Mukuro vive al margen, con las normas que el mismo se forja, no duda, actúa en consecuencia a lo que quiere, su máxima ambición es el pequeño de los Vongola, Tsunayoshi Sawada.
Pero Tsuna confía, por mucho que le repitan, cree que Mukuro le puede amar.
Oh, pobre chiquillo, si tan siquiera imaginara por todo lo que paso… toda la sangre, los gritos
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