La segunda y última parte de las tablas. Alcaro que escogi el mismo Fandom y Claim.
Espero que disfruten y me dejen cualquier comentario.
^^
Saludos
Fandom: Tiempo Variable
Claim: Glenn / Mario
Orgullo
La mayoría de las veces pudiera pensar que dos personas que se quieren, se estima o respetan pueden llevarse bien, sin roces ni discusiones. No en el caso de Glenn y Mario. Ambos economistas, conocedores en su ramo de números y graficas. Un problema cuando el orgullo y la lucha de egos se hacen presente. Mario siempre quería tener la razón, en muchas ocasiones enfrentaba con Glenn temas diversos de porcentajes absurdos, ridículos, hasta lo llegó a llamar novato. Glenn aunque siempre terminaba por darle la razón a Mario, disgustaba mucho esa parte de tener que decir: sí tienes razón. Ambos eran experimentados en su rama, analizaban la crisis económica del país y mundial, ambos tenían colaboradores, gente que estudiaba los mismos riesgos. Siempre era una guerra, una lucha territorial cual animales salvajes en la sabana.
Algo simple que no se pudiera solucionar en la cama, pero hasta ese momento era una pelea campal. Ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder pese a saber el placer de ser el pasivo. Luego de una discusión acalorada en la mesa, el final era mucho más ardiente, Glenn siempre terminaba abajo, dejando que un orgulloso y fuerte Mario lo tomara de los muslos mientras le susurraba quien mandaba.
Sueños
- ¿Soy un artista frustrado?- preguntó Glenn, se levantó del sofá al escuchar a Mario con una de sus cátedras moralistas y de buscar un futuro.
Glenn tenía sueños frustrados como todos los humanos, Mario también, pero menos, muchos de sus sueños los cumplió otros simplemente los olvido. Glenn tocaba la guitarra, pintaba, leía poesía y le gustaba la soledad aunque a las tres de la madrugada llorara por eso mismo. Mario quería en realidad llevar está relación más a fondo, tener algo solido y estable, pero tenía que sacrificar los sueños frustrados de alguien más. Se negaba a vivir y aceptar a un idealista. Mario vivía en la realidad, en la crisis económica, en que los amores eternos existen si uno lucha por ellos. Era egoísta.
- Se realista, haciendo todas esas cosas como hobby está bien, nosotros somos hombres importantes, de mundo, para nosotros se hizo el arte no para que la hagamos. Glenn, vivamos juntos. Tú buscas un lugar dónde vivir, mi casa es grande. ¿Qué dices?
- Todo el tiempo va a ser así, vas a querer controlarme, dominarme. No soy ninguna de esas mujeres que te idolatran, no soy uno de esos que te admiran y…
No terminó de hablar, Mario lo besó. Una vez más manipulaba la situación. Aunque ahora Glenn tenía más motivos para rechazarlo y quizá poder dejarlo. Se alejó y salió de su casa. No importaba que sus sueños estuvieran frustrados o rotos, era feliz, con todo y su soledad, no necesitaba a Mario.
Sexo
Dicen que todo se soluciona con un buen revolcón en la cama. Las reconciliaciones son así, la mayoría de las veces y saben más exquisitas que las relaciones de costumbre. Mario no estaba dispuesto a perder a la única persona con la que podía discutir, hablar de todo, compartir los mismos gustos y los mismos vicios. Si viviera con él tendría no sólo un amigo, amante, si no una pareja, igual que él. La idea lo sedujo que hasta pensó en la mítica alma gemela.
Aquella mañana recogió a Glenn y lo llevo afueras de la ciudad a un pueblo cercano. A pesar del poco ánimo del artista de números, se divirtió. Recorrieron el pueblo, las iglesias y comieron en un restaurante con comida típica y música del lugar. No hablaron sobre ellos, Glenn estaba callado y serio. Mario trataba de no ser afectado por esa aura indiferente. Al llegar la noche y salir a un bar, Glenn estaba más alegre, el alcohol siempre lo divertía, tanto que perdonó a Mario por su egoísmo y pendejes mayor.
