No es un día para celebrar, aunque me gustaría...

Nov 05, 2008 22:44

Ayer estaba muy emocionada: me había preparado mentalmente para no dormir gran cosa; a pesar de no contar con internet en casa, estaba bien organizada para el radio, la tv y las noticias impresas: Mc Cain versus Obama era el platillo principal, y eso mismo creían tooodas las televisoras, radiodifusoras y periódicos.

Me preparé en mi recámara: gatos estratégicamente acostados en cama, Grencia encendido, la TV presintonizada en los canales con la mejor cobertura en Estados Unidos, la estación de radio lista y a buen volumen...

Y bajé a eso de las 7.30 pm por un libro (me está dando un ataque de lecturas históricas y se me ocurrió buscar uno). Para no perder detalle encendí el radio de la sala. Las noticias dieron un vuelco: una "avioneta" había caído en céntrico lugar de Ciudad de México. Pensé todo tipo de cosas, al igual que el primer medio de comunicación que llegó al lugar (a quienes escuchaba, los buenazos de Formato 21 -790 de AM- altamente recomendables), inmediatamente después comenzó a fluír la información. Para las 9 pm, con todos los medios en cobertura no de los resultados en la Unión Americana, sino del conteo de destrozos y muertos, heridos y desaparecidos en el siniestro, lo que tenía ante mis ojos era la terrible noticia: el Secretario de Gobernación (algo así como el vicepresidente) había muerto en el Jet, junto con gente de su gabinete y un ex-secretario de la procuraduría de justicia -quien por cierto, estaba amenazado por el crimen organizado desde tiempo atrás- así como los tripulantes de la nave -que según se sabe, en 2006 jamás recibió mantenimiento.

La info fluía hasta que se confirmó el hecho. El secretario de Gobernación era por muchos motivos fundamental en el gobierno. Enfrentaba problemas que involucraban supuestos dudosos negocios de su padre, su nacionalidad (hijo de naturalizados españoles) y otros asuntos. Se había barajado semanas atás su posible relevo en la secretaría... bueno, ahora ya es una realidad.

La noche de ayer me causó dolor d ecabeza. Ni el favorable resultado de Barack Obama como el flamante nuevo presidente de los Estados Unidos me quitó la amargura del momento. Como ser humano, político y miembro activo del partido al que perteneció el Secretario, tengo muchas razones para estar nerviosa. Esta administración ha pasado por muchos conflictos, y la muerte de la mano derecha-compañero y amigo del Presidente es una terrible cereza que hace más amargo el pastel de los tiempos que corren.

Ahora estamos esperando al relevo, pero el anuncio que Felipe -nuestro presidente- dio anoche, con la voz entrecortada, el dolor visible, mezcla de sorpresa y préocupación debe tomarse con todo el sentido que tiene: la muerte de estas personas en el cumplimiento de su deber debe ser un motivo que nos haga luchar más fuerte por los compromisos que se han asumido. Trabajr más, mejor, salir adelante sin miedo.

Las cosas no parecen mejorar, pero s eha llegado al punto en que no es posible caer más allá. Nos preguntamos ¿qué sigue? el crimen organizado no da tregua, pero tampoco deben darla las autoridades. Ninguno de nosotros debe dejar de hacer su trabajo. Hay que salir adelante.

Me dolía la cabeza sí, creo que la empatía que siento me ha provocado dolor, pero lo prefiero, un millón de veces, a la indiferencia e ignorancia que tantos otros esgrimen para evadirse de sus responsabilidades. Prefiero saber, y preocuparme porque sólo de ese modo seré capaz de dar mi mayor esfuerzo, en lo que me corresponde, para mejorar a mi país, a mi entorno, a mi gente y a mí misma.

Estoy segura que la muerte de estas personas no va a ser en vano. Veremos pronto los resultados de una política que, aunque con tropezones, está cambiando las cosas. Lo que resta del cambio es cuestión personal.

Y definitivamente, la victoria de Obama también me da esperanzas a nivel internacional. Ojalá este hombre logre solucionar aunque sea el 50% de lo que ha prometido. Confío en que sí. Puede que estemos viendo el final de Estados Unidos como la gran potencia hegemónica, pero puede que también estemos observando el fin de una era de injusticia y capitalismo criminal, para abrir otra de mercados competitivos, equidad y desarrollo sustentable. Veremos, Obama tiene cuatro años para probarlo, y confiando en la reelección, imagino que le quedan otros más.

Como sea, tengo un humor raro el día de hoy, y este discursito lo prueba.
Me dedicaré a comprar los periódicos que me parecen los mejores (Crónica, Milenio, El Financiero, El Economista, etc) para entender mejor lo que había esperado con ansias, hasta las 7.30.

Saludos.
(Y Morita Masakazu estará en Toronto a mediados de Noviembre ¿PORKÉ ME GASTÉ TODA MI PLATA????? argh... en fin...).

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