El proyecto sin título de Jared Padalecki (7/10)

Aug 29, 2009 22:15

¿Alguien recuerda El proyecto? Porque yo no lo he olvidado, pero otros fandoms y ocupaciones me han estado asaltando para que el capítulo 7 siguiera mirándome desde mi escritorio, poniéndome caras tristes. Para
b_beatrix, que ha venido a tirarme de la manga por mi impresentabilidad con este fanfic.

Título: El proyecto sin título de Jared Padalecki
Título original: The Jared Padalecki Untitled Project
Autora: sometimesophie
Pairing: Jensen Ackles / Jared Padalecki
Rating: PG-13
Disclaimer: Jensen y Jared no nos pertenecen ni a sometimesophie ni a mí, se pertenecen el uno al otro. La magnífica historia es toda ella obra de la susodicha sometimesophie. Yo solo traduzco y hago squee con su talento.
Resumen: Tras la cancelación de Supernatural, Jensen y Jared no se hablan. Pero una peli es una peli, y a Jensen de verdad que le viene muy bien el dinero.

~ Capítulo 1 ~
~ Capítulo 2 ~
~ Capítulo 3 ~
~ Capítulo 4 ~
~ Capítulo 5 ~
~ Capítulo 6 ~
~

El proyecto sin título de Jared Padalecki ~ Capítulo 7Jensen no puede dormir. Hay una botella de JD abajo, encima del frigorífico, lo sabe, llamándole al olvido, pero los números iluminados de su despertador le dicen que es lo suficientemente tarde en un domingo por la noche como para que aún esté borracho cuando llegue al set por la mañana, y a Jensen siempre le ha gustado pensar en sí mismo como un tío bastante profesional.

Un profesional que se follaba al co-protagonista. Sí, bueno.

Cambia de postura, se pone bocabajo y hunde las manos en el frío bajo las almohadas. Presionando la cara contra el hueco cálido que ha dejado su nuca, cierra los ojos y se queda así hasta que el deseo de respirar profundamente es demasiado intenso. Gira la almohada, vuelve a darse la vuelta y mira al techo, con la infelicidad acumulándose en la parte baja de su estómago.

A su lado, el reloj se mueve a ritmo lento entre las 02:58 y las 03:09.

Con el sonido de la frustración ronco en su garganta, baja la mano hacia los calzoncillos y se agarra con la fuerza suficiente como para que le duela. Mueve los dedos sin descanso, arriba y abajo, arriba y abajo, con la vista desenfocada y borrosa, la boca apretada en el gesto tenso y resignado del hombre que está listo para enfrentarse a la línea de fuego. Esto no tiene nada que ver con el placer, después de todo.

No piensa en Jared. La mano cálida de Jared en su muslo. Los labios de Jared sobre los suyos. La expresión de Jared cuando le dijo que no. No piensa en él en absoluto. Tiene mucha práctica en ello.

No le lleva demasiado tiempo.

Le hace pensar en el pasado. Hace bastante más de un año desde que no pierde el control de forma tan espectacular, mordiéndose con fuerza los dedos mientras su otra mano le arranca el orgasmo, definitivamente sin pensar en Jared.

Hubo mucha emoción en el ambiente cuando anunciaron que iba a publicarse una autobiografía de Jared Padalecki. Jensen puso los ojos en blanco ante la idea, resopló con el título -Simplemente yo, o alguna pollada por el estilo- y le dijo a Chris que si Jared decía una mierda sobre él entonces iría a sacarle los dientes, y que a ver si alguien podía detenerlo. Chris dijo que hablar con su abogado podría ser un paso más sensato, muy serio y con aspecto preocupado, y le llevó a Jensen un par de latidos darse cuenta de qué era lo que no le estaba diciendo.

-No lo haría -dijo, sintiéndose casi enfermo y mareado.

-Podría hacerlo -contestó Chris, encogiéndose de hombros.

Tras mucha deliberación y murmurar muchos tacos, Jensen no habló con su abogado. Lo que sí hizo, sin embargo, fue encargar el libro en Amazon, y observar con agitación cómo los presentadores de televisión se sentaban tras sus escritorios y anunciaban muy emocionados que el nuevo libro de Padalecki traía al parecer ciertos datos, particularmente jugosos y antes desconocidos, sobre la estrella, aunque las fuentes no estaban diciendo cuáles eran exactamente.

