígrafo, y trató de recordar todo lo que pudiera de ella. Tenía los ojos claros, de un inusual tono marrón, muy parecido al ámbar, y el pelo largo, liso y castaño. Se recreó un momento en la imagen de su rostro lleno de infantil curiosidad y asombro, mientras lo seguía, contemplando la parte trasera del escenario, y luego sacudió la cabeza, tratando de concentrarse en su uniforme, la pieza fundamental que le permitiría encontrarla. Estaba seguro de que la camisa era blanca y la falda verde, pero no conseguía recordar si la chaqueta era marrón o granate, y mucho menos el color de las medias. Y juraría que llevaba corbata en vez de lazo, pero tampoco lo recordaba con claridad. Cuando se habían encontrado por por primera vez aquella tarde apenas se había fijado en ella, preocupado como estaba por la letra sin escribir que tenía que presentar horas más tarde y por haber estado a punto de atropellarla, y luego apenas había tenido tiempo de detenerse en los detalles, entre el contraste de los focos del escenario y la oscuridad del auditorio, y no habían estado juntos más que unos breves momentos en el área de personal.
Tras cinco minutos tratando de recordar, se dio por vencido y con los datos que tenía, se encaminó a las oficinas.
-Necesito que encontréis un instituto por el uniforme - Kay Takako, que acababa de levantar el auricular del teléfono para realizar una llamada, lo miró desconcertada, pero Sakuya la ignoró -. No estoy seguro de algunas cosas, pero esto es lo que tengo - dejó el papel sobre su mesa -. Es importante.
La mujer, colgando el receptor, cogió la hoja y la leyó mientras el cantante se encaminaba hacia la salida. Los datos eran muy vagos, e iba a ser difícil, dado el número de colegios que había en la ciudad.
-¿Te lo ha pedido Sakaki?
Él frunció el ceño y se volvió hacia ella.
-Es más bien por él por lo que hay que buscar.
Estuvo tentada de preguntarle qué significaba aquello, pero cuando vio su expresión, claramente molesta, decidió dejar el tema de lado. Ya obtendría su respuesta más adelante.
-Llevará su tiempo, te lo advierto.
-No importa.
Lo observó por unos segundos mientras atravesaba la salida y después suspiró, volviendo a fijarse en los escuetos comentarios garabateados en aquel papel. Más valía que mereciera la pena. Llamando a dos de los asistentes, les encargó la búsqueda mientras ella se disponía a seguir con las llamadas de teléfono que tenía pendientes. Ya los iría supervisando de vez en cuando.
Había amanecido y no había noticias. Sakuya había pasado la noche en la sala de reuniones, donde había dormido durante unas horas, y se encaminó hacia la oficina. Sabía que la mayoría del personal había pasado allí la noche, delineando los futuros planes para los diferentes grupos que producían, algunos de los cuales llevaban retraso, o no iban tan bien como habían esperado. Sin embargo, todos esos asuntos le daban exactamente igual, sólo le importaba uno, y esperaba que ya hubiera resultados.
-Tenemos diez posibles institutos con los datos que nos has dado - anunció Kay al verlo aparecer.
Eran demasiados, y torció el gesto irritado. Tomó la carpeta que ella le tendía y hojeó los croquis de los uniformes impresos. Había todo tipo de tonos de verde, marrón y granate en aquellos dibujos, y fue descartando uno tras otro los que no coincidían con la imagen que tenía en mente.
-Si pudieras darnos más información, sería muy útil - intervino uno de los asistentes, mirándolo con evidente cansancio reflejado en sus pupilas -. ¿No te fijaste si llevaba algún escudo bordado en la chaqueta? ¿O si la falda tenía algún tipo de estampado, si era cruzada...?
Él movió la cabeza.
-Era la típica con tablas y... creo que tenía cuadros negr-
-¿Qué estás haciendo aquí?
Era de esperar que Sakaki estuviera ya por allí a aquellas horas, y el cantante, ante la interrupción, ladeó ligeramente la cabeza con una ceja arqueada, mirándolo con claro desinterés por encima de su hombro.
-Buscando a mi compositora - se volvió hacia Kay de nuevo -. Estos tres me parecen los más similares. Empezaremos por el que está en Nakano y luego el de Suginami. Katsushika está demasiado lejos.