Todo lo demás se resume en esa reconciliación tan esperada. La cama del hotel, el baño, la ventana. Cada nota de voz se hundía desesperada en la piel, a dentro y fuera del cuerpo de Mario, por qué se sintió culpable y sacrifico su cuerpo para bajar esa nube de distancia entre ellos. El sexo en un hotel era vulgar, corriente, el estilo perfecto de Glenn. Mario no se molestaba en detalles, disfrutaba.
Descubrimiento
Se conocieron en un simposio de esos que hace el gobierno para todos los economistas, la crisis estaba en su apogeo y ellos fueron invitados. Mario por parte de su trabajo con el periódico y Glenn por ser miembro de la Bolsa de Valores. Sentados casualmente uno alado del otro. Intercambiaron puntos de vista, hasta llegar a contrapuntear.
- Eso es una mamada de término inflacionario- dijo Glenn muy molesto al escuchar algunos puntos de Mario.
- No, no lo es, has leído las redacciones del Banco Nacional- respondió indignado por el tono y la palabra que uso Glenn.
Así fue como comenzaron su relación amistad-sexo-amorosa. Descubrieron con el tiempo las cosas que tenían en común, desde la música hasta las películas. Discutían sobre temas que nadie más en el mundo entendería. Se encontraron siendo amigos para, sin darse cuenta, ser amantes. Estaban solos, ambos esperaban, buscaban, sin darse cuenta que el que busca encuentra. Al principio era incomodo y ninguno de los dos pudo aceptar aquella vez que se besaron al despedirse. Todo por qué Mario comentó que hace mucho beso a un muchacho en la secundaria y Glenn se rió, también tenía curiosidad por saber que se sentía. El tango se baila entre dos.
Para cuando Mario se dio cuenta ya estaba enamorad de Glenn. No por ser hombre, inteligente ni compartir muchas cosas con él, amaba a ese ser humano que se descubrió sin proponérselo. Con Glen fue más complicado aceptarlo, noches enteras negándose a la atracción que sentía por su colega, mientras más lo negaba el sentimiento creció, hasta dejar que lo tomara las veces que se le antojara. A veces deseó no haber ido a ese simposio o sentarse lejos de él cuando empezó con la charla, pero nadie puede ir en contra del destino. Dicen…
Hombre
Ninguno de los dos espero que alguien descubriera su relación. Habían mantenido el secreto de manera discreta y cualquiera que los viese en la calle sólo eran amigos, socios, colegas. Nadie imaginaria que tuvieran una relación tan fuerte y se conocieran bien. Mario tenía muchos amigos, tantos regados por la ciudad que podía encontrarlos en cualquier momento. Glenn no tantos como quisiera, pero si estaba mucho tiempo por ciertos lugares entonces los encontraría. La mañana del domingo, Manuel llamó a Glenn para correr como de costumbre con la bici por la avenida. Del ajetreo de a noche no supo dónde quedo su BlackBerry que por error contesto Mario ya que tenían el mismo modelo. Glenn no se preocupo hasta que se encontró con Manuel horas más tarde.
- ¿Quién es Mario?- preguntó.
- Un amigo, se quedo a dormir en mi casa ese día.
- Nunca me habías hablado de él.
- Es sólo un hombre, no pasa nada, ya te dije se quedo en casa porque se le hizo noche y así guey- aunque tratara de actuar normal o disimular sabía que no duraría por mucho. Manuel era meticuloso e indagaba cuando algo le interesaba.
Un hombre, ese era el problema aunque la sociedad le da libertad en muchos aspectos, los reprime en otros. Ese machismo humano que no los deja tranquilos nunca. Glenn pudo contarle a Germán, su amigo de año que no vivía en la ciudad, sobre Mario, las discusiones y el olor de su cabello. Qué parecía que encontró en él lo que había buscando por años, lástima tal vez que no fuera una hermosa muchacha con piel delicada, si no un guapo joven de treinta y cinco años.
