Invasión Drabblesca a las siete cuarenta y cinco de la mañana, yo sin sueño y sin ganas de hacer nada productivo. Tengo mi elejota más abandonado que un bicho en el desierto, y las tablas semi-abandonadas. Pero ahora que estoy de vagaciones en la escuela y sólo trabajo tres días, en vez de seis como creía, intentaré machacar a mi musa.
Ahora,
(
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