Cogió una silla y se sentó junto al asistente que había comenzado a buscar en la red del primer colegio, ya que el mánager había reclamado la ayuda del otro y, por fin, tras horas delante del ordenador, Sakuya le pidió al hombre que no volviera a la página del listado de alumnos del segundo instituto, donde habían ido abriendo documento tras documento de todas las chicas que estudiaban allí, mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus labios. Sus grandes ojos lo contemplaban desde la fotografía que aparecía junto a su ficha de alumna, y se recostó en la silla mientras Takako, que se había acercado a ellos al oírle, ordenaba que se imprimiera la información.
-No le digas nada a Sasaki.
-¿Vas a explicarme ya todo esto? ¿A qué venía lo de “tu compositora”?
El joven sonrió enigmáticamente y, cogiendo una de las copias que habían sacado, se levantó, encaminándose hacia la puerta.
-Todo a su tiempo.
Se apoyó cansadamente en la pared del ascensor mientras bajaba al aparcamiento y volvió a mirar la fotografía. Iría a recogerla a la salida del instituto y le explicaría claramente por qué había utilizado su poema para la nueva canción y qué quería de ella. Se metió el papel en el bolsillo de la cazadora y se puso el casco mientras se acercaba a la moto, decidido a conseguirla, sin importar lo que tuviera que insistir.
Lucifer llegaría a lo más alto, con su música y su voz, y el talento para escribir letras de Yukimura Aine.
FIN
Fandom: Kaikan Phrase
Personajes: Ookouchi Sakuya, menciones de Yukimura Aine
Palabras: 1138
Notas: Basado en el anime, que tiene más argumento que el manga. Es una cuasi continuación del nº 2, "Armonía", aunque puede leerse de forma independiente. Vale para el quinesob
Resumen: Tras el concierto, Sakuya decide buscar a la estudiante que ha escrito C no Binetsu por todos los medios
COMPOSITORA
Tan pronto como regresó de su breve incursión al exterior, el resto de componentes de Lucifer comprendieron que Sakuya estaba de mal humor y que era mejor no preguntarle nada sobre la nueva canción ni sobre la chica que había escrito la letra. Al menos no hasta que se calmase.
Se cambió rápidamente de ropa y ni siquiera se despidió cuando se marchó, cerrando de un portazo. Se encaminó hacia la moto que había dejado aparcada en la puerta para personal autorizado, y emprendió la marcha a gran velocidad, camino de las oficinas de Jupiter Records. Si había algún medio de encontrar a aquella estudiante entre la multitud que poblaba Tokyo, era a través de ellos y su red de información, aunque había sido gracias a uno de los suyos que la hubiera perdido cuando la tenía tan cerca.
Minutos más tarde, ya en el edificio de la productora, se encerró en una sala de reuniones con unos folios y un bolígrafo, y trató de recordar todo lo que pudiera de ella. Tenía los ojos claros, de un inusual tono marrón, muy parecido al ámbar, y el pelo largo, liso y castaño. Se recreó un momento en la imagen de su rostro lleno de infantil curiosidad y asombro, mientras lo seguía, contemplando la parte trasera del escenario, y luego sacudió la cabeza, tratando de concentrarse en su uniforme, la pieza fundamental que le permitiría encontrarla. Estaba seguro de que la camisa era blanca y la falda verde, pero no conseguía recordar si la chaqueta era marrón o granate, y mucho menos el color de las medias. Y juraría que llevaba corbata en vez de lazo, pero tampoco lo recordaba con claridad. Cuando se habían encontrado por por primera vez aquella tarde apenas se había fijado en ella, preocupado como estaba por la letra sin escribir que tenía que presentar horas más tarde y por haber estado a punto de atropellarla, y luego apenas había tenido tiempo de detenerse en los detalles, entre el contraste de los focos del escenario y la oscuridad del auditorio, y no habían estado juntos más que unos breves momentos en el área de personal.
Tras cinco minutos tratando de recordar, se dio por vencido y con los datos que tenía, se encaminó a las oficinas.
-Necesito que encontréis un instituto por el uniforme - Kay Takako, que acababa de levantar el auricular del teléfono para realizar una llamada, lo miró desconcertada, pero Sakuya la ignoró -. No estoy seguro de algunas cosas, pero esto es lo que tengo - dejó el papel sobre su mesa -. Es importante.