Cuerpo
Muchas veces Mario discutía con Glenn por la pinta de desnutrido y hasta moribundo que tenía. Le gustaba su delgadez pero no quería tenerlo en los huesos. Jamás había deseado y admirado el cuerpo de otro ser humano como le pasa con él. Las mujeres eran insípidas algunas veces y no hablaba mucho de ellas ni con ellas. Alguna vez llegó a pensar que no existen las mujeres perfectas, sólo estúpidos que se creen el cuento. Poco a poco aprendió a no sólo valorar si no admirar el cuerpo de su amante y el suyo mismo, pues se cuidaba más para conservar algo de lo que Glen pudiera gustar. Aunque esa manía de Glen de beber cada fin de semana o a veces desde el miércoles hasta el domingo no le agradaba mucho. Comenzó a hablar de comida nutritiva y vegetal, de la casa y un perro. Mientras no hablara de matrimonio Glen no saldría corriendo.
Así era, todas las mañanas de los fines de semana a andar en bicicleta por la ciudad. Hasta parecían una pareja normal y feliz. Con tal de seguir conservando la juventud, lo que durara.
Grito
Las discusiones eran casi diario, pero eran ligeras y soportables, ambos se acostumbraron. A decir verdad nunca habían tenido una discusión fuerte al grado de llegar a los gritos o hasta insultos. Los meses que llevaban eran normales, quizá porque ambos eran hombres y se entendían perfectamente.
Sin embargo, nada puede durar así por siempre por que según el cosmos debe haber un equilibrio, cosa que en esa relación faltaba. Esa noche cada quien estaba con sus amigos a los cuales habían dejado de ver por estar juntos. Desgraciadamente empezaron las sospechas. Mario en casa de un amigo al sur de la ciudad era cuestionado por su mejor amiga Karla: “¿sales con alguien?” “ya no te he visto últimamente, hasta tu humor cambió” Mario negó con la propiedad que lo caracterizaba. Hubiera querido gritarle a su amiga que amaba a Glenn tanto como para mandar al diablo a todos y todo. Así era, desgraciadamente Glenn la estaba pasando un poco mal. Muchos de sus amigos imaginaban a su amante tal como Glenn la describía, porque para que lo dejaran en paz tuvo que inventarse a “Daria” su amante en turno. Daria tenía los ojos como Mario, el cabello de la misma textura y también lo regañaba si bebía de más. También quería gritar que lo dejaran en paz, Mario era más confiable que una mujer interesada por el dinero que no tiene.
Debilidad
De un tiempo a la fecha los papeles en la cama se invirtieron: Glen era el activo, no por qué fuera muy bueno haciéndolo, si no porque Mario le había agarrado el gusto a eso del punto G. Y quería sentir aún más a esa persona que amaba. A Glenn le daba igual si arriba o abajo, ya estaba acostumbrado a la bipolaridad de Mario, así como a su mal carácter o que se enojaba por todo. Mario tal vez era el que más daba en la relación, era el más vulnerable a salir lastimado pero el que mejor conocía las debilidades de Glenn.
Lo aprendió a dominar desde el principio, más que eso, a educarlo. Podía estar seguro de hacerlo suyo como un cachorro sin miedo a que se perdiera de casa. Glenn no lo sabía, ignoraba aún muchas cosas, sólo se dejaba llevar por que coger con Mario era delicioso en muchos sentidos y estar con él al terminar de follar. No se quejaba por prender un cigarro ni andar desnudo por la casa.
La debilidad más grande de Glenn era su soledad y su pasado. Una vez estuvo casado, por eso no podía desperdiciar perder otra oportunidad de ser feliz, no sabía si con Mario o con una mujer, por ahora él único que importaba era él.