El día de la publicación, el teléfono lo despertó a las nueve y media, y si eso no era una mala señal, no sabía qué podía serlo. Ignorando el sonido irritante y sin molestarse siquiera en comprobar quién llamaba, se sentó a mirar fijamente la mesa de la cocina, esperando su paquete.

Para cuando llamaron al timbre y se levantó para firmar, el teléfono había sonado un total de siete veces. Al rasgar el envoltorio, la cara sonriente de Jared le miró desde la portada, y Jensen gruñó, abrió el libro con agresividad y empezó a buscar su nombre en los capítulos relacionados con Supernatural.

Una hora más tarde, con la cabeza dando vueltas, lo dejó. No había nada. Jared hablaba bastante de él, por supuesto, porque no se puede simplemente dejar fuera al coprotagonista de la serie que te hace famoso. Especialmente si la relación con dicho coprotagonista terminó mal. Pero era todo del tipo Estoy muy agradecido o Jensen es un tío genial o Me siento honrado de haber podido trabajar con o Espero poder agradecérselo algún día.

Nada.

Se hizo un poco de café y por fin miró el móvil. Llamadas perdidas de Chris y una de su hermana. Un par de mensajes de Chris. El primero: contsta l móvil gilipoyas. El segundo: nciend la tv.

Jensen se encogió de hombros, bebió un poco más de café, y fue a por el mando. Sentado en el sofá, recorrió los canales hasta que el nombre de Jared le llamó la atención en un noticiario.

-… es bisexual -decía la presentadora, sus ojos cargados de maquillaje redondos con la sorpresa mal escondida, como si no se creyera las palabras que estaba leyendo-. En su autobiografía, que acaba de publicarse hoy, el señor Padalecki lo descubre todo. En una entrevista pregrabada, la única que según él va a conceder, el actor nos cuenta sus razones para contarlo todo de una manera tan espectacular.

La imagen pasó a Jared sentado en un sofá plush, con luz artísticamente tenue.

-Bueno -decía, con una sonrisa seca-. Habrá gente ahí fuera que piense que es una maniobra publicitaria, todo sobre el dinero, ¿sabes? En plan “compra mi libro porque soy bisexual”, o algo igualmente maravilloso -se rió, boca ancha y roja-. Pero, ¿la verdad?, soy un tío bastante privado. Adoro a mis fans como nadie, pero no quiero que sepan todo lo que se puede saber sobre mí. Eso no molaría. Y ellos son geniales, porque lo respetan. Pero ¿esto? Bueno, la sexualidad es algo bastante fuerte, y he pensado que se merecen mi sinceridad al respecto. Me ha llevado bastante tiempo darme cuenta de cómo me siento exactamente, y ha sido difícil… -hizo una pausa, y miró a la cámara con rostro serio-, pero si puedo ayudar a alguien más a sentirse a gusto con quién es, entonces quiero hacerlo. No deberías tener que esconderte.

La imagen volvió a la presentadora, que sonreía encantadoramente.

-Un tío genial, ¿verdad, Gary?

Su compañero sonrió, ordenando los papeles que tenía delante.

-Tienes razón, Karen. Se necesita valor -luego se giró hacia la cámara-. Y ahora, nos vamos con las noticias internacionales y la huelga en…

A su lado, el teléfono de Jensen vibró, y rebuscó a su alrededor con los ojos aún fijos en la pantalla de televisión. Reuniendo fuerza de voluntad, por fin miró abajo, y no le sorprendió del todo quién era el remitente.

si crees q lo sta haciendo x cualkier otro, voy yo mismo a dejart las cosas claras. 1 abrazo.

Jared miró el mensaje durante un buen rato, sintiendo retortijones en el fondo del pecho. Luego encajó la mandíbula, lo eliminó, se apartó la tela de franela de la bata y rodeó con una mano su polla erecta. Le llevó tres sacudidas, con la otra mano arañando la tapicería, y cuando se corrió no consiguió acallar del todo el sonido lastimero que salía de algún punto de su interior.