La mujer, colgando el receptor, cogió la hoja y la leyó mientras el cantante se encaminaba hacia la salida. Los datos eran muy vagos, e iba a ser difícil, dado el número de colegios que había en la ciudad.
-¿Te lo ha pedido Sakaki?
Él frunció el ceño y se volvió hacia ella.
-Es más bien por él por lo que hay que buscar.
Estuvo tentada de preguntarle qué significaba aquello, pero cuando vio su expresión, claramente molesta, decidió dejar el tema de lado. Ya obtendría su respuesta más adelante.
-Llevará su tiempo, te lo advierto.
-No importa.
Lo observó por unos segundos mientras atravesaba la salida y después suspiró, volviendo a fijarse en los escuetos comentarios garabateados en aquel papel. Más valía que mereciera la pena. Llamando a dos de los asistentes, les encargó la búsqueda mientras ella se disponía a seguir con las llamadas de teléfono que tenía pendientes. Ya los iría supervisando de vez en cuando.
Había amanecido y no había noticias. Sakuya había pasado la noche en la sala de reuniones, donde había dormido durante unas horas, y se encaminó hacia la oficina. Sabía que la mayoría del personal había pasado allí la noche, delineando los futuros planes para los diferentes grupos que producían, algunos de los cuales llevaban retraso, o no iban tan bien como habían esperado. Sin embargo, todos esos asuntos le daban exactamente igual, sólo le importaba uno, y esperaba que ya hubiera resultados.
-Tenemos diez posibles institutos con los datos que nos has dado - anunció Kay al verlo aparecer.
Eran demasiados, y torció el gesto irritado. Tomó la carpeta que ella le tendía y hojeó los croquis de los uniformes impresos. Había todo tipo de tonos de verde, marrón y granate en aquellos dibujos, y fue descartando uno tras otro los que no coincidían con la imagen que tenía en mente.
-Si pudieras darnos más información, sería muy útil - intervino uno de los asistentes, mirándolo con evidente cansancio reflejado en sus pupilas -. ¿No te fijaste si llevaba algún escudo bordado en la chaqueta? ¿O si la falda tenía algún tipo de estampado, si era cruzada...?
Él movió la cabeza.
-Era la típica con tablas y... creo que tenía cuadros negr-
-¿Qué estás haciendo aquí?
Era de esperar que Sakaki estuviera ya por allí a aquellas horas, y el cantante, ante la interrupción, ladeó ligeramente la cabeza con una ceja arqueada, mirándolo con claro desinterés por encima de su hombro.
-Buscando a mi compositora - se volvió hacia Kay de nuevo -. Estos tres me parecen los más similares. Empezaremos por el que está en Nakano y luego el de Suginami. Katsushika está demasiado lejos.
Cogió una silla y se sentó junto al asistente que había comenzado a buscar en la red del primer colegio, ya que el mánager había reclamado la ayuda del otro y, por fin, tras horas delante del ordenador, Sakuya le pidió al hombre que no volviera a la página del listado de alumnos del segundo instituto, donde habían ido abriendo documento tras documento de todas las chicas que estudiaban allí, mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus labios. Sus grandes ojos lo contemplaban desde la fotografía que aparecía junto a su ficha de alumna, y se recostó en la silla mientras Takako, que se había acercado a ellos al oírle, ordenaba que se imprimiera la información.
-No le digas nada a Sasaki.
-¿Vas a explicarme ya todo esto? ¿A qué venía lo de “tu compositora”?
El joven sonrió enigmáticamente y, cogiendo una de las copias que habían sacado, se levantó, encaminándose hacia la puerta.
-Todo a su tiempo.
Se apoyó cansadamente en la pared del ascensor mientras bajaba al aparcamiento y volvió a mirar la fotografía. Iría a recogerla a la salida del instituto y le explicaría claramente por qué había utilizado su poema para la nueva canción y qué quería de ella. Se metió el papel en el bolsillo de la cazadora y se puso el casco mientras se acercaba a la moto, decidido a conseguirla, sin importar lo que tuviera que insistir.
Lucifer llegaría a lo más alto, con su música y su voz, y el talento para escribir letras de Yukimura Aine.
FIN