Despacio en la cama, lo tomó como si se tratara de una mujer, cosa que molesto a Mario, ya lo había entrenado para coger como los hombres, sin nada de delicadezas o lindas frases de cuidado. Nada de eso, a Mario le gustaba que abrieran sus piernas de golpe y se la metieran sin preguntar, fuerte, rápido, que doliera, con cada arremetida se sentía más con vida y también Glenn por que se lastimaba un poco al entrar. Ambos eran débiles en ese sentido, en la cama, vulnerables y hermosos. Tal como dijeron una vez los romanos.
Valor
- Ya se venció el alquiler de mi departamento- dijo Glenn en casa de Mario- por eso buscaba urgentemente casa. Tengo tanas cosas en la cabeza, ya no sé por dónde empezar.
- Mi casa es grande, ven conmigo, deja ese estúpido orgullo y el que dirán. Te dije que quería vivir contigo. Dejaré que me hagas de comer.
- Lo ves sencillo pero… ambos sabemos que esto significa dar un paso más, aunque les diga que eres mi rommy se van a dar cuenta. ¿Dormiremos en la misma cama, cierto? Mario yo agradezco que…
- Te hace falta valor, y los guevos bien puestos para decidir. Puedes cogerme casi todos los días pero no puedes vivir conmigo.
Otra de esas conversaciones acerca del valor, los valores y el amor. A veces Mario se comportaba como una mujer y si lo decía ardería Troya con Glenn adentro. Así que sólo asentía y esperaba a poder explicarle mejor su postura, aunque no llevaba las de perder. En realidad necesitaba conseguir algo pronto, en menos de dos semanas, no tenía a donde ir, no era momento de ponerse dramático. Aunque hubiera preferido que si iba a vivir con Mario hubiera sido por decisión propia no por necesidad, se sentía como esas muchachitas menores de edad que se juntaban con sus novios tras salir embarazadas, mas necesidad que amor.
Sí, Glenn no tenía valor, además de que no sabía expresar sus sentimientos. No tuvo más remedio que vivir con Mario, sólo temporalmente en lo que conseguía otro lugar.
Final
Karla, amiga de Mario los descubrió en la sala. Mario olvido que ella tenía una copia de la llave del departamento por si alguna emergencia. Al entrar escuchó ruidos que venían de la sala. La escena se quedaría grabada en su mente por muchos años. Mario boca abajo, apoyando sus manos en el respaldo del sillón más pequeño, sudando, gimiendo. Glenn lo tomaba mientras lo sostenía de las caderas. Tiró las llaves y salió corriendo de la casa.
Desde un principio la idea de vivir juntos no tenía contento a Glenn y menos que la mejor amiga de su amante tuviera las llaves. La pregunta era: ¿y ahora?
- Karla no dirá nada, está sacada de onda, es todo- Aseguro Mario mientras tomaba café cómodamente en la mesa.
Glenn no estaba tranquilo. Tarde o temprano todos iban enterarse. De pensar en sus amigos ya le estaba dando dolor de cabeza. Gay, era gay, ¿o no? Sólo con Mario a estado, no hay otros hombres y ni los habrá, él es único, por eso ya era gay. Muchas veces discutió eso con Mario, llegaban a la conclusión de que eso no existe, sólo es que conoces a alguien especial y te fundes, que importa si es hombre o mujer. Aunque eso fuera cierto, Glenn veía venir el final, chismes habladurías. No confiaba del todo en Karla así como Mario no confiaba en Mariana, amiga de Glenn.
Por la noche Karla llamó a Mario, éste le explicó con detalles la situación, agradeció su discreción en no comentar nada. La amiga estaba feliz de que su amigo encontrara “el amor” y esas trivialidades que Mario odiaba que le dijeran. Aunque las cosas siguieron normales en lo que era normal para ellos. Glenn no estaba contento, en verdad tenía miedo de ser descubierto. No sabía hasta cuándo podría seguir con esta situación. Quería a Mario pero no como él esperaba. Glenn siempre ha sido una alma solitaria que sólo necesita piedad, más no amor.