Algunas cosas nunca cambian, piensa Jensen, mientras se quita torpemente los calzoncillos mojados con una mueca de asco y los lanza en la dirección general de la pila de ropa sucia que se amontona desordenadamente en un rincón de la habitación. Como el hecho de que su cerebro y su puta libido obviamente no se dirigen la palabra. Le duele la polla con el recuerdo de los dedos demasiado apretados, y está vengativamente contento por ello. Cubriéndose hasta las orejas con las sábanas, cierra los ojos, espera a que los latidos de su corazón se ralenticen y trata de no odiarse demasiado a sí mismo.

Un paso adelante, dos atrás. Desearía no haber creído que podría estar bien volver a ver a Jared.

~

El lunes, se entera por las chicas de maquillaje que Jared ha llamado diciendo que está enfermo.

No finge estar particularmente afectado por ello. No hay mucha gente en el equipo (joder, no la hay en el país) que no tenga sospechas sobre cómo están las cosas entre Jared y él, y no va a disimular para hacerse el educado. Le sorprende, sin embargo; si es del todo honesto, sabe que le preocuparía, sólo un poco, si no estuviese tan enfadado con Jared (joder, si en realidad Jared le cayera bien), porque Jared es la clase de tío que se dispararía en el pie por accidente y llegaría al día siguiente, todo sonrisas y aspirinas y estoy bien.

Se niega a pensar más de la cuenta en el tema (que ni siquiera es asunto suyo) y en lugar de ello se dedica a agradecer el inesperado descanso. Ni siquiera le importa pasar el día enviado de un escenario a otro, de vestuario a maquillaje, de cámara a cámara, haciendo primeros planos y volviendo a grabar escenas desquiciantemente lentas y aburridas, que normalmente le hacen tener ganas de sacarse los ojos sólo para disfrutar de un poco de emoción en el hospital. Siempre que Jared no esté por ahí, a Jensen le parece perfecto.

Cuando Andrew llama para comer y le hace un gesto, con el rostro sombrío, para preguntarle qué pasa con Jared, Jensen se encoge de hombros con desgana y dice que no tiene ni idea sin sentirse culpable en lo más mínimo. Si a Jared le apetece, puede explicarse después. Que le aspen si va a inventarse excusas por él.

-Estuviste con él ayer -señala Andrew.

Jensen duda, incapaz de impedir que su mente se acobarde ante las emociones que le asaltan sólo al pensar en el domingo, y sabe que Andrew se da cuenta por cómo sus ojos se estrechan en algo que parece sospecha. Jensen siempre ha pensado que los directores eran especialmente perceptivos. Sabe por experiencia que es muy difícil mentir a esos cabrones. Supone que es probablemente porque se ganan la vida mirando a la gente, interpretando sus expresiones, tratando de conseguir esa toma perfecta para la posteridad.

-Sí, bueno -dice, incómodo-. No estaba mal entonces.

Andrew le observa en silencio durante un momento largo, luego hace un “hmph” de una forma que suena como si no descartara un envenenamiento por parte de Jensen, y se da la vuelta.

-Ve a comer algo -dice secamente-. Te necesito de vuelta aquí lo antes posible. Haremos escenas con iluminación hasta las seis.

Jensen gime y camina penosamente hacia la tienda de catering. Tiene la sensación de que lo están castigando, y si eso no es un poquito injusto, no sabe qué coño lo es. Ni que fuera Jared el que podría presentar una denuncia por acoso sexual, por el amor de Dios.

~

Jared lo está mirando. Jensen cambia de postura y trata de concentrarse en lo que dice Jeremy sobre las alteraciones del guión -ponemos este trozo aquí y este allí, quitamos esto y añadimos esto porque a Andrew no le gusta y creo que tiene razón, no es el ritmo adecuado, ¿lo veis?-, pero no es fácil. Ve a Jared por el rabillo del ojo, y ni siquiera está fingiendo que escucha a Jeremy, sentado inclinado hacia atrás, con la boca fruncida en una raya sombría, con la atención enfocada por completo en Jensen. Es jodidamente irritante, eso es lo que es, y Jensen gira la cabeza ligeramente y le mira mal antes de volver a asentir vagamente ante los ruidos que emite el guionista.

Hasta ahora, esta mañana Jared y él no se han dirigido el uno al otro más que con un incómodo “eh”, y Jensen no cree que la cosa vaya a mejorar con el rodaje de la tarde. No sabe lo que hizo Jared consigo mismo ayer, pero no parece haber servido de mucho. Está más agresivo de lo que Jensen lo ha visto nunca, y prácticamente se ha lanzado a una airada discusión con una de las chicas de maquillaje porque le ha dicho que parecía tenso. A decir verdad, evitar el tema del domingo le parece a Jensen una idea absolutamente maravillosa. Se ha hecho un experto en esconder la cabeza en la arena cuando le conviene.

-Bueno, creo que ya está -dice Jeremy, sonriendo ampliamente, y Jensen se siente más que un poco culpable porque sabe que va a tener que pedirle al muchacho que lo repita todo en un futuro próximo. Asiente, se levanta de la silla y le da una palmada en el hombro.

-Gracias, tío -dice-. Intentaré recordarlo. Tengo la memoria de un maldito pez -sonríe casi pidiendo disculpas y se dispone a salir del despacho móvil.

-Jensen, espera un momento -dice Jared de repente, desde detrás de él, y Jensen se detiene bruscamente con la mano en el pomo de la puerta.

-Lo siento -dice, con calma, a pesar de que el corazón está dando saltos junto a su garganta-. Todo ese café me está afectando. Tengo que ir a mear -y cierra la puerta tras él, dando grandes zancadas entre los departamentos de administración y atrezzo, esperando escuchar el sonido de pisadas tras él y sentir una mano en el hombro en cualquier momento. Gira tras la tienda de catering y da una vuelta entre los tráileres hasta llegar al suyo. Cerrando la puerta con un suspiro de alivio, se tira al colchón.

Se siente como un idiota, pero cualquier cosa parece preferible a estar a solas con Jared en este momento.

~

El miércoles hay más de lo mismo. Si acaso, Jared se retrae aún más en sí mismo, demasiado distraído para cualquier cosa que no sea la maldita cara de Jensen. Empieza a ponerse muy nervioso cerca de él, tan consciente de su proximidad como lo estaba cuando empezaron los ensayos, y se encarga de permanecer fuera de su alcance porque si Jared trata de tocarle otra vez, Jensen no está del todo seguro de cuál será su reacción. Será mejor para los dos, eso lo tiene claro, si no lo descubren nunca.

Como si las cosas no fueran lo suficientemente mal, el estado de ánimo de Jared parece tener un efecto directo sobre la mayor parte del equipo. Andrew no ha dejado de mirar mal a Jensen desde el lunes, y lo que solían ser sugerencias son ahora órdenes cortantes. La mujer tranquila que se ocupa de la administración perdió los papeles ante la actitud de Andrew y dijo en un tono lo suficientemente alto como para que se la oyera bien que podía ser que llevara veinte años trabajando con él, pero eso no quería decir que no pudiera encontrar trabajo en cualquier otro sitio. Desde entonces, el equipo de set que trabaja para ella se ha ocupado de sus tareas sin mucho entusiasmo, sonriendo de vez en cuando a Jensen pero sin charlar ni bromear como solían. A la hora del almuerzo, el stand de catering está más silencioso de lo que Jensen lo ha visto nunca, y la conversación que hay es mera especulación acerca de Jared. Cuando el hombre en cuestión aparece, coge una sola ración de comida y vuelve a su tráiler sin hablar con nadie, Jensen nota más de unas pocas miradas desaprobadoras dirigidas a su espalda. Hacen que se sienta extraño.

Al día siguiente, un hombre entra en el tráiler de maquillaje mientras peinan a Jensen.

-Hola -dice, y saca un trozo de cuerda de aspecto rugoso-. Soy el encargado de atarte hoy. Sólo quería pasarme y explicarte de antemano lo que haremos para que te sientas lo más cómodo posible. Soy Jeff, por cierto.

Jensen saluda con un asentimiento, y la mujer tras él le roza la oreja con el cepillo que blande.

-Deja de moverte -dice con tono de pocos amigos. Jensen pone los ojos en blanco en dirección a Jeff, que le devuelve una sonrisa.

-La cuerda -continúa, enseñándosela-. Parece fuerte, pero es más suave de lo normal. Tócala. Da un poco de sí, ha sido modificada para ser más elástica -lo demuestra, enrollándola dos veces sobre sus dos muñecas y estirando-. No habrá ningún peligro de que resultes herido.

-Es bueno saberlo -dice Jensen, mientras la puerta del tráiler se abre y Jared entra, con las manos enterradas en los bolsillos de la chaqueta y la gorra cubriéndole los ojos.

-Eh -dice, a nadie en particular, y se deja caer en la otra silla. Hay un frenesí de movimiento mientras avisan a la maquilladora encargada, una chica le quita la gorra con cuidado y empieza a cepillarle el pelo, y otra coge los polvos de maquillaje. Jared echa una ojeada a Jeff de arriba abajo, luego se gira y ocupa las manos en alisarse los vaqueros.

-¿Quién eres tú? -pregunta, y no es exactamente grosero, pero tampoco es exactamente educado.

-Soy Jeff -dice éste-. Voy a atar a tu colega.

Jared se queda muy rígido un momento. “Ya”, dice, y se calla. Jensen le lanza una mirada algo preocupada y tamborilea con los dedos contra el brazo de la silla con nerviosismo, mientras espera que den el visto bueno a su pelo.

El maldito problema de la retrospección, piensa con sólo un poco de amargura, es que consigue resaltar lo jodidamente imbécil que puedes ser. Porque ¿llamar “incómodo” a perder el conocimiento por accidente en la misma cama que Jared? es como llamar a la casa de Jensen “Taj Mahal”. Incómodo, y esto es algo que Jensen sabe ahora, es participar inocentemente en un amigable juego de dominación, dando por lo visto el visto bueno a que te metan mano, y después tener que volver a representar la escena delante de un montón de cámaras y un equipo entero de rodaje.

~

El escenario del sótano está brillantemente iluminado, pero es frío, y las cuerdas alrededor de sus muñecas pican. Jensen se mueve ligeramente sobre la silla y trata de no parecer demasiado impaciente. Nunca ha tenido tantas ganas de terminar una escena en su vida. Ahora mismo ve a Jared de pie a unos metros de distancia, con aspecto incómodo y más inseguro de lo que Jensen lo ha visto nunca en un entorno profesional, al parecer incapaz de mirarlo a él y de mirar a cualquier otro sitio. La adrenalina corre por los miembros de Jensen, y siente los latidos del corazón lentos y fuertes en la boca. Se pregunta si existe alguna posibilidad de que esto salga bien.

-De acuerdo -dice Andrew, profesional-, vamos a colocar la iluminación bien esta vez, chicos.

Lentamente, las luces se atenúan, convirtiendo el escenario en algo subterráneo y espeluznantemente desagradable. Más íntimo, piensa Jensen, y aprieta con fuerza los dedos detrás de la espalda.

-Así está bien -dice Andrew-. Vale. Posiciones de cámara tres y cuatro, recuérdalo, Jared. ¿Todos listos? -no hay objeciones-. De acuerdo. Tres, dos, uno.

Alguien grita “¡acción!” y Jensen cierra los ojos un momento. Cuando vuelve a abrirlos, arden de rabia.

-Eres un cabrón -dice, sacando a la superficie el enfado y escupiéndolo por encima del hombro, hacia donde sabe que está Jared-. No vas a salirte con la tuya en esto, ¿me oyes? No vas a… no… Tom, maldito cobarde. Suéltame.

Apenas puede oír a Jared moverse por encima de las palpitaciones que reverberan en su cabeza, pero Jensen sabe que lo está haciendo - preparándose para dar un paso adelante y representar su papel. Las palmas de Jensen están resbaladizas por el sudor, y se agarra con más desesperación de la que le gustaría creer a la idea de que cuanto antes hagan esto, antes habrá terminado todo.

-Tú lo has querido… -le oye decir, y se sobresalta, casi atravesándose el labio con los dientes-, por…

Hay una pausa larga, incómoda. Una pregunta educada desde detrás, y después Jared exclama, fuerte y repentino:

-No, lo siento. No puedo hacer esto.

Jensen tuerce el cuello y ve cómo Jared sale rígidamente del set, un asesor estupefacto ocupando su lugar mientras la otra figura se aleja rápidamente.

Jensen respira hondo y se vuelve para encontrarse cara a… pecho, con Andrew.

-Uno de vosotros -pronuncia claramente, mirándole desde arriba sombríamente- va a contarme qué coño es lo que está pasando.

Jensen lo mira a los ojos por un momento, y luego aparta la vista.

-Sácame de aquí -murmura al fin, tirando de las cuerdas sin mucho entusiasmo.

~

Andrew va al tráiler de Jensen un rato después. Llama a la puerta y luego entra sin esperar respuesta. Jensen alza la vista desde el sofá en que está repasando el guión revisado que le ha mandado Jeremy, y levanta una ceja hacia el director a modo de pregunta.

-He hablado con Jared -dice Andrew sin introducción-. Dice que hay un problema con la escena.

Jensen deja los papeles y se echa atrás.

-Y eso lo dice él. Jared es el que se ha ido, joder. O puede que sea porque yo estuviera atado, y no podía…

Andrew se frota las sienes con cansancio y le interrumpe impacientemente.

-Se refiere a los dos, Jensen. Dice que habéis tenido algunos problemas con los ensayos, y que lo arreglaréis con un poco más de tiempo.

Jensen lo mira fijamente y se niega a ruborizarse. ¿Problemas con los ensayos? Sí, ya sabes, justo en esa única escena en que él está jodidamente atado. Por Dios, ¿podría Jared ser un poco más obvio? Tal vez la próxima vez se limite a enseñarle unas esposas con el nombre de Jensen grabado en rosa y terminar de aclararlo.

Cambia de posición, incómodo, y se concentra en la uña de su dedo pulgar.

-Algo más de tiempo podría ayudar -dice simplemente.

-Bien -dice Andrew, y se gira para irse-. Tendré que hablar con Mark sobre el cambio de calendario. Le gusta estar informado sobre este tipo de cosas…

Mark, empieza a enlazar ideas el cerebro de Jensen. Mark, el productor ejecutivo. Mark, el productor ejecutivo, y su contrato.

-Espera -dice apresuradamente, y Andrew se detiene en la puerta. Jensen sonríe ampliamente y se levanta, con las manos extendidas-. Parece que son muchas molestias para ti, ¿no?

Andrew frunce el ceño, y luego se encoge de hombros.

-No me importaría librarme del lío, es verdad. Costará dinero, también, pero si vosotros dos no podéis hacerlo, entonces…

-Entonces no te preocupes -dice Jensen, ampliando aún más la sonrisa-. Yo me encargo de ello. Hablaré con Jared y todo irá bien. Créeme. Irá bien.

Andrew le mira duramente un momento, y por fin asiente.

-Está bien -dice despacio-, habla con Jared y trata de hacerle entrar en razón. Pero sólo tienes esta noche. No podemos permitirnos desperdiciar más tiempo.

Jensen sigue sonriendo, asiente, y espera a que cierre la puerta tras él antes de permitir que la expresión se deslice de su rostro.

~

De pie a la puerta de la casa de Jared, Jensen se recuerda a sí mismo que puede hacer esto. Joder, por la mitad de lo que le pagan por esta peli, Jensen podría hacer cualquier cosa. No va a limitarse a dejar que se le escape la oportunidad. Ajustándose el cuello de la camisa y pasándose una mano por el pelo, traga saliva y entra al porche. Duda durante un par de latidos más, se llama a sí mismo marica por lo bajo, y pulsa el timbre con firmeza.

Dentro, los perros empiezan a ladrar salvajemente, y la puerta tarda un minuto o así en abrirse con ayuda del pie de Jared, ya que sus manos y su otro pie están involucrados activamente en el control de los perros para que no se lancen sobre Jensen.

-Lo siento -dice Jared, riéndose casi sin respiración, con la cabeza baja y los ojos oscuros, concentrado en impedir que los perros se abran paso entre sus piernas-. Normalmente los tendría encerrados en la cocina, pero no esperaba… -levanta la vista, y queda paralizado-. Jensen.

-Hola -dice él tímidamente, y vuelve a pasarse los dedos entre el pelo. Se quedan en silencio incómodo un momento-. ¿Puedo…? ¿Puedo hablar contigo? -ofrece Jensen al fin.

-¿Cómo has entrado? -pregunta Jared, mirando hacia la verja cerrada sin apartarse de la puerta-. Joder -dice, echando un vistazo a la carretera vacía tras Jensen-, ¿cómo has llegado aquí, para empezar?

Jensen sonríe ligeramente.

-No estaba seguro de si me dejarías entrar. He aparcado en la carretera. Tu, er, tu jardinero me ha dejado pasar.

-Hostia puta -dice Jared, estirando el cuello hacia el césped frontal-, ¿sigue aquí? Ese cabrón pirado debería haberse ido hace por lo menos una hora -se vuelve y mira a Jensen otra vez, su expresión transformándose en una más alerta-. Vale -dice, al fin-, vamos.

Le hace un gesto y Jensen tiene que meterse en su espacio personal mientras Jared usa su cuerpo para mantener a los perros a raya, cerrando con cuidado la puerta tras ellos. No se ha echado su loción de afeitado usual, y huele exactamente como Jensen recuerda - a champú, y al mismo suavizante que solía usar, y a Jared. Cierra los ojos un momento luchando contra el entonces, encaja la mandíbula y lo sigue hacia el salón. Se sienta con cuidado en una esquina del sofá mientras Jared se hunde en el sillón, y ambos se miran desde la distancia que los separa, hasta que Jared dice “bueno”.

-Bueno -imita Jensen-. He venido a decir… A decir que creo que es jodidamente ridículo que no podamos hacer una estúpida escena juntos. Quiero decir, venga ya, tío. ¿Cuántos años tenemos?, ¿seis?

Jared coloca las manos sobre sus rodillas y suspira.

-Lo sé -dice suavemente, sin mirar a Jensen-, lo sé -el pelo en sus ojos otra vez, y Jensen no puede ver del todo su expresión, pero suena vacío, vencido.

Algo dentro de Jensen se encoge con desolación.

-Mira -dice, y traga bilis-, el beso. Yo… -duda, y después se obliga a sí mismo a continuar-. Lo siento. No debería haber pasado, pero… yo no debería haber reaccionado de esa forma -no puede mirar a Jared a los ojos-. Y en el set, es sólo que… quiero que vuelva el viejo Jared, ¿sabes? El tío que hace reír a todo el mundo, incluso a esa zorra de administración con la permanente -se ríe solo, y le suena débil y agudo, nada convincente-. Sólo… creo que deberíamos intentarlo otra vez. La escena, quiero decir… Trabajar juntos en ella y hacer que funcione y hacer una película jodidamente espectacular. Pero te necesito conmigo para eso -alza la vista, mira los ojos amplios de Jared, y se odia a sí mismo profundamente-. No puedo hacerlo sin ti, Jay.

Jared se queda en silencio durante un largo momento, completamente quieto, mirándolo con vacilación. Después habla, algo inseguro.

-Entonces, ¿todo está bien entre nosotros?

-Sí -dice Jensen, con una sonrisa frágil-. Claro que sí.

Cuando se va, alrededor de una hora después, tan lleno de Doritos y Coca-Cola que podría vomitar, Jared lo acompaña a la puerta y lo estrecha con fuerza entre sus brazos. Jensen se sorprende, y se pone tieso unos momentos antes de obligarse a sí mismo a relajarse en el contacto, subiendo un brazo para descansarlo sin fuerza en la espalda de Jared.

-Perdona -dice Jared, algo tímido, al apartarse-. Es sólo que… Significa mucho, ¿sabes?

-Sí -dice Jensen-. Sí.

Cuando Jared se despide con la mano y cierra la puerta tras él, Jensen siente que podría echarse a llorar.

No hay dinero en el mundo que valga esto.

~

~ Capítulo 8 ~

PD. Tú sólo dijiste que tenía que actualizar, criandomalvas. No vengas ahora a quejarte xDD

traduciendo que es gerundio, miamorestanvastocomoloshombrosdejared, jpup, jensen and jared are in love

Previous post Next post
Up